La Guía Completa del Nuevo Testamento de Hebreos: Descubre los Secretos del Libro 3


El libro de Hebreos, capítulo 3, está compuesto por un pasaje extenso que se enfoca en el papel que desempeña Jesús como sumo sacerdote y líder del pueblo de Dios. El autor comienza comparando a Jesús con Moisés, quien fue un líder valioso para el pueblo de Israel y que fue responsable por guiarlos fuera de la esclavitud egipcia. Sin embargo, aunque Moisés fue un líder importante, el autor argumenta que Jesús es superior porque él construyó la casa de Dios y es el sumo sacerdote eterno. El autor también destaca que la fidelidad de Dios debe ser confiada y que los creyentes deben tener un corazón obediente para seguir a Dios en lugar de murmurar y rebelarse contra Él como los hebreos en el desierto. El autor continúa explicando que el descanso de Dios es algo que se puede obtener a través del arrepentimiento, la fe, y la perseverancia. Muestra que este descanso de Dios no se trata de un lugar físico, sino de un estado mental que se obtiene mediante la confianza en Dios. El capítulo concluye con una advertencia para los creyentes a no caer en incredulidad y rebelión, y a recordar que Dios es fiel a su pueblo. También se destaca que seguir a Jesús es la única forma de alcanzar la verdadera libertad y el descanso eterno. En resumen, el capítulo 3 de Hebreos muestra la superioridad de Jesús como el sumo sacerdote y líder del pueblo de Dios, insta a los creyentes a tener un corazón obediente y confiar en la fidelidad de Dios, y les recuerda que seguir a Jesús es la única forma de obtener el verdadero descanso y la libertad eterna.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Heb 3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
Heb 3:2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
Heb 3:3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
Heb 3:4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Heb 3:5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
Heb 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Heb 3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
Heb 3:8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
Heb 3:9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años.
Heb 3:10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.
Heb 3:11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
Heb 3:12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
Heb 3:13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Heb 3:14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
Heb 3:15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
Heb 3:16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?
Heb 3:17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
Heb 3:18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?
Heb 3:19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

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