Hebreos 4: Descubre el reposo en Cristo


El libro de Hebreos del Nuevo Testamento es un tratado teológico que fue escrito para exhortar y animar a los creyentes a perseverar en su fe en Cristo. El capítulo 4 hace hincapié en la importancia del descanso en Cristo y en el peligro de no entrar en este reposo debido a la incredulidad. El autor comienza el capítulo hablando sobre el descanso que Dios prometió a su pueblo en el Antiguo Testamento, cuando les prometió la tierra de Canaán como un lugar de descanso y abundancia. Sin embargo, muchos de ellos no pudieron entrar en ese descanso debido a su incredulidad y desobediencia. El autor luego compara este descanso físico con el descanso espiritual que se encuentra en Cristo. Él sostiene que aquellos que creen en Cristo pueden entrar en este descanso por medio de su fe en él. Este descanso incluye la liberación de la preocupación por los pecados pasados, la promesa de la salvación eterna y la comunión con Dios. El autor también advierte sobre los peligros de deshonrar a Dios no entrando en su descanso. Él cita un pasaje del Salmo 95 que muestra cómo aquellos que ignoran la voz de Dios y no confían en él no podrán entrar en su descanso, identificando este rechazo como falta de fe. En resumen, el capítulo 4 del libro de Hebreos es un llamado a la perseverancia y la fe en Cristo como medio para entrar en el descanso y la comunión con Dios. El autor advierte contra la incredulidad y la desobediencia, animando a los creyentes a mantener su fe hasta el final.

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Heb 4:1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
Heb 4:2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Heb 4:3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.
Heb 4:4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
Heb 4:5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
Heb 4:6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia,
Heb 4:7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.
Heb 4:8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
Heb 4:9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Heb 4:10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
Heb 4:11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
Heb 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Heb 4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Heb 4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Heb 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

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