Explorando la profundidad de la fe cristiana a través del Nuevo Testamento de Hebreos, Libro 5


El libro de Hebreos en el Nuevo Testamento es una carta escrita a los cristianos judíos en el primer siglo. En el capítulo 5, el autor se centra en el tema de la sacerdocio de Cristo. Habla sobre cómo Cristo fue escogido por Dios para ser un sumo sacerdote, y cómo este papel es vital para nuestra salvación. El autor del libro de Hebreos comienza el capítulo describiendo el papel de todo sacerdote: ser un mediador entre Dios y los hombres, y ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo. El autor también describe cómo los sacerdotes deben ser elegidos de entre los hombres, y cómo Jesús cumplió todos estos requisitos. Luego, el autor se enfoca en la necesidad de que Jesús tenga compasión por nosotros, lo que es posible porque él mismo ha experimentado las debilidades y tentaciones humanas. El autor utiliza este hecho para argumentar que Cristo es capaz de simpatizar con nosotros y ser nuestro mediador. El autor también intercala una fuerte exhortación para que los cristianos maduren espiritualmente, advirtiéndoles acerca de los peligros del estancamiento. En el versículo 11, el autor revela su frustración de que sus lectores no estén entendiendo lo que está tratando de comunicar. Él los anima a esforzarse por comprender mejor las cosas de Dios y Solidas, el autor explica cómo Cristo se convirtió en el sumo sacerdote eterno al ofrecer su propia vida como sacrificio perfecto por nuestros pecados. En resumen, el capítulo 5 del libro de Hebreos nos enseña acerca de la importancia del sacerdocio de Cristo y cómo él es nuestro mediador ante Dios. El capítulo también nos anima a madurar espiritualmente, a comprender mejor las cosas de Dios y a esforzarnos por seguir su voluntad.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Heb 5:1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
Heb 5:2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;
Heb 5:3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
Heb 5:4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Heb 5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy.
Heb 5:6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Heb 5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
Heb 5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
Heb 5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
Heb 5:10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
Heb 5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Heb 5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Heb 5:13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
Heb 5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

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