Descubriendo la grandeza de Cristo a través del Nuevo Testamento de Hebreos - Libro 7
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El Libro de Hebreos es un libro del Nuevo Testamento que se enfoca en la superioridad de Jesús como Sumo Sacerdote y cómo su sacrificio en la cruz es suficiente para la salvación de la humanidad.
En el capítulo siete, el autor comienza hablando sobre Melquisedec, un personaje del Antiguo Testamento que es mencionado en Génesis 14:18-20. Melquisedec fue el rey de Salem (que más tarde se convirtió en Jerusalén) y también era un sacerdote de Dios. El autor de Hebreos compara a Jesús con Melquisedec porque ambos son sacerdotes que no tienen un linaje sacerdotal específico (es decir, no son de la tribu de Leví, la cual se encargaba del sacerdocio en el Antiguo Testamento).
El autor también menciona cómo Melquisedec bendijo a Abraham y cómo Abraham le dio una décima parte de su botín. El autor de Hebreos dice que esto demuestra la superioridad de Melquisedec sobre Abraham, lo que a su vez demuestra la superioridad de Jesús como Sumo Sacerdote.
El autor continúa explicando cómo el sacerdocio de Jesús es superior al sacerdocio levítico. Los sacerdotes levíticos eran mortales y tenían que ofrecer sacrificios por sus propios pecados antes de ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo. Jesús, por otro lado, es un Sumo Sacerdote eterno que no tiene pecado y no necesita ofrecer sacrificios por sus propios pecados.
El autor también habla sobre cómo la ley de Moisés (que incluye las leyes del sacerdocio levítico) no pudo salvar a la humanidad, pero que Jesús sí puede hacerlo. Jesús es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la humanidad, un pacto que es superior al antiguo pacto.
En resumen, el capítulo siete de Hebreos se enfoca en la superioridad de Jesús como Sumo Sacerdote sobre el sacerdocio levítico y cómo su sacrificio en la cruz es suficiente para la salvación de la humanidad. El autor también utiliza la figura de Melquisedec para comparar a Jesús con un sacerdote eterno y superior.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Heb 7:1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
Heb 7:1 Este versículo se refiere a Melquisedec, quien es mencionado en el Antiguo Testamento como el rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. En este pasaje, se menciona que Melquisedec salió a recibir a Abraham, quien acababa de vencer a varios reyes en batalla. Melquisedec le dio una bendición a Abraham y recibió una ofrenda de él. En el Nuevo Testamento, la figura de Melquisedec es presentada como un tipo o prefiguración de Jesucristo, ya que ambos son descritos como sacerdotes y reyes. Este pasaje destaca la importancia del sacerdocio y la ofrenda en la relación entre el hombre y Dios.
Heb 7:2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
Heb 7:2 Este versículo de Hebreos 7:2 se refiere a Abraham y su encuentro con el sacerdote Melquisedec. La Escritura dice que Abraham le dio a Melquisedec el diezmo de todo, es decir, una porción del 10% de todos los bienes que poseía. Además, el nombre de Melquisedec tiene un significado importante: "Rey de justicia" y "Rey de Salem" (que significa "paz"). En otras palabras, Melquisedec es un tipo de Cristo, un sacerdote y rey justo y pacífico, en quien podemos confiar para nuestra salvación. Este pasaje también muestra cómo Abraham le mostró respeto y honor a Melquisedec, lo que es una lección importante para nosotros sobre cómo debemos tratar a nuestros líderes religiosos y espirituales.
Heb 7:3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Heb 7:3 Este versículo se refiere a Melquisedec, un sacerdote y rey del Antiguo Testamento que se menciona en Génesis 14:18-20. Aunque no se menciona su genealogía o familia, ni su nacimiento ni su muerte, se le describe como un sacerdote de Dios y un hombre justo. En el Nuevo Testamento, se compara a Melquisedec con Jesucristo como un sacerdote eterno. A diferencia de los otros sacerdotes que servían en el Templo de Jerusalén, Jesús no venía de una línea sacerdotal establecida y no necesitaba ofrecer sacrificios por su propio pecado, ya que era sin pecado. Como Melquisedec, Jesucristo permanece como sacerdote para siempre, capaz de interceder ante Dios en nuestro nombre.
Heb 7:4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.
Heb 7:4 Este versículo hace referencia al personaje bíblico Melquisedec, quien es mencionado en el libro del Génesis como un rey y sacerdote de Salem (Jerusalén). Según la tradición judía, Melquisedec no tenía un linaje sacerdotal ni familiar, contrario a los sacerdotes de la tribu de Leví. Por lo tanto, él era considerado un tipo de Cristo, quien también fue un sacerdote sin un linaje sacerdotal terrenal. En Hebreos 7, este versículo describe la grandeza de Melquisedec, quien de manera sobrenatural recibió los diezmos de Abraham, un patriarca reconocido por los judíos. Esto se utiliza como un ejemplo para mostrar la superioridad del sacerdocio de Cristo, quien es mayor que cualquier sacerdote de la antigua ley mosaica, incluyendo a Abraham y Melquisedec.
Heb 7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
Heb 7:5 Este versículo está hablando del sacerdocio levítico del Antiguo Testamento. Según la ley, los sacerdotes levitas recibían el mandamiento de tomar los diezmos del pueblo, es decir, el diez por ciento de los ingresos de la gente, como tributo al Señor. Esto se hacía incluso entre los hermanos de los sacerdotes levitas, que también eran descendientes de Abraham. La idea aquí es que, aunque todos sean descendientes del mismo padre, Abraham, algunos son elegidos por Dios para desempeñar ciertos roles y recibir ciertos mandamientos, como en este caso, el de recibir los diezmos del pueblo. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, este sistema de sacerdocio levítico y diezmos fue reemplazado por el sacerdocio de Cristo y la gracia del evangelio.
Heb 7:6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.
Heb 7:6 Este versículo se refiere a Jesús, quien no pertenecía a la tribu sacerdotal de Leví, pero fue nombrado un sumo sacerdote por Dios. Aunque Jesús no tenía ascendencia sacerdotal, él recibió los diezmos de Abraham, lo que indica que era superior a él en posición y autoridad. El versículo también indica que Jesús bendijo a Abraham, quien fue el que recibió las promesas de Dios. En resumen, este versículo enfatiza la superioridad de Jesús como sumo sacerdote y su conexión con la promesa hecha a Abraham.
Heb 7:7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.
Heb 7:7 Este verso de la carta a los Hebreos es una referencia al relato bíblico de la bendición de Isaac a sus dos hijos, Esaú y Jacob. A pesar de que Esaú era el hijo mayor, Jacob recibió una bendición mayor de su padre. En el contexto de la carta a los Hebreos, se usa este ejemplo para mostrar que el sacerdocio de Melquisedec es superior al sacerdocio levítico, y que por lo tanto, Cristo como el sumo sacerdote de ese orden es superior a cualquier sacerdote levítico. El versículo sugiere que, sin importar los títulos o las jerarquías, la bendición y el favor de Dios pueden caer sobre aquellos a quienes Él escoja bendecir.
Heb 7:8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
Heb 7:8 Este versículo de la carta a los Hebreos está hablando de Melquisedec, quien es presentado como un tipo de Cristo. En el verso 4 de este capítulo, se nos dice que Melquisedec era "sin padre, sin madre, sin genealogía, no tuvo principio de días ni fin de vida, y, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre". Esto significa que Melquisedec no tenía un linaje sacerdotal y no se sabe nada acerca de su familia, pero fue hecho semejante al Hijo de Dios y se mantuvo como sacerdote para siempre. En este verso en particular, se está comparando el sacerdocio de Melquisedec con el sacerdocio de los levitas en el Antiguo Testamento. Los levitas recibían los diezmos de la gente, ya que eran la tribu elegida para ser los sacerdotes del pueblo de Israel. Pero Melquisedec recibió los diezmos de Abraham, quien era el padre del pueblo de Israel, y se dice de él que "vive", lo que lo distingue claramente de los sacerdotes levitas que eran mortales y necesitaban ser reemplazados después de su muerte. En resumen, este versículo nos muestra cómo Melquisedec es superior a los sacerdotes levitas y cómo es un tipo de Cristo, el sacerdote eterno que vive para siempre.
Heb 7:9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
Heb 7:9 Este versículo se refiere a la práctica del diezmo en la tradición judía. La ley judía estipulaba que el diezmo (10% de los ingresos) debía ser pagado a los sacerdotes del Templo como ofrenda para el servicio religioso. Abraham, el padre de la fe, pagó el diezmo al sacerdote Melquisedec (Génesis 14:20), quien se considera un tipo de Cristo en la Biblia. La tribu de Leví fue elegida para el sacerdocio en Israel, y por lo tanto, también recibió los diezmos como ofrenda de la gente. Este versículo indica que la práctica de pagar el diezmo se remonta a la época de Abraham y es una tradición que también continuó con la tribu de Leví.
Heb 7:10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
Heb 7:10 Este versículo se refiere a Melquisedec, quien se encuentra en el registro bíblico en Génesis 14. Él era un sacerdote y rey de Salem, quien bendijo a Abraham y recibió un diezmo de él. El autor de la carta a los hebreos está utilizando a Melquisedec como un tipo de Cristo, comparando su sacerdocio con el de Jesús. Según el versículo, Levi (el antepasado de los sacerdotes levitas) estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec bendijo a Abraham. Esto sugiere que el sacerdocio de Melquisedec era superior al de los sacerdotes levitas, ya que Levi estaba "en sus lomos" y, por lo tanto, reconocido como un futuro miembro de la tribu sacerdotal. En resumen, este versículo destaca la superioridad del sacerdocio de Melquisedec sobre el de los sacerdotes levitas, y lo utiliza como un tipo de Cristo para argumentar que el sacerdocio de Jesús es superior a todos los demás sacerdocios.
Heb 7:11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
Heb 7:11 Este versículo se refiere a la idea de que el sacerdocio levítico, que fue el sistema de sacerdotes establecido por Dios para el pueblo de Israel, no tenía la capacidad de llevar a la perfección a sus seguidores. Por lo tanto, si la perfección fuese por medio de este sacerdocio, no habría necesidad de que se levantara otro sacerdote de un orden diferente, como lo era el orden de Melquisedec. Melquisedec fue un sacerdote y rey que se menciona en el Antiguo Testamento, en el libro del Génesis. Él era considerado como un sacerdote de Dios, pero no pertenecía al linaje de Aarón, el gran sacerdote del sacerdocio levítico. Por lo tanto, la idea aquí es que si el sacerdocio levítico hubiera sido suficiente para obtener la perfección, no habría necesidad de establecer un sacerdocio diferente, como el de Melquisedec. Este versículo es parte de una explicación del papel que Jesucristo desempeña como sacerdote según el orden de Melquisedec. La idea es que Cristo es un sacerdote superior al sacerdocio levítico, y a través de su sacrificio y su intercesión, ofrece una forma de alcanzar la perfección que era inalcanzable mediante el sacerdocio de Aarón.
Heb 7:12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;
Heb 7:12 Este versículo hace referencia a un cambio que tuvo lugar en el sacerdocio después de la llegada de Jesucristo. Antes de su venida, los sacerdotes judíos seguían la ley dada en el Antiguo Testamento y ofrecían sacrificios animales para obtener el perdón de los pecados del pueblo. Sin embargo, cuando Jesús murió en la cruz, se convirtió en el sacrificio final y perfecto para el perdón de los pecados de toda la humanidad. Como resultado, el sacerdocio tuvo que cambiar y la ley que los sacerdotes seguían también debió cambiar. Jesús es ahora el sumo sacerdote y aquellos que creen en él ya no necesitan seguir la ley antigua para obtener el perdón de sus pecados.
Heb 7:13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
Heb 7:13 Este versículo hace referencia a la figura de Melquisedec, un sacerdote y rey que aparece en el Antiguo Testamento. Según la tradición bíblica, Melquisedec era de una tribu diferente a la de los levitas, quienes eran los sacerdotes designados por Dios para servir en el Templo de Jerusalén. Por lo tanto, el autor de Hebreos está afirmando que Jesús, que es comparado con Melquisedec en el capítulo anterior, también es de otra tribu y no pertenece a la línea sacerdotal tradicional de los levitas. Esto es significativo porque Jesús no solo es un sacerdote, sino también un rey, y su linaje se deriva de la tribu de Judá, según la profecía del Antiguo Testamento. En resumen, el versículo está destacando la singularidad y la importancia del sacerdocio real de Jesús como el Salvador y Redentor de la humanidad.
Heb 7:14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
Heb 7:14 Este verso de Hebreos 7:14 está hablando sobre la genealogía de Jesús, el cual vino de la tribu de Judá. La tribu de Judá fue una de las doce tribus de Israel y fue la tribu de la cual descendió el rey David. Según la ley de la época, solo los hijos de la tribu de Leví podían ser sacerdotes. Por lo tanto, al afirmar que Jesús era de la tribu de Judá, los escritores de Hebreos están señalando que Él no podía ser un sacerdote bajo la ley de Moisés. Sin embargo, el libro de Hebreos continúa explicando cómo Jesús se convirtió en un sacerdote eterno, no según la ley de Moisés, sino a través del poder de una vida indestructible.
Heb 7:15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,
Heb 7:15 Este versículo se refiere al sacerdocio de Melquisedec, un personaje del Antiguo Testamento que es mencionado en Génesis 14:18-20 y en Salmos 110:4. Melquisedec era un sacerdote y rey de Salem que bendijo a Abraham después de su victoria en una batalla. Se dice que Melquisedec era sin padre ni madre, sin genealogía, y que su sacerdocio era para siempre. El autor de la Carta a los Hebreos muestra cómo el sacerdocio de Jesús es similar al de Melquisedec, porque también es sacerdote para siempre y sin genealogía sacerdotal. Pero en este versículo el autor hace una comparación diferente: dice que si otro sacerdote se levanta en semejanza de Melquisedec, es aún más claro que Jesús es el verdadero sacerdote para siempre. El autor de la carta está argumentando que el sacerdocio de Jesús supera cualquier otro sacerdocio posible, incluso el de Melquisedec, porque Jesús es el único que puede ofrecer un sacrificio perfecto y eterno por nuestros pecados. En resumen, este versículo destaca la superioridad del sacerdocio de Jesús sobre cualquier otro sacerdote o religión.
Heb 7:16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.
Heb 7:16 Este versículo de Hebreos 7:16 se refiere a Jesucristo y su sacerdocio. El escritor de Hebreos está comparando a Jesús con los sacerdotes del Antiguo Testamento que estaban limitados por la ley del mandamiento en cuanto a su descendencia. Es decir, solo aquellos de la tribu de Leví podían ser sacerdotes según la ley de Moisés. Pero Jesucristo fue constituido como sacerdote no según la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Esto significa que su sacerdocio no se basó en su ascendencia física, sino en su naturaleza divina y su muerte y resurrección, que lo hizo indestructible y capaz de salvar al pueblo de Dios de una vez por todas. En resumen, el sacerdocio de Jesús no se basó en la ley, sino en su poder de vida eterna e indestructible.
Heb 7:17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Heb 7:17 Este versículo es una cita del Salmo 110:4 que se refiere a Jesús como el sacerdote eterno según el orden de Melquisedec. En el Antiguo Testamento, Melquisedec es mencionado como el rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. Él bendijo a Abraham y recibió el diezmo de él. En el Nuevo Testamento, Jesús es comparado con Melquisedec como un sacerdote superior al sistema levítico de sacerdocio. La idea es que Jesús es un sacerdote para siempre (eterno) y no está limitado por la muerte o la sucesión humana. Él es el mediador entre Dios y los hombres y puede ofrecer un sacrificio perfecto una vez por todas. En resumen, este versículo es un recordatorio de la supremacía del sacerdocio de Jesús y su papel como el Salvador eterno.
Heb 7:18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia
Heb 7:18 Este versículo del capítulo 7 de Hebreos habla acerca de la superioridad del sacerdocio de Jesucristo en comparación con el antiguo sacerdocio levítico. En el versículo anterior (Heb 7:17), se establece que Jesús es un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec, y que su sacerdocio no se basa en una ley de mandamientos terrenales, sino en un poder indestructible de vida. El versículo 18 indica que la ley anterior, que se basaba en el sacerdocio levítico y los mandamientos terrenales, fue anulada debido a su insuficiencia y debilidad. La ley anterior no lograba conceder salvación a la humanidad, porque dependía de la fuerza humana y no del poder de Dios. Por lo tanto, el versículo establece que la ley anterior fue abrogada, es decir, anulada o declarada sin efecto, y fue reemplazada por un nuevo pacto establecido en Jesucristo. En Cristo, tenemos un sumo sacerdote perfecto, que es capaz de salvar completamente a todos los que se acercan a Él.
Heb 7:19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
Heb 7:19 Este versículo se refiere a la ley del antiguo Testamento, que fue dada a los israelitas a través de Moisés. La ley establecía las reglas y los mandamientos que los israelitas debían seguir en los aspectos religiosos y sociales de su vida. Sin embargo, la ley no fue perfecta y no podía salvar a los pecadores. El versículo señala que la ley no logró alcanzar la perfección espiritual que Dios deseaba para su pueblo. Pero la llegada de Jesús trajo consigo una mejor esperanza, en la que nos acercamos a Dios no a través de la ley y las obras, sino a través de la fe en él. Jesús se convierte en nuestro sumo sacerdote y el único mediador entre Dios y nosotros. Por lo tanto, ya no necesitamos confiar en nuestros propios esfuerzos para acercarnos a Dios, sino que podemos confiar en Jesús y en la gracia que nos ofrece. Esta es la mejor esperanza a la que se refiere el versículo.
Heb 7:20 Y esto no fue hecho sin juramento;
Heb 7:20 Este versículo se refiere a una promesa hecha por Dios en la que juró que Jesús sería un sacerdote eterno de la orden de Melquisedec. El autor de Hebreos se refiere a esto como un acto solemne e importante, y señala que tal promesa no podría ser tomada a la ligera o sin cumplir de manera adecuada. En resumen, el versículo significa que esta promesa es algo serio y no debe ser desestimada.
Heb 7:21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Heb 7:21 Este verso se refiere al sacerdocio de Jesús y cómo difiere de los sacerdotes anteriores. En el Antiguo Testamento, se designaron sacerdotes sin un juramento específico. Sin embargo, en relación con Jesús, Dios hizo un juramento específico que él sería el sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Este juramento de Dios significa que Jesús no solo es un sacerdote temporal, sino que su sacerdocio es eterno y perfecto. La referencia a Melquisedec también es importante porque en la tradición judía era considerado como un sacerdote sin principio ni fin, siendo así un modelo que prefigura a Cristo.
Heb 7:22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
Heb 7:22 Este verso se encuentra en el capítulo 7 de la carta a los hebreos del Nuevo Testamento. El autor está hablando del sacerdocio de Jesús y la superioridad de su ministerio en comparación con el sacerdocio levítico de la antigua ley. El verso específico dice que "Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto". La palabra "fiador" significa alguien que garantiza algo, alguien que se compromete y se hace responsable. El "mejor pacto" al que se refiere el verso es el nuevo pacto que Jesús selló con su muerte y resurrección, en el cual los pecados de la humanidad son perdonados y toda persona que cree en él tiene acceso a la salvación y la vida eterna. El autor de la carta a los hebreos está diciendo que Jesús es el garante del nuevo pacto, él es quien asegura que este pacto sea válido y efectivo. Este pacto es superior al antiguo pacto de la ley de Moisés, que era solo temporal y no tenía la capacidad de perdonar pecados y traer salvación. En resumen, Heb 7:22 destaca que Jesús es el garante del nuevo pacto que ofrece la salvación eterna y que este pacto es superior al antiguo pacto de la ley de Moisés.
Heb 7:23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;
Heb 7:23 Este versículo se encuentra en la carta a los hebreos y se refiere a la diferencia entre Jesucristo como sacerdote y los sacerdotes del Antiguo Testamento. Los otros sacerdotes mencionados aquí son aquellos que fueron elegidos por Dios para servir en el templo y ofrecer sacrificios por el perdón de los pecados del pueblo. Sin embargo, estos sacerdotes no podían continuar en su ministerio debido a su propia mortalidad. Cuando morían, otro sacerdote tenía que ser elegido para reemplazarlos. Como resultado, hubo muchos sacerdotes a lo largo de la historia del pueblo de Israel. Por otro lado, Jesucristo es un sacerdote eterno. Él vive para siempre y, por lo tanto, su sacerdocio nunca termina. Él no necesita ser reemplazado por otro sacerdote después de su muerte porque Él resucitó de entre los muertos y vive para siempre. Así que Él se convirtió en un sacerdote superior al resto de los sacerdotes del Antiguo Testamento.
Heb 7:24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;
Heb 7:24 Este versículo se refiere a Jesucristo, quien es descrito como el sumo sacerdote perfecto y eterno. El autor de Hebreos está explicando que a diferencia de los sacerdotes terrenales que venían y iban, Jesucristo es permanente e inmutable en su posición como sumo sacerdote. Su sacerdocio es eterno y nunca necesita ser reemplazado, ya que Él es el único que puede ofrecer un sacrificio perfecto por nuestros pecados y mediador entre nosotros y Dios. En resumen, este versículo está destacando la naturaleza divina y eterna del sacerdocio de Jesucristo.
Heb 7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Heb 7:25 Este versículo se refiere a Jesucristo, quien es descrito como el sumo sacerdote eterno según el orden de Melquisedec. El verso establece que debido a que Jesús es el sumo sacerdote eterno, tiene la capacidad de salvar a aquellos que se acercan a Dios por medio de él. Además, se afirma que Jesús siempre está intercediendo por aquellos que confían en él, lo que sugiere que Jesús está siempre presente ante Dios, hablando en nombre de aquellos que han puesto su fe en él. En resumen, este verso enseña que Jesús es el mediador entre Dios y la humanidad, y que su salvación es perpetua y disponible para todos aquellos que se acercan a él.
Heb 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
Heb 7:26 Este versículo se refiere a Jesucristo como el sumo sacerdote perfecto y necesario para los seres humanos. Él es santo, inocente y sin mancha, lo que significa que no tiene pecado y es perfecto. Además, está apartado de los pecadores, lo que significa que es diferente y más allá de la imperfección y el pecado de los seres humanos. Finalmente, se dice que es más sublime que los cielos, lo que implica que está por encima de todo y tiene una posición elevada y divina en el universo. En resumen, este versículo destaca la perfección y la importancia de Cristo como nuestro salvador y sumo sacerdote ante Dios.
Heb 7:27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Heb 7:27 Este versículo de Hebreos 7:27 habla de Jesucristo como el sumo sacerdote que ofreció un sacrificio por los pecados del pueblo una vez por todas. Algo importante a entender es que en el Antiguo testamento, los sumos sacerdotes tenían que ofrecer sacrificios regularmente para expiar sus propios pecados y los del pueblo. Sin embargo, Jesucristo, siendo el sumo sacerdote perfecto, no tenía necesidad de ofrecer sacrificios diariamente porque su sacrificio en la cruz fue suficiente para perdonar todos los pecados de la humanidad de una vez por todas. Jesucristo se ofreció a sí mismo como un sacrificio perfecto para satisfacer la justicia de Dios y reconciliarnos con él. Su muerte y resurrección marcaron una vez para siempre el cumplimiento de la ley y la gracia divina, de manera que los creyentes en él no tienen que preocuparse por ofrecer sacrificios para expiar sus pecados. En resumen, este versículo de Hebreos 7:27 nos hace recordar que Jesucristo es nuestro sumo sacerdote perfecto que nos reconcilia con Dios a través de su sacrificio único y que su oferta se hizo una vez para siempre.
Heb 7:28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Heb 7:28 Este versículo se refiere a la diferencia entre la ley antigua y la nueva ley que llegó con Jesús. La ley antigua requería sumos sacerdotes humanos, que eran imperfectos y débiles debido a su naturaleza humana. En contraste, Jesús es el Hijo de Dios hecho perfecto para siempre, y su cargo como sumo sacerdote no se basa en su humanidad, sino en su divinidad y su capacidad para cumplir con éxito el papel de mediador entre Dios y la humanidad. La "palabra del juramento" se refiere a la promesa de Dios de que Jesús cumpliría esta función de forma perfecta y completa. Por lo tanto, Jesús es el sumo sacerdote final y perfecto, cuyo sacrificio y mediación nos da la salvación eterna.