Amor Verdadero: El mensaje de 1 Juan 4 para nuestra vida hoy
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El capítulo 4 del primer libro de Juan en el Nuevo Testamento se enfoca en el amor de Dios y cómo este amor debe ser reflejado en nuestras vidas. Juan comienza el capítulo advirtiendo sobre los falsos profetas que niegan a Jesús como el Mesías y cómo debemos discernir los espíritus para mantenernos conectados con Dios.
Luego, Juan explica que el amor proviene de Dios y que aquellos que conocen a Dios, conocen el amor. Es en este punto donde Juan menciona el famoso versículo: "Dios es amor" (1 Juan 4:8). Juan continúa describiendo cómo Dios envió a su único hijo Jesús como un sacrificio para salvarnos del pecado y cómo este acto demuestra el amor incondicional de Dios hacia nosotros.
Juan también nos exhorta a amar a los demás, ya que el amor viene de Dios y aquellos que no aman a los demás, no conocen a Dios. Algunas de las formas en que Juan describe este amor son: sacrificarse por los demás, dar a los necesitados y perdonar a aquellos que nos han hecho daño.
Finalmente, Juan explica cómo Dios vive en aquellos que creen en él y cómo el amor perfecto de Dios no deja lugar para el miedo. Podemos confiar en el amor de Dios para protegernos y guiarnos en nuestras vidas.
En resumen, el capítulo 4 del primer libro de Juan en el Nuevo Testamento habla sobre el amor de Dios y cómo debemos reflejar este amor en nuestras vidas para poder conectarnos con Dios y vivir sin miedo. Es una exhortación a amar a los demás y confiar en Dios para guiarnos en la vida.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
1Jo 4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
1Jo 4:1 Este versículo es una advertencia para los cristianos a ser cuidadosos y discernir qué enseñanzas vienen del Espíritu de Dios y cuáles no. Se les dice que no crean a todo espíritu, lo que se refiere a cualquier enseñanza o mensaje que se presente como divina. En lugar de eso, se les insta a probar los espíritus, es decir, a evaluar cuidadosamente si lo que se presenta como la verdad de Dios realmente lo es. Esto es importante porque hay muchos falsos profetas y maestros que buscan engañar a los cristianos y desviarlos de la verdad. Por lo tanto, es necesario que los cristianos estén preparados y armados con la sabiduría y la guía del Espíritu Santo para poder detectar y resistir las falsedades que pueden surgir.
1Jo 4:2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
1Jo 4:2 Este versículo significa que una forma de reconocer si alguien está hablando verdaderamente en el Espíritu de Dios es si confiesa que Jesucristo vino en carne. Si alguien niega la humanidad de Jesucristo, entonces no está hablando verdaderamente en el Espíritu de Dios. Este verso es una afirmación de la importancia de la encarnación de Jesucristo y su humanidad. En resumen, para aquellos que confiesan la humanidad de Jesucristo, demuestran que están bajo la dirección del Espíritu Santo de Dios.
1Jo 4:3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
1Jo 4:3 Este versículo de la Primera Epístola de Juan 4:3 advierte a los creyentes de la falsa enseñanza y el engaño del espíritu del anticristo que niega que Jesucristo ha venido en carne. El espíritu del anticristo se opone a Cristo y trata de desviar a las personas de la verdad del evangelio. Los cristianos deben ser cautelosos y examinar cuidadosamente la enseñanza de los que afirman ser cristianos pero niegan que Jesús ha venido en carne. Este versículo afirma que el Espíritu de Dios afirma la verdad de la encarnación de Jesús como una parte fundamental de la fe cristiana. Por lo tanto, cualquier espíritu que niegue esta verdad no es de Dios y es el espíritu del anticristo, que busca engañar y desviar a las personas.
1Jo 4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
1Jo 4:4 Este versículo significa que como seguidores de Dios, tenemos el poder para vencer cualquier cosa que el mundo nos presente. El Espíritu Santo de Dios vive en nosotros y es más grande que cualquier fuerza o tentación que podamos enfrentar. Nosotros, como hijos de Dios, debemos confiar en su poder para superar cualquier obstáculo y vivir en victoria.
1Jo 4:5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
1Jo 4:5 Este versículo se refiere a las personas que no son de Dios, sino que pertenecen al mundo y hablan según sus valores y deseos. Estas personas pueden tener un gran número de seguidores o ser muy populares en el mundo, pero no hablan según la verdad de Dios. Como resultado, su mensaje es bienvenido y aceptado por aquellos que también pertenecen al mundo. La idea principal es que los que pertenecen a la verdad de Dios se dan cuenta de que hay una gran diferencia entre lo que el mundo cree y lo que Dios enseña. Por lo tanto, es importante que los creyentes estén conscientes de las falsas enseñanzas que pueden ser populares en el mundo, y se apeguen a la verdad de Dios en lugar de ser influidos por el pensamiento secular.
1Jo 4:6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
1Jo 4:6 Este versículo de la primera epístola de Juan habla sobre cómo podemos distinguir quién es de Dios y quién no lo es. El apóstol Juan dice que aquel que conoce a Dios oye a aquellos que son de Dios, mientras que aquel que no es de Dios no los oye. La idea aquí es que los creyentes en Dios y en Jesucristo serán capaces de reconocer la verdad y la sabiduría que proviene del Espíritu Santo, mientras que aquellos que no creen en Dios no serán capaces de hacerlo. En otras palabras, el Espíritu de verdad vendrá a aquellos que son de Dios y los guiará hacia la verdad, mientras que el Espíritu de error tendrá influencia sobre aquellos que no son de Dios. Este versículo nos enseña a buscar la verdad y a rodearnos de personas que conocen a Dios y que están guiados por el Espíritu Santo.
1Jo 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
1Jo 4:7 Este versículo del Nuevo Testamento es una exhortación para que los creyentes se amen unos a otros. El amor entre hermanos en la fe es un testimonio del amor de Dios, que es la fuente de todo amor verdadero. Además, aquellos que son nacidos de Dios y conocen a Dios experimentarán el amor genuino y desinteresado que Dios nos ha mostrado a través de su Hijo Jesucristo. Por lo tanto, amar a los demás es una manifestación del amor de Dios en nuestras vidas y una evidencia de nuestra relación con Él.
1Jo 4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
1Jo 4:8 Este versículo de la Primera Epístola de Juan 4:8 del Nuevo Testamento nos enseña que Dios es amor. Nos muestra que el amor es la característica esencial de Dios y que aquellos que no aman no han conocido a Dios verdaderamente. En otras palabras, nuestra capacidad de amar es un reflejo de nuestro conocimiento y relación con Dios. Si no amamos a nuestros hermanos y hermanas, entonces no podemos afirmar que conocemos a Dios o que tenemos una relación personal con Él. Por lo tanto, este versículo nos invita a cultivar el amor en nuestras vidas, ya que es la forma en que podemos conocer y relacionarnos mejor con Dios.
1Jo 4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
1Jo 4:9 Este versículo habla sobre el amor de Dios por nosotros, y cómo Él demostró ese amor al enviar a su único Hijo al mundo para que podamos tener vida a través de Él. Es decir, Jesús vino al mundo para salvarnos y hacernos vivir una vida en comunión con Dios. Este es el mayor ejemplo de amor que podemos tener, ya que Dios sacrificó a su propio Hijo para salvarnos y permitirnos tener una relación con Él.
1Jo 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1Jo 4:10 Este versículo de la Biblia nos habla acerca del verdadero significado y naturaleza del amor. El apóstol Juan nos dice que el amor no se trata solo de nuestros sentimientos o acciones hacia Dios, sino que es un reflejo del amor que Él tiene por nosotros. Dios nos amó primero y envió a su Hijo Jesús para pagar el precio por nuestros pecados, para que podamos tener vida eterna y una relación restaurada con Él. En resumen, este versículo nos muestra que el amor verdadero es un acto de generosidad y sacrificio, y que es una respuesta a la gracia de Dios en nuestras vidas.
1Jo 4:11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
1Jo 4:11 Este verso significa que si Dios nos ha amado tanto a nosotros, entonces debemos también amarnos los unos a los otros. Dios nos ha dado un ejemplo de amor incondicional, y nosotros deberíamos seguir ese ejemplo y demostrar amor desinteresado hacia nuestros prójimos. En otras palabras, este versículo nos anima a tratar a los demás con amor y respeto, sin importar quiénes sean o lo que hayan hecho. Es una llamada a amar a los demás como Dios nos ha amado.
1Jo 4:12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
1Jo 4:12 Este versículo significa que aunque nunca hemos visto directamente a Dios, podemos experimentar su amor a través de nuestros compañeros cristianos. Si amamos y nos cuidamos mutuamente, podemos experimentar una parte del amor de Dios y sentir su presencia en nuestra vida. Practicando el amor y la comunión entre nosotros, podemos llegar a tener una comprensión más completa del amor de Dios y cómo se manifiesta en nuestras vidas. Es una llamada a amar a los demás como Dios nos ha amado y, al hacerlo, revelar su amor al mundo que nos rodea.
1Jo 4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
1Jo 4:13 Este versículo de 1 Juan 4:13 nos habla acerca de cómo podemos estar seguros de que tenemos una relación cercana con Dios. Al decir "En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros", la escritura nos indica que podemos saber si estamos en comunión con Dios y si tenemos su presencia en nuestras vidas. La segunda parte del versículo dice "en que nos ha dado de su Espíritu", lo que significa que Dios nos ha dado su Espíritu Santo para habitar en nosotros, guiarnos y ayudarnos en nuestro caminar cristiano. Al tener al Espíritu Santo en nosotros, somos capaces de conocer y experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas, lo que nos permite permanecer unidos a Él y Él a nosotros. En resumen, este versículo nos asegura que si tenemos al Espíritu Santo en nosotros, podemos tener la seguridad de que estamos en la presencia de Dios y en comunión con Él.
1Jo 4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
1Jo 4:14 Este versículo de la Primera Epístola de Juan está hablando sobre la creencia cristiana en Jesucristo como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. El apóstol Juan está diciendo que él y los otros apóstoles han visto y testificado que Dios envió a su Hijo al mundo para salvar a la humanidad. El hecho de que Dios haya enviado a su Hijo muestra su amor por la humanidad y su deseo de proporcionar un camino para la salvación y la vida eterna. Este versículo es una declaración importante de la doctrina central del cristianismo y la importancia de creer en Jesucristo como nuestro salvador.
1Jo 4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
1Jo 4:15 Este versículo significa que cuando una persona reconoce y afirma que Jesús es el Hijo de Dios, Dios pasa a morar en ella y ella en Dios. Confesar a Jesús como el Hijo de Dios es una prueba de fe y una aceptación de la verdad divina. Al reconocer a Jesús, la persona se coloca en un lugar de comunión con Dios y recibe la promesa de una vida en unidad con Él. Además, esto implica que la persona está dispuesta a seguir a Jesús y a obedecer sus enseñanzas, lo que resulta en una vida de amor, paz y justicia.
1Jo 4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
1Jo 4:16 Este versículo habla sobre el amor de Dios por nosotros y cómo nosotros, como creyentes, deberíamos permanecer en ese amor. El versículo dice que hemos conocido y creído en el amor de Dios por nosotros, lo que significa que reconocemos que Dios nos ama y creemos que esto es verdadero. Es importante entender que Dios es amor, lo que significa que todo lo que Dios hace es un acto de amor. Por lo tanto, si permanecemos en el amor, permanecemos en Dios, y Dios permanece en nosotros. Esto significa que si ponemos el amor de Dios en primer lugar en nuestras vidas, nuestra relación con Dios será más fuerte.
1Jo 4:17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
1Jo 4:17 Este versículo de 1 Juan 4:17 del Nuevo Testamento habla acerca del amor. Dice que el amor se ha perfeccionado en nosotros, lo que significa que hemos llegado a una etapa de madurez en nuestra relación con Dios en la que podemos confiar en Él plenamente. Esta confianza es importante porque nos dará la seguridad para afrontar el día del juicio. Además, el versículo también establece una comparación entre nosotros y Dios. Si somos como Dios en este mundo, significa que estamos demostrando amor, misericordia y compasión hacia los demás, siguiendo el ejemplo que nos dejó Jesucristo. Esto nos hace ser hijos e hijas de Dios, y nos da la seguridad de que Él está con nosotros en todo momento. En resumen, este versículo nos enseña que el amor y la confianza en Dios son fundamentales en el caminar cristiano. Y que, a medida que nos acercamos más a Dios, podemos llegar a ser como Él y reflejar su amor y su carácter en el mundo.
1Jo 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
1Jo 4:18 Este versículo presenta una verdad importante acerca del amor y el temor. Afirma que cuando amamos perfectamente, no tenemos miedo. El temor y el amor son opuestos y no pueden coexistir. El amor verdadero echa fuera el miedo porque el miedo es castigador. El que teme no ha sido perfeccionado en el amor porque aún no ha comprendido el poder del amor que Dios nos da. Querer amar perfectamente significa confiar en el amor de Dios y creer que nos ama incondicionalmente. Cuando conocemos y comprendemos el amor de Dios por nosotros, no hay necesidad de temer. En lugar de temor, tenemos confianza y seguridad en Su amor que nos ayuda a enfrentar cualquier situación en la vida.
1Jo 4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
1Jo 4:19 Este versículo de la Primera Epístola de Juan está hablando del amor que tenemos hacia Dios. Afirma que amamos a Dios porque Él nos amó primero. Esto significa que el amor que sentimos hacia Dios surge de la experiencia de que Él nos ama y se preocupa por nosotros. Dios nos amó tanto que envió a Jesucristo para que muriera por nuestros pecados, y este sacrificio nos hace amarlo y querer seguir sus enseñanzas y hacer su voluntad. En resumen, nuestra respuesta de amor hacia Dios es una consecuencia natural del amor que hemos recibido de Él.
1Jo 4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
1Jo 4:20 Este versículo se refiere a la idea de que si alguien dice que ama a Dios pero odia a su hermano, está mintiendo. El amor a Dios y al prójimo están estrechamente relacionados, y es imposible amar a Dios verdaderamente si no se ama al prójimo, que es una creación de Dios. El apóstol Juan está diciendo que si no podemos mostrar amor a nuestro hermano, que es visible y tangible, entonces no podemos decir que amamos a Dios, que es invisible e intangible. El amor verdadero implica amar a los demás con la misma intensidad con la que amamos a Dios.
1Jo 4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
1Jo 4:21 Este versículo nos dice que si amamos a Dios, también debemos amar a nuestros hermanos en Cristo. Es un mandamiento que nos llama a amar y cuidar de aquellos que también son hijos de Dios y comparten nuestra fe. Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos y seguir su ejemplo de amor y servicio a los demás. En resumen, este versículo nos recuerda que el amor a Dios y a nuestro prójimo están inseparablemente unidos.