Descubriendo la fe inquebrantable en 1 Pedro 2: El Nuevo Testamento que transformará tu vida


El libro del Nuevo Testamento de 1 Pedro es una epístola escrita por el apóstol Pedro a un grupo de cristianos que vivían en la región de Asia Menor en el siglo I d.C. En el capítulo 2 de este libro, Pedro hace hincapié en la importancia de mantener una conducta adecuada como cristianos. Pedro comienza el capítulo recordando a los creyentes que han nacido de nuevo a través del Espíritu Santo y que deben desear la palabra de Dios como un recién nacido desea la leche. Les dice que deben crecer en su fe y estar dispuestos a rechazar todo mal y engaño. Luego, Pedro habla de Jesucristo como la piedra angular de la iglesia y el fundamento sobre el cual deben construir sus vidas como creyentes. Les recuerda que al igual que Jesús fue rechazado por los hombres, también pueden esperar que los demás les rechacen por seguir a Cristo. Pedro les exhorta a ser piedras vivas en la edificación del templo espiritual y les dice que son un pueblo santo y un sacerdocio elegido por Dios. Les insta a abstenerse de los deseos carnales y a mantener una buena conducta, para que los no creyentes puedan ver su buen comportamiento y glorifiquen a Dios. En resumen, el capítulo 2 del libro de 1 Pedro habla sobre la importancia de mantener un comportamiento adecuado como creyentes, tomando a Jesucristo como modelo de vida y recordando que forman parte de un pueblo santo y elegido por Dios. La conducta de los creyentes es importante para poder llevar el mensaje del evangelio a aquellos que no conocen a Cristo.

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1Pe 2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
1Pe 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
1Pe 2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
1Pe 2:4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
1Pe 2:5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
1Pe 2:6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado.
1Pe 2:7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
1Pe 2:8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
1Pe 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
1Pe 2:10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
1Pe 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
1Pe 2:12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
1Pe 2:13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,
1Pe 2:14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.
1Pe 2:15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;
1Pe 2:16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.
1Pe 2:17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1Pe 2:18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.
1Pe 2:19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
1Pe 2:20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
1Pe 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
1Pe 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
1Pe 2:23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
1Pe 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1Pe 2:25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

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