La vitalidad en Cristo: Descubriendo las enseñanzas de Colosenses en el Nuevo Testamento, libro 1


El libro del Colosenses en el Nuevo Testamento es una carta escrita por el apóstol Pablo a la iglesia de Colosas. El propósito principal de la carta es instruir a los creyentes en Colosas acerca de la naturaleza y la obra de Jesucristo, así como prevenir la influencia de falsas enseñanzas y filosofías en la iglesia. En la primera parte del libro, Pablo se presenta como autor de la carta y expresa su agradecimiento y oraciones por los creyentes en Colosas. También les asegura de su confianza en la fe y amor que ellos demuestran al Señor y entre ellos mismos. Luego, el apóstol comienza a discutir la naturaleza de Jesucristo. Él declara que Jesús es la imagen visible del Dios invisible y que en él todas las cosas fueron creadas y se mantienen unidas. Pablo también enfatiza que Jesús es el Cabeza de la iglesia y ha reconciliado a los creyentes con Dios a través de su muerte y resurrección. Además, Pablo hace hincapié en la importancia de vivir en Cristo y crecer en la fe. Él advierte a los creyentes acerca de falsas enseñanzas y filosofías que pueden desviarlos de la verdad y les anima a seguir firmes en la fe. En la última parte de la carta, Pablo proporciona instrucciones prácticas para vivir una vida cristiana. Él les anima a ser bondadosos, humildes, pacientes y amorosos entre sí. Pablo también les da directrices sobre el matrimonio, la crianza de los hijos y el trabajo, y les exhorta a siempre dar gracias a Dios. En resumen, el libro de Colosenses habla sobre la naturaleza y la obra de Jesucristo, la importancia de vivir en él y crecer en la fe, y la necesidad de evitar las falsas enseñanzas y filosofías que pueden socavar la verdad. Pablo les da instrucciones prácticas para vivir una vida cristiana y les anima a mantenerse firmes en la fe.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Col 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
Col 1:2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Col 1:3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Col 1:4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,
Col 1:5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,
Col 1:6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
Col 1:7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,
Col 1:8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
Col 1:9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
Col 1:10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
Col 1:11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
Col 1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
Col 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
Col 1:14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Col 1:15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Col 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Col 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Col 1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
Col 1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Col 1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
Col 1:22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
Col 1:23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Col 1:24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
Col 1:25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,
Col 1:26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
Col 1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
Col 1:28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
Col 1:29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

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