Descubriendo La Gracia de Dios en el Nuevo Testamento: Romanos Capítulo 12


El libro del Nuevo Testamento de Romanos es uno de los más complejos e importantes en la teología cristiana, y el capítulo 12 en particular ofrece una guía práctica para la vida cristiana. En este capítulo, el apóstol Pablo habla sobre cómo vivir una vida de amor y servicio a Dios y a los demás. El primer versículo de Romanos 12 establece el tono para el resto del capítulo: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional". Esto significa que como cristianos, nuestra vida debe ser un sacrificio vivo para Dios, y que debemos ofrecer nuestra vida de manera racional y consciente. El resto del capítulo se divide en varias secciones. La primera sección (versículos 3-8) habla sobre los diferentes dones y habilidades que Dios ha dado a los creyentes y cómo estos deberían ser utilizados para edificar la iglesia y servir a los demás. La segunda sección (versículos 9-21) se enfoca en la ética y el comportamiento de los cristianos, y describe la vida de amor que Dios espera de sus seguidores. Este pasaje incluye instrucciones para amar a los demás, no vengarse, sino amar a los enemigos, y tratar de hacer el bien a todos. Finalmente, los últimos versículos (22-24) ofrecen una conclusión y exhortación a permanecer firmes en la fe, perseverando en la oración y la acción en el trabajo del Señor. En resumen, Romanos 12 nos insta a vivir una vida entregada a Dios, utilizando nuestros dones y habilidades para avanzar la obra de Dios y manifestando amor y servicio a los demás en todo momento.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rom 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Rom 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Rom 12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Rom 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Rom 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
Rom 12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
Rom 12:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
Rom 12:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Rom 12:15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
Rom 12:16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Rom 12:17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Rom 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Rom 12:19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Rom 12:20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Rom 12:21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

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