Explorando la riqueza teológica del Libro de Romanos: Un viaje a través del Nuevo Testamento - Parte 14


El Libro de Romanos en el Nuevo Testamento es considerado uno de los más teológicos y profundos de la Biblia. En el capítulo 14, el apóstol Pablo da instrucciones a los cristianos de Roma sobre cómo deben manejar las disputas entre los miembros de la iglesia y cómo deben tratar a los hermanos más débiles en su fe. El capítulo comienza con la premisa de que los cristianos no deben juzgarse los unos a los otros en cuestiones de comida y días festivos, ya que cada uno es responsable ante Dios por sus propias decisiones. Pablo también advierte a los fuertes en la fe que no deben menospreciar a los débiles ni hacer nada que los haga tropezar en su fe. El apóstol continúa diciendo que el Reino de Dios no se trata de comer o beber, sino de la justicia, la paz y la alegría en el Espíritu Santo. Él insta a los cristianos a buscar la paz y la edificación mutua en lugar de enfocarse en sus diferencias y disputas. Pablo también enseña en este capítulo que cada uno de nosotros es responsable de su propia relación con Dios y deberá responder por sus acciones en el juicio final. Esto significa que los cristianos no deben criticar a los demás por cuestiones que no afectan directamente su salvación eterna. Finalmente, Pablo termina el capítulo con un recordatorio de que el Reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder. Él anima a los cristianos a buscar la justicia, la paz y la alegría en el Espíritu Santo, y a edificarse mutuamente en el amor y la verdad de Cristo. En resumen, el capítulo 14 del Libro de Romanos nos muestra la importancia de respetar las diferencias entre los creyentes y de tratar a los hermanos débiles en la fe con amor y compasión. También nos recuerda que debemos enfocarnos en lo que realmente importa en nuestra relación con Dios: la justicia, la paz y la alegría en el Espíritu Santo.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rom 14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
Rom 14:2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
Rom 14:3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
Rom 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
Rom 14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
Rom 14:6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.
Rom 14:7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
Rom 14:8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Rom 14:9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
Rom 14:10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Rom 14:11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
Rom 14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Rom 14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Rom 14:14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.
Rom 14:15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.
Rom 14:16 No sea, pues, vituperado vuestro bien;
Rom 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Rom 14:18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.
Rom 14:19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Rom 14:20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.
Rom 14:21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.
Rom 14:22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Rom 14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

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