Explorando las enseñanzas poderosas del Libro 2 de Romanos en el Nuevo Testamento
Compartir
El Libro 2 de Romanos del Nuevo Testamento es una carta escrita por el apóstol Pablo a la iglesia de Roma. En el libro, Pablo continúa explicando la doctrina de la justificación por la fe, que es la creencia de que la salvación se obtiene a través de la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley.
En los primeros capítulos del libro, Pablo señala que tanto los gentiles como los judíos, son pecadores y necesitan la gracia y el perdón de Dios. También se enfoca en el hecho de que la ley de Moisés debería ser vista como una guía para vivir correctamente y no como una forma de ganarse la salvación.
En el Capítulo 5, Pablo explica que la justificación nos da paz con Dios y la reconciliación con Él. Del mismo modo, en los Capítulos 6 y 7, Pablo argumenta que los cristianos están libres del pecado y ahora son esclavos de la justicia, y deberían vivir sus vidas de acuerdo a esto.
En los siguientes capítulos, Pablo habla sobre cómo la nueva vida en Cristo no solo incluye la liberación del pecado, sino que también implica vivir en el Espíritu y ser guiados por Él. En el Capítulo 12, Pablo nos da un mandato de cómo debemos vivir nuestras vidas como cristianos, enfatizando la importancia de amar y servir a los demás y no conformarse al mundo.
Finalmente, en el Capítulo 16, Pablo concluye su carta saludando a varios miembros de la iglesia en Roma y dándoles instrucciones finales. En resumen, Romanos 2 es una parte crucial de la enseñanza de Pablo sobre la justificación por la fe, el pecado y la vida cristiana en general.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Rom 2:1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
Rom 2:1 Este versículo se refiere a la hipocresía de juzgar a otros mientras uno mismo comete los mismos errores. El apóstol Pablo está advirtiendo que no juzguemos a los demás, ya que todos somos pecadores y no tenemos el derecho u autoridad para juzgar o condenar a alguien más. Al hacerlo, nos estamos condenando a nosotros mismos, porque estamos demostrando que no podemos vivir a la altura de nuestros propios estándares de conducta. En otras palabras, debemos ser cuidadosos de no señalar a los demás por sus faltas mientras ignoramos nuestras propias faltas. En lugar de eso, debemos trabajar para mejorar nuestras propias vidas y ofrecer ayuda y apoyo a los demás.
Rom 2:2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.
Rom 2:2 Este versículo se refiere al juicio de Dios sobre aquellos que practican cosas malas o pecaminosas. La idea es que Dios juzgará de manera justa y verdadera a todas las personas según sus acciones y la forma en que han vivido sus vidas. Esto significa que aquellos que han hecho cosas malas recibirán un juicio justo de parte de Dios. En resumen, el versículo enfatiza la importancia de vivir una vida justa y evitar hacer cosas malas para evitar el juicio de Dios.
Rom 2:3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?
Rom 2:3 Este versículo se refiere a la hipocresía de juzgar a otros por sus acciones, mientras que uno mismo está haciendo lo mismo o algo igualmente mal. El apóstol Pablo está hablando condenadamente a aquellos que se creen justos por juzgar a otros, pero que en realidad están bajo el mismo juicio divino por sus propias acciones equivocadas. Este pasaje nos recuerda que debemos ser honestos con nosotros mismos y con nuestras acciones, en lugar de juzgar a otros y creernos mejores que ellos. Al final del día, todos seremos juzgados por nuestras acciones ante Dios, sin excepción.
Rom 2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Rom 2:4 Este versículo nos habla de la bondad y paciencia de Dios. En lugar de castigarnos inmediatamente por nuestros pecados, él nos muestra su amor y nos da la oportunidad de arrepentirnos. Si menospreciamos su bondad y no nos arrepentimos, ignoramos el camino que él nos está mostrando para cambiar nuestras vidas. Dios quiere lo mejor para nosotros y espera que reconozcamos su amor y nos alejemos del pecado.
Rom 2:5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
Rom 2:5 Este versículo de la Biblia habla sobre las consecuencias que enfrentarán aquellos que no se arrepienten de sus pecados y endurecen su corazón hacia Dios. En lugar de buscar el perdón y la gracia de Dios, están acumulando ira en su contra para el día del juicio final de Dios. Esto significa que sus acciones y elecciones tienen consecuencias en sus vidas e influirán en su destino final. Es una advertencia para que los cristianos se mantengan fieles a Dios y eviten el pecado y la dureza de corazón, buscando la gracia perdón divinos.
Rom 2:6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
Rom 2:6 Este versículo significa que Dios juzgará a cada persona según sus acciones. Es decir, las personas serán recompensadas o castigadas según lo que hayan hecho en sus vidas. No se salvan simplemente por creer en Dios, sino que su fe se demuestra en sus acciones y en cómo viven sus vidas. Dios juzgará a todos con justicia y cada uno recibirá su recompensa en base a las obras que haya realizado.
Rom 2:7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
Rom 2:7 Este versículo presenta una promesa de vida eterna para aquellos que, en lugar de buscar la gratificación de sus propios deseos, perseveran en hacer el bien. También se les promete la gloria y la honra junto con la inmortalidad. En otras palabras, Dios está diciendo que si somos fieles a hacer lo correcto, aunque pueda no ser fácil, Él nos dará la recompensa de una vida eterna llena de honor y gloria junto con una inmortalidad que nunca terminará. Este versículo nos muestra que debemos centrarnos en hacer lo correcto en lugar de perseguir nuestras propias metas egoístas si queremos ganar la promesa de vida eterna.
Rom 2:8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
Rom 2:8 Este versículo en la epístola de Pablo a los Romanos habla sobre las consecuencias de la actitud de las personas que buscan la contienda y no obedecen la verdad. La palabra contencioso se refiere a alguien que siempre está buscando discusiones y peleas, y aquellos que actúan de esta manera serán castigados con ira y enojo. Esta ira y enojo se refiere a la ira de Dios, que castiga a los que desobedecen sus leyes. Los que no obedecen la verdad y siguen la injusticia, es decir, aquellos que ignoran las leyes y principios justos, también serán castigados con la ira de Dios. En resumen, el versículo nos enseña que la actitud contenciosa y la desobediencia a la verdad y a la justicia traen consecuencias negativas.
Rom 2:9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,
Rom 2:9 El versículo Rom 2:9 del Nuevo Testamento dice que habrá tribulación y angustia sobre todo ser humano que haga lo malo, tanto para el judío como para el griego. Esto significa que aquellos que hagan cosas malas y no sigan las enseñanzas de Dios, tendrán consecuencias negativas y sufrirán por sus acciones. La tribulación y la angustia son las consecuencias de sus malas acciones y afectarán a todas las personas, sin importar su origen o religión. Es importante seguir los caminos justos y hacer lo correcto para evitar el sufrimiento y estar en paz.
Rom 2:10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;
Rom 2:10 Este versículo habla sobre cómo Dios recompensa a todas las personas que hacen lo bueno, sin importar si son judíos o griegos. La palabra 'gloria' se refiere a la exaltación y el honor que uno recibe cuando hace lo correcto. La 'honra' se refiere al respeto y la estima que uno recibe de los demás. Y la 'paz' se refiere a la tranquilidad y la armonía que se experimentan cuando uno vive una vida justa. En resumen, este versículo nos anima a hacer lo correcto porque Dios siempre recompensará a aquellos que lo hacen.
Rom 2:11 porque no hay acepción de personas para con Dios.
Rom 2:11 Este versículo significa que Dios no muestra favoritismo o prejuicios en su trato con la gente. En otras palabras, a los ojos de Dios, todos los seres humanos son iguales, independientemente de su raza, género, orígenes, riqueza o cualquier otra diferencia. Dios nos ama a todos por igual y nos trata con la misma justicia y equidad. Este versículo nos recuerda que no deberíamos juzgar ni discriminar a otras personas basándonos en cosas exteriores, sino que deberíamos amar y respetar a todos como hijos e hijas de Dios.
Rom 2:12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;
Rom 2:12 Este versículo está explicando que todas las personas que han pecado, ya sea que hayan conocido la ley de Dios o no, serán juzgadas. Si alguien ha pecado sin saber de la ley de Dios, morirá sin tener en cuenta el conocimiento de la ley. Si alguien ha pecado sabiendo de la ley de Dios, será juzgado de acuerdo con ella. La ley de Dios se aplica a todas las personas, tanto a los que la conocen como a los que no. Por lo tanto, nadie puede excusarse de ser juzgado ante Dios alegando ignorancia de la ley.
Rom 2:13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
Rom 2:13 El versículo 13 de Romanos 2 es parte de una discusión sobre el juicio de Dios, en la que Pablo está argumentando que no es suficiente para alguien simplemente conocer la ley de Dios o escuchar sus enseñanzas para ser considerado justo ante Dios. En lugar de eso, una persona solo puede ser justificada ante Dios si realmente hace lo que la ley de Dios requiere. En otras palabras, no es suficiente decir que se cree en Dios o conocer sus mandamientos, sino que uno debe esforzarse conscientemente para obedecer lo que la ley dicta. Esto implica tomar medidas activas para hacer lo que se considera correcto de acuerdo con la voluntad de Dios, lo que a su vez es lo que significa ser justo ante Él. En el contexto de Romanos 2, Pablo está tratando de ayudar a los miembros de la iglesia a comprender que su fe y las obras son dos aspectos igualmente importantes de su relación con Dios. No se trata solo de creer en Dios, sino de actuar en consecuencia y obedecer su ley.
Rom 2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
Rom 2:14 Este versículo habla sobre cómo los gentiles, que son personas que no son judías y no han recibido la ley de Dios como los judíos, pueden hacer lo que es correcto de acuerdo con la ley de Dios, simplemente siguiendo su propia conciencia. Aunque no tienen la ley escrita, todavía pueden entender lo que es correcto e incorrecto a través de su propia naturaleza y sentido de la moral. El versículo sugiere que cada persona tiene una ley en su propia conciencia, y que pueden ser juzgados tanto por las leyes escritas como por su propia conciencia. En otras palabras, incluso si alguien no tiene la ley escrita de Dios, todavía pueden ser considerados justos si hacen lo correcto de acuerdo con su propia conciencia. Este versículo también puede entenderse como una crítica a aquellos que se jactan de tener la ley escrita de Dios, pero no la siguen en su propia vida. Los gentiles que hacen lo correcto sin tener la ley escrita son una acusación a aquellos que no pueden seguir la ley que tienen.
Rom 2:15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
Rom 2:15 Este versículo de Romanos 2:15 habla acerca de cómo la conciencia del ser humano puede ser un testigo de cómo cumplimos la ley de Dios. Según este versículo, la ley escrita en nuestros corazones se refiere a un conocimiento innato del bien y del mal que todos poseemos. La conciencia, en este caso, funciona como una especie de juez interno que nos acusa o nos defiende ante las situaciones que enfrentamos. Por lo tanto, este versículo nos llama a prestar atención a nuestra propia conciencia y a tomar en cuenta sus señales en nuestra vida diaria. En el contexto de la carta a los romanos, este versículo es parte de una argumentación más amplia sobre cómo la ley divina es accesible para todo ser humano, incluso para aquellos que no han tenido acceso a una ley escrita como la que tenían los judíos.
Rom 2:16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
Rom 2:16 Este verso se refiere al juicio final que tendrá lugar cuando Jesucristo regrese a la Tierra. En ese día, Dios juzgará los secretos más profundos y oscuros de los corazones de los hombres, y lo hará de acuerdo con el evangelio que predicó el apóstol Pablo. El evangelio de Pablo se centra en la fe en Jesucristo y en su muerte y resurrección como el medio para la salvación de la humanidad. Por lo tanto, aquellos que aceptan a Jesucristo como su salvador y siguen su camino son quienes tendrán la oportunidad de tener una vida eterna en el Reino de Dios.
Rom 2:17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,
Rom 2:17 Este versículo nos habla sobre los judíos que confiaban en la ley de Dios como su medio de salvación y se enorgullecían de tener esa ley. Los judíos se consideraban a sí mismos como el pueblo elegido de Dios y esto les llevó a creer que tenían una posición privilegiada en la relación con Dios. Sin embargo, la ley de Dios no es suficiente para salvar a nadie, ya que nadie puede cumplirla completamente. Entonces, aunque los judíos se llamaban a sí mismos el pueblo elegido de Dios, debían recordar que su verdadera salvación y gloria en Dios solo pueden venir a través de la fe y la gracia de Jesucristo.
Rom 2:18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,
Rom 2:18 Este versículo se refiere a la capacidad de las personas para conocer la voluntad de Dios a través de la ley y ser instruidos en ella. En el contexto del capítulo 2 de la carta de Pablo a los Romanos, se está hablando de la hipocresía de los judíos que predicaban la ley pero no la seguían. El versículo 18 afirma que estos individuos conocen la voluntad de Dios y, a través de la ley, aprobarán lo mejor. En resumen, el versículo hace hincapié en la importancia de conocer y obedecer la ley de Dios para vivir una vida justa y así predicar con el ejemplo.
Rom 2:19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
Rom 2:19 Este versículo se encuentra dentro de un pasaje en el que el apóstol Pablo está hablando acerca de la hipocresía de aquellos que juzgan a los demás pero hacen lo mismo que ellos juzgan. En este caso, Pablo está hablando a los judíos que se jactan de conocer la ley y enseñarla a otros, pero no la cumplen ellos mismos. El versículo en sí mismo se refiere a la arrogancia de estos judíos, quienes se creen superiores a los demás por su conocimiento y su papel como maestros de la ley. Al decir que son "guía de los ciegos" y "luz de los que están en tinieblas", están afirmando que tienen la capacidad de conducir a otros hacia la verdad y la sabiduría. Sin embargo, Pablo está señalando que su arrogancia y su falta de obediencia a la ley de Dios es precisamente lo que les hace ciegos y en oscuridad. En lugar de ser verdaderos líderes y maestros, están engañando a los demás y llevándolos por un camino equivocado. En resumen, este versículo es una advertencia en contra de la arrogancia y la hipocresía, y nos recuerda que la verdadera sabiduría viene de la obediencia a la ley de Dios y la humildad ante Él.
Rom 2:20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.
Rom 2:20 Este versículo se encuentra en el capítulo 2 de la carta de Pablo a los Romanos, donde él está hablando acerca de cómo los judíos estaban juzgando a los gentiles por su conducta, pero ellos mismos no estaban cumpliendo la ley. En este versículo, Pablo está hablando de aquellos que tienen el conocimiento de la ley, es decir, los maestros y los instructores. Los maestros deben ser capaces de enseñar a aquellos que no tienen conocimiento de la ley y hacerlo de manera clara y efectiva. Además, deben ser capaces de enseñar a los niños, ya que tienen una mente más receptiva para aprender. Este versículo también destaca la importancia de tener el conocimiento de la ley, ya que es la forma de la ciencia y de la verdad. En otras palabras, la ley es la verdad que se debe seguir para tener una vida justa y recta. En resumen, este versículo destaca la importancia de tener maestros e instructores que puedan enseñar la ley de manera efectiva, especialmente a aquellos que no tienen conocimiento de ella. También destaca la importancia de seguir la ley, ya que es la verdad que se debe seguir para tener una vida justa y recta.
Rom 2:21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?
Rom 2:21 Este versículo es una crítica a aquellos que enseñan y predican ciertas conductas o enseñanzas, pero no las siguen ellos mismos. El apóstol Pablo está diciendo que si alguien va a ser un maestro, debe primero aplicar lo que está enseñando a su propia vida. En este caso específico, Pablo está desafiando a aquellos que enseñan que no se debe hurtar, pero son hipócritas y ellos mismos hurtan. Les está preguntando si se dan cuenta de que están engañando a otros si no aplican sus enseñanzas en su propia vida. El mensaje es claro: no podemos ser buenos maestros o enseñar algo que no estamos dispuestos a practicar nosotros mismos. Debemos hacer un esfuerzo para vivir de acuerdo con nuestras creencias y no ser hipócritas en enseñar algo que nosotros mismos no estamos dispuestos a seguir.
Rom 2:22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?
Rom 2:22 Este versículo hace referencia a la hipocresía de las personas que juzgan y condenan a otros por ciertas acciones, pero luego ellos mismos las hacen. En este caso, se menciona el adulterio y el sacrilegio (la violación de lugares sagrados o el uso indebido de objetos religiosos), acciones que se consideran malas y pecaminosas según las enseñanzas cristianas. Sin embargo, hay personas que dicen no hacer esas cosas, pero en realidad las hacen. Por lo tanto, este versículo es una crítica a aquellos que se comportan de manera hipócrita y deben examinar sus propias acciones antes de juzgar a los demás.
Rom 2:23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?
Rom 2:23 Este verso está hablando a aquellos que se jactan de cumplir la ley de Dios, pero que en realidad la están quebrantando. El apóstol Pablo está señalando que el pecado no solo es hacer algo que se sabe que está mal, sino también no hacer lo que se sabe que es correcto. Al afirmar que 'con infracción de la ley deshonras a Dios', Pablo está indicando que la vida de una persona es un testimonio a su fe, y que aquellos que quebrantan la ley de Dios están deshonrando su nombre. En otras palabras, no es suficiente simplemente presumir de obedecer la ley de Dios, sino que debemos vivir según sus mandatos para ser un verdadero testimonio de nuestra fe y honrar a Dios en todo lo que hacemos.
Rom 2:24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.
Rom 2:24 Este verso se refiere al hecho de que los judíos, que se consideraban a sí mismos los portadores de la verdad de Dios mediante sus escrituras y tradiciones religiosas, estaban fallando en vivir de acuerdo a esas enseñanzas. En lugar de ser luz y testimonio para los gentiles (personas no judías), estaban haciendo cosas que deshonraban el nombre de Dios y llevaban a la gente a hablar mal de Él. En otras palabras, el comportamiento hipócrita y contradictorio de los judíos estaba alejando a las personas de Dios en lugar de atraerlas a Él. Este versículo es una advertencia para nosotros hoy en día también; que nuestras acciones tendrán un impacto en la forma en que las personas ven a Dios y a su iglesia. Debemos vivir de acuerdo con nuestro llamado como cristianos para que el nombre de Dios sea alabado en lugar de blasfemado.
Rom 2:25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.
Rom 2:25 Este versículo hace referencia a la práctica de la circuncisión en la religión judía. La circuncisión es un rito que consiste en la eliminación del prepucio en el caso de los varones. Esto se hacía como una señal de pertenencia al pueblo elegido de Dios y como un acto de obediencia a la Ley de Moisés. El apóstol Pablo está diciendo que la circuncisión no garantiza la salvación. Lo que realmente importa es seguir la ley de Dios y ser fiel a sus mandamientos. Si una persona es circuncidada, pero no cumple con la ley, esa circuncisión no tiene ningún valor. De hecho, Paul dice que esa circuncisión se convierte en "incircuncisión". Es decir, que es como si esa persona nunca se hubiera circuncidado. Este versículo sugiere que la circuncisión y otros ritos religiosos no deben ser utilizados para justificar la falta de obediencia a Dios. Lo que realmente importa es ser fiel a los mandamientos de Dios y seguir su voluntad.
Rom 2:26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?
Rom 2:26 Este versículo se refiere a la circuncisión, una práctica religiosa importante en el judaísmo que implicaba la eliminación del prepucio masculino. En el judaísmo, la circuncisión era vista como una señal del compromiso con Dios y su Ley. El versículo dice que si alguien que no ha sido circuncidado sigue obedientemente las leyes de Dios, su falta de circuncisión no será una barrera para su relación con Dios. En lugar de ser considerado externamente como un no judío, será considerado igual a alguien que ha sido circuncidado. Esto significa que lo importante no es la práctica en sí misma (en este caso, la circuncisión), sino la fe y la obediencia a Dios. En otras palabras, la verdadera espiritualidad no está determinada por actos externos, sino por la verdadera disposición del corazón.
Rom 2:27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.
Rom 2:27 Este versículo está hablando sobre cómo tener la circuncisión física (un acto de la ley judía) no es suficiente para asegurar la salvación. En otras palabras, solo porque alguien ha sido circuncidado físicamente, no significa automáticamente que están viviendo de acuerdo a la ley de Dios. El versículo apunta a la importancia de vivir una vida justa y conformarse a la ley de Dios en lugar de simplemente seguir tradiciones y ritos externos. Incluso alguien que no tiene la circuncisión física pero vive de acuerdo a la ley de Dios es más justo que aquellos que se jactan de su circuncisión pero no viven de acuerdo a la ley. En resumen, el versículo está diciendo que una persona que no cumple con una práctica religiosa en particular pero vive de acuerdo a la ley de Dios es más justo que alguien que sigue la práctica religiosa pero no vive de acuerdo a la ley. La vivencia fiel de la ley de Dios es más importante que las prácticas religiosas externas.
Rom 2:28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;
Rom 2:28 Este versículo significa que no basta simplemente ser judío externamente, basándose en la observancia de las tradiciones y la circuncisión física. Ser judío de verdad implica algo más que un cumplimiento superficial de las costumbres y rituales. En realidad, es una cuestión de actitud en el corazón y la mente, dedicándose a Dios de forma sincera y obedeciendo Sus mandatos. Es decir, ser judío (o cristiano) auténtico es algo que se refleja en los pensamientos, las acciones y las intenciones, y no solo en la apariencia externa.
Rom 2:29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Rom 2:29 En este versículo, el apóstol Pablo está explicando que ser judío no se trata solo de tener ascendencia judía o de cumplir con rituales judíos externos, como la circuncisión. En cambio, ser judío es más bien una cuestión de la actitud del corazón y del espíritu, de estar en relación con Dios a través de una fe en Él. Pablo está destacando la importancia de la verdadera circuncisión del corazón, es decir, de una transformación interior y espiritual que tiene lugar cuando uno se somete a Dios y lo reconoce como Señor. El verdadero judío, entonces, no es aquel que solo cumple con la letra de la ley, sino aquel que vive una vida transformada por el poder del Espíritu de Dios. La alabanza y el reconocimiento que vienen como resultado de esto no provienen de los hombres, sino de Dios.