Descubriendo la Gracia de Dios a través del Libro de Romanos: Una Nueva Perspectiva en el Nuevo Testamento
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El libro de Romanos, en su cuarta sección, trata principalmente sobre la justificación por la fe. El apóstol Pablo argumenta que tanto judíos como gentiles están pecadores y necesitan ser justificados por la fe en Jesucristo, quien murió y resucitó para salvar a toda la humanidad.
Pablo explica que la justificación no se obtiene por medio de las obras de la ley, sino por medio de la fe en Cristo. Él afirma que Abraham fue justificado por la fe antes de ser circuncidado y destaca que la justificación es para todos los creyentes, tanto judíos como gentiles.
Luego, Pablo habla sobre la paz y la esperanza que tenemos en Cristo a pesar de las tribulaciones que enfrentamos en este mundo. Él invita a los creyentes a vivir una vida santa y a servir a Dios con todo su ser.
Finalmente, Pablo exhorta a los creyentes a amarse mutuamente y a honrar a las autoridades establecidas por Dios. Él también da un saludo personal a varios miembros de la iglesia en Roma.
En resumen, el libro de Romanos, en su cuarta sección, enfatiza que la justificación por la fe es para todos los creyentes, tanto judíos como gentiles. También enseña sobre la paz y la esperanza que tenemos en Cristo, la importancia de una vida santa y el amor y respeto a las autoridades.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Rom 4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
Rom 4:1 Este verso es el comienzo de un capítulo que habla sobre la justificación de la fe. Pablo, el autor de la epístola a los Romanos, se refiere a Abraham como "nuestro padre según la carne", lo que significa que es un antepasado de los judíos y cristianos que comparten una herencia común. Pablo pregunta qué encontró Abraham, lo que implica que algo fue descubierto por él. Luego, en los versículos siguientes, Pablo argumenta que fue la fe lo que halló Abraham. Él fue justificado por su fe en Dios, no por sus obras. Esto es importante porque en la cultura judía de la época, se creía que la justificación venía por cumplir la ley y las obras. Pablo está demostrando que la justificación viene por la fe y no por las obras de la ley. Esto es especialmente relevante para los cristianos gentiles, ya que no estaban obligados a cumplir con la ley judía. Abraham se convierte en un ejemplo de justificación por la fe para todos los creyentes, independientemente de su origen cultural o étnico.
Rom 4:2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.
Rom 4:2 Este versículo significa que si Abraham hubiera sido justificado por sus obras, podría haberse sentido orgulloso de sí mismo y haberse jactado de sus logros ante otras personas. Sin embargo, la verdadera justificación no viene de las obras, sino de la fe en Dios. Por lo tanto, Abraham no tenía nada de qué gloriarse ante Dios por sus propias obras. La justificación por la fe es un don de Dios, y solo a través de la fe en Él podemos ser considerados justos ante Él.
Rom 4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Rom 4:3 Este versículo hace referencia a la fe de Abraham en Dios y cómo su fe fue contada como justicia ante los ojos de Dios. En el contexto más amplio, el pasaje de Romanos 4 habla sobre cómo la justificación viene por la fe en Jesucristo, y no por las obras de la Ley. Abraham es un ejemplo de alguien que fue justificado por su fe en Dios, y no por sus obras. Dios contó su fe como justicia, lo que significa que lo declaró justo y libre de culpa.
Rom 4:4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;
Rom 4:4 Este versículo de la carta a los Romanos de Pablo está hablando sobre la justificación por la fe y no por las obras. Pablo está explicando que si alguna persona trata de ganar su salvación a través de sus buenas obras, entonces eso no sería un regalo o una gracia. En cambio, sería algo que se le debe a esa persona. En otras palabras, si crees que puedes ganar el cielo con tus propios esfuerzos, entonces estás en deuda con Dios. Pero Dios nos ofrece la salvación como un regalo gratuito a través de la fe en su hijo Jesucristo. Por lo tanto, la salvación no se gana ni se merece, sino que se recibe por gracia a través de la fe en Cristo.
Rom 4:5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Rom 4:5 En este versículo, el apóstol Pablo está explicando que la salvación no se gana por las obras que una persona hace, sino por su fe en Dios y en su obra redentora a través de Jesucristo. Aquellos que creen en la justificación que Dios ofrece a través de su gracia y perdón son considerados justos ante sus ojos. No depende de lo que hagan, sino de su confianza en Dios. La fe es la forma en que se accede a la justicia divina y no hay ninguna acción que pueda ganarla.
Rom 4:6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
Rom 4:6 Este verso se refiere a la idea de que una persona puede recibir la justicia de Dios sin tener que hacer obras buenas para ganarla. En otras palabras, la justicia de Dios no es algo que se gana trabajando duro o haciendo méritos, sino que es un regalo que se concede por la gracia de Dios. El verso también hace referencia a David, el rey de Israel, quien habló sobre la felicidad que siente una persona que ha sido declarada justa por Dios sin tener que hacer nada para merecerlo. En resumen, el verso está hablando sobre la idea de que la justicia de Dios es un regalo gratuito para aquellos que creen en Él y confían en su gracia.
Rom 4:7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.
Rom 4:7 Este versículo hace referencia a una cita del Salmo 32:1-2, donde se habla de las bendiciones que reciben aquellos que han sido perdonados por Dios y cuyos pecados han sido cubiertos. En el contexto de Romanos 4, el apóstol Pablo está hablando de la justificación por la fe y cómo Abraham fue justificado por su fe en Dios, no por sus obras. El versículo es una afirmación de que aquellos que confían en Dios para su salvación y son perdonados de sus pecados, son verdaderamente bendecidos. Esto no significa que el perdón de Dios sea una excusa para seguir pecando, sino que aquellos que son perdonados por Dios responden a este perdón con gratitud y obediencia, buscando vivir una vida piadosa y justa.
Rom 4:8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
Rom 4:8 Este versículo se refiere a la justificación por la fe, que es un tema importante en el Nuevo Testamento. La justificación es un acto de Dios en el que él declara a un pecador como justo, basado en la fe en Jesucristo como su Salvador y en su sacrificio en la cruz como el pago por sus pecados. En este versículo, el apóstol Pablo está citando al rey David en el Salmo 32:2, donde David se regocija en la bendición de haber sido perdonado de su pecado y liberado de la culpa. Pablo utiliza esta cita para explicar que Dios justifica a los pecadores que confían en Jesús como su Salvador, no por su propio mérito sino por la gracia de Dios. La palabra "bienaventurado" significa "dichoso" o "feliz". Por lo tanto, este versículo significa que aquellos a quienes Dios justifica por la fe en Jesucristo son verdaderamente felices, ya que no tienen la carga de la culpabilidad del pecado sobre ellos. Dios no les imputa su pecado, sino que les perdona y les purifica, haciéndolos justos ante sus ojos.
Rom 4:9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.
Rom 4:9 Este versículo se refiere a la pregunta de si la justificación por la fe es sólo para los judíos circuncisos o para todos los que creen, incluso los no circuncisos. La idea que presenta es que la fe de Abraham no se contó por su circuncisión, sino por su fe en Dios. En otras palabras, la justificación no se basa en la obediencia a las leyes y ritos religiosos, sino en la fe en Dios y su gracia. Este es un tema importante en la carta a los Romanos, ya que el apóstol Pablo estaba tratando de establecer que la salvación es por gracia a través de la fe en Jesucristo, no por obras de la ley.
Rom 4:10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.
Rom 4:10 Este versículo se refiere a Abraham y cómo su fe le fue contada como justicia ante Dios. En la época de Abraham, la circuncisión era una señal de la alianza entre Dios y los judíos, pero Abraham fue justificado por su fe antes de ser circuncidado. Entonces, este versículo está diciendo que la justificación de Abraham no vino como resultado de su circuncisión, sino que vino a través de su fe, estuviera circuncidado o no. En otras palabras, la fe es lo que importa a Dios, no las acciones físicas externas.
Rom 4:11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
Rom 4:11 Este versículo de Romanos 4:11 se refiere al patriarca Abraham, quien recibió la circuncisión como señal o sello de que había sido justificado por la fe que tenía en Dios, incluso antes de ser circuncidado. La circuncisión era un rito importante en la tradición judía, y se realizaba en la edad adulta, como una señal de pertenencia al pueblo de Dios. En el caso de Abraham, sin embargo, él fue justificado por su fe antes de ser circuncidado, lo que significa que su relación con Dios no dependía de la observancia de la ley o los ritos judíos, sino de su confianza en Dios y su fidelidad a su llamado. Esto lo convirtió en un modelo de fe para todos los creyentes, tanto judíos como gentiles. El versículo también destaca que Abraham fue elegido para ser el padre de todos los creyentes, tanto circuncidados como no circuncidados, lo que significa que la justicia por la fe estaba disponible para todos, sin importar su origen étnico o religioso. En resumen, el versículo celebra la universalidad de la fe y la justicia por la fe en Dios.
Rom 4:12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
Rom 4:12 Este versículo se refiere a que Abraham fue considerado el "padre de la circuncisión" ya que fue el primer hombre en recibir la orden de circuncidarse como una señal de su pacto con Dios. Sin embargo, el versículo también indica que la fe y la obediencia de Abraham no estaban determinadas por su circuncisión. De hecho, muchos gentiles (no circuncisos) han seguido el ejemplo de Abraham al creer en Dios y seguir sus mandamientos, lo que demuestra que la fe y la obediencia son más importantes que cualquier ritual o práctica.
Rom 4:13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Rom 4:13 En este versículo, el apóstol Pablo está explicando que la promesa de que Abraham y su descendencia serían herederos del mundo no se basó en la observancia de la ley, sino en la justicia de la fe. Esto significa que la salvación y la bendición de Dios no dependen de nuestra capacidad de cumplir la ley, sino de creer en la fe en Jesucristo. En otras palabras, lo que importa es nuestra relación personal con Dios a través de la fe, y no nuestros esfuerzos por seguir una lista de reglas y mandamientos. Por lo tanto, la herencia de Abraham y sus descendientes se basa en su fe en Dios y su confianza en su palabra, y no en su cumplimiento de la ley.
Rom 4:14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
Rom 4:14 Este versículo explica que si la salvación y la herencia eterna fueran alcanzadas solo por los méritos de cumplir con la ley, entonces la fe que se tiene en Cristo sería inútil y la promesa de una vida eterna sería anulada. En otras palabras, si la ley fuera la única manera de obtener la salvación, entonces la fe en Jesús y en su obra redentora en la cruz no tendría sentido. Por lo tanto, la verdadera herencia y promesa de una vida eterna solo puede ser obtenida a través de la fe en Jesucristo.
Rom 4:15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Rom 4:15 Este versículo de la carta de Pablo a los Romanos está hablando de la relación entre la ley de Dios y el pecado. Según la ley de Dios, hay ciertas cosas que son consideradas pecado, y cuando alguien comete uno de estos actos, se dice que están transgrediendo la ley. Sin embargo, lo que este versículo sugiere es que la ley en sí misma no puede salvar a una persona ni eliminar el pecado. De hecho, la ley puede tener el efecto contrario, produciendo ira en aquellos que no pueden cumplirla completamente. Por otro lado, donde no hay ley, no hay transgresión. Esto significa que si la ley de Dios no se ha revelado a alguien, no pueden considerar que están haciendo algo malo y, por lo tanto, no pueden ser juzgados por ello. En resumen, el versículo está diciendo que la ley de Dios puede señalar el pecado, pero no puede remediarlo. Solo a través de la fe en Jesucristo, quien murió por nuestros pecados, podemos ser liberados de la condena del pecado y obtener la salvación.
Rom 4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros
Rom 4:16 Este versículo habla sobre cómo la promesa de Dios de salvar a la humanidad no depende de nuestras acciones o cumplimiento de la ley, sino que se basa en nuestra fe en Él. La gracia de Dios significa que Él nos ofrece su regalo de salvación sin condiciones, pero solo lo recibimos por medio de nuestra fe. La promesa se aplica a todos los descendientes de Abraham que creen en Dios, independientemente de si estaban bajo la ley o no. La fe de Abraham lo convierte en un ejemplo y modelo para toda su descendencia, que incluye a todos los que creen en Dios.
Rom 4:17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Rom 4:17 Este versículo se refiere a la fe de Abraham en Dios. Dios le había prometido que sería el padre de muchas naciones, a pesar de que él y su esposa eran mayores y no tenían hijos. A pesar de las apariencias y las dificultades, Abraham creyó en la promesa de Dios y su fe le fue contada como justicia. El versículo también enfatiza la capacidad de Dios para dar vida a los muertos y hacer que las cosas que no existen se conviertan en realidad. Esto es un recordatorio de que nuestra fe en Dios no se basa únicamente en lo que podemos ver o entender racionalmente, sino en la capacidad sobrenatural de Dios para cumplir sus promesas y llevar a cabo su plan para nuestras vidas.
Rom 4:18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.
Rom 4:18 Este versículo hace referencia a la gran fe de Abraham en Dios y su promesa de hacerlo padre de muchas naciones. A pesar de que Abraham y su esposa Sara eran muy ancianos y no podían tener hijos, él todavía creyó en la promesa de Dios de que tendría un hijo y que sería el padre de muchas naciones. Aunque parecía imposible que esto sucediera, Abraham mantuvo su fe en Dios y al final, Dios cumplió su promesa. Este versículo nos enseña el valor de tener fe en Dios, incluso en las situaciones más difíciles y aparentemente imposibles.
Rom 4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
Rom 4:19 Este versículo hace referencia a Abraham, quien creyó en la promesa de Dios de que tendría un hijo a pesar de que él y su esposa Sara eran mayores y ella era estéril. Aunque Abraham sabía que su cuerpo y el de Sara no eran capaces de concebir, no perdió la fe en Dios y creyó que Él cumpliría su promesa. Por lo tanto, el versículo enfatiza la importancia de la fe en Dios incluso en circunstancias difíciles o aparentemente imposibles.
Rom 4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
Rom 4:20 Este versículo se refiere a la historia de Abraham en el Antiguo Testamento, quien recibió una promesa de Dios de que tendría un hijo a pesar de que él y su esposa Sarah eran muy mayores. Abraham no dudó de la promesa y confió en la fidelidad de Dios. El versículo dice que Abraham no dudó por incredulidad, lo que significa que no cuestionó la veracidad o la posibilidad de la promesa de Dios. En lugar de eso, fortaleció su fe y confianza en Dios, lo que le permitió darle gloria a Dios. Esto demuestra la importancia de la fe y la confianza en Dios para recibir sus promesas y bendiciones.
Rom 4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
Rom 4:21 Este versículo es parte del contexto en el que se describe la fe de Abraham. El apóstol Pablo argumenta que Abraham fue justificado por su fe y no por las obras de la Ley. El versículo en cuestión hace referencia a la fe de Abraham en la promesa de Dios de que tendría descendencia a pesar de que él y su esposa eran muy mayores. Abraham estaba "plenamente convencido" de que Dios tenía el poder y había prometido cumplir todo lo que había dicho. Este nivel de confianza permitió que Abraham creyera en la promesa divina y, por lo tanto, lo justificara ante Dios. Este pasaje es importante porque muestra la importancia de la fe en la justificación, y cómo esta fe debe ser puesta en Dios, quien es el único poderoso para cumplir sus promesas.
Rom 4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
Rom 4:22 El versículo Rom 4:22 del Nuevo Testamento hace referencia a Abraham, un personaje bíblico que fue considerado justo por Dios debido a su fe en Él. La justicia de Abraham no se debía a sus obras, sino a su fe en Dios. Este versículo en particular establece que su fe fue contada como justicia. En resumen, lo que Pablo quiere decir es que la fe es un requisito fundamental para ser justificado delante de Dios, no porque la fe en sí misma sea algo meritorio, sino porque es la respuesta adecuada y necesaria a la gracia de Dios. Abraham es un modelo de fe, no porque fuera perfecto, sino porque confiaba en el poder y la promesa de Dios.
Rom 4:23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
Rom 4:23 Este versículo se refiere a Abraham y su fe en Dios. El apóstol Pablo está hablando de cómo Abraham fue considerado justo ante los ojos de Dios por su fe, antes de que fuera circuncidado y antes de que la Ley fuera dada a Moisés. Pablo está argumentando que la justificación por la fe en Jesucristo es una verdad universal que se extiende más allá de la ley de Moisés y que esta misma justificación de Abraham fue profetizada en los escritos del Antiguo Testamento. El versículo se refiere a Génesis 15:6, donde dice que "Abraham creyó en el Señor, y le fue contado como justicia". En otras palabras, Abraham no fue considerado justo por sus propias obras o su observancia de la Ley, sino por su fe en Dios.
Rom 4:24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
Rom 4:24 Este versículo se refiere a la justificación por la fe en Jesucristo. Pablo está hablando de Abraham y cómo él fue justificado por creer en Dios, incluso antes de que la ley mosaica fuera dada. Pero el versículo continúa diciendo que esta justificación por la fe también se aplica a nosotros, los que creemos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, quien fue resucitado de entre los muertos. En otras palabras, nuestra justificación no depende de nuestras obras o la observancia de la ley, sino de nuestra fe en Jesucristo y su obra en la cruz.
Rom 4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
Rom 4:25 Este versículo se refiere a Jesucristo, quien fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó de los muertos para nuestra justificación. La muerte de Jesús fue el sacrificio que se hizo para redimirnos de nuestros pecados y la resurrección de Jesús es la prueba de que su sacrificio fue aceptado por Dios y que hemos sido declarados justos ante Él. En resumen, Jesús murió para pagar nuestras deudas de pecado y resucitó para darnos vida eterna y la justificación ante Dios.