Romanos: La guía definitiva para entender el Nuevo Testamento del Libro 7
Compartir
El libro de Romanos del Nuevo Testamento es una de las cartas más importantes escritas por el apóstol Pablo a los cristianos en Roma. A lo largo de sus 16 capítulos, Pablo discute temas clave como la justificación por la fe, la ley y el pecado, la relación entre el judaísmo y el cristianismo, la vida en Cristo y la importancia de la obediencia a Dios.
En el capítulo 1, Pablo explica que todos los seres humanos conocen a Dios, pero muchos han rechazado su verdad en favor de la idolatría y el pecado. En el capítulo 2, discute la importancia de la justicia y la hipocresía, y argumenta que todos los seres humanos son pecadores y deben buscar la gracia de Dios para ser salvados.
En los capítulos 3 y 4, Pablo habla sobre la justificación por la fe, explicando que los creyentes son justificados ante Dios por su fe en Jesucristo. En el capítulo 5, habla sobre la obra redentora de Cristo y cómo a través de Él, el pecado y la muerte han sido conquistados.
En los capítulos 6 y 7, Pablo discute la importancia de la santificación y la lucha contra el pecado en la vida de los creyentes. El capítulo 8 es uno de los más importantes de todo el libro, ya que presenta la victoria que los creyentes tienen en Cristo, asegurando la salvación y la vida eterna.
En los capítulos 9 a 11, Pablo argumenta que la salvación es tanto para judíos como para gentiles, y que Dios tiene un plan para su pueblo elegido. En los capítulos finales, 12 a 16, Pablo describe cómo los creyentes deben vivir en el mundo, sirviendo a Dios y amando a los demás.
En resumen, el libro de Romanos es una de las cartas más importantes en el Nuevo Testamento, ofreciendo una visión profunda y significativa de la vida en Cristo, la justificación por la fe y la lucha contra el pecado. Es un llamado a la obediencia a Dios, un recordatorio de la gracia de Dios y un aliento para vivir una vida plena de amor y servicio a los demás.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Rom 7:1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
Rom 7:1 Este versículo se encuentra en la carta de Pablo a los Romanos y está dirigido a aquellos que conocen la ley judía. Pablo está hablando de cómo la ley, específicamente la ley de Moisés, se enseñorea sobre el hombre mientras vivimos. Él está diciendo que la ley tiene autoridad sobre nosotros y nos enseña lo que es bueno y malo según los estándares de Dios. Este versículo también puede interpretarse como que, mientras estamos vivos, estamos sujetos a la ley y sus demandas, lo que a veces nos lleva a pecar. En contextos más amplios, el capítulo 7 de Romanos explora temas como la ley, el pecado y la libertad en Cristo.
Rom 7:2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Rom 7:2 Este versículo se refiere a la ley que se aplica a las mujeres casadas. Básicamente, dice que una mujer que está casada está sujeta a su esposo mientras su esposo esté vivo, lo que significa que ella debe obedecer y respetar a su esposo como cabeza de la familia. Sin embargo, si su esposo muere, ella ya no está sujeta a la ley del esposo y es libre de tomar sus propias decisiones. Esto significa que puede casarse nuevamente o elegir vivir sola si lo desea. Este versículo es una explicación de la ley del matrimonio y cómo las leyes bíblicas se aplican a las parejas casadas.
Rom 7:3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
Rom 7:3 El versículo de Romanos 7:3 se refiere a la ley del matrimonio y la fidelidad dentro del matrimonio. La ley establece que una mujer que está casada no puede unirse a otro hombre sin ser considerada adúltera. Si el marido muere, la mujer ya no está sujeta a esa ley y es libre de casarse con otro hombre sin ser considerada adúltera. El versículo destaca la importancia de la fidelidad en el matrimonio y la necesidad de obedecer las leyes establecidas para mantener la integridad y el respeto en las relaciones de pareja.
Rom 7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Rom 7:4 Este versículo se refiere a la idea de que, como creyentes en Jesucristo, hemos sido liberados de la ley y de la esclavitud del pecado. El cuerpo de Cristo se refiere a su muerte en la cruz, que nos ha dado la oportunidad de morir al pecado y renacer en una nueva vida en Él. Al ser "de otro", nos convertimos en hijos de Dios y seguimos su camino en lugar de seguir la ley. Al llevar fruto para Dios, nos aseguramos de estar cumpliendo con Su voluntad y glorificando Su nombre.
Rom 7:5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
Rom 7:5 Este versículo se refiere a cómo, antes de conocer a Cristo y ser transformados por su poder, vivíamos bajo la influencia del pecado y la ley. La ley en sí misma no tenía el poder de salvarnos o hacernos justos ante Dios, sino que exponía nuestro pecado y nuestra incapacidad para cumplirla. Como resultado, nuestras pasiones pecaminosas se expresaban a través de nuestras acciones, causando una cosecha espiritual de muerte. Pero cuando entregamos nuestra vida a Cristo y nos sometemos a su señorío, somos liberados de esa esclavitud al pecado y podemos vivir en su gracia y verdad.
Rom 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
Rom 7:6 El versículo Rom 7:6 del Nuevo Testamento menciona que los creyentes en Jesús están libres de seguir la ley antigua, ya que han muerto para la esclavitud que ella producía. En cambio, pueden ahora servir en una relación nueva con el Espíritu Santo como su guía y fuerza, y no en una relación legalista con la letra de la ley. La ley antigua no ha desaparecido, pero ahora el creyente tiene una nueva forma de obedecerla, no por obligación, sino por amor a Dios y al prójimo. En resumen, este versículo habla de la liberación del legalismo y la llegada de una relación personal con Dios a través del Espíritu Santo.
Rom 7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Rom 7:7 En este versículo, el apóstol Pablo está respondiendo a una posible objeción a la idea de que la ley de Dios revela el pecado. La objeción podría ser que si la ley muestra el pecado, entonces ¿no es la ley en sí misma pecaminosa? La respuesta de Pablo es que la ley no es pecaminosa. Al contrario, la ley es santa, justa y buena (Romanos 7:12). Pero entonces, ¿cómo es que la ley revela el pecado? Pablo explica que él mismo no habría conocido el pecado si no fuera por la ley. En otras palabras, la ley le mostró lo que el pecado era. Para ilustrar este punto, Pablo usa el ejemplo de la codicia. Si la ley no hubiera prohibido la codicia, Pablo nunca hubiera sabido que esa actitud era pecaminosa. En resumen, el versículo se refiere a la relación entre la ley y el pecado. La ley no es pecaminosa en sí misma, pero muestra el pecado en el corazón humano y nos ayuda a entender qué es lo que agrada a Dios y qué no.
Rom 7:8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
Rom 7:8 Este versículo hace referencia a cómo la ley y el pecado están relacionados en la vida de una persona. El apóstol Pablo está hablando de su propia experiencia antes de conocer a Cristo. Él dice que el pecado aprovechó la oportunidad que le dio la ley para producir en él el deseo de hacer lo que era malo. Sin la ley, no habría habido ninguna oportunidad para el pecado de tentar a Pablo. El verso también enfatiza que sin la ley, el pecado estaría muerto. Esto significa que sin la ley para mostrarle a la gente lo que es malo, no habría ningún pecado en la vida de una persona. En otras palabras, la ley es necesaria para revelar el pecado. En resumen, este versículo habla de cómo la ley y el pecado están relacionados y cómo el pecado puede aprovecharse de la ley para tentar a las personas a pecar. También dice que la ley es necesaria para mostrar lo que es malo y revelar el pecado en nuestras vidas.
Rom 7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
Rom 7:9 En este versículo, el apóstol Pablo describe cómo la ley de Dios revela la naturaleza pecaminosa del corazón humano. Antes de recibir el mandamiento, es decir, antes de conocer la ley de Dios, Pablo vivía sin una conciencia clara del pecado. Pero cuando escuchó el mandamiento, su conciencia se iluminó y se dio cuenta de cuán malo era el pecado en su vida. Aunque esta revelación es buena, también revela la gravedad del pecado y muestra que todos necesitamos la gracia de Dios para ser salvos. Por lo tanto, el pecado "revivió" en el sentido de que se volvió más evidente y peligroso después de que Pablo se dio cuenta de su existencia y murió en el sentido de que la ley le mostró su necesidad de Jesucristo como Salvador.
Rom 7:10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
Rom 7:10 Este versículo se encuentra en Romanos 7:10 del Nuevo Testamento y hace referencia a la ley de Dios dada a los seres humanos para tener vida. El apóstol Pablo, quien escribió este versículo, se refiere a su propia experiencia al intentar seguir la ley de Dios en su propia fuerza y capacidad. Pablo se da cuenta de que la ley, aunque era buena en sí misma, le resultó en última instancia para la muerte porque no tenía la capacidad de cumplirla adecuadamente. La ley no tiene la capacidad de salvar a nadie, sino que solo nos muestra nuestro pecado. Por lo tanto, el mensaje de este versículo es que la ley no puede salvarnos, sino que necesitamos la gracia de Dios a través de Jesucristo para tener vida y salvación. Solo podemos tener vida eterna a través de la fe en Jesucristo y su sacrificio en la cruz por nuestros pecados.
Rom 7:11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
Rom 7:11 Este versículo fue escrito por el apóstol Pablo en su carta a los Romanos, y hace referencia a la lucha interna que muchas personas enfrentan entre su deseo de hacer lo correcto y su tendencia a pecar. Pablo dice que el pecado (que puede entenderse como cualquier acción o actitud que va en contra de la voluntad de Dios) utiliza el mandamiento (la ley divina) como una oportunidad para engañar a las personas y llevarlas a la muerte espiritual. En otras palabras, el mandamiento de Dios nos muestra lo que es correcto y lo que es incorrecto, pero el pecado usa este mandamiento para justificar y excusar nuestras acciones pecaminosas. Pero, afortunadamente, este no es el final de la historia. En capítulos posteriores, Pablo explicará que gracias a la gracia de Dios y al sacrificio de Jesús en la cruz, podemos encontrar la libertad y la victoria sobre el pecado.
Rom 7:12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
Rom 7:12 Este verso hace referencia a la importancia de la ley en la vida cristiana. La ley, que es el conjunto de mandamientos y preceptos dados por Dios en el Antiguo Testamento, es considerada santa y justa. A través de la ley, Dios estableció las normas para que las personas vivieran de acuerdo a su voluntad y tuvieran una relación correcta con él. Sin embargo, la ley también muestra la debilidad humana para cumplirla en su totalidad, y expone la necesidad de la salvación a través de Jesús. En resumen, este verso destaca la importancia de la ley en la vida de los cristianos y su valor como una guía para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
Rom 7:13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
Rom 7:13 Este versículo se encuentra en el contexto de la discusión del apóstol Pablo sobre la ley y el pecado. Él está explicando cómo la ley de Dios es buena y justa, pero nuestra naturaleza pecaminosa nos hace incapaces de cumplirla perfectamente. En este versículo, Pablo está diciendo que el pecado, que es malo, aprovechó la oportunidad que la ley brindó para mostrar su propia maldad. En otras palabras, la ley de Dios revela nuestra propia incapacidad de cumplirla y, por lo tanto, nuestra naturaleza pecaminosa es expuesta e incrementada. Pablo también dice que él experimentó la muerte a través de lo que es bueno, probablemente refiriéndose al conocimiento de la ley de Dios. Su conocimiento de la ley lo hizo consciente de sus pecados y de su necesidad de un Salvador. En resumen, el versículo habla sobre cómo el pecado se produce a pesar de la bondad de la ley, y cómo la ley se utiliza para revelar el pecado y su gran impacto en la vida de las personas.
Rom 7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
Rom 7:14 En este versículo, el apóstol Pablo habla sobre la ley de Dios y cómo ella es espiritual. Él reconoce que la ley es justa, buena y perfecta y que Dios la ha dado para guiarnos. Sin embargo, Pablo también admite que él mismo es carnal, esto quiere decir, que está controlado por su naturaleza humana y sus deseos pecaminosos. Él reconoce que ha caído en la tentación del pecado y ha sido esclavizado a él. En resumen, este versículo muestra la lucha interna que puede tener un creyente, a pesar de su deseo de seguir a Dios, el pecado sigue siendo una tentación. Solo a través de la gracia de Dios y de la fuerza del Espíritu Santo podemos superar esta lucha constante entre la ley y la carne.
Rom 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Rom 7:15 Este verso es una confesión del apóstol Pablo sobre su lucha interna contra el pecado. Él reconoce que, aunque desea hacer lo correcto, a menudo hace lo malo que detesta. En otras palabras, a pesar de querer hacer lo correcto, el pecado todavía lo domina y lo lleva a hacer lo que no quiere hacer. Es una declaración honesta de la naturaleza humana y la lucha continua entre el bien y el mal. La conclusión de Pablo es que, sin la ayuda de Dios, es imposible vencer la tentación y el pecado.
Rom 7:16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
Rom 7:16 En este versículo, el apóstol Pablo se refiere a la lucha interior que experimenta todo ser humano. A menudo, sabemos lo que es correcto y lo que es incorrecto, pero aún así, a veces hacemos lo que sabemos que es incorrecto. Pablo está diciendo que él mismo se encuentra en esta lucha diaria y que, aunque a veces hace lo que sabe que es malo, sabe que la Ley de Dios es buena y justa. En otras palabras, Pablo está diciendo que a pesar de que a veces fallamos en cumplir los mandamientos de Dios, reconocemos que la Ley de Dios es buena y es nuestra guía para vivir una vida justa y moral.
Rom 7:17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Rom 7:17 Este versículo se encuentra en la carta del apóstol Pablo a los romanos, capítulo 7, versículo 17. En él, Pablo está hablando de su lucha interna contra el pecado y describe cómo desea hacer lo bueno pero a menudo hace lo contrario debido a la presencia del pecado en su vida. En este verso en particular, Pablo está enfatizando que el pecado que habita en él es el que lleva a cabo ciertas acciones, no su verdadero yo o su verdadero deseo. Él está reconociendo que el pecado es una fuerza poderosa que actúa en su propia vida y tiene la capacidad de hacer que haga cosas que no desea hacer. Pablo está usando estas palabras para mostrar que el pecado es algo más elevado que los humanos e incluso si los humanos quieren hacer lo correcto, pueden caer en la tentación debido al pecado. También sugiere que, para superar el pecado, debemos ser conscientes de su poder en nuestras vidas y buscar ayuda en Dios para vencerlo.
Rom 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Rom 7:18 Esto significa que el autor, el apóstol Pablo, se da cuenta de que en su propia naturaleza humana no hay nada bueno. Si bien quiere hacer lo correcto y seguir los mandamientos de Dios, también sabe que es susceptible al pecado y a la tentación. Es una lucha interna entre su deseo de hacer el bien y su naturaleza pecaminosa. En otras palabras, reconoce que el pecado es una parte intrínseca de su ser humano y que solo puede superar esa tendencia pecaminosa por medio del poder y la gracia de Dios.
Rom 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Rom 7:19 En este versículo, el apóstol Pablo está expresando su lucha contra el pecado. Él reconoce que, aunque desea hacer lo correcto y agradar a Dios, a menudo se ve tentado a hacer lo contrario. En lugar de seguir sus buenos deseos, se encuentra cayendo en la tentación y haciendo lo que sabe que está mal. Este versículo muestra la lucha interna que puede experimentar una persona que se esfuerza por vivir una vida justa y fiel a Dios. Es una declaración honesta de la debilidad y la falibilidad humana, que solo puede superarse a través de la ayuda y la guía de Dios.
Rom 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Rom 7:20 Este verso de la biblia se encuentra en la carta de San Pablo a los romanos y se refiere a la lucha interna que experimenta el ser humano entre su deseo de hacer el bien y su incapacidad para hacerlo. Pablo reconoce que aunque quiere hacer lo correcto, a menudo se encuentra haciendo lo contrario debido a que el pecado habita en su ser. En otras palabras, el pecado no está fuera de nosotros, sino que forma parte de nuestra naturaleza, y por eso nos hace cometer acciones indebidas que van en contra de nuestra voluntad. En este verso, San Pablo explica que el pecado es una fuerza poderosa en nuestra vida que actúa en contra de nuestra voluntad y nos hace caer en la tentación. Sin embargo, si reconocemos nuestros errores y aprendemos a luchar contra el pecado, podemos encontrar el perdón y la salvación.
Rom 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Rom 7:21 Este versículo de la Biblia habla sobre la lucha que todos los seres humanos enfrentan en su interior entre lo bueno y lo malo. A pesar de que queremos hacer el bien, a menudo encontramos que hay una ley en nosotros que nos impulsa hacia el mal. Esto se debe a nuestra naturaleza pecaminosa, que nos hace propensos a tomar decisiones que pueden dañarnos a nosotros mismos y a los demás. En este verso, el apóstol Pablo reconoce su propia lucha interna y la necesidad de confiar en Dios para ayudarlo a hacer lo correcto. En resumen, este versículo nos recuerda que el mal está presente en nuestra vida y nos insta a buscar la fortaleza divina para superarlo.
Rom 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
Rom 7:22 Este versículo de Romanos 7:22 está hablando acerca del conflicto interno que experimenta el apóstol Pablo mientras trata de seguir la ley de Dios. Él reconoce que en su interior, en su espíritu, él se deleita en la ley de Dios y desea obedecerla. El "hombre interior" se refiere al espíritu renovado de Pablo, que ha sido transformado por la gracia de Dios. Sin embargo, a pesar de este anhelo interno de hacer lo correcto, Pablo también es consciente de su debilidad en su carne, y que a menudo termina haciendo cosas que sabe que están mal. En resumen, este versículo destaca la tensión entre la naturaleza redimida del cristiano y el pecado que todavía habita en su cuerpo mortal, lo que resulta en una lucha constante por obedecer la ley de Dios. En definitiva, el apóstol Pablo muestra aquí la tendencia humana hacia el pecado y la necesidad de depender de la gracia de Dios para seguir adelante.
Rom 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Rom 7:23 Este verso se refiere a la lucha interna que todos experimentamos entre nuestra mente y nuestra naturaleza pecaminosa. La "ley de mi mente" se refiere a nuestra mente consciente y racional que sabe lo que es correcto y lo que es incorrecto. Por otro lado, la "ley del pecado que está en mis miembros" se refiere a los deseos y anhelos pecaminosos que habitan en nuestro cuerpo. Aunque nuestra mente puede querer hacer lo correcto y resistir la tentación, nuestros cuerpos a menudo se sienten atraídos por el pecado y lo desean. La frase "que me lleva cautivo" muestra que a menudo nos sentimos atrapados en esta lucha interna e incapaces de escapar del pecado. En resumen, este verso reconoce el conflicto interno que todos experimentamos entre nuestra mente y nuestros deseos pecaminosos, y destaca la necesidad de pedir ayuda divina para superarlos.
Rom 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Rom 7:24 Este versículo de la carta de Pablo a los Romanos se refiere a la lucha interna que todos tenemos entre nuestro deseo de hacer lo correcto y nuestra tendencia a pecar. Aquí, Pablo parece expresar su desesperación por su incapacidad para liberarse de su naturaleza pecaminosa y su deseo de ser libre de ella. Él está buscando una solución a su problema de pecado y su sufrimiento bajo su cuerpo corrupto. Esta frase en particular, "¿quién me librará de este cuerpo de muerte?", se refiere a su necesidad de una salvación total de parte de Dios, que lo libere de los efectos del pecado. Es una expresión de su total dependencia de Dios para su liberación y de su reconocimiento del poder de Dios para salvarlo. En resumen, el versículo habla de la lucha interna que todos enfrentamos y la necesidad de buscar ayuda y fortaleza en Dios para superarla.
Rom 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Rom 7:25 Este versículo es parte de una sección del libro de Romanos en la que el apóstol Pablo está hablando acerca de la lucha entre el pecado y la justicia. En este versículo, Pablo está reconociendo su propia debilidad como ser humano y la lucha constante entre su mente (que quiere seguir la ley de Dios) y su cuerpo (que quiere seguir la ley del pecado). Pablo expresa su gratitud a Dios porque sabe que la única manera en que puede superar esta lucha interna es a través de la obra redentora de Jesucristo en la cruz. Aunque sigue luchando con las tentaciones del pecado, Pablo sabe que Jesucristo le da la fuerza y la capacidad de resistir y seguir sirviendo a la ley de Dios. En resumen, este versículo refleja la lucha interna que muchos cristianos pueden experimentar, pero también muestra cómo la obra de Cristo les permite seguir sirviendo a Dios incluso en medio de la tentación del pecado.