Las enseñanzas y responsabilidades de los líderes cristianos: Una mirada profunda al Libro 3 de 1 Timoteo


El Libro de 1 Timoteo en el Nuevo Testamento es una epístola escrita por el apóstol Pablo a su amigo y colaborador Timoteo, quien estaba a cargo de la iglesia en la ciudad de Éfeso. En el Capítulo 3 de este libro, Pablo les da instrucciones detalladas a Timoteo y a los líderes de la iglesia sobre los requisitos que deben cumplir aquellos que desean ocupar el puesto de obispo o diácono. En esta sección, Pablo enfatiza la importancia de que estas personas sean ejemplares en su conducta, tanto dentro como fuera de la iglesia. Deben ser hombres probos, de una sola mujer, sobrios, prudentes, respetables, hospitalarios, aptos para enseñar, no dados al vino ni a la violencia, no codiciosos ni ambiciosos, sino amantes de lo bueno y justos. Pablo también enfatiza que es necesario que estos líderes tengan experiencia en el servicio de la iglesia y demuestren capacidad para dirigir a la congregación. Asimismo, deben tener una buena reputación entre los no cristianos y demostrar un buen testimonio de vida. En conclusión, este capítulo del libro de 1 Timoteo nos enseña la importancia de elegir líderes sabios y piadosos para ocupar posiciones en la iglesia. Además de ser modelos de conducta, deben tener la capacidad de enseñar, dirigir y guiar a la congregación en el camino de la verdad y la justicia.

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1Ti 3:1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
1Ti 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
1Ti 3:3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;
1Ti 3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
1Ti 3:5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);
1Ti 3:6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
1Ti 3:7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
1Ti 3:8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas;
1Ti 3:9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia.
1Ti 3:10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.
1Ti 3:11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
1Ti 3:12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
1Ti 3:13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
1Ti 3:14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
1Ti 3:15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
1Ti 3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

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