1 Corintios 2: La sabiduría de Dios revelada


El primer libro de Corintios es una epístola escrita por el apóstol Pablo a la iglesia que él mismo fundó en Corinto. El libro aborda varias cuestiones relacionadas con la vida de la iglesia, incluyendo la disciplina, las divisiones, la sexualidad y las relaciones con los no creyentes. En el capítulo 2, Pablo destaca la importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes y en la comprensión de las verdades espirituales. Él argumenta que los sabios de este mundo no pueden comprender estas verdades, pero que los creyentes que tienen el Espíritu de Dios las pueden entender. Pablo también habla sobre la sabiduría de Dios, que es una locura para el mundo, pero que es la fuente de la verdadera sabiduría y poder. Él les recuerda a los corintios que no hay ningún mérito en tener sabiduría humana, sino que la única sabiduría válida es la que proviene de Dios. En este capítulo, Pablo también aborda el papel de los líderes en la iglesia. Él les dice a los corintios que no deben poner su confianza en los líderes carismáticos o en las habilidades humanas, sino que deben confiar en la sabiduría y el poder de Dios. En conclusión, el capítulo 2 del primer libro de Corintios enfatiza la importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes y en la comprensión de las verdades espirituales. También destaca la sabiduría de Dios como la fuente de la verdadera sabiduría y poder, y llama a los líderes de la iglesia a confiar en Dios en lugar de en sus propias habilidades.

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1Co 2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
1Co 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
1Co 2:3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
1Co 2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
1Co 2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1Co 2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
1Co 2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
1Co 2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
1Co 2:9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1Co 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
1Co 2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1Co 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1Co 2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

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