Explorando la sabiduría divina: Guía completa del Libro 3 de 1 Corintios del Nuevo Testamento
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El libro del Nuevo Testamento de 1 Corintios, Capítulo 3, es uno de los capítulos más importantes de la Escritura, ya que trata sobre la esencia de la iglesia como comunidad cristiana y la importancia de la sabiduría de Dios.
El apóstol Pablo comienza explicando que, aunque la iglesia de Corinto ha recibido la gracia de Dios y ha sido enriquecida en toda forma de hablar y conocimiento, todavía no están maduros espiritualmente. Les dice que todavía son bebés en Cristo y necesitan ser alimentados con leche espiritual en lugar de alimento sólido.
Luego, Pablo utiliza una analogía de un campo de construcción para ilustrar la importancia de trabajar juntos en lugar de competir. Dice que él plantó la semilla, Apolos la regó y Dios hizo crecer la semilla. Pero, si uno piensa que es más importante y quiere su propio campo de construcción, entonces están dividiendo la iglesia y trabajando en contra del plan divino de Dios.
Pablo también aborda el tema de la sabiduría y la importancia de la sabiduría de Dios, que no es la sabiduría mundana. Dice que la sabiduría mundana es necedad para Dios y que el Señor conoce los pensamientos de los sabios, así que es importante que todos en la iglesia sigan la sabiduría divina.
Finalmente, Pablo les recuerda a los corintios que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ellos. Si dañan o destruyen el templo, se están dañando a sí mismos y a la iglesia en su conjunto.
En resumen, el libro de 1 Corintios, Capítulo 3, trata sobre la importancia de trabajar juntos para construir la iglesia, seguir la sabiduría divina y reconocer que todos los creyentes son el templo de Dios y deben cuidar ese templo para fortalecer la iglesia en su conjunto.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
1Co 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
1Co 3:1 Este versículo es parte de una carta escrita por el apóstol Pablo a los cristianos en Corinto. En este pasaje, él está hablando de cómo les enseñó cuando estuvo con ellos. Él les dice que no pudo hablarles como a personas espirituales, sino como a personas que son aún inmaduras en su fe, como a niños. Esto significa que la comunidad cristiana en Corinto aún no había alcanzado un nivel maduro de fe y aún tenían mucho que aprender y crecer en su conocimiento y comprensión de la palabra de Dios. Pablo les dice que les enseñará lo que necesitan saber para que puedan seguir creciendo y madurando en su fe.
1Co 3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
1Co 3:2 Este versículo se refiere al hecho de que el apóstol Pablo había comenzado a enseñar a los Corintios el conocimiento básico del cristianismo, en lugar de experiencias más profundas de la fe. Al comparar la leche con la vianda, se refiere a la leche como algo simple y básico que se da a los niños, mientras que la vianda es algo más sustancial y complejo que se da a las personas más maduras. En otras palabras, Pablo estaba diciendo que aún no eran capaces de comprender los temas más complejos de la fe y que debían persistir en el conocimiento básico antes de abordar temas más difíciles.
1Co 3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
1Co 3:3 Este versículo se encuentra en una carta que el apóstol Pablo escribió a los cristianos en la ciudad de Corinto. En este pasaje, Pablo está hablando de cómo el comportamiento de los corintios sugiere que todavía no han madurado completamente en su fe y están actuando más impulsivamente y con celos, contiendas y divisiones. Cuando Pablo dice "carnales", se refiere a que están siendo guiados por sus instintos y deseos mundanos en lugar de por el Espíritu Santo. En esencia, están viviendo como hombres comunes y no como personas transformadas por la gracia de Dios. Pablo está exhortando a los corintios a dejar de lado sus celos y divisiones y centrarse en la unidad y el amor dentro de la comunidad cristiana. Solo a través del poder del Espíritu Santo pueden superar estas tentaciones y seguir madurando en su fe en Cristo.
1Co 3:4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
1Co 3:4 Este verso se refiere a una división que había entre los cristianos de la iglesia de Corinto. Algunos se identificaban con el apóstol Pablo y otros con el evangelista Apolos. El apóstol Pablo les reprocha, preguntándoles si no son más bien personas mundanas y egoístas, al dividirse de esa manera. Los cristianos deberían estar unidos en su amor por Cristo, y no divididos por lealtades a diferentes líderes o figuras. En resumen, este verso resalta la importancia de la unidad en la iglesia y de no seguir a líderes humanos en detrimento de nuestra relación con Dios.
1Co 3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
1Co 3:5 Este versículo se refiere a la importancia de los servidores de Dios en la comunidad cristiana. Pablo y Apolos son mencionados como ejemplos de servidores por medio de los cuales los creyentes han llegado a la fe. Sin embargo, el enfoque está en el hecho de que, aunque estos servidores son importantes, son simplemente herramientas que Dios utiliza para llevar a cabo su obra en la vida de las personas. En última instancia, es Dios quien concede la fe a cada individuo según su voluntad.
1Co 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
1Co 3:6 Este versículo de la primera carta de los Corintios, capítulo 3, versículo 6, indica que los ministros de Dios, Pablo y Apolos, fueron responsables de sembrar y regar la semilla de la fe en los corazones de la gente, pero el crecimiento espiritual real y duradero solo puede venir de Dios. En otras palabras, los líderes religiosos pueden enseñar e instruir a las personas, pero es Dios quien transforma sus vidas y las lleva a una relación personal con Él. La semilla de la fe plantada por los líderes espiritualmente maduros necesita ser regada con el agua de la Palabra de Dios, pero solo Dios puede hacerla crecer y transformar aquellos corazones dispuestos a recibir su Palabra. En resumen, este verso es una llamada a reconocer la soberanía de Dios en el proceso de crecimiento espiritual.
1Co 3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
1Co 3:7 Este versículo nos recuerda que, aunque podemos plantar semillas y regar las plantas, es Dios quien da el crecimiento y la vida. En el contexto bíblico, se refiere a cómo diferentes líderes cristianos trabajan juntos para difundir el mensaje del evangelio, pero es Dios quien tiene el poder de convertir los corazones y hacer crecer la fe en las personas. En lugar de atribuir todo el mérito a los líderes humanos, debemos reconocer que es Dios quien obra en nosotros y nos da el crecimiento espiritual.
1Co 3:8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
1Co 3:8 Este versículo se refiere a la importancia de la colaboración en la obra de Dios. El que planta y el que riega se refiere a las diferentes tareas que los seguidores de Dios pueden desempeñar en la propagación de la fe. Ambas tareas son igualmente importantes y necesarias, pero cada uno recibirá su recompensa de acuerdo a su propia contribución y dedicación al trabajo. Es decir, aunque trabajen juntos, cada uno será responsabilizado individualmente por lo que hizo o dejó de hacer en su labor en la obra de Dios.
1Co 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
1Co 3:9 Este versículo hace referencia al trabajo conjunto que realizamos como seres humanos junto a Dios en la construcción y crecimiento del Reino de Dios. Los creyentes son descritos como una labranza y una construcción de Dios, y nosotros, como colaboradores de Dios, trabajamos de manera conjunta con Él para bendecir, edificar y hacer crecer su obra. Esto nos recuerda que nuestra colaboración con Dios es esencial para lograr su plan divino y glorioso.
1Co 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
1Co 3:10 Este versículo habla sobre el papel de Pablo como constructor espiritual. Él compara su trabajo con el de un perito arquitecto que ha colocado el fundamento, es decir, ha establecido la base correcta para la fe cristiana. Sin embargo, otros seguidores de Cristo pueden continuar construyendo sobre ese fundamento, y es importante que cada uno considere cuidadosamente cómo construirá, asegurándose de hacerlo de la manera correcta y en línea con la voluntad de Dios. En resumen, el versículo nos recuerda que debemos construir nuestras vidas espirituales de manera cuidadosa y considerada, siempre buscando la guía de Dios en todo lo que hacemos.
1Co 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
1Co 3:11 Este versículo significa que Jesucristo es el fundamento sobre el cual se construye la vida cristiana. Nadie puede poner otro fundamento diferente a Jesucristo. Él es la base sólida y segura para nuestra fe y nuestra vida. Como creyentes en Jesucristo, debemos seguir y obedecer sus enseñanzas y su ejemplo, y construir nuestra vida sobre su fundamento, para que podamos vivir plenamente y en armonía con la voluntad de Dios.
1Co 3:12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
1Co 3:12 Este versículo se refiere a la construcción de la iglesia y cómo es importante construir sobre un fundamento sólido. El fundamento sólido es la creencia y confesión de que Jesucristo es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. La segunda parte del versículo se refiere a diferentes materiales que se podrían utilizar para construir sobre este fundamento. Los materiales que se mencionan son oro, plata y piedras preciosas, que representan obras buenas y duraderas que glorifican a Dios. También se mencionan la madera, el heno y la hojarasca, que representan obras que son temporales y no duraderas. En resumen, el versículo está destacando la importancia de construir nuestras vidas y ministerios sobre un fundamento sólido de fe en Jesucristo y de hacer obras que perduren y glorifiquen a Dios.
1Co 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
1Co 3:13 Este verso se refiere a que en el día del juicio final, todas las obras que hayamos hecho en esta vida serán reveladas y probadas por el fuego. Esto significa que todas nuestras acciones, buenas o malas, serán evaluadas por Dios y recibiremos nuestra recompensa o castigo en base a ellas. La idea detrás de este verso es que debemos ser cuidadosos con nuestras acciones y hacer el bien siempre, porque todos seremos juzgados por lo que hemos hecho.
1Co 3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
1Co 3:14
1Co 3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
1Co 3:15 Este versículo habla sobre la recompensa que recibirán los creyentes según su obra en la tierra. Si alguien construyó sobre el fundamento de la fe con materiales de mala calidad (acciones desobedientes, egoístas o corruptas), su obra se quemará en el juicio final, pero él mismo será salvo gracias a la misericordia de Dios. Aunque el fuego simboliza la destrucción, este pasaje no insinúa que la salvación esté condicionada por las obras, sino que las obras son un reflejo de la fe que se tiene en el corazón. Además, se hace hincapié en que cada uno debe cuidar de no construir sobre el fundamento de la fe con materiales de mala calidad, sino con materiales duraderos y valiosos, que es lo que honra a Dios y recibe una recompensa eterna.
1Co 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
1Co 3:16 Este versículo es una llamada a la conciencia de los cristianos acerca de su relación con Dios. El apóstol Pablo les enseña que, como creyentes en Cristo, sus cuerpos son el templo donde reside el Espíritu de Dios. Este versículo muestra la presencia real y sobrenatural del Espíritu Santo en aquellos que aceptan a Jesús como Salvador, y nos invita a tomar en serio la responsabilidad que implica ser el lugar santificado donde habita el Espíritu de Dios. En resumen, este versículo nos recuerda que como cristianos, somos una morada del Espíritu Santo y que debemos vivir para glorificar a Dios.
1Co 3:17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
1Co 3:17 Este versículo es una advertencia seria a los creyentes en cuanto a su responsabilidad de cuidar el cuerpo de Cristo, que es la iglesia. El templo de Dios al que se refiere este versículo no es un edificio físico, sino más bien a los creyentes individuales que forman la iglesia. Si alguien destruye la unidad de la iglesia, Dios lo castigará severamente. La iglesia es sagrada, ya que representa la presencia y el poder de Dios en la tierra. Por lo tanto, el creyente debe cuidar la unidad y la santidad de la iglesia.
1Co 3:18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
1Co 3:18 Este verso se refiere a la necesidad de humildad y una actitud de aprendizaje constante en la vida cristiana. El apóstol Pablo advierte a los creyentes en Corinto que no se engañen a sí mismos creyendo que son sabios en este mundo. En lugar de eso, les dice que deben ser humildes y dispuestos a aprender, incluso si esto significa que deben hacerse "ignorantes" en la opinión de los demás. Solo a través de este espíritu de humildad y aprendizaje, podemos verdaderamente crecer en sabiduría y conocimiento de Dios.
1Co 3:19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
1Co 3:19 Este versículo del Nuevo Testamento de la Biblia, en la carta de Pablo a los Corintios, habla sobre la sabiduría del mundo. Pablo está diciendo que, en comparación con la sabiduría de Dios, la sabiduría del mundo es insensata o sin sentido. De hecho, la sabiduría del mundo a veces puede ser astuta o engañosa, llevando a los sabios a cometer errores y a caer en trampas. Pablo está citando un pasaje del Antiguo Testamento (Job 5:13) para respaldar su afirmación: "El prende a los sabios en la astucia de ellos". Esto significa que Dios puede atrapar a los sabios y astutos en sus propias trampas o engaños. En resumen, Pablo está señalando que la sabiduría de este mundo no es necesariamente verdadera o confiable y que la sabiduría de Dios es la única que vale la pena buscar y seguir.
1Co 3:20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
1Co 3:20 Este versículo de 1 Corintios 3:20 nos dice que Dios conoce las intenciones de los sabios, y que incluso puede ver a través de su orgullo y su vanidad. Es una advertencia a aquellos que creen que su inteligencia y sabiduría son suficientes para alcanzar la verdad, que deben ser humildes y reconocer que solo Dios tiene la verdadera sabiduría. El versículo también sugiere que aquellos que están verdaderamente conectados con Dios pueden ver a través de la fachada de sabiduría falsa y vanidad que a menudo se encuentra entre los seres humanos.
1Co 3:21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:
1Co 3:21 Este versículo está hablando de no dar gloria o reconocimiento a los líderes o personas en la iglesia. En lugar de eso, todo lo que tenemos viene de Dios y es para nuestro beneficio, por lo tanto, debemos darle a Dios la gloria. Todo es nuestro porque somos hijos de Dios y él es el dueño de todas las cosas. Así que, en lugar de buscar la aprobación o la atención de los líderes, debemos buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas y darle toda la gloria y el honor.
1Co 3:22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,
1Co 3:22 Este verso del Nuevo Testamento se encuentra en la epístola de Pablo a los corintios. En él, Pablo está tratando de explicar que todos los líderes religiosos, y de hecho todos los aspectos de la vida, son de Dios y están al servicio del pueblo cristiano. Pablo menciona específicamente a Pablo, Apolos y Cefas (que se cree que es Pedro), pero luego amplía la idea diciendo que todo, desde el mundo hasta la vida y la muerte, pertenece a Dios y está puesto a disposición de Sus hijos. En resumen, todo es para el bienestar del pueblo cristiano y en la gloria de Dios.
1Co 3:23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
1Co 3:23 En este versículo, el apóstol Pablo está hablando de la unidad entre los cristianos y su conexión con Dios. Aquí, "vosotros" se refiere a los creyentes en Cristo y "Cristo de Dios" se refiere a la relación única y estrecha que Cristo tiene con Dios el Padre como el Hijo de Dios. En otras palabras, los cristianos están en Cristo y Cristo está en Dios, lo que significa que los creyentes están conectados directamente con el Padre celestial a través de su fe en Jesucristo. Así, este versículo destaca la importancia de la relación personal con Cristo como la clave para acceder a Dios y su amor.