Explorando la Sabiduría y la Fortaleza en 2 Corintios 2 del Nuevo Testamento


El libro de 2 Corintios del Nuevo Testamento es una carta escrita por el apóstol Pablo a los cristianos de Corinto, una de las ciudades más importantes de Grecia. Esta carta fue escrita probablemente en el año 56 d.C. En el segundo libro de 2 Corintios, Pablo defiende su apostolado ante aquellos que lo critican. Él explica que sus sufrimientos son una prueba de que es un verdadero apóstol de Jesucristo y que su mensaje es auténtico. También defiende su forma de enseñar, que es diferente de otros líderes religiosos de la época. Pablo también habla sobre la importancia de la reconciliación y la unidad en la iglesia. Él nos recuerda que, como cristianos, debemos estar en paz y vivir en amor los unos con los otros. También anima a los corintios a ser generosos en dar para ayudar a los necesitados. Además, Pablo habla sobre la importancia de la fe y la esperanza en Cristo. Él nos recuerda que, aunque las circunstancias de la vida pueden ser difíciles, siempre podemos confiar en Dios y tener la esperanza de una vida eterna en el cielo. En resumen, el segundo libro de 2 Corintios del Nuevo Testamento nos enseña sobre la importancia del apostolado de Pablo, la unidad y la reconciliación en la iglesia, la generosidad y la importancia de la fe y la esperanza en Cristo.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

2Co 2:1 Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza.
2Co 2:2 Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a quien yo contristé?
2Co 2:3 Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.
2Co 2:4 Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.
2Co 2:5 Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros.
2Co 2:6 Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos;
2Co 2:7 así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza.
2Co 2:8 Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
2Co 2:9 Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.
2Co 2:10 Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo,
2Co 2:11 para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
2Co 2:12 Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor,
2Co 2:13 no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
2Co 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
2Co 2:15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;
2Co 2:16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
2Co 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

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