Creciendo en la fe: Explorando 2 Corintios en el Nuevo Testamento
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El libro del Nuevo Testamento de 2 Corintios es una carta escrita por el apóstol Pablo a la iglesia en Corinto. En el Libro 3, Pablo habla sobre el ministerio de la ley y del Espíritu. Explica cómo la ley de Moisés, aunque importante, no puede traer salvación por sí sola, y cómo el Espíritu Santo es el único que puede dar vida.
Pablo continúa hablando sobre su ministerio y cómo ha enfrentado muchos obstáculos y sufrimientos, pero sigue adelante con la ayuda de Dios. También habla sobre la importancia de la reconciliación y el perdón entre los hermanos en Cristo.
Otro tema que se aborda en el libro es la generosidad y la recompensa que viene de dar a los demás. Pablo anima a los corintios a ser generosos en sus ofrendas y dice que Dios los bendecirá aún más en respuesta.
Finalmente, Pablo advierte a los corintios sobre los falsos maestros que están tratando de socavar su fe y les pide que se aparten de ellos. También les da una serie de exhortaciones finales, incluyendo ser pacientes y buscar la unidad en Cristo.
En resumen, el Libro 3 de 2 Corintios contiene enseñanzas valiosas sobre la importancia del Espíritu Santo, la reconciliación, la generosidad y la unidad en Cristo, así como advertencias contra los falsos maestros.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
2Co 3:1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
2Co 3:1 Este versículo es una pregunta retórica que el apóstol Pablo hace a la iglesia en Corinto. Él está cuestionando si es necesario que él y sus compañeros se recojan a sí mismos y se presenten ante ellos de nuevo. Él está sugiriendo que su vida y su ministerio deberían ser suficientes para dar testimonio de su carácter y autoridad, y que no necesitan cartas de recomendación de terceros. Sin embargo, también se está preguntando si algunos en la iglesia en Corinto creen que necesitan cartas de recomendación para respaldar su posición y autoridad. Pablo quiere enfatizar que el verdadero ministerio no depende de cartas de recomendación, sino de la presencia y guía del Espíritu Santo.
2Co 3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
2Co 3:2 Este versículo de 2 Corintios 3:2 significa que los creyentes en Cristo son el testimonio vivo del trabajo que Pablo y sus compañeros de ministerio han realizado. Él está diciendo que sus esfuerzos evangelísticos no se limitan a la escritura de cartas, sino que se manifiestan en la vida transformada de las personas que han aceptado el mensaje del Evangelio. El apóstol afirma que su testimonio no se reduce a la escritura de cartas, sino que se extiende a la vida misma de los creyentes. La frase "escritas en nuestros corazones" indica la profundidad de la conexión que Pablo tenía con aquellos que habían llegado a la fe a través de su predicación. En resumen, Pablo está diciendo que el testimonio de los creyentes en Cristo es más poderoso que cualquier carta escrita, porque su vida es el reflejo vivo del trabajo de los líderes religiosos que los llevaron a la fe.
2Co 3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
2Co 3:3 Este versículo de 2 Corintios 3:3 es una metáfora en la que Pablo compara la vida de los cristianos con una carta. Él está diciendo que los creyentes son un testimonio vivo de Cristo, una carta que ha sido escrita por Él y enviada por los apóstoles para ser leída por el mundo. Pero lo que es diferente acerca de esta carta es que no ha sido escrita con tinta en tablas de piedra, como la Ley de Moisés, sino con el Espíritu del Dios vivo en las tablas de carne del corazón de los creyentes. Esto significa que la Ley ya no es algo externo que se escribe en piedra sino que ahora es un cambio interno en el corazón de las personas. En otras palabras, los creyentes no siguen la Ley simplemente porque se les ha dicho que lo hagan, sino porque su amor por Dios ha creado una respuesta verdadera y duradera en sus corazones. Como resultado, viven no solo para satisfacer las demandas de la Ley sino para cumplir con los mandamientos de Dios porque se han enamorado verdaderamente de Él. En resumen, este versículo habla sobre el cambio interior que ocurre cuando una persona se convierte en creyente y cómo eso afecta su manera de vivir y de seguir los mandamientos de Dios.
2Co 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
2Co 3:4 Este versículo significa que a través de Cristo, tenemos confianza y seguridad en nuestra relación con Dios. Es decir, gracias a la obra redentora de Jesús en la cruz, podemos acercarnos a Dios y tener una comunicación directa con Él sin temor ni culpa. Nuestra confianza está en Cristo, quien nos ha reconciliado con Dios y nos da la libertad de confiar en Él plenamente.
2Co 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
2Co 3:5 Este versículo de 2 Corintios 3:5 está hablando de la capacidad o habilidad que tenemos para hacer algo. El apóstol Pablo está diciendo que nosotros no somos competentes o capaces por nosotros mismos para pensar en algo como si fuera algo de nuestra propia capacidad. En otras palabras, no podemos atribuir la habilidad a nuestra propia fuerza o poder. En cambio, nuestra competencia o habilidad proviene de Dios. Él es quien nos da la capacidad y el poder para hacer las cosas. Por lo tanto, debemos depender en Él y reconocer que toda habilidad proviene de Él.
2Co 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
2Co 3:6 Este versículo habla sobre cómo Dios nos ha capacitado para ser ministros del nuevo pacto. Este nuevo pacto es diferente del antiguo pacto que se basaba en la ley escrita. En cambio, el nuevo pacto se basa en el Espíritu Santo, que concede vida abundante y ayuda a comprender las verdades espirituales. La letra, es decir, la ley escrita, no puede dar vida. La ley nos puede mostrar lo que debemos hacer o evitar hacer, pero sólo a través del Espíritu Santo podemos entender su significado y cumplirse en nuestras vidas. Por lo tanto, como ministros del nuevo pacto necesitamos depender del Espíritu Santo y su guía en lugar de simplemente confiar en la ley escrita.
2Co 3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
2Co 3:7 Este versículo se refiere al antiguo pacto que Dios hizo con los hijos de Israel en el monte Sinaí. Este pacto fue grabado en piedras por Dios y se llama el "ministerio de la muerte" porque consistía en una ley que condenaba a muerte a aquellos que no la obedecían perfectamente. Sin embargo, aunque era un pacto de muerte, fue entregado con "gloria" porque fue entregado directamente por Dios. La gloria del pacto se reflejaba en la cara de Moisés, quien había hablado con Dios y había recibido los mandamientos. Sin embargo, esta gloria era temporal y limitada. Aunque los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de su intensidad, esta gloria era perecedera y no podía durar para siempre. Por lo tanto, aunque el antiguo pacto tenía una gloria temporal, fue reemplazado por el nuevo pacto de Cristo, que tiene una gloria eterna y duradera.
2Co 3:8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
2Co 3:8 El versículo 2 Corintios 3:8 se refiere a cómo el ministerio del Espíritu Santo, que es el trabajo del Espíritu en la vida de los creyentes y en la iglesia, es más glorioso que el ministerio del Antiguo Testamento que se centraba en la ley y la muerte. En el contexto del capítulo 3 de 2 Corintios, el apóstol Pablo está hablando sobre cómo la ley no puede salvarnos, sino que necesitamos la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Él dice que el ministerio del Espíritu es más glorioso porque nos da vida y libertad en lugar de condena y muerte. En resumen, el versículo está diciendo que el ministerio del Espíritu es más glorioso que el ministerio del Antiguo Testamento porque trae vida y libertad en lugar de condena y muerte.
2Co 3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
2Co 3:9 Este versículo se refiere a la diferencia entre el antiguo y el nuevo pacto, y cómo el nuevo pacto de justificación es superior al antiguo pacto de condenación. En el antiguo pacto, la ley de Moisés condenaba a las personas por su pecado, pero en el nuevo pacto, Jesús murió por nuestros pecados y nos justifica ante Dios. El ministerio de condenación, por lo tanto, fue glorioso en el sentido de que reveló la santidad y justicia de Dios, pero el ministerio de justificación es aún más glorioso porque revela la gracia y el amor de Dios en redimir a los pecadores.
2Co 3:10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente.
2Co 3:10 Este versículo se refiere a una comparación entre la gloria del Antiguo Testamento y la gloria del Nuevo Testamento. El autor, Pablo, está explicando que incluso lo que fue considerado glorioso en el pasado (presumiblemente la ley y los mandamientos del Antiguo Testamento) no se compara con la gloria más eminente que se ha revelado en el Nuevo Testamento, específicamente la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo. En resumen, esta comparación pone de relieve la superioridad y el cumplimiento del Nuevo Testamento sobre el Antiguo Testamento.
2Co 3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
2Co 3:11 Este versículo habla de la gloria que se encuentra en las cosas que permanecen en lugar de las cosas que desaparecen. El contexto de este versículo se refiere a la diferencia entre la ley de Moisés, que era temporal y pasajera, y la gracia de Dios en Cristo, que es eterna y duradera. El apóstol Pablo está argumentando que la gloria que se encuentra en la gracia de Dios en Cristo es mucho más gloriosa que cualquier cosa que se pudiera encontrar en las leyes de Moisés, porque la gracia de Dios es eterna y nunca perderá su valor o su poder. Por lo tanto, todo lo que es temporal y perecedero no se puede comparar con lo que permanece en el tiempo y en la eternidad.
2Co 3:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;
2Co 3:12 Este versículo se encuentra dentro del capítulo 3 de la segunda carta de Pablo a los Corintios, en el que se habla de la gloria del nuevo pacto de Dios con los hombres, que es superior al antiguo pacto de la ley de Moisés. En este pasaje, Pablo afirma que como cristianos tenemos una esperanza en Cristo que nos da confianza y libertad para predicar su mensaje sin temor ni vergüenza. La palabra "franqueza" se refiere a la valentía y libertad que tenemos para hablar de nuestra fe, sin ocultarla ni disimularla. En resumen, este versículo nos anima a ser abiertos y sinceros al compartir nuestra fe y esperanza en Cristo, confiando en que su mensaje es poderoso y transformador.
2Co 3:13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
2Co 3:13 Este versículo se refiere a la diferencia entre la Ley de Moisés, que fue temporal y provisional, y la gracia y verdad que Jesucristo trajo. Moisés tuvo que cubrir su rostro con un velo después de hablar con Dios para ocultar el resplandor de la gloria de Dios que seguía en su rostro. El velo simbolizó la limitación del acceso a Dios y a su presencia. Sin embargo, en Cristo, este velo es quitado y podemos tener acceso libremente a Dios y su presencia. El velo representa todo lo que fue temporal y provisional en la Ley de Moisés, que fue abolido en Cristo. En resumen, el versículo habla de cómo en Cristo se elimina la limitación del acceso a Dios y la verdad es revelada sin ningún velo que la cubra.
2Co 3:14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
2Co 3:14 Este verso se refiere a la falta de comprensión de los judíos en cuanto a la revelación de Dios a través de la ley del Antiguo Testamento. A pesar de que leen y estudian el Antiguo Testamento, no pueden ver la verdad y el propósito divino detrás de él. El velo mencionado se refiere a la limitación que experimentan para entender la Palabra de Dios debido a su incredulidad en Jesucristo como el Mesías y Salvador personal. Solo a través de la fe en Jesucristo, este velo se quita y se puede entender completamente la Palabra de Dios.
2Co 3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
2Co 3:15 En este versículo, el apóstol Pablo está hablando sobre cómo la ley de Moisés (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) se lee en las sinagogas judías, pero muchos de los judíos no están comprendiendo su verdadero significado espiritual debido a que tienen un "velo" sobre sus corazones. Este velo se refiere a un endurecimiento de corazón y una falta de entendimiento espiritual que impide que puedan ver la verdad en las escrituras. Pablo está argumentando que sólo a través de una fe salvadora en Jesús Cristo, el velo se quitará de los corazones para poder comprender la enseñanza completa de las Escrituras.
2Co 3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
2Co 3:16 Este versículo se refiere a la idea de que el conocimiento y la comprensión de la verdad de Dios solo se revelan a aquellos que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador. El "velo" se refiere a la ceguera espiritual que impide que las personas vean la verdad de Dios en su plenitud. Sin embargo, cuando alguien acepta a Jesucristo en su vida, el velo espiritual se levanta y se les permite ver la verdad de Dios claramente. En resumen, este versículo indica la idea de que solo a través de la aceptación de Jesucristo podemos llegar a comprender la verdad de Dios.
2Co 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
2Co 3:17 Este versículo significa que el Espíritu del Señor, es decir, el Espíritu Santo, está presente en aquellos que creen en Jesús como su Salvador. Esta presencia del Espíritu trae libertad, en el sentido de que libera a las personas de las ataduras del pecado y las lleva hacia una vida de amor, paz y justicia. La libertad que se menciona aquí también puede entenderse como libertad de la ley, ya que el Espíritu Santo nos guía y capacita para obedecer a Dios sin sentirnos obligados a hacerlo por nuestro propio esfuerzo o mérito. En resumen, este versículo habla de la presencia de Dios como fuente de libertad y vida abundante para aquellos que confían en Él.
2Co 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2Co 3:18 Este versículo de 2 Corintios 3:18 habla de cómo los creyentes en Cristo son transformados a la imagen de Dios a través del Espíritu Santo. Pablo está diciendo que cuando miramos la gloria de Dios, se nos permite ver la verdadera naturaleza de Dios, y como resultado, somos transformados gradualmente para ser más como él. Esta transformación no es un cambio superficial, sino una transformación profunda de nuestro carácter y nuestros corazones. Cada vez que veamos a Dios, a través de la lectura de la Biblia, la oración, la adoración, la comunión con otros creyentes, etc., somos transformados de gloria en gloria. Esto significa que la obra de Dios en nuestras vidas es constante y progresiva, y nunca termina hasta que veamos a Dios cara a cara en la eternidad.