La carta de Pablo a los corintios: Aprendiendo a seguir a Cristo en medio de la adversidad.


El segundo libro de Corintios, capítulo 5, es una continuación de la carta del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto. En este capítulo, el apóstol habla sobre la importancia de la reconciliación con Dios y de cómo esta relación afecta nuestra vida diaria. Pablo comienza explicando que si hemos muerto con Cristo, también hemos resucitado con Él y que, por lo tanto, debemos vivir nuestra vida terrenal en un espíritu de fe y confianza en Dios. También explica que, aunque vivimos en un mundo físico, nuestra verdadera identidad es espiritual y que nuestra relación con Dios nos da la fuerza para enfrentar cualquier dificultad. A continuación, el apóstol habla sobre la importancia de la reconciliación con Dios y de cómo esta relación nos permite compartir el mensaje de la reconciliación con los demás. Pablo anima a los cristianos a ser embajadores de Cristo y a compartir su amor y su mensaje con todos a su alrededor. Finalmente, Pablo habla sobre la esperanza que tenemos como creyentes en la resurrección y en la vida eterna. El apóstol anima a los cristianos a perseguir esta esperanza y a vivir sus vidas en consecuencia, conscientes de que un día compareceremos ante el juicio de Dios. En resumen, el capítulo 5 de 2 Corintios habla sobre la importancia de nuestra relación con Dios, la necesidad de la reconciliación y el llamado a compartir ese mensaje con los demás. También se enfoca en la esperanza que tenemos en la resurrección y en la vida eterna.

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2Co 5:1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
2Co 5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
2Co 5:3 pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
2Co 5:4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
2Co 5:5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
2Co 5:6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor
2Co 5:7 (porque por fe andamos, no por vista);
2Co 5:8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
2Co 5:9 Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
2Co 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2Co 5:11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.
2Co 5:12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón.
2Co 5:13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.
2Co 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;
2Co 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
2Co 5:16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2Co 5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
2Co 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
2Co 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

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