Explorando la sabiduría y la esperanza en 2 Tesalonicenses: Un viaje a través del Nuevo Testamento - Libro 1


El libro del Nuevo Testamento del 2 Tesalonicenses es una carta escrita por el apóstol Pablo dirigida a la iglesia de Tesalónica para animarles y darles instrucciones. En esta carta, Pablo aborda la segunda venida de Jesucristo y anima a los creyentes a ser pacientes y a no perder la esperanza ante los tiempos difíciles que puedan suceder antes de su llegada. El capítulo 1 de la carta inicia con una bendición y una oración por la iglesia de Tesalónica. Pablo les agradece por su perseverancia y fe, y les dice que sus sufrimientos y tribulaciones son evidencia de su justicia ante Dios. En el capítulo 2, Pablo hace referencia a la segunda venida de Cristo y les pide que no se dejen engañar por las teorías falsas de que el día del Señor ya ha llegado. Antes de la venida de Cristo, habrá un gran poder de engaño y mentira en el mundo, pero el Espíritu Santo les guiará y les fortalecerá para no caer en la trampa. En el capítulo 3, Pablo aborda la importancia del trabajo y el deber de los creyentes. Les recuerda que aquellos que no quieren trabajar, no deberían comer. También les insta a no cansarse de hacer el bien y les recuerda que Dios es el Dios de la paz y del amor, y que deberían acoger a aquellos que necesitan su ayuda. En resumen, 2 Tesalonicenses enfatiza la importancia de la paciencia, fe y perseverancia de los creyentes hasta la segunda venida de Jesucristo. También exhorta a los creyentes a no ser engañados por las mentiras del mundo y a seguir trabajando diligentemente y haciendo el bien a los demás. A través de esta carta, Pablo les muestra el amor y la compasión que Dios tiene por su pueblo y la seguridad de que Él volverá para reunirnos en Su reino eterno.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

2Th 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo:
2Th 1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
2Th 1:3 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás;
2Th 1:4 tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.
2Th 1:5 Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.
2Th 1:6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan,
2Th 1:7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
2Th 1:8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
2Th 1:9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
2Th 1:10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).
2Th 1:11 Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder,
2Th 1:12 para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

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