2 Tesalonicenses: La Cruzada de la Fe en el Libro Sagrado del Nuevo Testamento


El libro del 2 Tesalonicenses es una carta del apóstol Pablo dirigida a la comunidad cristiana en Tesalónica. En esta carta, Pablo expresa su preocupación por la creciente oposición que enfrentan los cristianos en la región, y les ofrece palabras de aliento y consejos para mantenerse firmes en su fe. El capítulo 1 comienza con una expresión de gratitud por el crecimiento de la iglesia en Tesalónica, seguido por una afirmación de que la perseverancia en la fe traerá recompensas y una descripción del juicio final de Dios. En el capítulo 2, Pablo habla de la "mano del hombre de pecado" que se levantará en los últimos tiempos y engañará a la gente, pero que será derrotada por el poder de Dios. En el capítulo 3, Pablo da instrucciones sobre cómo deben los cristianos vivir sus vidas. Les exhorta a trabajar y no depender del apoyo de otros, a no convivir con los que viven en desorden y a no cansarse de hacer el bien. También les recuerda la importancia de seguir las enseñanzas que habían recibido de él y de evitar a cualquier persona que instruya de manera incorrecta. En conclusión, el libro del 2 Tesalonicenses es un recordatorio de que, aunque los cristianos pueden enfrentar oposición y persecución, la fidelidad a Dios y a las enseñanzas de Jesús traerá recompensas en la vida y en la vida después de la muerte. También enseña la importancia de tener una comunidad cristiana fuerte y una sólida base de enseñanzas.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

2Th 3:1 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,
2Th 3:2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.
2Th 3:3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
2Th 3:4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
2Th 3:5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.
2Th 3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.
2Th 3:7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
2Th 3:8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
2Th 3:9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
2Th 3:10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
2Th 3:11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
2Th 3:12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
2Th 3:13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
2Th 3:14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
2Th 3:15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
2Th 3:16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
2Th 3:17 La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo.
2Th 3:18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. "}