El Evangelio Según Juan: Descubre el Nuevo Testamento y su Enseñanza Transformadora
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El Libro 1 de Juan en el Nuevo Testamento es una de las cartas que el apóstol Juan escribió a las iglesias de Asia. Este libro es una obra importante que ofrece sabiduría y orientación espiritual a los cristianos de todo el mundo. El libro se centra en la importancia de tener una comunidad cristiana auténtica basada en la verdadera fe en Jesús.
La carta comienza hablando enérgicamente sobre la importancia de la verdad en el cristianismo, así como la necesidad de creer en Jesucristo. Juan se presenta como testigo ocular de la vida, muerte y resurrección de Jesús y declara que el final del mundo está cerca.
Juan también enfatiza en la importancia del amor hacia Dios y hacia los demás. Los cristianos deben tener amor por su prójimo y amar a Dios por encima de todas las cosas. Asimismo, Juan advierte sobre los falsos profetas que están dentro de la iglesia y cómo identificarlos.
Una de las enseñanzas más importantes del libro es que los creyentes deben vivir en la luz de Dios. Juan afirma que Dios es luz y si los creyentes andan en la luz, tendrán comunión con Dios y con otros cristianos. Del mismo modo, el pecado es la oscuridad y los creyentes deben evitarlo.
El libro también toca el tema de la confianza en Dios y cómo la fe nos ayuda a superar cualquier adversidad. Juan muestra cómo el Espíritu Santo ayuda a los creyentes a crecer y madurar en su fe, así como a resistir la tentación y el pecado.
En resumen, el Libro 1 de Juan en el Nuevo Testamento es una carta que enfatiza la importancia de la verdad, el amor, la luz de Dios y la confianza en la fe. El libro es una guía espiritual para los cristianos que buscan crecer en su relación con Dios y con los demás. Su mensaje perdura a través de los siglos y sigue siendo relevante en la actualidad.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Joh 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Joh 1:1 Este versículo se refiere a Jesús como el "Verbo" (también conocido como la "Palabra" en algunas traducciones de la Biblia). Se dice que él existía desde el principio, y que estaba con Dios y también que él mismo era Dios. Esto significa que Jesús es la manifestación divina de Dios en la Tierra, y que siempre ha existido junto a Él.
Joh 1:2 Este era en el principio con Dios.
Joh 1:2 Este versículo se refiere a Jesucristo y afirma que él existía junto a Dios desde el principio de la creación. Esto indica que Jesús es coeterno y coigual con Dios, y desde el principio de la historia de la humanidad, él siempre ha estado presente junto a Dios. Este versículo es una de las muchas pruebas bíblicas de la divinidad de Jesucristo.
Joh 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Joh 1:3 Este versículo se refiere a Jesucristo, el Hijo de Dios, como el creador de todas las cosas en el universo. Él es la fuerza detrás de la creación y todas las cosas fueron hechas por su poder. Sin Él, nada podría existir. Es un recordatorio de la grandeza y la majestad de Dios y su papel como creador y sustentador del universo.
Joh 1:4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Joh 1:4 Este versículo significa que Jesucristo es la fuente de vida y que esta vida es la luz que ilumina a los hombres. En otras palabras, la vida en Cristo nos da una comprensión más profunda y clara de la verdad y nos guía en el camino hacia la salvación. La vida y la luz son conceptos importantes en el Nuevo Testamento y este versículo muestra la conexión entre ellos en la persona de Jesucristo.
Joh 1:5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Joh 1:5 Este versículo del Evangelio de Juan habla sobre la luz y las tinieblas. Representa la lucha entre el bien y el mal. La luz es un símbolo de la verdad, la justicia y la vida. Las tinieblas, por otro lado, representan la mentira, la injusticia y la muerte. Este versículo en particular habla sobre cómo la luz es tan poderosa que siempre prevalecerá sobre las tinieblas. Aunque las tinieblas pueden intentar extinguir la luz, nunca lo lograrán. La luz siempre brillará y superará la oscuridad. Como cristianos, este versículo también puede ser interpretado como hablando sobre la victoria de Jesucristo sobre el pecado y la muerte. A través de su muerte en la cruz y resurrección, la luz de la verdad y el amor de Dios brilló incluso en las tinieblas más profundas, y el pecado y la muerte no pudieron prevalecer en contra de su poder.
Joh 1:6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Joh 1:6 Este versículo introduce a un personaje clave en la historia de la vida y ministerio de Jesús: Juan el Bautista. Juan fue un hombre enviado por Dios como un precursor de Jesús para preparar el camino para su ministerio y anunciar su llegada. Juan no era el Mesías, pero era un profeta y un predicador poderoso que llamaba a la gente al arrepentimiento y la preparación para el reino de Dios. El versículo también muestra que Juan no estaba actuando por su propia cuenta, sino que fue enviado por Dios para realizar una tarea importante. Esto enfatiza la idea de que la venida de Jesús no fue un evento fortuito, sino que fue parte del plan divino y tenía un propósito específico.
Joh 1:7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
Joh 1:7 Este versículo se refiere a Juan el Bautista, quien vino para dar testimonio de la luz, es decir, de Jesucristo. El propósito de su testimonio era que todos pudieran creer en Jesús a través de él. Juan el Bautista se presentó ante los hombres como un precursor de Jesús, y su trabajo era anunciar a la gente la venida del Mesías. En este sentido, su testimonio fue de gran importancia para preparar a las personas para la llegada de Jesús y para ayudarles a creer en él como el Salvador y el Hijo de Dios.
Joh 1:8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Joh 1:8 Este versículo se encuentra en el evangelio de Juan, capítulo 1, versículo 8. Habla sobre Juan el Bautista, quien era un profeta enviado por Dios para preparar el camino para Jesús. Juan el Bautista fue muy popular en su tiempo porque predicaba con gran autoridad y bautizaba a las personas que se arrepentían de sus pecados. Mucha gente pensaba que él era el Mesías, pero Juan siempre dejaba claro que no era él quien había venido a salvar al mundo, sino que había venido a preparar el camino para el verdadero Mesías, que era Jesús. En el verso 8, Juan el evangelista está hablando de Juan el Bautista y dice que él no era la luz, es decir, que no era el Mesías, pero que había sido enviado para dar testimonio de la luz, es decir, de Jesús, que sí era la verdadera luz que ilumina a todos los hombres. Entonces, en resumen, este verso nos está diciendo que Juan el Bautista no era el Mesías, pero que estaba cumpliendo una importante función al dar testimonio de Jesús, quien sí era el verdadero Mesías y la luz que venía a iluminar el mundo.
Joh 1:9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Joh 1:9 Este verso se refiere a Jesús, quien es conocido como la "Luz del Mundo" en el cristianismo. Él es la luz verdadera que vino a este mundo para iluminar y guiar a todas las personas hacia la verdad y la salvación. Esta luz espiritual es accesible para todos los seres humanos y nos muestra el camino hacia la verdad y la vida eterna. En resumen, este versículo habla de la llegada de Jesús al mundo como la guía espiritual para toda la humanidad.
Joh 1:10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
Joh 1:10 Este verso habla de Jesucristo, quien estaba en el mundo y participó en la creación del mundo, pero la mayoría del mundo no lo reconocía ni lo comprendía. A pesar de que él era el Salvador enviado por Dios, la gente lo rechazaba o simplemente no lo entendía. Es una declaración sobre la vida y la obra de Jesús, que ofrece la oportunidad de conocerlo y recibirlo como Señor y Salvador.
Joh 1:11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Joh 1:11 Este versículo se refiere a Jesús, quien vino al mundo como el Mesías prometido, pero lamentablemente la mayoría de las personas, especialmente aquellos que se consideraban su pueblo, los judíos, no lo aceptaron. En lugar de eso, lo rechazaron y no lo recibieron como su Salvador. Este versículo muestra la triste realidad de cómo a menudo la gente rechaza a aquellos que vienen para ayudarles y traerles la salvación. Sin embargo, aquellos que sí lo recibieron se convirtieron en sus discípulos y seguidores leales.
Joh 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Joh 1:12 Este versículo se refiere a la promesa que Jesús hizo a aquellos que creen en Él y lo aceptan como su salvador. Él les otorga el privilegio de ser llamados "hijos de Dios". Esto implica una relación especial y cercana con Dios, que trae consigo una herencia eterna y el acceso a todos los recursos y bendiciones de nuestro Padre celestial. Es importante reconocer a Jesús como el Hijo de Dios y creer en Él para recibir esta potestad.
Joh 1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Joh 1:13 En este versículo, Juan está hablando de la forma en que alguien se convierte en un hijo de Dios. Él está diciendo que una persona no puede convertirse en un hijo de Dios simplemente por haber nacido de padres que son creyentes o por seguir los deseos carnales o humanos. En cambio, la única forma en que alguien puede convertirse en un hijo de Dios es mediante el nacimiento espiritual de Dios. Esto ocurre cuando alguien recibe a Jesús como su Salvador personal y se entrega a él por completo. Entonces, Dios lo adopta como su hijo y comienza a trabajar en su vida para transformarlo a su imagen. En resumen, el versículo enfatiza que la adopción espiritual es un acto divino que solo puede ocurrir por la voluntad de Dios y no por las obras o los esfuerzos humanos.
Joh 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Joh 1:14 Este versículo del Evangelio de Juan se refiere a la encarnación de Jesucristo. El "Verbo" se refiere a Dios, y se dice que Él se hizo carne y habitó entre nosotros en la forma de Jesús. Al afirmar que "vimos su gloria", se sugiere que los discípulos fueron testigos de la divinidad de Cristo y sucesoras promocionado en su nombre. La expresión "como del unigénito del Padre" significa que Jesús es el Hijo único y amado de Dios el Padre. Además, el versículo termina con la descripción de Jesús como lleno de gracia y verdad, lo que indica su perfecta santidad y su papel como el Salvador del mundo.
Joh 1:15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
Joh 1:15 Este versículo se refiere a Juan el Bautista, quien estaba dando testimonio de Jesús. Juan estaba diciendo que Jesús era alguien a quien él había hablado antes, alguien que vendría después de él pero que en realidad había existido antes que él. Esto se refiere al hecho de que Jesús era el Hijo de Dios y existía desde antes de que Juan naciera en la Tierra. Juan estaba proclamando que Jesús era el Mesías esperado y que tenía una posición única y divina en la historia de la humanidad.
Joh 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Joh 1:16 El versículo Juan 1:16 en el Nuevo Testamento es una afirmación de que la gracia de Dios es abundante. Juan está hablando de Jesús y cómo, a través de Él, Dios nos da su plenitud y su gracia. La plenitud se refiere a la totalidad de lo que Dios es, y la gracia es el favor inmerecido que Dios nos da. En este versículo, Juan está afirmando que hemos recibido de la plenitud de Dios, ya que Jesús es la expresión completa de Dios en la tierra. Y sobre esa plenitud, Dios nos sigue concediendo una cantidad inagotable de gracia. La idea es que no solo hemos recibido un poco de gracia, sino también que "sobre gracia" seguimos recibiendo más y más. Esta gracia es un regalo de amor inmerecido, que nos libera de nuestras culpas y nos acerca a Dios. Entonces, en este versículo, Juan está haciendo hincapié en la inagotable riqueza de la gracia de Dios. Es una muestra del amor infinito de Dios y la generosidad que tiene para con sus hijos.
Joh 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Joh 1:17 Este versículo habla de una diferencia entre la ley, que fue entregada a través de Moisés en el Antiguo Testamento, y la gracia y la verdad que vinieron a través de Jesucristo en el Nuevo Testamento. La ley se refiere a todas las reglas y mandamientos que Dios estableció para su pueblo en el Antiguo Testamento, pero Jesucristo trajo la gracia y la verdad que nos ofrece el perdón y la reconciliación con Dios. En otras palabras, Jesucristo nos ofreció una manera de estar en comunión con Dios no basada en nuestras acciones, sino en su sacrificio en la cruz. Esta gracia y verdad no se nos da por obra de nuestra justicia sino por el don de la gracia de Dios.
Joh 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Joh 1:18 Este versículo habla de la naturaleza de Dios, diciendo que nadie ha visto a Dios directamente, ya que Él es un ser invisible e incorpóreo. Pero el Hijo unigénito de Dios, es decir Jesucristo, que está en la intimidad con el Padre, es el que nos ha dado a conocer a Dios. En otras palabras, Jesús es la revelación de Dios al hombre, es la imagen exacta del Padre y a través de Él podemos conocer mejor a Dios y tener una relación íntima con Él.
Joh 1:19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
Joh 1:19 En este versículo, se hace referencia a Juan el Bautista, quien fue un profeta que predicaba en el desierto antes del comienzo del ministerio de Jesús. En este contexto, los judíos de Jerusalén enviaron a sacerdotes y levitas para preguntarle a Juan quién era él y cuál era su autoridad para predicar y bautizar a la gente. Este versículo es importante porque muestra la autoridad de Juan el Bautista como profeta y cómo su testimonio preparaba el camino para la llegada del Mesías, que sería Jesús. También revela la actitud cuestionadora y dudosa de los líderes religiosos judíos hacia los profetas y su ministerio. En general, este pasaje destaca la importancia del testimonio y la autoridad en el ministerio cristiano y la necesidad de discernimiento espiritual para reconocer las voces verdaderas de Dios en medio de las muchas voces que compiten por nuestra atención.
Joh 1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
Joh 1:20 En el Evangelio de Juan, Juan el Bautista es interrogado por los sacerdotes y levitas que le preguntan si él es el Mesías, o Cristo. En respuesta a su pregunta, Juan dice "Yo no soy el Cristo", confesando así que él no es el Mesías prometido. Este versículo muestra la humildad y honestidad de Juan el Bautista al reconocer que él no es el Salvador que las personas estaban esperando. En cambio, su papel era preparar el camino para la llegada de Jesús, el verdadero Mesías.
Joh 1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Joh 1:21 Este versículo se encuentra en el primer capítulo del evangelio de Juan y describe la interacción entre Juan el Bautista y un grupo de sacerdotes y levitas que habían sido enviados a investigar su identidad. En ese momento, había una expectativa entre los judíos de que el profeta Elías regresaría antes de la llegada del Mesías y algunos creían que Juan el Bautista podría ser Elías. También se esperaba la venida de un profeta como Moisés que había sido anunciado en Deuteronomio 18:15. Por lo tanto, los sacerdotes y levitas preguntaron a Juan el Bautista si él era Elías o el profeta esperado. Juan respondió negativamente a ambas preguntas, indicando que no era la figura mesiánica esperada ni el profeta prometido por Moisés. Esta respuesta pone de relieve la humildad de Juan el Bautista y su papel como precursor del Mesías. Él sabía que no era el Mesías ni ninguna otra figura mesiánica, sino que estaba allí para preparar el camino para la venida del Señor.
Joh 1:22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
Joh 1:22 Este versículo es una parte del pasaje en el libro de Juan donde se narra el testimonio de Juan el Bautista acerca de Jesucristo y su ministerio. En este versículo específico, los líderes religiosos judíos envían a algunos sacerdotes y levitas a preguntar a Juan quién era él y si era el Mesías esperado. Los sacerdotes y levitas querían saber qué decir a sus superiores sobre la identidad de Juan. Juan les respondió en los versículos posteriores, diciéndoles que no era el Mesías, sino un enviado para preparar el camino del Mesías. Juan citó el profeta Isaías para explicar su misión, diciendo: "Yo soy la voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor" (Juan 1:23). Este pasaje ilustra la importancia de la identidad de Jesucristo y cómo Juan el Bautista se aseguró de que los líderes religiosos supieran quién era Jesús y cuál era su papel en la salvación del mundo. También se enfatiza la idea de que los líderes religiosos debían estar preparados para dar una respuesta adecuada a sus superiores sobre la identidad de Juan y Jesús.
Joh 1:23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Joh 1:23 Este versículo se refiere a Juan el Bautista, quien fue un profeta enviado por Dios para preparar el camino para la venida del Mesías. Juan proclamaba un bautismo de arrepentimiento para la remisión de los pecados y predicaba la necesidad de enderezar el camino del Señor, es decir, preparar el corazón y la mente de las personas para recibir al Mesías. La frase "como dijo el profeta Isaías" se refiere a una profecía de Isaías en el Antiguo Testamento que predecía la venida de Juan como precursor del Mesías. En resumen, este versículo destaca la importancia de prepararse para recibir a Jesús como el Salvador y seguir su camino.
Joh 1:24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
Joh 1:24 Este versículo se encuentra en el primer capítulo del Evangelio de Juan y hace referencia a los personajes que fueron enviados a preguntar a Juan el Bautista acerca de su identidad y misión. Estos enviados eran fariseos, miembros de un grupo religioso judío que enfatizaba la observancia estricta de la ley mosaica y que a menudo se oponía a Jesús y sus enseñanzas. El hecho de que estos fariseos fueran enviados a interrogar a Juan resalta su importancia y la amenaza que representaba para algunos sectores religiosos de la época.
Joh 1:25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
Joh 1:25 Este versículo hace referencia a una pregunta que los líderes religiosos judíos le hicieron a Juan el Bautista. Lo cuestionaron sobre su autoridad para bautizar a la gente, ya que no se identificaba como el Mesías, Elías o algún otro profeta importante. Juan el Bautista respondió a su pregunta diciendo que él bautizaba con agua como un acto de penitencia y preparación para la venida del Mesías, pero que el Mesías mismo venía después de él y tenía una autoridad mucho mayor que la suya. En esencia, Juan el Bautista estaba diciendo que estaba llevando a cabo una tarea específica que Dios le había encomendado, pero que no era el Mesías o algún otro gran profeta que esperaban que fuera. Este versículo muestra cómo los líderes religiosos de la época estaban ansiosos por encontrar al Mesías y estaban buscando cualquier indicio de su llegada. También ilustra la humildad de Juan el Bautista, quien reconoció su lugar en el plan de Dios y cumplió su tarea de preparación con humildad y sacrificio.
Joh 1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
Joh 1:26 En este versículo, Juan el Bautista está hablando con un grupo de personas y les está explicando que él bautiza con agua como un símbolo de arrepentimiento y limpieza, pero hay alguien que está en medio de ellos que ellos no conocen. Esta persona es Jesús, el Mesías, quien pronto comenzaría su ministerio público y quien es el verdadero Salvador y Redentor del mundo. Juan está preparando el camino para Jesús, y está diciendo que aunque él bautiza con agua, el bautismo de Jesús será con el Espíritu Santo y fuego (Mateo 3:11).
Joh 1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Joh 1:27 Este versículo está hablando de Jesús. Juan el Bautista estaba testificando sobre Jesús y diciendo que él era el que venía después de él (Juan) pero que Jesús era antes que él. Lo que Juan estaba diciendo es que Jesús era Dios que se había hecho hombre, y que era mucho más grande y poderoso que él. Al decir que no era ni digno de desatar la correa del calzado de Jesús, Juan estaba expresando la humildad y la reverencia que sentía hacia él. En resumen, este versículo es una declaración de la divinidad y la grandeza de Jesús, así como de la humildad de Juan el Bautista.
Joh 1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Joh 1:28 Este versículo es una referencia geográfica a Betábara, un lugar al otro lado del río Jordán donde Juan el Bautista estaba bautizando a la gente. Es parte de la narrativa de los primeros capítulos del Evangelio de Juan, donde se describe la actividad de Juan el Bautista y su relación con Jesús. El versículo sitúa a Juan en un lugar específico y da un contexto geográfico a la historia.
Joh 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Joh 1:29 Este versículo se refiere a la aparición de Jesús ante Juan el Bautista. Juan era un profeta que predicaba en el desierto y bautizaba a la gente para mostrar su arrepentimiento y su deseo de seguir a Dios. Cuando Juan vio a Jesús, lo reconoció como el Cordero de Dios, que había sido enviado para sacrificar su vida y salvar a la humanidad del pecado. Esto significa que a través de la muerte y resurrección de Jesús, los pecados de la humanidad serían perdonados y las personas podrían encontrar la redención y la paz en Dios. Juan estaba anunciando que Jesús era la respuesta a las oraciones y las promesas de Dios para la salvación de la humanidad.
Joh 1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
Joh 1:30 En este versículo, Juan el Bautista está hablando de Jesús y diciendo que él es aquel de quien Juan había hablado anteriormente. Juan había estado predicando en el desierto y había anunciado que después de él vendría alguien que era mucho más grande y más importante que él mismo. Juan está diciendo que Jesús es ese alguien, y que él es antes de Juan a pesar de que Jesús nació después de Juan. Juan está hablando de la preeminencia de Jesús, diciendo que él es de una naturaleza superior a la suya propia. En resumen, este versículo se refiere a la creencia cristiana en la preeminencia y divinidad de Jesús.
Joh 1:31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
Joh 1:31 Este verso es parte del discurso de Juan el Bautista en el Evangelio de Juan. Él está hablando de su ministerio de bautismo y de cómo él no conocía a Jesucristo antes de su bautismo. Sin embargo, Juan el Bautista sabía que su papel era preparar el camino para el Mesías, el Salvador prometido de Israel. Por lo tanto, Juan el Bautista bautizó a Jesús para que fuera manifestado a Israel como el Mesías y Salvador que habían estado esperando. En este verso, Juan el Bautista declara que su papel como bautizador con agua tenía el propósito de preparar a la gente para la llegada de Jesús y para revelar su verdadera identidad al pueblo de Israel.
Joh 1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
Joh 1:32 Este versículo habla del momento en que Juan el Bautista dio su testimonio acerca de Jesús. Juan vio al Espíritu Santo descender del cielo en forma de una paloma y posarse sobre Jesús en el momento de su bautismo. Esto fue un evento poderoso y significativo porque el Espíritu Santo es una evidencia de la presencia y la aprobación de Dios. Para Juan el Bautista, este evento fue una confirmación de que Jesús era el Hijo de Dios y que tenía la autoridad divina para predicar la verdad y llevar a cabo su misión salvífica en la tierra.
Joh 1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Joh 1:33 En este versículo, Juan el Bautista está hablando acerca de su propio ministerio de bautismo con agua. Él dice que no conocía personalmente a Jesús antes de su bautismo, pero que Dios le había dado una señal especial para reconocer al Mesías: la descenso del Espíritu Santo sobre Él. Juan está explicando que, aunque él bautizaba con agua como símbolo de purificación y arrepentimiento, Jesús bautiza con el Espíritu Santo como una transformación y renovación espiritual interna. Este versículo es una afirmación de la divinidad de Jesús y la importancia del bautismo con el Espíritu Santo como algo que distingue su ministerio del de Juan.
Joh 1:34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Joh 1:34 En este versículo, Juan el Bautista está hablando sobre Jesús después de haberlo bautizado en el río Jordán. Él testifica que ha visto al Espíritu Santo descender sobre Jesús como una paloma y escuchó la voz de Dios diciendo que Jesús era su hijo amado. Por lo tanto, Juan confirma que Jesús es el Hijo de Dios y da testimonio de ello. Este versículo es uno de los muchos en el Nuevo Testamento que afirman la divinidad de Jesús.
Joh 1:35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.
Joh 1:35 Este verso del evangelio de Juan nos cuenta que Juan el Bautista estaba de nuevo presente al día siguiente después de haber anunciado la llegada de Jesús. Además, nos indica que había dos discípulos con él en ese momento. Este verso es el comienzo de una serie de eventos importantes que se desarrollan en la vida de Jesús y en el ministerio de Juan el Bautista.
Joh 1:36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
Joh 1:36 Este versículo se refiere a un momento en el que Juan el Bautista estaba hablando con sus seguidores y vio a Jesús caminando cerca de él. Juan reconoció que Jesús era el Mesías, el Salvador prometido, y se refirió a él como el Cordero de Dios. Esta referencia al Cordero de Dios es una alusión al sacrificio de un cordero en el Antiguo Testamento como una forma de expiación por los pecados del pueblo. Juan estaba proclamando que Jesús sería el sacrificio perfecto para redimir a la humanidad de sus pecados y restaurar la relación con Dios.
Joh 1:37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.
Joh 1:37 Este versículo es parte de la historia de cómo dos discípulos, Juan y Andrés, se acercaron a Jesús después de escuchar a Juan el Bautista llamándolo el Cordero de Dios. En el versículo anterior (Joh 1:36), el mismo Juan el Bautista señala a Jesús y dice: "He aquí el Cordero de Dios". Los dos discípulos oyen estas palabras y deciden seguir a Jesús. El versículo 37 simplemente indica que los discípulos escucharon hablar a Jesús y, atraídos por su enseñanza, continuaron siguiéndolo. Este evento marca el comienzo del ministerio de Jesús en el Nuevo Testamento y muestra cómo sus enseñanzas y su persona atraen a aquellos que buscan la verdad.
Joh 1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?
Joh 1:38 Este versículo nos muestra un encuentro entre Jesús y dos de sus discípulos, quienes lo estaban siguiendo mientras caminaba. Al notar que los seguían, Jesús se voltea y les hace una pregunta para conocer sus intenciones: "¿Qué buscáis?". Los discípulos le responden llamándolo Rabí o Maestro, y le preguntan donde está su hogar. Este intercambio es el comienzo de una relación cercana entre Jesús y sus seguidores, quienes lo verían como su guía espiritual. El versículo también nos muestra la curiosidad e interés de los discípulos por conocer más sobre Jesús y su vida.
Joh 1:39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.
Joh 1:39 En este versículo, Juan el Bautista acaba de señalar a Jesús como el Cordero de Dios, por lo que dos de sus discípulos deciden seguir a Jesús. Cuando Jesús se da cuenta de que lo están siguiendo, les invita a que vengan a ver dónde está viviendo. Los discípulos aceptan y van a la casa en la que Jesús se estaba quedando en ese momento, y pasan el resto del día con él. La expresión "hora décima" se refiere a las 10:00 de la mañana, y se utiliza para mostrar que fue temprano en el día cuando los discípulos decidieron seguir a Jesús. Este versículo demuestra la rapidez con que los discípulos siguen a Jesús y la apertura de Jesús al permitir que los discípulos lo encuentren y pasen tiempo con él.
Joh 1:40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.
Joh 1:40 Este versículo nos habla de la historia de Andrés, quien era hermano de Simón Pedro. Él y otro discípulo habían escuchado a Juan el Bautista hablar acerca de Jesús como el Mesías y decidieron seguir a Jesús. Esta es una muestra de cómo las personas se convirtieron en discípulos de Jesús, escuchando sus enseñanzas y siguiendo sus pasos. Andrés pasó a ser un discípulo fiel de Jesús y es recordado como uno de los doce apóstoles que fueron elegidos para difundir el evangelio después de la muerte de Jesús.
Joh 1:41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).
Joh 1:41 Este versículo se encuentra en el evangelio de Juan, capítulo 1, versículo 41. En él, se relata cómo uno de los discípulos de Juan el Bautista, llamado Andrés, conoce a Jesús y se convierte en seguidor suyo. Después de este encuentro, Andrés se encuentra con su hermano Simón y le dice que han encontrado al Mesías, es decir, al Cristo. Este verso es importante porque muestra cómo los primeros discípulos de Jesús comenzaron a reconocerlo como el Mesías prometido por los profetas del Antiguo Testamento. Además, demuestra el valor que tenían las relaciones familiares en la cultura judía y cómo los seguidores de Jesús se esforzaron por compartir su fe con quienes les rodeaban, incluso con sus seres queridos.
Joh 1:42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).
Joh 1:42 Este versículo en particular cuenta el momento en que Jesús conoce a Simón, quien más tarde se convertiría en uno de sus discípulos más cercanos, Pedro. Cuando Simón es presentado a Jesús por otro discípulo, Jesús lo mira profundamente y le dice que él es "Simón, hijo de Jonás" y que en el futuro se le llamará "Cefas", que significa "piedra" o "roca". Jesús le está dando un nuevo nombre, que podría simbolizar la importante posición que Pedro desempeñaría en la Iglesia cristiana. A través de este versículo, se puede ver cómo Jesús estaba preparando a sus discípulos para la misión que tendrían después de su partida.
Joh 1:43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
Joh 1:43 Este versículo es parte del relato del Evangelio de Juan sobre cómo Jesús comenzó a llamar a sus discípulos. Después de haber sido bautizado por Juan el Bautista y pasar cuarenta días en el desierto, Jesús regresa y empieza a buscar a gente para unirse a su misión. En este caso específico, Jesús encuentra a Felipe y le hace una invitación directa a que lo siga. La palabra "Sígueme" es una invitación para que Felipe se convierta en discípulo de Jesús y comience a seguirlo en su misión. Este versículo también nos muestra un patrón común de cómo Jesús llamó a sus discípulos. En muchos casos, él fue el que inició el contacto y les hizo una invitación personal para que lo siguieran. La respuesta de los discípulos a su llamado varió, pero muchos dejaron todo para seguirlo. En resumen, Juan 1:43 es el comienzo de la historia de cómo Jesús comenzó a reunir a sus seguidores más cercanos, quienes jugarían un papel fundamental en el establecimiento y difusión del cristianismo en todo el mundo.
Joh 1:44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.
Joh 1:44 Este versículo simplemente está identificando la ciudad de origen de Felipe, uno de los discípulos de Jesús. Se menciona que era de Betsaida, la misma ciudad de donde eran Andrés y Pedro, también discípulos de Jesús. Esta información puede ser útil para entender las relaciones y conexiones entre los discípulos de Jesús.
Joh 1:45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Joh 1:45 El verso Joh 1:45 del Nuevo Testamento cuenta cómo Felipe encuentra a Natanael y le informa que han encontrado a Jesús, el hijo de José, de Nazaret, aquel de quien habló Moisés en la ley y los profetas en las Escrituras. Este verso hace referencia a la creencia de que Jesús es el Mesías prometido en las Escrituras judías. Los judíos creían que el Mesías sería un descendiente de David y nacería en Belén. Sin embargo, Jesús nació en Nazaret y su linaje terrenal, según la genealogía que se encuentra en el evangelio de Mateo, viene de José, el esposo de María, siendo en realidad Jesús concebido por obra del Espíritu Santo. Felipe, al reconocer a Jesús como el Mesías esperado, reconoce también la importancia de su presencia en la Tierra y su mensaje divino.
Joh 1:46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
Joh 1:46 En este versículo del Evangelio de Juan, Natanael expresa su escepticismo sobre la posibilidad de que algo bueno pudiera salir de Nazaret, una pequeña ciudad de Galilea que en esa época no tenía muy buena reputación. Felipe le invita a que vaya y vea por sí mismo lo que Jesús, quien era de Nazaret, estaba haciendo y enseñando. La respuesta de Felipe sugiere que la mejor manera de descubrir la verdad sobre Jesús es a través de la experiencia personal, y no a través de prejuicios o rumores negativos.
Joh 1:47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Joh 1:47 En este versículo, Jesús está haciendo un comentario sobre la personalidad de Natanael. En la cultura hebrea, la mentira y el engaño eran muy mal vistos, y Jesús reconoce en Natanael una persona honesta y sincera. También es posible que Jesús estuviera haciendo referencia a la profecía de Jacob sobre su hijo Judá en Génesis 49:10, donde se dice que "no se apartará el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos". Jesús, como descendiente de Judá, puede haber reconocido en Natanael un verdadero ejemplo de la tribu de Israel. En cualquier caso, el verso enfatiza la importancia de la honestidad y la integridad en la vida de un creyente.
Joh 1:48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
Joh 1:48 Este versículo del Nuevo Testamento es parte de un episodio en el que Jesús se encuentra con Natanael, uno de sus futuros discípulos. Cuando Felipe presenta a Natanael a Jesús, Natanael duda acerca de la identidad y las credenciales de Jesús, cuestionando cómo es que alguien de Nazaret podría ser el Mesías. Sin embargo, después de interactuar con Jesús, Natanael cambia de opinión y reconoce que Jesús es el Hijo de Dios. En este versículo en particular, Natanael se sorprende de que Jesús lo conozca antes de que Felipe le haya hablado de él. Jesús le responde que lo vio debajo de la higuera antes de que Felipe lo llamara. Esta declaración sugiere que Jesús tiene la capacidad de ver lo que sucede más allá de su entorno inmediato, y que conoce las cosas de manera sobrenatural. En resumen, este versículo de Juan 1:48 es un ejemplo de las habilidades y los poderes divinos de Jesús, y muestra cómo atrae a sus discípulos a través de su conocimiento y su presencia milagrosa.
Joh 1:49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
Joh 1:49 Este versículo en el libro de Juan es parte de un diálogo entre Jesús y Natanael, uno de los discípulos de Jesús. Natanael inicialmente duda de Jesús, preguntando si algo bueno puede venir de Nazaret. Sin embargo, cuando Jesús le ve, le dice que le ha visto antes, bajo un árbol de higuera. Natanael se sorprende y responde que Jesús debe ser el hijo de Dios y el rey de Israel. Este versículo es significativo porque muestra la creencia y la confesión de Natanael en Jesús como el Mesías. Natanael reconoce la divinidad y la realeza de Jesús, y esta creencia es fundamental para la fe cristiana. Para los cristianos, Jesús es el Hijo de Dios y el rey del cielo y la tierra. A través de su muerte y resurrección, Jesús dio a la humanidad la oportunidad de la salvación y el perdón de los pecados.
Joh 1:50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.
Joh 1:50 En este versículo de Juan 1:50, Jesús está hablando con Natanael, quien había sido presentado a él por Felipe. Natanael inicialmente había expresado su escepticismo acerca de Jesús, preguntando si algo bueno podría venir de Nazaret. Pero cuando Jesús se acerca a Natanael, Él lo reconoce y lo identifica como un hombre sin engaño en su corazón. Natanael está asombrado de que Jesús lo haya reconocido sin siquiera haberlo conocido antes. Jesús responde a la sorpresa de Natanael, diciéndole que si eso lo sorprende, verá cosas aún más sorprendentes en el futuro. El punto que Jesús está haciendo aquí es que lo que Natanael había experimentado en ese momento era solo una pequeña muestra de las grandes maravillas que Dios estaba a punto de realizar. Jesús estaba indicando que habría muchas más razones para creer en el futuro, si Natanael seguía en su camino de fe y confianza en Jesús. En esencia, Jesús estaba prometiendo una vida abundante y llena de asombro para quienes creyeron en él.
Joh 1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.
Joh 1:51 Este versículo es parte de un diálogo entre Jesús y Nathanael, uno de los discípulos de Jesús. Jesús estaba hablando con Nathanael acerca de cómo él lo había visto sentado bajo una higuera antes de que ellos se conocieran. Jesús entonces le dijo que vería cosas aún más sorprendentes si creía en Él. El versículo que mencionas es una promesa de Jesús a Nathanael y a todos sus discípulos. Les dice que verán el cielo abierto y podrán ver a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, lo que significa que ellos tendrían una conexión especial con Dios a través de Jesús. Esto también puede ser una referencia a la historia de Jacob en el Antiguo Testamento cuando sueña con una escalera que va desde la tierra hasta el cielo y los ángeles suben y bajan por ella. Jesús está diciendo que Él es el camino hacia el cielo y que, como sus seguidores, tendrán acceso a los cielos y la atención especial de Dios. Es una promesa de esperanza y una indicación de la importancia de creer en Él.