Explorando el Evangelio de Juan: Descubre las enseñanzas del Libro 10 del Nuevo Testamento


El Evangelio según San Juan, capítulo 10, presenta a Jesús como el Buen Pastor, que cuida y guía a sus ovejas. Él utiliza la metáfora del pastor y las ovejas para hablar de su relación con sus seguidores y su cuidado amoroso hacia ellos. En este capítulo, Jesús también habla de la puerta de las ovejas, que representa su propia vida y muerte. Él es la puerta por la que las ovejas deben pasar para ser salvas y tener vida eterna. Además, Jesús habla de los ladrones y bandidos que vienen a robar y destruir, lo que representa a falsos maestros y líderes corruptos que no tienen el bienestar de las personas en mente. Al final del capítulo, Jesús enfrenta a los líderes religiosos judíos que lo acusan de blasfemia y lo quieren matar. Él les recuerda que sus obras y milagros son pruebas de que viene de Dios, y los acusa de no creer en él porque no son sus ovejas. En resumen, el capítulo 10 de Juan del Nuevo Testamento presenta a Jesús como el Buen Pastor que protege y guía a sus seguidores hacia la vida eterna, mientras que enfrenta la oposición de los líderes religiosos que no creen en él.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Joh 10:1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
Joh 10:2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
Joh 10:3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
Joh 10:4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Joh 10:5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Joh 10:6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Joh 10:7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Joh 10:8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
Joh 10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Joh 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Joh 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Joh 10:12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Joh 10:13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
Joh 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
Joh 10:15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
Joh 10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Joh 10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Joh 10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Joh 10:19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
Joh 10:20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?
Joh 10:21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Joh 10:22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
Joh 10:23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Joh 10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
Joh 10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
Joh 10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
Joh 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Joh 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Joh 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Joh 10:30 Yo y el Padre uno somos.
Joh 10:31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
Joh 10:32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
Joh 10:33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
Joh 10:34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Joh 10:35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
Joh 10:36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
Joh 10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
Joh 10:38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
Joh 10:39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.
Joh 10:40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí.
Joh 10:41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.
Joh 10:42 Y muchos creyeron en él allí.

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