El Evangelio de Juan: Revelaciones de la Verdad en el Libro 11


El capítulo 11 del libro de Juan en el Nuevo Testamento de la Biblia cuenta la historia de la resurrección de Lázaro de entre los muertos. La historia comienza con la noticia que llega a Jesús de que Lázaro, un amigo suyo, está enfermo. En lugar de ir a visitarlo de inmediato, Jesús decide quedarse donde está, diciendo que la enfermedad de Lázaro no conducirá a la muerte, sino a la gloria de Dios. Cuando Jesús finalmente llega al pueblo de Betania, donde vive Lázaro, descubre que ha estado muerto durante cuatro días. Los amigos y familiares de Lázaro están afligidos y dolidos por su pérdida, pero Jesús les dice que si creen en él, verán la gloria de Dios. Jesús va al sepulcro de Lázaro, donde lo espera una multitud de personas. Él da gracias a Dios y luego grita: "Lázaro, ven afuera". Para sorpresa de todos, Lázaro sale vivo y sano del sepulcro. Esta milagrosa resurrección lleva a muchos en el pueblo a creer en Jesús y a reconocerlo como el Hijo de Dios. Sin embargo, también provoca a los líderes religiosos judíos, que comienzan a planear su muerte. En resumen, el capítulo 11 del libro de Juan se centra en el poder divino de Jesús para hacer milagros y resucitar a los muertos. También muestra cómo estos actos divinos atraen tanto la fe como la oposición de aquellos que lo rodean.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Joh 11:1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
Joh 11:2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
Joh 11:3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
Joh 11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Joh 11:5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Joh 11:6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Joh 11:7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez.
Joh 11:8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Joh 11:9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
Joh 11:10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Joh 11:11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Joh 11:12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
Joh 11:13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.
Joh 11:14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Joh 11:15 y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Joh 11:16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Joh 11:17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Joh 11:18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
Joh 11:19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Joh 11:20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Joh 11:21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Joh 11:22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Joh 11:23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Joh 11:24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Joh 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Joh 11:26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Joh 11:27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Joh 11:28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
Joh 11:29 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.
Joh 11:30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.
Joh 11:31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
Joh 11:32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Joh 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Joh 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Joh 11:35 Jesús lloró.
Joh 11:36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Joh 11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Joh 11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Joh 11:39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
Joh 11:40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
Joh 11:41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Joh 11:42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Joh 11:43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
Joh 11:44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Joh 11:45 Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él.
Joh 11:46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
Joh 11:47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.
Joh 11:48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.
Joh 11:49 Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
Joh 11:50 ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
Joh 11:51 Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
Joh 11:52 y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
Joh 11:53 Así que, desde aquel día acordaron matarle.
Joh 11:54 Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.
Joh 11:55 Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse.
Joh 11:56 Y buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: ¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?
Joh 11:57 Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.

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