El Evangelio de Juan 12: Descubriendo el Amor y la Luz de Cristo


El Evangelio de Juan es uno de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, que relata la historia de Jesús de Nazaret. El capítulo 12 del Evangelio de Juan cuenta la historia de la unción de Jesús por parte de María en Betania, y su entrada triunfal en Jerusalén para celebrar la Pascua. La historia comienza con Jesús y sus discípulos visitando a sus amigos en Betania. Durante la cena, María unge los pies de Jesús con aceite de nardo puro, lo que enfurece a Judas Iscariote, quien se queja del desperdicio de los recursos que podrían haber sido utilizados para ayudar a los pobres. Después de eso, Juan nos cuenta la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde la multitud celebra su llegada agitando palmas y hojas de palma. Jesús predice su muerte, diciéndoles que el grano de trigo debe morir para dar fruto, y llama a la multitud a seguirlo y a creer en él. A continuación, Juan nos cuenta la visita de algunos gentiles a Jesús, que le piden verlo. Jesús responde diciendo que su hora se acerca, y que será exaltado y atraerá a todos hacia sí mismo. Por último, Juan nos habla del rechazo de Jesús por parte de los líderes religiosos y de su oración en el jardín de Getsemaní antes de su arresto y crucifixión. En resumen, el capítulo 12 del Evangelio de Juan presenta una serie de eventos que resaltan tanto la popularidad como la oposición de Jesús, así como su amor y dedicación a su pueblo y la profecía de su pronto sacrificio. Este capítulo es una muestra de la narrativa bíblica que establece el fundamento del cristianismo como una religión mundialmente seguida.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Joh 12:1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.
Joh 12:2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Joh 12:3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Joh 12:4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
Joh 12:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Joh 12:6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
Joh 12:7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Joh 12:8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Joh 12:9 Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos.
Joh 12:10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro,
Joh 12:11 porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
Joh 12:12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,
Joh 12:13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!
Joh 12:14 Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:
Joh 12:15 No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna.
Joh 12:16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.
Joh 12:17 Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.
Joh 12:18 Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal.
Joh 12:19 Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.
Joh 12:20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.
Joh 12:21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Joh 12:22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
Joh 12:23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
Joh 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Joh 12:25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Joh 12:26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Joh 12:27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
Joh 12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
Joh 12:29 Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Joh 12:30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
Joh 12:31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Joh 12:32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Joh 12:33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.
Joh 12:34 Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
Joh 12:35 Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Joh 12:36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Joh 12:37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;
Joh 12:38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
Joh 12:39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
Joh 12:40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.
Joh 12:41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Joh 12:42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Joh 12:43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Joh 12:44 Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Joh 12:45 y el que me ve, ve al que me envió.
Joh 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Joh 12:47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Joh 12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Joh 12:49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Joh 12:50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

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