Descubre la Verdad: Explorando el Evangelio de Juan en el Libro 19
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El libro del Nuevo Testamento del Juan, también conocido como el Evangelio de Juan, es uno de los cuatro evangelios canónicos que relatan la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Este evangelio fue escrito por Juan, uno de los discípulos de Jesús.
El libro comienza con un prólogo que describe a Jesucristo como el Verbo eterno de Dios, que se hizo carne y habitó entre los hombres para traer la luz y la vida al mundo. Luego, el libro sigue con la narración de varios milagros de Jesús, incluyendo la conversión del agua en vino, la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.
Además, el libro describe el ministerio de Jesús en Jerusalén y su última cena con sus discípulos, donde instituyó la Eucaristía y lavó los pies de sus seguidores. También se narra su juicio, condena y crucifixión, así como su resurrección y apariciones a sus discípulos.
Finalmente, el libro concluye con una declaración de propósito, en la que Juan afirma que ha escrito estas cosas para que los lectores crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que tengan vida en su nombre.
En resumen, el libro del Nuevo Testamento del Juan es una narración detallada de la vida y el ministerio de Jesús, que busca mostrar la divinidad de Cristo y su papel como Salvador del mundo.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Joh 19:1 Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Joh 19:1 Este versículo se refiere a un momento durante el juicio y la crucifixión de Jesús. Pilato, el gobernador romano que tenía autoridad sobre la región de Judea, había sido presionado por los líderes judíos para que condenara a Jesús a muerte. A pesar de que no encontró ninguna falta en él, Pilato finalmente entregó a Jesús a los soldados romanos para que fuera azotado y crucificado. La azotaina era un castigo común durante ese tiempo, en el cual el acusado era golpeado con varas o látigos con puntas de metal. Esta forma de castigo era muy dolorosa y a menudo dejaba al acusado herido de gravedad o incluso muerto. Entonces, el versículo está describiendo el momento en que Pilato entregó a Jesús a los soldados para que lo azotaran. Este fue uno de los muchos sufrimientos que Jesús tuvo que soportar antes de su crucifixión.
Joh 19:2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;
Joh 19:2 Este versículo describe un momento durante la crucifixión de Jesús, donde los soldados, en un acto de burla y humillación, fabricaron una corona de espinas y la pusieron en la cabeza de Jesús, además de vestirlo con un manto de púrpura. Este evento es uno de los muchos sufrimientos que Jesús tuvo que soportar antes de su muerte en la cruz por los pecados de la humanidad.
Joh 19:3 y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
Joh 19:3 Este verso se encuentra en el capítulo 19 del libro de Juan en el Nuevo Testamento y describe cómo los soldados romanos estaban burlándose de Jesús, quien había sido arrestado y llevado ante el gobernador Pilato. Después de interrogarlo, los soldados lo vistieron con un manto de púrpura y le pusieron una corona de espinas en la cabeza, y comenzaron a golpearlo y burlarse de él, llamándolo "Rey de los Judíos". Se dice que le daban bofetadas, lo que significa que lo abofeteaban, como una forma de humillarlo y torturarlo. Este versículo muestra la crueldad e injusticia que sufrió Jesús por parte de las autoridades romanas y revela cómo fue tratado con desprecio e insultado antes de ser crucificado.
Joh 19:4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.
Joh 19:4 Este versículo se refiere a un momento en la historia en el cual el gobernador Pilato estaba juzgando a Jesús, quien había sido acusado de cometer un delito. Pilato declaró que no había encontrado ninguna evidencia en contra de Jesús que lo declarara culpable, y por lo tanto, estaba llevándolo fuera para que la gente pudiera ver por sí misma que no había cometido ningún delito. Básicamente, Pilato estaba tratando de demostrar la inocencia de Jesús ante la multitud.
Joh 19:5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!
Joh 19:5 Este versículo describe el momento en que Jesús es presentado ante la multitud por Pilato después de haber sido azotado y coronado con una corona de espinas. Jesús está vistiendo un manto de púrpura, que era una prenda utilizada por los reyes, y lleva la corona de espinas como una burla y un gesto de crueldad por parte de los soldados romanos. Pilato está presentando a Jesús ante la multitud como "el hombre", quizás para mostrar que no veía a Jesús como una amenaza política, sino como un hombre común que había sido sometido a un trato injusto. Este pasaje es parte de la narración de la crucifixión de Jesús y muestra el sufrimiento y la humillación que Jesús experimentó antes de su muerte.
Joh 19:6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
Joh 19:6 Este versículo es parte de la narración del juicio y la condena de Jesús a la crucifixión. Aquí, los principales sacerdotes y los alguaciles están pidiendo la crucifixión de Jesús, a pesar de que Pilato no encuentra ningún delito en él. Sin embargo, Pilato finalmente se rinde a la presión y entrega a Jesús para ser crucificado por la multitud. Este versículo muestra la injusticia y la falta de liderazgo moral de aquellos que deberían haber protegido y defendido a Jesús.
Joh 19:7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
Joh 19:7 En este versículo del evangelio de Juan, los líderes judíos están diciendo que Jesús debe ser condenado a muerte porque ellos creen que se ha blasfemado al hacerse Hijo de Dios. Los judíos están afirmando que, según su ley, cualquier persona que afirme ser igual a Dios está cometiendo un acto de herejía y debe ser castigada con la muerte. Por lo tanto, los líderes judíos están utilizando este razonamiento para justificar su deseo de que Jesús sea ejecutado en la cruz. Sin embargo, para los cristianos, este versículo es una muestra de cómo Jesús se identificó a sí mismo como el Hijo de Dios y cómo los judíos rechazaron esta afirmación.
Joh 19:8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.
Joh 19:8 Este versículo se encuentra en el capítulo 19 del Evangelio de Juan, que relata el juicio y la crucifixión de Jesús. En este pasaje, Jesús ha sido arrestado y llevado ante Pilato, gobernador de Judea, que tiene la autoridad para sentenciar su muerte. Los líderes judíos acusan a Jesús de blasfemia y de afirmar ser el rey de los judíos, lo que podría ser visto como una amenaza a la autoridad romana. En este versículo en particular, Pilato está escuchando a los líderes judíos que acusan a Jesús. Entonces, uno de ellos afirma que Jesús se ha hecho a sí mismo el Hijo de Dios. Este comentario hace que Pilato tenga aún más miedo, ya que los romanos creían en muchos dioses y supersticiones, y creían que los hijos de los dioses tenían poderes sobrenaturales. Como gobernador, Pilato estaba obligado a mantener la paz y evitar cualquier disturbio, y temía que esta acusación pudiera provocar un levantamiento popular. En resumen, este versículo muestra la inquietud de Pilato ante la situación que enfrenta, y es un indicio de que puede estar buscando una forma de solucionarla que no provoque más problemas.
Joh 19:9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Joh 19:9 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús estaba siendo juzgado por Pilato, quien era el prefecto romano de Judea en ese momento. Pilato estaba interrogando a Jesús, tratando de determinar si era un peligro para el Estado romano. En particular, este versículo se refiere a cuando Pilato preguntó a Jesús de dónde era. Pero Jesús no respondió a la pregunta, lo que puede haber irritado aún más a Pilato. En el contexto más amplio del Evangelio de Juan, este episodio muestra cómo Jesús fue juzgado no solo por los líderes religiosos judíos, sino también por las autoridades romanas. Además, muestra la paciencia y la dignidad de Jesús incluso en situaciones de gran presión y hostilidad.
Joh 19:10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
Joh 19:10 En este versículo, Pilatos está hablando con Jesús, quien estaba a su disposición después de haber sido arrestado y acusado ante la autoridad romana. Pilatos estaba interrogando a Jesús sobre sus acciones y su supuesto papel como rey. Jesús, sin embargo, no estaba dispuesto a responder a estas acusaciones y Pilatos se enojó, diciéndole que tenía el poder de condenarlo a la crucifixión pero también la autoridad para liberarlo. Este versículo muestra la tensión entre los dos hombres y la falta de comprensión de Pilatos sobre los verdaderos motivos de Jesús.
Joh 19:11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Joh 19:11 En este versículo, Jesús está hablando con Pilatos, el gobernador romano que tiene el poder de condenarlo a muerte. Jesús le está diciendo que Pilatos no tendría autoridad sobre él si no le hubiera sido dada por Dios. Jesús reconoce que, aunque Pilatos tiene poder temporal, Dios es el que gobierna sobre todas las cosas. Luego, Jesús habla del pecado de quien lo ha entregado a Pilatos, haciendo referencia a Judas Iscariote, el discípulo que lo traicionó. Jesús está diciendo que el acto de entregarlo a Pilatos es un pecado mayor que el hecho mismo de condenarlo a muerte, ya que muestra una falta de fe y traición a Dios.
Joh 19:12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.
Joh 19:12 Este versículo se refiere a la situación en la que Pilato intentaba liberar a Jesús, pero los líderes judíos lo estaban presionando para que no lo hiciera. Los líderes judíos temían que Jesús fuera liberado, ya que consideraban que podía ser una amenaza para el poder romano y para el sistema religioso establecido. Por ello, le recordaban a Pilatos que si soltaba a Jesús estaría yendo en contra de César, el emperador romano, quien tenía el control sobre Judea en ese momento. De esta manera, los líderes judíos estaban utilizando el miedo a la autoridad romana para asegurarse de que Jesús fuera condenado y ejecutado.
Joh 19:13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Joh 19:13 El versículo se refiere al momento en que Pilato, el gobernador romano, lleva a Jesús fuera del edificio donde estaba siendo juzgado y lo lleva al lugar donde se llevan a cabo los juicios, llamado Gabata en hebreo. Pilato se sienta en su tribunal en este lugar y continúa el juicio contra Jesús.
Joh 19:14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
Joh 19:14 Este versículo relata un momento en la vida de Jesús en el que era el día de la preparación para la Pascua, una festividad importante en la religión judía. La hora sexta se refiere al mediodía. Jesús se encuentra hablando con los judíos y les dice: "He aquí vuestro Rey", lo que sugiere su papel como el Rey de los judíos. Este tituló fue utilizado para acusar a Jesús ante los romanos y sentenciarlo a muerte en la cruz. En resumen, este versículo se refiere a un momento decisivo en la vida de Jesús, en la que se enfrenta a las autoridades judías y romanas por su crucifixión, precisamente en el momento de la Pascua.
Joh 19:15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.
Joh 19:15 En este versículo del evangelio de Juan, se muestra a Pilato, el gobernador romano de Judea, consultando a la multitud que había reunida en torno a él, sobre qué hacer con Jesús, quien había sido acusado y llevado ante él por los líderes religiosos judíos. Pilato intentó liberar a Jesús, ya que no encontraba ninguna razón para condenarlo, pero la multitud instó a Pilato a crucificar a Jesús. En respuesta a la pregunta de Pilato sobre si debía crucificar a su Rey, los líderes religiosos judíos respondieron que no tenían más rey que César. Esto fue significativo porque los judíos consideraban que solo Dios era su verdadero Rey, pero en esta respuesta, los líderes religiosos estaban reconociendo la autoridad del emperador romano César sobre ellos. Con este versículo, se muestra cómo la multitud y los líderes religiosos de la época estaban más preocupados por mantener su posición de poder y dominio en la sociedad, que por las verdades y la justicia.
Joh 19:16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.
Joh 19:16 Este versículo del Evangelio de Juan hace referencia al momento en que Jesús fue entregado a los romanos para ser crucificado. En el contexto de la historia, Pilato, el gobernador romano, había intentado liberar a Jesús debido a que encontraba en él ninguna culpa, pero los líderes judíos y la multitud seguían pidiendo su crucifixión. Finalmente, Pilato cedió y entregó a Jesús a los soldados que lo llevaron para ser crucificado. El versículo en cuestión simplemente describe este momento en el que Jesús es entregado a sus verdugos.
Joh 19:17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
Joh 19:17 Este versículo describe el momento en que Jesús, después de haber sido condenado a muerte, cargó su propia cruz y salió hacia el lugar donde sería crucificado, conocido como de la Calavera o, en hebreo, Gólgota. La carga de la cruz era un símbolo de su sacrificio y sufrimiento por la humanidad, y el lugar de la crucifixión fue elegido de manera simbólica también, ya que según la tradición judía, se creía que la Calavera era el lugar donde Adán, el primer hombre, había sido enterrado. De esta manera, la crucifixión de Jesús representa la salvación y la redención para toda la humanidad, cuyo símbolo es su sufrimiento en la cruz.
Joh 19:18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Joh 19:18 Este versículo describe cómo Jesús fue crucificado junto a dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda. La crucifixión era un método de ejecución cruel utilizado por los romanos en la época en que vivió Jesús. El versículo indica que Jesús fue colocado en el centro de los otros dos, lo que simboliza la importancia y singularidad de su sacrificio en la cruz. La crucifixión de Jesús es un evento central en la fe cristiana, ya que se cree que su muerte en la cruz fue una ofrenda por los pecados de toda la humanidad.
Joh 19:19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
Joh 19:19 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Juan, capítulo 19, versículo 19. En él se describe cómo Pilatos escribió el título que sería colocado sobre la cruz en la que sería crucificado Jesucristo. El texto menciona que el título decía "Jesús Nazareno, Rey de los Judíos", lo que puede ser interpretado como una forma de Pilato de burlarse de los judíos o de dejar claro que aquel que estaba siendo ejecutado era un posible rebelde contra el poder romano. De cualquier manera, este título se convirtió en un elemento importante para la historia cristiana. Muchos creyentes lo ven como una afirmación de la divinidad de Jesucristo y de su reinado por sobre toda la humanidad. Es curioso señalar que este mismo título aparece descrito en los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento, aunque con algunas variaciones en su formato o en los detalles que se mencionan al respecto. En general, todos ellos coinciden en que Pilatos hizo colocar un título sobre la cruz de Jesús como parte del proceso de su ejecución.
Joh 19:20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
Joh 19:20 Este versículo describe que el título que fue puesto encima de Jesús cuando fue crucificado (que decía "Jesús de Nazaret, el rey de los judíos") fue escrito en tres idiomas diferentes: hebreo, griego y latín. Esto se hizo para que todo el mundo pudiera entender y leer el título, ya que Jerusalén era un lugar de peregrinación religiosa y había personas de diferentes partes del mundo allí. También indica que muchos judíos pudieron leer el título porque el lugar de la crucifixión estaba cerca de la ciudad.
Joh 19:21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.
Joh 19:21 Este versículo se refiere a un momento en la vida de Jesús, cuando fue llevado ante el gobernador romano, Pilato, acusado de ser un rey y de subvertir el orden político. Los líderes religiosos judíos querían que Pilato condenara a Jesús a muerte, y en este versículo le pidieron que cambiara la inscripción que se colocaría en la cruz. Originalmente, se había ordenado que se colocara la inscripción "Rey de los judíos" en la cruz de Jesús, que era una acusación irónica y una forma de burla. Pero los líderes religiosos judíos quisieron que se cambiara la inscripción a "Él dijo: Soy Rey de los judíos", lo cual era una afirmación de la propia declaración de Jesús. Este versículo muestra cómo los líderes religiosos judíos trataban de manipular la situación para lograr sus propios fines, incluso cambiando las palabras de la inscripción en la cruz. Refleja la tensión entre los judíos y los romanos en la época de Jesús, y la forma en que los líderes religiosos judíos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para ver a Jesús condenado.
Joh 19:22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Joh 19:22 Este verso se refiere a un momento en el que Pilato, el gobernador romano de Judea, estaba decidiendo qué poner en la inscripción que se colocaría encima de la cruz sobre la que estaba siendo crucificado Jesús. Los líderes religiosos judíos querían que se pusiera "Este es Jesús, el rey de los judíos", pero Pilato estaba resistiendo, probablemente porque esto implicaría que había condenado a muerte a un inocente. Sin embargo, finalmente escribió la inscripción tal como querían los líderes judíos. Cuando le cuestionaron su decisión, Pilato respondió que había escrito lo que había escrito, y sugiere que no tenía intención de cambiarlo. En resumen, este verso ilustra la actitud de Pilato de no querer ceder ante las presiones y mantener su postura a pesar de las consecuencias.
Joh 19:23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
Joh 19:23 Este verso describe lo que sucedió después de que Jesús fue crucificado por los soldados romanos. Después de quitarle la ropa, los soldados la dividieron en cuatro partes iguales, una para cada soldado. La túnica que Jesús llevaba era especial porque estaba tejida sin costuras de arriba abajo. En lugar de dividirla, los soldados decidieron lanzar un sorteo para ver quién se quedaba con ella. Este acto estaba en cumplimiento de la profecía que decía que Jesús sería vestido con una sola prenda sin costuras que no se rompería. (Juan 19:24).
Joh 19:24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.
Joh 19:24 Este versículo está hablando de cómo los soldados romanos que crucificaron a Jesús decidieron qué hacer con su ropa. En lugar de dividirla entre ellos mismos, decidieron lanzar lotes para ver quién la conseguiría. Esto sucedió para que se cumpliera una profecía en el Antiguo Testamento que decía que los enemigos de Dios dividirían su ropa y lanzarían lotes por ella. Este evento es una prueba más de cómo los eventos en la vida de Jesús estaban profetizados en las Escrituras y cómo todo encaja en el plan de Dios.
Joh 19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Joh 19:25 Este versículo describe quiénes estaban presentes en la crucifixión de Jesús. Junto a la cruz estaba la madre de Jesús, María, la hermana de su madre (no se menciona su nombre) y María Magdalena. También se menciona a María mujer de Cleofas, aunque no está claro si estaba junto a la cruz o simplemente se encontraba en el lugar donde Jesús estaba siendo crucificado. Estas mujeres eran cercanas a Jesús y le seguían en su ministerio. En este momento de gran dolor y sufrimiento, estaban al lado de Jesús, ofreciéndole su amor y apoyo en su momento de necesidad.
Joh 19:26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Joh 19:26 Este versículo se refiere a un momento durante la crucifixión de Jesús. Cuando Jesús vio a su madre, María, y al discípulo amado (a quien tradicionalmente se identifica como Juan), dijo a María: "Mujer, he ahí tu hijo". En otras palabras, Jesús estaba indicando que Juan cuidaría de su madre como si fuera su propia madre. Esto sugiere la profunda preocupación de Jesús por su madre, incluso en su momento de mayor sufrimiento. También muestra la importancia de cuidar y apoyar a los seres queridos, incluso en los momentos más difíciles.
Joh 19:27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Joh 19:27 Este versículo se refiere al momento en que Jesús, mientras estaba en la cruz, habla con su madre y con el discípulo a quien amaba (probablemente Juan). Jesús ve a su madre, María, y le dice al discípulo que la cuide y la proteja como si fuera su propia madre. Es un acto de amor y preocupación por su madre, ya que Jesús sabe que no estará presente para cuidarla. El discípulo toma a María en su hogar a partir de ese momento. Este acto también puede simbolizar la afirmación de Jesús de una nueva comunidad cristiana, que se extiende más allá de los lazos familiares de sangre.
Joh 19:28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
Joh 19:28 Este versículo se refiere al momento en que Jesús estaba en la cruz, a punto de morir. Él sabía que todo lo que tenía que hacer en la Tierra para cumplir la voluntad de Dios estaba hecho, y entonces dijo "tengo sed", como una manera de cumplir otra profecía de la Escritura que decía que darían vinagre a quien tuviera sed en la cruz. Jesús tenía sed física, pero también quiso cumplir la profecía, lo que muestra una vez más su fidelidad a la voluntad de Dios y su compromiso con la salvación de la humanidad.
Joh 19:29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
Joh 19:29 Este versículo narra uno de los momentos de la crucifixión de Jesús, cuando los soldados romanos que lo habían crucificado ofrecen vinagre empapado en una esponja a Jesús para aliviar su sed. El hisopo era una especie de caña larga y delgada que se usaba para llevar la esponja hasta la boca de Jesús, ya que él estaba clavado en la cruz y no podía moverse. Se cree que el vinagre era una bebida ácida que se le ofrecía a los condenados a muerte en esa época como un gesto de piedad, o también como una forma de acelerar la muerte de Jesús. El hecho de que Jesús aceptó el vinagre muestra su humanidad y su capacidad de soportar e incluso perdonar el sufrimiento que estaba pasando.
Joh 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
Joh 19:30 Este versículo describe el momento en que Jesús, después de haber sido crucificado, tomó un poco de vinagre y dijo "consumado es". Esta frase se refiere a que su obra en la tierra había llegado a su fin y que había cumplido con la misión que Dios le había encomendado. Luego de esto, Jesús inclinó la cabeza y entregó su espíritu, es decir, murió. Este versículo es significativo ya que marca el final de la vida terrenal de Jesús y el comienzo de una nueva era en la historia de la humanidad.
Joh 19:31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.
Joh 19:31 Este versículo de Juan 19:31 hace referencia al momento en que Jesús fue crucificado y los líderes religiosos judíos pidieron a Pilato, el gobernador romano, que se rompieran las piernas de los crucificados para que murieran más rápidamente y sus cuerpos pudieran ser retirados antes del día de reposo, que era una festividad religiosa importante para los judíos. La ruptura de las piernas impediría que los crucificados pudieran sujetarse y levantarse para respirar, lo que les llevaría a la muerte por asfixia en cuestión de minutos. Al hacerlo, los judíos esperaban cumplir la ley que prohibía que la gente estuviera suspendida en la cruz durante el día de reposo. Esta acción fue finalmente llevada a cabo en los demás crucificados, excepto en Jesús, quien ya estaba muerto.
Joh 19:32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.
Joh 19:32 Este versículo del Nuevo Testamento se refiere a la crucifixión de Jesucristo y dos criminales condenados a muerte que fueron crucificados junto a él. Después de que Jesús murió en la cruz, los soldados romanos que estaban a cargo de la crucifixión se acercaron a los tres hombres para asegurarse de que estuvieran muertos y retirar sus cuerpos de las cruces para ser enterrados. Para asegurarse de que los prisioneros estuvieran muertos, los soldados romanos quebraron las piernas de los dos criminales que habían sido crucificados junto a Jesús. Sin embargo, cuando llegaron a Jesús, descubrieron que ya estaba muerto y no necesitaban romperle las piernas como habían hecho con los otros hombres para forzar su muerte. Este suceso es significativo en la historia de la crucifixión de Jesús porque, según la profecía, el Mesías no tendría ningún hueso roto. El hecho de que Jesús no tuviera que tener las piernas rotas para morir demostró que era, de hecho, el Mesías y cumplió otra de las profecías mesiánicas.
Joh 19:33 Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
Joh 19:33 Este versículo se refiere a la crucifixión de Jesús. La tradición romana dictaba que los cuerpos de los que eran crucificados debían ser retirados de la cruz antes del inicio del Shabbat (día de descanso judío). Para acelerar la muerte, a menudo los soldados romanos quebraban las piernas de los crucificados con un martillo. Sin embargo, cuando llegaron a Jesús, ya estaba muerto, por lo que no vieron necesario quebrarle las piernas. Esto fue importante porque la profecía del Antiguo Testamento decía que el Mesías no tendría hueso roto (Éxodo 12:46, Salmos 34:20), y la muerte de Jesús sin quebrarle las piernas cumplió esta profecía. Además, la muerte de Jesús fue rápida y no sufrió la adición de más dolor.
Joh 19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Joh 19:34 Este versículo hace referencia al momento en el que Jesús fue crucificado. Después de su muerte en la cruz, un soldado romano le clavó una lanza en el costado para asegurarse de que estaba muerto. Al hacerlo, salió sangre y agua del cuerpo de Jesús. Este hecho tiene un gran significado simbólico y teológico en la tradición cristiana. Algunos creen que la sangre y el agua representan la gracia y el amor de Dios derramados por Jesús en la cruz. Otros interpretan que la sangre representa la redención de los pecados y la reconciliación con Dios, mientras que el agua simboliza el bautismo y la purificación. En cualquier caso, este versículo es un recordatorio del sacrificio de Jesús en la cruz y su importancia en la fe cristiana.
Joh 19:35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
Joh 19:35 Este versículo se refiere al momento en que Jesús fue crucificado y un soldado romano perforó su costado con una lanza para asegurarse de que estuviera muerto. El versículo dice que alguien que vio este evento está dando testimonio de lo que sucedió, y su testimonio es verdadero. Este testigo también sabía que estaba diciendo la verdad, y el objetivo del versículo es que aquellos que lo leen crean en la historia y en Jesús como el Mesías. En resumen, el versículo está diciendo que hay un testigo confiable que está dando testimonio de un evento importante y que la gente debería creer en lo que está diciendo.
Joh 19:36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.
Joh 19:36 Este versículo se refiere a un evento específico que tuvo lugar durante la crucifixión de Jesús. En este pasaje, se habla de que los soldados romanos que crucificaron a Jesús quebraron las piernas de los dos hombres que fueron crucificados junto a él para acelerar su muerte, pero Jesús ya había fallecido antes de que pudieran hacerlo. De esta manera, el pasaje afirma que las acciones de los soldados se efectuaron para que se cumpliera una profecía bíblica en la que se predice que los huesos de un sacrificio no serían quebrados. Esta profecía se encuentra en el libro de Éxodo. En resumen, este versículo confirma que la crucifixión de Jesús y los eventos que lo rodearon cumplen con las escrituras y las profecías bíblicas.
Joh 19:37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Joh 19:37 Este versículo de Juan 19:37 es una cita del Antiguo Testamento que se encuentra en el libro de Zacarías 12:10, donde se profetiza acerca del Mesías que sería traspasado. El texto significa que Jesús, quien fue crucificado y traspasado por una lanza, es el mismo Mesías que fue profetizado en las Escrituras. Este versículo también indica que en el futuro, aquellos que no creyeron en Jesús, lo mirarán de manera arrepentida, recordando su muerte en la cruz. En resumen, es una profecía cumplida que demuestra la divinidad de Jesús y su papel como el Mesías prometido.
Joh 19:38 Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
Joh 19:38 Este verso nos cuenta que después de la crucifixión y muerte de Jesús, un hombre llamado José de Arimatea, que era discípulo de Jesús pero tenía miedo de los judíos, pidió a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato le permitió hacerlo y José de Arimatea llevó el cuerpo de Jesús consigo. Este evento es significativo porque muestra que incluso aquellos que seguían a Jesús tenían miedo de las autoridades romanas y judías, pero aún así tenían la valentía de honrar y cuidar el cuerpo de su maestro, incluso después de su muerte.
Joh 19:39 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
Joh 19:39 Este versículo habla de Nicodemo, un fariseo que había visitado a Jesús de noche en el pasado. Nicodemo trajo consigo un compuesto de mirra y áloe, que pesaba aproximadamente cien libras. La mirra y el áloe eran sustancias utilizadas en el embalsamamiento de los cuerpos después de la muerte. Este detalle es significativo porque sugiere que Nicodemo quizás estaba pensando en preparar el cuerpo de Jesús para su entierro. También puede simbolizar el respeto y la reverencia que Nicodemo tenía por Jesús, a quien consideraba un maestro y líder espiritual.
Joh 19:40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos.
Joh 19:40 Este versículo describe el momento en el que los seguidores de Jesús tomaron su cuerpo después de su muerte en la cruz y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, siguiendo la costumbre de los judíos para el sepultamiento. Es importante notar que el uso de las especias aromáticas era parte de una práctica tradicional de los judíos para el embalsamamiento y la preparación del cuerpo para su entierro, y muestra un gran respeto por el difunto. Este pasaje es significativo porque muestra el cuidado y la devoción de aquellos que seguían a Jesús, incluso después de su muerte.
Joh 19:41 Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
Joh 19:41 Este verso simplemente describe el lugar donde Jesús fue crucificado y enterrado. Después de su crucifixión, su cuerpo fue llevado a un sepulcro nuevo que se encontraba en un huerto cerca del lugar de la crucifixión. El hecho de que el sepulcro fuera nuevo sugiere que no había sido utilizado antes, lo que lo convierte en un lugar apropiado para el entierro de Jesús. Este verso es parte del relato del Evangelio de Juan que detalla la crucifixión y la muerte de Jesús.
Joh 19:42 Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
Joh 19:42 Este versículo hace referencia al momento en que colocaron el cuerpo de Jesús en la tumba después de su crucifixión. La preparación de la Pascua judía se acercaba y se hacía necesario retirar el cuerpo de la cruz para que los judíos pudieran celebrar esta festividad sin contaminación ritual. Además, la tumba en la que Jesús fue enterrado estaba cerca, lo que facilitó su traslado. En resumen, este versículo describe las circunstancias que rodearon el entierro de Jesús.