Explora la resurrección de Jesús y el poder de la fe en el Evangelio de Juan capítulo 20


El libro 20 del Nuevo Testamento de la Biblia es conocido como el Evangelio según Juan. Este libro es uno de los cuatro evangelios canónicos y se cree que fue escrito por el apóstol Juan alrededor del año 90 d.C. En el capítulo 20 de este evangelio, se narra la resurrección de Jesús después de su muerte en la cruz. El capítulo comienza con María Magdalena descubriendo que la tumba de Jesús está vacía. Ella corre a informar a los discípulos, y Pedro y Juan salen corriendo hacia la tumba para verificar la información. Cuando llegan a la tumba, ven que las vendas y la ropa de Jesús están allí, pero que él no está. Los discípulos aún no entienden lo que ha sucedido, pero Juan empieza a creer que Jesús ha resucitado de entre los muertos. Después de que los discípulos se van, María Magdalena queda llorando en la tumba. Entonces, Jesús se le aparece y le habla. Al principio, María no lo reconoce, pero cuando Jesús le habla, ella se da cuenta de quién es él. Jesús le encarga a María que vaya a decirle a los discípulos que él ha resucitado. Cuando ella lo hace, los discípulos aún no están convencidos, pero después Jesús se les aparece a ellos también. En una de estas apariciones, Jesús muestra sus heridas a los discípulos para que vean que realmente ha resucitado. Después de esto, los discípulos creen y comprenden que la resurrección de Jesús es la culminación de todo lo que él les había enseñado. En resumen, el capítulo 20 del Evangelio según Juan relata la resurrección de Jesús después de su muerte en la cruz. A través de la narración, se nos muestra cómo la resurrección cambió la vida de los discípulos y les hizo comprender la importancia de todo lo que Jesús les había enseñado anteriormente.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Joh 20:1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
Joh 20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.
Joh 20:3 Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Joh 20:4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
Joh 20:5 Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.
Joh 20:6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,
Joh 20:7 y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.
Joh 20:8 Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.
Joh 20:9 Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.
Joh 20:10 Y volvieron los discípulos a los suyos.
Joh 20:11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
Joh 20:12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Joh 20:13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
Joh 20:14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.
Joh 20:15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Joh 20:16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
Joh 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Joh 20:18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
Joh 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
Joh 20:20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Joh 20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Joh 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Joh 20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Joh 20:24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Joh 20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Joh 20:26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
Joh 20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Joh 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Joh 20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Joh 20:30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.
Joh 20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.