Explorando los profundos misterios del Evangelio de Juan en su tercer libro
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El Evangelio según Juan, Capítulo 3, es conocido por contener uno de los versículos más famosos de la Biblia: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna".
En este capítulo, encontramos a Nicodemo, un fariseo y líder judío que viene a hablar con Jesús de noche. Nicodemo comienza haciendo un elogio a Jesús, reconociendo que sabe que ha sido enviado por Dios, pero yendo más allá de lo que esperábamos, Jesús le dice que debe nacer de nuevo para ver el Reino de Dios. Nicodemo no entiende lo que quiere decir Jesús, quien lo reprende por su falta de comprensión.
A continuación, Jesús comienza a enseñar a Nicodemo sobre la naturaleza del Espíritu Santo y la necesidad de creer en Él para ser salvo. Jesús usa la imagen de un viento que sopla donde quiere para explicar la libertad del Espíritu. También reafirma su papel como el Hijo de Dios enviado al mundo para salvar a la humanidad.
Finalmente, Juan el Bautista es mencionado brevemente en este capítulo, como un testigo que da testimonio de la verdad que Jesús habla. Juan dice que él no es el Mesías, sino que solo es el mensajero que Dios ha enviado para preparar el camino del Salvador.
En resumen, el capítulo 3 del Evangelio de Juan es un diálogo fascinante sobre temas importantes como la salvación, la naturaleza de Dios, el papel de Jesús, el poder del Espíritu Santo y la importancia de creer en Él para obtener vida eterna. A través de este capítulo, aprendemos sobre la naturaleza divina de Jesús y su papel como el Hijo de Dios enviado para salvar a la humanidad. Este capítulo es un gran ejemplo de la sabiduría de los Evangelios y debe ser valorado por su profundo significado espiritual.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Joh 3:1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Joh 3:1 Este versículo presenta a un personaje llamado Nicodemo, quien era fariseo y líder entre los judíos. La historia continúa relatando cómo Nicodemo se acercó a Jesús de noche para hablar con él acerca de sus enseñanzas y milagros. Este versículo es una introducción a esta historia, presentando quién es Nicodemo antes de que comience el diálogo entre él y Jesús.
Joh 3:2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Joh 3:2 Este versículo del evangelio de Juan, capítulo 3, versículo 2, nos muestra a un hombre llamado Nicodemo que vino a Jesús de noche. Nicodemo era un fariseo y un líder religioso importante en el tiempo de Jesús. Él quería hablar con Jesús sin ser visto por sus colegas fariseos. Nicodemo se dirigió a Jesús con respeto, llamándolo "Rabí", que significa maestro. Él reconoce que Jesús ha venido de Dios como maestro, porque ha visto las señales que Jesús ha hecho. Nicodemo se refiere a los milagros que Jesús ha realizado: curar a los enfermos, hacer que los ciegos vean y los sordos oigan, y otros milagros. Nicodemo cree que solo alguien que está en estrecha relación con Dios puede hacer estas señales. Este versículo es importante porque muestra cómo las personas del tiempo de Jesús estaban tratando de entender quién era él. Nicodemo, como fariseo, estaba familiarizado con las escrituras y las enseñanzas de la religión judía. Sin embargo, los milagros y la enseñanza de Jesús lo dejaron confundido. Él quería saber más y estaba buscando una mejor comprensión. Jesús continuó hablando con Nicodemo, explicando que para entrar en el Reino de Dios, uno debe nacer de nuevo. Este diálogo es uno de los más famosos del Nuevo Testamento y se encuentra en los primeros capítulos del libro de Juan.
Joh 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Joh 3:3 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento y es parte de una conversación entre Jesús y Nicodemo, un fariseo que lo había visitado de noche. Jesús le estaba enseñando acerca de la vida espiritual y la necesidad de nacer de nuevo para entrar en el Reino de Dios. Jesús está hablando del concepto de un nuevo nacimiento espiritual, que no significa un regreso físico a la niñez, sino un cambio total en el corazón y en la vida del individuo. El pecado y la maldad inherente en el ser humano lo impiden de ver o experimentar el Reino de Dios, pero a través del nuevo nacimiento y la obra del Espíritu Santo, uno puede ser transformado y restaurado en una relación con Dios. En resumen, Jesús está enseñando que la vida espiritual solo es posible para aquellos que han nacido de nuevo, es decir, han experimentado un cambio real en su ser interior, y solo así podrán entrar en el Reino de Dios.
Joh 3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Joh 3:4 Este versículo es parte de un diálogo que tuvo lugar entre Jesús y Nicodemo, un líder religioso judío que venía a hablar con Jesús de noche. Nicodemo le pregunta a Jesús cómo es posible nacer de nuevo, es decir, cómo alguien puede cambiar fundamentalmente su vida y comenzar de nuevo, incluso cuando es mayor y ha vivido una vida anterior. Nicodemo entiende la necesidad de un nuevo comienzo, pero no entiende cómo es posible. Jesús le responde en los versículos siguientes explicando la necesidad del nuevo nacimiento espiritual y cómo esto es posible a través de la fe en Él. En resumen, este versículo es una pregunta honesta y sincera de alguien que busca comprender mejor el mensaje de Jesús.
Joh 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Joh 3:5 Este versículo se refiere a la necesidad de tener dos tipos de nacimiento para entrar en el reino de Dios: el nacimiento físico (agua) y el nacimiento espiritual (del Espíritu). Esto indica que no basta solo ser un ser humano nacido de manera natural, sino que se requiere un renacimiento espiritual a través de la fe en Cristo y la obra del Espíritu Santo. Jesús afirma categóricamente que es imposible entrar en el reino de Dios sin este segundo nacimiento espiritual.
Joh 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Joh 3:6 Este versículo habla sobre la diferencia entre el nacimiento físico y el nacimiento espiritual. Lo que se refiere a la carne se refiere al nacimiento físico, es decir, cuando nacemos de nuestros padres, somos seres de carne y hueso. Pero cuando nacemos del Espíritu, es decir, cuando experimentamos el nuevo nacimiento espiritual a través de nuestra fe en Jesús, nos convertimos en seres espirituales. Es por eso que Jesús dijo que debemos nacer de nuevo para poder entrar en el reino de Dios (Juan 3:3). Este versículo nos recuerda que la vida espiritual es tan real y tangible como la vida física y que debemos buscar más allá de lo que podemos ver y tocar para encontrar la verdadera vida.
Joh 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Joh 3:7 Este versículo se encuentra en el tercer capítulo del evangelio de Juan y es parte de una conversación que Jesús tiene con un líder religioso llamado Nicodemo. Nicodemo estaba confundido acerca de cómo alguien podía nacer de nuevo, y Jesús le explicó que se refería a un nacimiento espiritual, no físico. Jesús estaba diciendo que para entrar en el reino de Dios, necesitamos experimentar un cambio radical en nuestro corazón y mente, una transformación que solo puede venir de Dios. Es decir, necesitamos morir a nuestra naturaleza pecaminosa y ser "nacidos de nuevo" en el Espíritu Santo, recibiendo una nueva vida y una nueva identidad en Cristo. Por eso, Jesús le dice a Nicodemo que no se maraville de esto, porque es una verdad fundamental del evangelio.
Joh 3:8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Joh 3:8 Este versículo hace referencia a la obra del Espíritu Santo en la vida de una persona que ha nacido de nuevo. Así como el viento tiene un poder que es invisible y desconocido en su origen y destino, así la obra del Espíritu Santo en la vida de un creyente también es invisible, y a menudo incomprendida. Nadie puede controlar la dirección del viento, ni el hombre puede controlar ni entender completamente la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, aquellos que han nacido de nuevo y han recibido al Espíritu Santo en sus vidas, pueden ver los efectos de su trabajo en ellos. A medida que la persona aprende a confiar y a depender más del Espíritu de Dios, se darán cuenta de que Dios está guiando su vida hacia un propósito divino que, a menudo, es desconocido para ellos. En resumen, este versículo destaca la idea de que la obra del Espíritu Santo no puede ser controlada por el hombre, pero que hace parte del plan divino de Dios para nuestras vidas. Como creyentes, debemos estar abiertos a dejarnos conducir por el Espíritu, confiando en su dirección y propósito en nuestras vidas.
Joh 3:9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Joh 3:9 En Juan 3:9, Nicodemo está hablando con Jesús y Jesús le ha dicho que para entrar al Reino de Dios es necesario nacer de nuevo. Nicodemo, como un erudito y hombre sabio de la ley, no entiende cómo esto es posible. Él pregunta: "¿Cómo puede hacerse esto?" La respuesta de Jesús es que el nacimiento del Espíritu no puede ser explicado porque es un acto divino y misterioso, pero que todos pueden experimentarlo si creen en Él como el Hijo de Dios. Este versículo nos muestra la necesidad de confiar en la fe y en la voluntad de Dios, incluso cuando no comprendemos todo lo que sucede.
Joh 3:10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
Joh 3:10 Este verso viene inmediatamente después de que Jesús habla con Nicodemo, un fariseo y miembro del Sanedrín judío, quien quería reunirse con Jesús para hablar con él. Nicodemo era un hombre bien versado en las Escrituras y había visto a Jesús realizar milagros, pero no entendía completamente el mensaje de Jesús. En este verso, Jesús se sorprende de que Nicodemo, siendo un maestro de Israel, no entienda lo que él está tratando de enseñarle. Jesús probablemente se refiere a la enseñanza fundamental del cristianismo, es decir, que el reino de Dios se alcanza a través de la fe en Jesús como el salvador. Es posible que Jesús también esté sorprendido de que Nicodemo, como un líder religioso, no haya visto la verdad en la persona de Jesús y su ministerio. En resumen, este verso muestra que a veces aquellos que son considerados líderes y eruditos religiosos pueden no entender el mensaje más importante de Jesús: la necesidad de la fe en él como el salvador.
Joh 3:11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Joh 3:11 Este verso es parte del diálogo del capítulo 3 del Evangelio de Juan, entre Jesús y Nicodemo, un fariseo que venía a él de noche. En este verso, Jesús está hablando con Nicodemo sobre la importancia del testimonio que él y otros habían dado sobre su experiencia con Dios. Jesús afirma que lo que ellos saben y lo que han visto (probablemente refiriéndose a su experiencia personal con él y sus enseñanzas) es lo que están testificando o atestiguando a los demás. Sin embargo, Jesús también señala que Nicodemo y otros fariseos no estaban recibiendo su testimonio. Esto puede mostrar un rechazo generalizado entre los líderes religiosos de la época de Jesús a su mensaje y a su identidad como Mesías. En resumen, este verso destaca la importancia del testimonio de los discípulos de Jesús y también muestra la falta de aceptación de su mensaje entre algunos líderes religiosos de la época.
Joh 3:12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Joh 3:12 Este versículo es parte de un diálogo entre Jesús y Nicodemo, un líder religioso judío, sobre la importancia de nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios. En este versículo, Jesús está hablando de la necesidad de creer en las enseñanzas terrenales que Él ha compartido con Nicodemo en referencia a la naturaleza del Espíritu Santo y cómo se mueve en la vida de las personas. Si Nicodemo no puede entender estas cosas terrenales, Jesús pregunta cómo podrá entender las cosas celestiales, que son aún más difíciles de comprender. En resumen, Jesús está desafiando a Nicodemo (y a todos nosotros) a tener una mente abierta y creer en las cosas terrenales para que puedan ser más propensos a comprender las cosas celestiales.
Joh 3:13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Joh 3:13 Este versículo es parte del discurso de Jesús a Nicodemo, un fariseo y líder religioso que quería saber más acerca del mensaje de Jesús. En este versículo, Jesús está hablando acerca de quién tiene el conocimiento verdadero de Dios y del cielo, y afirma que solo él, el Hijo del Hombre, tiene esta comprensión porque ha descendido del cielo. Jesús está declarando que nadie puede ir al cielo y volver para contarnos acerca de él, excepto él mismo. Al afirmar que el Hijo del Hombre está en el cielo, Jesús está hablando de su divinidad y su conexión directa con Dios. Él es el único que puede enseñarnos acerca de las cosas del cielo porque ha venido directamente de allí. En resumen, este versículo se refiere a la autoridad y la exclusividad de Jesús como el único que puede hablar con autoridad sobre las cosas divinas. Él es el Hijo de Dios que ha venido a la tierra y que tiene un conocimiento profundo de las verdades celestiales.
Joh 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
Joh 3:14 Este versículo se refiere a una historia del Antiguo Testamento. Cuando los israelitas estaban en el desierto, Dios envió serpientes venenosas que mordieron a muchas personas. Moisés, entonces, hizo una serpiente de bronce y la levantó en un poste para que aquellos que fueran mordidos por las serpientes venenosas pudieran mirarla y ser sanados. Jesús utiliza esta historia como una metáfora para su propia muerte. Él dice que, de la misma manera que la serpiente de bronce fue levantada en el poste para que la gente pudiera mirarla y ser sanada, también es necesario que él sea levantado en la cruz para que en él, quien crea, tenga vida eterna. Es decir, la muerte de Jesús en la cruz es el medio por el cual podemos obtener la salvación y la vida eterna. En resumen, este versículo nos recuerda que la muerte de Jesús en la cruz es esencial para nuestra salvación y vida eterna.
Joh 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Joh 3:15 Este verso es un extracto del diálogo entre Jesús y Nicodemo, un fariseo que se acercó a Jesús en secreto para hacerle preguntas. Jesús le informa que la única manera de entrar en el reino de Dios es nacer de nuevo, y le explica que el Hijo del Hombre (él mismo) será levantado en una cruz, como Moisés levantó la serpiente en el desierto, para que todo aquel que crea en él tenga vida eterna. La comparación con la serpiente en el desierto se refiere a un episodio de la historia bíblica, en el que el pueblo de Israel olvidó a Dios y comenzó a murmurar en el desierto por el hambre y la sed. Dios envió serpientes venenosas que mordieron a muchos israelitas, y muchos murieron. Moisés intercedió ante Dios y Él le dijo que hiciera una serpiente de bronce y la colocara en un poste; aquellos que fueran mordidos y miraran la serpiente serían sanados. Así, Jesús se compara con la serpiente de bronce, que fue levantada en un poste para sanar a los que creían en ella. Él será levantado en la cruz para sanar a todas las personas que creen en él, para que no perezcan, sino que tengan vida eterna. En resumen, este verso dice que quien crea en Jesús como su salvador personal, tendrá vida eterna con Dios en el cielo.
Joh 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Joh 3:16 Este versículo es un resumen del mensaje central del cristianismo. Afirma que Dios amó tanto al mundo que decidió dar a su Hijo unigénito, Jesucristo, como un sacrificio por los pecados de la humanidad. Todo aquel que cree en Jesús y se acerca a él puede ser salvado de la muerte eterna y obtener la vida eterna. Esto significa que Dios quiere que todos sus hijos tengan la oportunidad de tener una vida plena y eterna, y que su amor por nosotros es ilimitado.
Joh 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Joh 3:17 Este versículo es una continuación del famoso discurso de Jesús con Nicodemo, un líder religioso que vino a ver a Jesús de noche. Jesús le estaba enseñando sobre el reino de Dios y la necesidad de nacer de nuevo para entrar en ese reino. El versículo en cuestión se refiere al propósito de la venida de Jesús al mundo. Jesús no fue enviado al mundo para condenar al mundo y castigar a la humanidad por sus pecados, sino para salvar al mundo. Esto significa que Dios envió a Jesús para que, mediante su sacrificio en la cruz, la humanidad pudiera ser salva y reconciliada con Dios. Este versículo muestra la naturaleza amorosa y misericordiosa de Dios, quien no desea castigar a la humanidad por sus pecados, sino que busca redimir y salvar a las personas. También destaca el papel central de Jesús en el plan de salvación de Dios y su papel como salvador del mundo.
Joh 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Joh 3:18 Este versículo habla de la importancia de creer en Jesucristo como el Hijo de Dios para ser salvados de la condenación eterna. Aquellos que creen en Él serán salvados y no serán condenados, mientras que aquellos que no creen ya están condenados porque rechazan la salvación que viene a través de Jesucristo. La fe en Jesucristo es fundamental para la salvación y para escapar de la condenación.
Joh 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Joh 3:19 Este versículo significa que la humanidad ha sido condenada porque cuando la luz de la verdad vino al mundo, en la forma de Jesucristo, muchos prefirieron permanecer en la oscuridad de la ignorancia y el pecado, porque sus acciones y obras eran malas. La "luz" representa la verdad, la justicia y la bondad, mientras que las "tinieblas" representan la ignorancia, el odio y la maldad. En resumen, aquellos que prefieren vivir en la oscuridad de su propia maldad y rechazan la verdad de Dios serán condenados.
Joh 3:20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Joh 3:20 Este versículo de Juan 3:20 habla sobre cómo las personas que hacen cosas malas tienden a evitar la verdad y la justicia. Ellos no quieren exponer sus malas acciones frente a la luz, porque saben que serán juzgados y castigados. En otras palabras, la luz simboliza la verdad y la justicia, y aquellos que aman la oscuridad (o el mal) evitan la luz para esconder sus acciones. Por lo tanto, la idea aquí es que las personas que hacen el mal a menudo sienten una aversión hacia lo correcto y justo, y tratan de evitar las consecuencias de sus acciones.
Joh 3:21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Joh 3:21 Este verso significa que aquel que vive de acuerdo con la verdad y obra con buen propósito, se acerca a la luz de la verdad divina. Al seguir las enseñanzas de Dios, se manifestarán las obras que son hechas en conformidad con Él. En otras palabras, aquellos que viven de acuerdo con la verdad de Dios, demuestran su compromiso con Él a través de sus acciones. La luz de la verdad revela su compromiso con Dios y su amor por la verdad.
Joh 3:22 Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba.
Joh 3:22 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús viajó a Judea acompañado de sus discípulos y empezó a bautizar a la gente. Es importante destacar que el bautismo era un rito espiritual que simbolizaba el lavado de los pecados y el compromiso de seguir a Jesús en su camino de fe. En este contexto, el hecho de que Jesús estuviera bautizando indica que estaba dedicado a enseñar y guiar a sus seguidores hacia una vida de rectitud y devoción. Además, este versículo puede ser interpretado como una señal del amor y compromiso que Jesús tenía por su ministerio y por las personas que buscaban su guía espiritual.
Joh 3:23 Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
Joh 3:23 Este versículo se refiere a Juan el Bautista, quien fue un predicador y líder religioso en la época en que vivió Jesús. Él era conocido por bautizar a las personas como un signo de su arrepentimiento y su cambio de vida. En este versículo, se menciona que también bautizó en Enón, junto a Salim, porque había muchas aguas allí. Esto significa que Juan encontró este lugar adecuado para llevar a cabo sus bautismos debido a la abundancia de agua, que es necesaria para el bautismo. Además, el versículo indica que muchas personas fueron bautizadas allí, lo que muestra la influencia y popularidad de Juan entre la gente en ese momento.
Joh 3:24 Porque Juan no había sido aún encarcelado.
Joh 3:24 Este versículo se refiere a Juan el Bautista, quien era un profeta que predicaba en el desierto y bautizaba a aquellos que se arrepentían de sus pecados. El versículo indica que en ese momento específico, Juan no había sido encarcelado aún, lo cual sugiere que fue escrito antes de que Juan fuera aprisionado por el gobernante Herodes Antipas. Este verso es importante porque demuestra que el autor del evangelio de Juan es consciente de los eventos históricos alrededor de Juan el Bautista, y los utiliza para establecer un contexto para su narrativa. También es una muestra de la precisión y atención al detalle de los escritores bíblicos en su descripción de la vida y ministerio de Jesús y sus seguidores.
Joh 3:25 Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
Joh 3:25 Este versículo se encuentra dentro de un pasaje en el que Juan el Bautista está hablando con sus seguidores acerca de Jesús. Los discípulos de Juan estaban discutiendo acerca de la purificación y el bautismo, y se encontraron en una discusión con algunos judíos que tenían diferentes opiniones sobre este tema. En este versículo, se menciona que hubo una discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación, pero no se da más información sobre el tema. Es importante tener en cuenta que este versículo no es una enseñanza en sí misma, sino más bien una descripción de los hechos en ese momento.
Joh 3:26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Joh 3:26 Este versículo es parte del relato bíblico en el que los seguidores de Juan el Bautista le informan que Jesús, de quien Juan había dado testimonio anteriormente, también está bautizando personas en la región. Los seguidores de Juan estaban preocupados por esto, ya que temían que Jesús pudiera ser una competencia para Juan. Sin embargo, Juan les responde en los versículos siguientes que él no es el Mesías y que su papel es simplemente preparar el camino para Jesús. Este pasaje muestra que incluso aquellos que eran seguidores y discípulos de Juan el Bautista reconocían la importancia y el poder de Jesús.
Joh 3:27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
Joh 3:27 Este versículo se refiere a la idea de que todo lo que tenemos, todas las cosas buenas que suceden en nuestra vida, y todas las bendiciones que recibimos, provienen de Dios. Juan está hablando de la humildad y la gratitud que debemos tener hacia Dios, reconociendo que nada es nuestro por derecho propio, sino que todo es un regalo de Dios. También nos recuerda que debemos confiar en Dios y esperar en su voluntad para nuestras vidas. En resumen, este versículo nos enseña que todas las cosas buenas vienen de Dios y debemos ser agradecidos por ello.
Joh 3:28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
Joh 3:28 Este versículo es una declaración del profeta Juan el Bautista. Él estaba diciendo que no era el Mesías esperado, sino que había sido enviado por Dios para preparar el camino para el Mesías que vendría después de él. Juan el Bautista sabía que su misión era hacer que la gente se arrepintiera de sus pecados y se preparara para el Mesías que vendría a salvarlos. Al decir "vosotros mismos me sois testigos", también estaba afirmando que la gente que lo había seguido y escuchado sabía que él no era el Mesías, sino su mensajero. En resumen, este versículo nos muestra la humildad y la misión de Juan el Bautista, quien sabía que su papel era preparar el camino para aquel que era más grande que él: Jesús.
Joh 3:29 El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
Joh 3:29 Este versículo es parte de una conversación entre Juan el Bautista y algunos de sus discípulos acerca de Jesús y su ministerio. Juan les explica que su papel en la obra de Dios es preparar el camino para el Mesías y presentarlo al pueblo de Israel. Él describe a Jesús como el novio y a sí mismo como el amigo del novio. En este versículo, Juan explica que el novio tiene una esposa y por lo tanto es el esposo. Pero él, como amigo del novio, está ahí para escuchar y observar el gozo del novio al escuchar la voz de su esposa. En otras palabras, Juan se alegra de que Jesús esté cumpliendo su propósito y que su mensaje esté siendo recibido por la gente. Juan el Bautista sabía que su papel era temporal y que Jesús era el verdadero Mesías que estaba haciendo la obra de Dios en la tierra. Su gozo al ver a Jesús trabajar y ser recibido por la gente era completo.
Joh 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
Joh 3:30 Este versículo es una declaración del apóstol Juan el Bautista en la que reconoce que su papel en la predicación y el bautismo se está reduciendo a medida que Jesús comienza su ministerio. Juan el Bautista entiende que la obra de Dios se está llevando a cabo a través de Jesús y que su propio ministerio es temporal y secundario. La frase "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe" significa que es importante que la misión de Jesús y su influencia se expandan y se fortalezcan, mientras que la influencia del propio Juan el Bautista disminuye. Juan el Bautista reconoce humildemente que él no es el Mesías y que su papel es simplemente preparar el camino para Jesús y su mensaje.
Joh 3:31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
Joh 3:31 Este versículo de Juan 3:31 del Nuevo Testamento habla sobre la diferencia entre las cosas terrenales y las cosas celestiales. En el primer parte del versículo "El que de arriba viene, es sobre todos", se refiere a Dios, quien viene del cielo y está por encima de todos. Esto significa que Él tiene autoridad sobre todas las cosas y tiene un poder divino que va más allá de lo terrenal. Por otro lado, "el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla", se refiere a las personas que solo viven en este mundo y no tienen contacto con lo divino. Estas personas solo hablan de cosas relacionadas con lo material y lo temporal, que no tienen un valor espiritual más allá de lo físico. Finalmente, "el que viene del cielo, es sobre todos" significa que solo a través de la conexión con Dios, podemos acceder al conocimiento y al poder divino que trasciende el mundo terrenal y nos permite alcanzar nuestra verdadera naturaleza y propósito. En resumen, este versículo nos enseña que la verdadera sabiduría y autoridad provienen solo de Dios y debemos buscarla en Él para vivir una vida plena y trascendental.
Joh 3:32 Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
Joh 3:32 Este versículo es parte de una explicación que Juan el Bautista da a sus seguidores sobre Jesús. Juan dice que ha visto y oído a Jesús hablando y haciendo milagros, y que esto le ha convencido de que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios. Sin embargo, Juan también dice que muchas personas no están dispuestas a aceptar su testimonio o creer en Jesús, incluso cuando ven y oyen las mismas cosas que él ha visto y oído. En otras palabras, Juan está diciendo que a pesar de que tiene pruebas convincentes sobre la divinidad de Jesús, hay muchas personas que no están dispuestas a creer sin más pruebas.
Joh 3:33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.
Joh 3:33 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento y se refiere a la importancia de creer en el testimonio de Jesucristo. En el contexto del capítulo 3 de Juan, Jesús está hablando con Nicodemo sobre la necesidad de nacer de nuevo para entrar en el Reino de Dios. En el versículo 33, Jesús afirma que aquellos que reciben y creen en su testimonio están dando testimonio de que Dios es verdadero. En otras palabras, el que cree en Jesús y recibe su mensaje de salvación, está dando testimonio de la veracidad de Dios, que es la fuente de ese mensaje. Por lo tanto, el versículo nos invita a confiar en el testimonio de Jesús y en la verdad de las enseñanzas de Dios que él revela, y a compartir esa verdad con los demás. En resumen, Juan 3:33 enfatiza la importancia de creer en el mensaje de salvación de Jesús y dar testimonio de la verdad de Dios a través de nuestras palabras y acciones.
Joh 3:34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.
Joh 3:34 Este versículo es parte de un discurso de Juan el Bautista a sus seguidores, en el que está hablando acerca de Jesús y su autoridad divina. En esencia, lo que está diciendo es que Jesús es un mensajero directo de Dios y que habla las palabras de Dios de manera completa y sin restricciones. Además, Juan asegura que Dios no da el Espíritu (el cual representaría el poder divino) por medida, es decir, no lo limita o restringe de ninguna manera. En resumen, este versículo destaca el profundo poder y autoridad que Jesús poseía como enviado divino.
Joh 3:35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.
Joh 3:35 Este versículo habla de la relación de amor y confianza que existe entre Dios Padre y Jesucristo, su Hijo. El Padre ama al Hijo y le ha confiado todas las cosas en su mano, lo que significa que le ha dado el poder y la autoridad para gobernar y liderar en todo. Es una muestra del gran amor y la confianza que Dios tiene en su Hijo, y señala el papel importante que Cristo juega en la redención y salvación de la humanidad.
Joh 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Joh 3:36 Este versículo de Juan 3:36 está hablando de la importancia de creer en Jesucristo como nuestro Salvador para tener vida eterna. Si creemos en Jesucristo, somos salvos y tenemos vida eterna con Dios. Pero aquellos que rechazan a Jesucristo y no creen en él, no tendrán vida eterna y estarán bajo la ira de Dios. La decisión de creer en Jesucristo es crucial para nuestra vida eterna y nuestra relación con Dios.