Explorando el evangelio de Lucas: el libro 12 del Nuevo Testamento


El capítulo 12 del Evangelio de Lucas en el Nuevo Testamento es una colección de enseñanzas y parábolas de Jesús a su audiencia. En primer lugar, Jesús advierte a sus discípulos que deben estar alerta y preparados para su regreso, ya que puede suceder en cualquier momento. Luego, en la parábola del siervo fiel y del siervo infiel, Jesús habla sobre la importancia de ser responsables y diligentes en la administración de los recursos que se nos han confiado. La siguiente parábola es la del rico insensato que acumula riquezas pero muere antes de poder disfrutar de ellas. Esta parábola se presenta como una crítica a la avaricia y la falta de perspectiva temporal adecuada. Jesús también habla sobre el tema de la ansiedad y el miedo, diciéndoles a sus discípulos que confíen en Dios y no se preocupen por las necesidades básicas de la vida, como la comida y la ropa. En cambio, deben buscar primero el Reino de Dios y todo lo demás les será dado por añadidura. En la última parte del capítulo, Jesús alienta a sus seguidores a ser valientes y fieles incluso en medio de la persecución. Él les dice que no teman al hombre que puede matar el cuerpo, sino más bien al que puede enviar el alma al infierno. Él promete que aquellos que lo confiesan delante de los demás, él los confesará delante de los ángeles de Dios. En resumen, el capítulo 12 del Evangelio de Lucas contiene una serie de enseñanzas y parábolas valiosas sobre la necesidad de ser diligentes, responsables, confiados, fieles y valientes en nuestra fe y en la vida cristiana en general.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Luk 12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Luk 12:2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
Luk 12:3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
Luk 12:4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
Luk 12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
Luk 12:6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
Luk 12:7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Luk 12:8 Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
Luk 12:9 mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
Luk 12:10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
Luk 12:11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;
Luk 12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
Luk 12:13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, dí a mi hermano que parta conmigo la herencia.
Luk 12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
Luk 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Luk 12:16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
Luk 12:17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Luk 12:18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
Luk 12:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Luk 12:20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
Luk 12:21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Luk 12:22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
Luk 12:23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
Luk 12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
Luk 12:25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?
Luk 12:26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
Luk 12:27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Luk 12:28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
Luk 12:29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
Luk 12:30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
Luk 12:31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
Luk 12:32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
Luk 12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
Luk 12:34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Luk 12:35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
Luk 12:36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
Luk 12:37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.
Luk 12:38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.
Luk 12:39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
Luk 12:40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
Luk 12:41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?
Luk 12:42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?
Luk 12:43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
Luk 12:44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.
Luk 12:45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse,
Luk 12:46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.
Luk 12:47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.
Luk 12:48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
Luk 12:49 Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?
Luk 12:50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
Luk 12:51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.
Luk 12:52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
Luk 12:53 Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
Luk 12:54 Decía también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede.
Luk 12:55 Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace.
Luk 12:56 ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Luk 12:57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
Luk 12:58 Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
Luk 12:59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.

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