Aprendiendo de la vida y enseñanzas de Jesús: El Evangelio según Lucas en el Libro 13 del Nuevo Testamento


El Libro 13 del Nuevo Testamento, también conocido como el Evangelio de Lucas, es un relato detallado de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Este libro es considerado uno de los cuatro evangelios canónicos, junto con el Evangelio de Mateo, el Evangelio de Marcos y el Evangelio de Juan. El Libro 13 comienza con el nacimiento de Juan el Bautista y la Anunciación a María de que ella daría a luz a Jesús. Luego, se relata el nacimiento de Jesucristo en Belén, su bautismo en el río Jordán, su tentación en el desierto y su ministerio público. El Evangelio también incluye las enseñanzas de Jesús, como sus sermones sobre la montaña, las parábolas que contó y las curaciones milagrosas que realizó. Además, se detalla su entrada triunfal en Jerusalén, su juicio y crucifixión y su posterior resurrección. El Libro 13 de Lucas también contiene el relato de la aparición de Jesús a sus discípulos después de su resurrección y su ascensión al cielo. También se describe la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y la predicación de los apóstoles. En resumen, el Libro 13 del Nuevo Testamento es una narración detallada de la vida y obra de Jesucristo y su influencia en la creación de una nueva religión y comunidad de creyentes. Es un texto importante para los cristianos y ha tenido un gran impacto en la cultura y la historia occidental.

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Luk 13:1 En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos.
Luk 13:2 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?
Luk 13:3 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Luk 13:4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?
Luk 13:5 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Luk 13:6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló.
Luk 13:7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?
Luk 13:8 El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.
Luk 13:9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
Luk 13:10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
Luk 13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Luk 13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
Luk 13:13 Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios.
Luk 13:14 Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.
Luk 13:15 Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
Luk 13:16 Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
Luk 13:17 Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.
Luk 13:18 Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?
Luk 13:19 Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
Luk 13:20 Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios?
Luk 13:21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.
Luk 13:22 Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.
Luk 13:23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
Luk 13:24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Luk 13:25 Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
Luk 13:26 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
Luk 13:27 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
Luk 13:28 Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
Luk 13:29 Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Luk 13:30 Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros.
Luk 13:31 Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
Luk 13:32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra.
Luk 13:33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Luk 13:34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Luk 13:35 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.

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