Desentrañando el Evangelio de Lucas: Explorando el Libro 14 del Nuevo Testamento


El libro del Nuevo Testamento de Lucas, capítulo 14, se enfoca en los enseñanzas de Jesús a sus discípulos acerca de la humildad y de cómo ser invitados al banquete del reino de Dios. En primer lugar, Jesús cuenta una parábola acerca de un banquete al que algunos invitados se niegan a asistir, prefiriendo ocuparse de sus propios asuntos. En su lugar, el anfitrión invita a los pobres, cojos, ciegos y otros marginados para llenar su mesa, enseñando la importancia de la humildad y la compasión hacia los menos afortunados. Luego, Jesús habla sobre la importancia de contar el costo antes de seguirlo, describiendo cómo aquel que quiere construir una torre o ganar una batalla primero debe calcular los recursos necesarios para hacerlo. De esta forma, nos enseña que seguirle requiere dedicación y compromiso. Finalmente, Jesús habla sobre el costo de ser discípulo, dejando claro que aquellos que lo sigan deben estar dispuestos a renunciar a todo lo que tienen y poner a Dios en primer lugar. Él compara este sacrificio al sal en un alimento, que tanto puede dar sabor como corromperlo si se usa en exceso o de manera incorrecta. En resumen, Lucas 14 nos enseña sobre la importancia de ser humildes y compasivos, de contar el costo y comprometernos a seguir a Jesús, y de renunciar a todo lo demás para poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Luk 14:1 Aconteció un día de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo, éstos le acechaban.
Luk 14:2 Y he aquí estaba delante de él un hombre hidrópico.
Luk 14:3 Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
Luk 14:4 Mas ellos callaron. Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.
Luk 14:5 Y dirigiéndose a ellos, dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?
Luk 14:6 Y no le podían replicar a estas cosas.
Luk 14:7 Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles:
Luk 14:8 Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él,
Luk 14:9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar.
Luk 14:10 Mas cuando fueres convidado, vé y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
Luk 14:11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Luk 14:12 Dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado.
Luk 14:13 Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos;
Luk 14:14 y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
Luk 14:15 Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.
Luk 14:16 Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos.
Luk 14:17 Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado.
Luk 14:18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.
Luk 14:19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses.
Luk 14:20 Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
Luk 14:21 Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Vé pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.
Luk 14:22 Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar.
Luk 14:23 Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
Luk 14:24 Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.
Luk 14:25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
Luk 14:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Luk 14:27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Luk 14:28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
Luk 14:29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
Luk 14:30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
Luk 14:31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Luk 14:32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
Luk 14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Luk 14:34 Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?
Luk 14:35 Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

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