Explorando el Evangelio de Lucas: Descubre los misterios del Libro 19 del Nuevo Testamento


El Libro de Lucas, capítulo 19, narra la historia de Jesús y su llegada a Jericó, donde tuvo un encuentro con el recaudador de impuestos Zaqueo. A pesar de la desaprobación de la multitud, Jesús eligió quedarse con Zaqueo en su casa, y esto condujo a la conversión de Zaqueo y su redención. Posteriormente, Jesús continuó su camino hacia Jerusalén, donde fue recibido por una gran multitud que lo adoró y celebró su llegada. Sin embargo, su fama y popularidad también despertaron la envidia y la ira de algunos líderes religiosos, quienes se cuestionaron su autoridad y su verdadera identidad. Jesús les respondió con una serie de parábolas, incluyendo la del "siervo fiel y discreto" y la del "talento". Ambas parábolas hacen hincapié en la importancia de ser un buen administrador de los recursos que se nos han dado, y en ser fieles a Dios a través de acciones concretas. Más tarde, Jesús entró en el Templo de Jerusalén y se enfrentó a los cambistas y vendedores de animales que operaban allí. Expulsó a todos aquellos que vendían y compraban en el Templo, diciendo que la casa de Dios debía ser un lugar de oración y adoración, y no un mercado. En el final del capítulo, Jesús compartió una cena con sus discípulos, en la que les habló de su inminente muerte y resurrección. También les recordó la importancia de servir y amar a los demás, y de permanecer fieles a sus enseñanzas incluso en medio de la adversidad. En definitiva, el capítulo 19 del Libro de Lucas presenta varias enseñanzas importantes sobre la fe, la redención, la justicia y la honestidad. Jesús se presenta como un líder que desafía la autoridad establecida y que inspira a sus seguidores a vivir en armonía con los valores de justicia y amor al prójimo.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Luk 19:1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
Luk 19:2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
Luk 19:3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
Luk 19:4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Luk 19:5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Luk 19:6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
Luk 19:7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
Luk 19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Luk 19:9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Luk 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Luk 19:11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
Luk 19:12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.
Luk 19:13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.
Luk 19:14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.
Luk 19:15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
Luk 19:16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.
Luk 19:17 El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
Luk 19:18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.
Luk 19:19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.
Luk 19:20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
Luk 19:21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
Luk 19:22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
Luk 19:23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?
Luk 19:24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
Luk 19:25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
Luk 19:26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Luk 19:27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
Luk 19:28 Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
Luk 19:29 Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,
Luk 19:30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
Luk 19:31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
Luk 19:32 Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
Luk 19:33 Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
Luk 19:34 Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.
Luk 19:35 Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
Luk 19:36 Y a su paso tendían sus mantos por el camino.
Luk 19:37 Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
Luk 19:38 diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Luk 19:39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
Luk 19:40 El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
Luk 19:41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
Luk 19:42 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.
Luk 19:43 Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,
Luk 19:44 y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
Luk 19:45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,
Luk 19:46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Luk 19:47 Y enseñaba cada día en el templo; pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.
Luk 19:48 Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oyéndole.

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