Explorando las enseñanzas de Lucas 20 y su relevancia en la vida cristiana actual


El Libro 20 del Evangelio según Lucas comienza con la narración de Jesús enseñando en el templo de Jerusalén. Los líderes religiosos le interrogan y tratan de atraparlo en una trampa, pero Jesús contesta sabiamente y luego les hace una advertencia sobre los escribas. Después, Jesús habla con sus discípulos sobre el fin de los tiempos y la importancia de estar vigilantes. Él también les cuenta la historia de la higuera estéril para ilustrar su punto. A continuación, Lucas describe la conspiración de los líderes religiosos para matar a Jesús durante la Pascua. Judas se ofrece a traicionar a Jesús y lo entrega al Sanedrín. Jesús es juzgado y condenado a muerte por blasfemia. Jesús es entregado a los romanos para que lo ejecuten. Pilatos lo interroga, pero no encuentra motivo de condena en él. Aun así, cede a las presiones populares y autoriza su crucifixión. Jesús es sometido a una cruel ejecución en la que se burlan de él y lo hieren. Lucas concluye su relato del Evangelio con la muerte de Jesús en la cruz, su sepultura y su resurrección. Jesús se aparece a sus discípulos y les explica las Escrituras. Los discípulos, al final del libro, están llenos de alegría y alaban a Dios. En resumen, el Libro 20 del Evangelio según Lucas narra la enseñanza de Jesús en el templo, su condena y ejecución injustas, y su resurrección. El libro enseña sobre la importancia de estar vigilantes en nuestra fe y de confiar en la verdad de las Escrituras.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Luk 20:1 Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos,
Luk 20:2 y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
Luk 20:3 Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme:
Luk 20:4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
Luk 20:5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
Luk 20:6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.
Luk 20:7 Y respondieron que no sabían de dónde fuese.
Luk 20:8 Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Luk 20:9 Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo.
Luk 20:10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.
Luk 20:11 Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías.
Luk 20:12 Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido.
Luk 20:13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás cuando le vean a él, le tendrán respeto.
Luk 20:14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra.
Luk 20:15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?
Luk 20:16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre!
Luk 20:17 Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo?
Luk 20:18 Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
Luk 20:19 Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.
Luk 20:20 Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra, para entregarle al poder y autoridad del gobernador.
Luk 20:21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.
Luk 20:22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
Luk 20:23 Mas él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?
Luk 20:24 Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César.
Luk 20:25 Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Luk 20:26 Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo, sino que maravillados de su respuesta, callaron.
Luk 20:27 Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron,
Luk 20:28 diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
Luk 20:29 Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos.
Luk 20:30 Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos.
Luk 20:31 La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
Luk 20:32 Finalmente murió también la mujer.
Luk 20:33 En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Luk 20:34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
Luk 20:35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
Luk 20:36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Luk 20:37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Luk 20:38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.
Luk 20:39 Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
Luk 20:40 Y no osaron preguntarle nada más.
Luk 20:41 Entonces él les dijo: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?
Luk 20:42 Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Luk 20:43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Luk 20:44 David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?
Luk 20:45 Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:
Luk 20:46 Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Luk 20:47 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.

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