Explorando las enseñanzas de Lucas 20 y su relevancia en la vida cristiana actual
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El Libro 20 del Evangelio según Lucas comienza con la narración de Jesús enseñando en el templo de Jerusalén. Los líderes religiosos le interrogan y tratan de atraparlo en una trampa, pero Jesús contesta sabiamente y luego les hace una advertencia sobre los escribas.
Después, Jesús habla con sus discípulos sobre el fin de los tiempos y la importancia de estar vigilantes. Él también les cuenta la historia de la higuera estéril para ilustrar su punto.
A continuación, Lucas describe la conspiración de los líderes religiosos para matar a Jesús durante la Pascua. Judas se ofrece a traicionar a Jesús y lo entrega al Sanedrín. Jesús es juzgado y condenado a muerte por blasfemia.
Jesús es entregado a los romanos para que lo ejecuten. Pilatos lo interroga, pero no encuentra motivo de condena en él. Aun así, cede a las presiones populares y autoriza su crucifixión. Jesús es sometido a una cruel ejecución en la que se burlan de él y lo hieren.
Lucas concluye su relato del Evangelio con la muerte de Jesús en la cruz, su sepultura y su resurrección. Jesús se aparece a sus discípulos y les explica las Escrituras. Los discípulos, al final del libro, están llenos de alegría y alaban a Dios.
En resumen, el Libro 20 del Evangelio según Lucas narra la enseñanza de Jesús en el templo, su condena y ejecución injustas, y su resurrección. El libro enseña sobre la importancia de estar vigilantes en nuestra fe y de confiar en la verdad de las Escrituras.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Luk 20:1 Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos,
Luk 20:1 Este versículo de Lucas 20:1 del Nuevo Testamento se refiere a un evento en el que Jesús estaba enseñando al pueblo en el templo y predicando el evangelio. Después de que Jesús comenzó a hablar, los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos llegaron al lugar. Estos líderes religiosos eran conocidos por ser críticos de Jesús y su enseñanza, y probablemente estuvieron allí para cuestionar y desafiar sus enseñanzas. En resumen, este versículo ilustra una tensión entre Jesús y las figuras religiosas de la época, quienes no estaban de acuerdo con su mensaje y se esforzaban por desacreditarlo.
Luk 20:2 y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
Luk 20:2 Este versículo se encuentra en el capítulo 20 del Evangelio de Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia. La escena muestra a los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos que se acercan a Jesús y le hacen una pregunta muy importante: "Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?" La palabra "estas cosas" se refiere al hecho de que Jesús estaba enseñando y haciendo milagros en el templo. Los líderes religiosos querían saber de dónde le venía la autoridad para hacer estas cosas y por qué se creía con el derecho de enseñar y actuar en el templo. Jesús no responde directamente a su pregunta en este versículo, pero más adelante en el capítulo 20 se responde indirectamente diciendo que la fuente de su autoridad es Dios y su papel como el Mesías. Además, a lo largo de los Evangelios, Jesús deja en claro que su autoridad viene de Dios y que su objetivo es hacer la voluntad de Dios. En resumen, el versículo de Lucas 20:2 se refiere a la autoridad de Jesús para enseñar y hacer milagros en el templo, y los líderes religiosos que intentan entender de dónde viene esa autoridad.
Luk 20:3 Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme:
Luk 20:3 Este versículo es parte de un pasaje en el que los líderes judíos están cuestionando la autoridad de Jesús. Le preguntan por qué tiene el derecho de enseñar en el templo y quién le dio esa autoridad. En lugar de responder directamente, Jesús les hace una pregunta retórica para que ellos mismos reflexionen sobre sus propios pensamientos y creencias. Es una forma de enseñanza que se utiliza a menudo en la cultura judía y es una manera astuta de hacer pensar a los demás. El pasaje en su conjunto muestra la habilidad de Jesús para desafiar y trascender las limitaciones de las discusiones religiosas y enfocarse en la esencia de lo que significa ser un buen ser humano.
Luk 20:4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
Luk 20:4 Este versículo se encuentra en el contexto de un diálogo entre Jesús y los líderes religiosos que cuestionaban su autoridad. Aquí, Jesús les hace una pregunta retórica sobre el bautismo que Juan el Bautista realizaba. Él les pregunta si el bautismo de Juan fue enviado por Dios (del cielo) o si fue simplemente inventado por los hombres. Esta pregunta es importante porque Juan el Bautista era un profeta y precursor de Jesús, y muchas personas lo consideraban un mensajero divino. La respuesta de los líderes religiosos podría mostrar si ellos creían en la autoridad de Dios o solo seguían sus propias tradiciones humanas.
Luk 20:5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
Luk 20:5 Este versículo es parte de un pasaje en el que los líderes religiosos están cuestionando la autoridad de Jesús y tratando de encontrar un motivo para arrestarlo. En este versículo en particular, están debatiendo acerca de si deben decir que la autoridad de Jesús viene del cielo o no. Pero temen que si dicen eso, la gente les preguntará por qué no creyeron en Él desde el principio. En resumen, este versículo muestra la preocupación de los líderes religiosos por el poder y la influencia de Jesús y su deseo de evitar confesar que Él es el Mesías enviado por Dios.
Luk 20:6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.
Luk 20:6 Este versículo es parte de una conversación entre Jesús y los principales sacerdotes, escribas y ancianos del pueblo. Ellos estaban cuestionando la autoridad de Jesús y le pidieron que les dijera por qué hacía las cosas que hacía. En este versículo, los líderes religiosos están discutiendo acerca de Juan el Bautista, quien había sido un profeta importante en el período anterior al ministerio de Jesús. Los líderes están preocupados de que si dicen que no creen que Juan era un profeta, el pueblo los apedreará, ya que Juan era muy respetado entre la gente común. En resumen, este versículo muestra cómo los líderes religiosos eran cautelosos en criticar a Juan el Bautista porque temían perder el favor del pueblo. Esto demuestra la importancia de la opinión pública en la vida política y religiosa de la época.
Luk 20:7 Y respondieron que no sabían de dónde fuese.
Luk 20:7 En Lucas 20:7, Jesús les habla a los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos del pueblo, y les pregunta sobre el bautismo de Juan el Bautista. Él les pregunta si el bautismo de Juan venía del cielo o de los hombres. Los líderes religiosos no querían responder directamente a la pregunta porque temían el castigo del pueblo o porque temían la respuesta de Jesús. Por lo tanto, respondieron que no sabían de dónde venía el bautismo de Juan. Esto demostró su falta de sinceridad y su negativa a reconocer la autoridad de Dios en el ministerio de Juan. Jesús estaba tratando de llevarlos a una comprensión más profunda de la verdad y de su relación con Dios, pero ellos se negaron a escuchar.
Luk 20:8 Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Luk 20:8 Este versículo se encuentra en el contexto de una discusión entre Jesús y los líderes religiosos de la época. Ellos cuestionaban la autoridad de Jesús para enseñar y realizar milagros. En respuesta, Jesús les hizo una pregunta acerca del bautismo de Juan el Bautista, que les puso en aprietos. Los líderes religiosos se dieron cuenta de que si respondían que el bautismo de Juan fue de origen celestial, Jesús les preguntaría por qué entonces no creían en Juan. Si, por otro lado, afirmaban que el bautismo de Juan fue de origen humano, temían la reacción del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. Ante esta situación, Jesús no respondió directamente a la pregunta de los líderes religiosos, y en su lugar les dijo que tampoco les diría con qué autoridad hacía las cosas que hacía. De esta manera, Jesús les estaba mostrando que su autoridad no dependía de la aprobación de los líderes religiosos, sino que provenía del Padre celestial. Jesús se veía así como un portador de la verdad divina, y no como alguien que buscaba reconocimiento humano.
Luk 20:9 Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo.
Luk 20:9 En este versículo, Jesús está contando una parábola o historia para transmitir una enseñanza. La historia habla de un hombre que plantó una viña (que simboliza el reino de Dios) y luego la arrendó a unos labradores (que representan al pueblo de Israel). El hombre se ausentó por mucho tiempo (que representa el tiempo desde la creación hasta la llegada de Jesús), pero finalmente regresó para ver cómo estaba su viña. Sin embargo, cuando el hombre llega, los labradores se niegan a darle la fruta que ha crecido en la viña y, en cambio, lo golpean y lo echan. La lección que Jesús está tratando de enseñar aquí es que el pueblo de Israel, que había sido confiado con la responsabilidad del reino de Dios, había fallado en su deber y sería reemplazado por aquellos que aceptarían adecuadamente esa responsabilidad. En general, este versículo habla de la importancia de ser un buen administrador de lo que se nos ha confiado y no ceder ante la tentación de actuar egoístamente.
Luk 20:10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.
Luk 20:10 Este versículo forma parte de la parábola de los labradores malvados, contada por Jesús en el Evangelio de Lucas. En ella, los labradores representan a los líderes religiosos de la época, quienes habían recibido la responsabilidad de cuidar del pueblo de Dios, pero lo habían hecho mal. En la parábola, el dueño de una viña envía a uno de sus siervos para que recoja la parte de la cosecha que le corresponde. Sin embargo, los labradores malvados, en lugar de cumplir con su obligación, golpean al siervo y lo envían de vuelta con las manos vacías. Este acto simboliza la rebelión de los líderes religiosos contra Dios y su rechazo a reconocer la autoridad de Jesús. Al contar esta parábola, Jesús estaba señalando su propia rechazo y muerte a manos de los líderes religiosos, quienes no aceptaron su mensaje y lo persiguieron. En resumen, este versículo refleja la actitud de desobediencia y violencia de los líderes religiosos hacia Dios y su pueblo, simbolizada en la parábola de los labradores malvados.
Luk 20:11 Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías.
Luk 20:11 Este versículo se encuentra dentro de una parábola que Jesús contó a la multitud y a los líderes religiosos sobre un dueño de una viña que envió a varios siervos para recolectar la cosecha de uvas, pero los trabajadores maltrataron y rechazaron a cada uno de ellos. Este versículo específico se refiere al segundo siervo enviado por el dueño de la viña, quien también fue maltratado y rechazado por los trabajadores, regresando con las manos vacías. La parábola ilustra la persistente resistencia de algunas personas al mensaje de Dios y su rechazo a sus mensajeros.
Luk 20:12 Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido.
Luk 20:12 Este versículo es parte de una parábola contada por Jesús para ilustrar la incredulidad y la falta de arrepentimiento de los dirigentes religiosos de su tiempo. En la parábola, un propietario de una viña envía a sus siervos a recoger la cosecha, pero los trabajadores de la viña los rechazan y los maltratan. A pesar de enviar varios siervos más, las cosas no cambian y finalmente el propietario decide enviar a su propio hijo, que también es rechazado y asesinado. En el versículo que mencionas, el propietario ha enviado a un tercer siervo, pero también ha sido herido y echado fuera de la viña. Este ejemplo en la parábola muestra la resistencia de los trabajadores a aceptar la autoridad del propietario y su negativa a hacer lo que se les pide. También es una ilustración de la actitud hostil de los líderes religiosos hacia los profetas de Dios, quienes fueron enviados para llamar a la nación a la justicia y la fe.
Luk 20:13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás cuando le vean a él, le tendrán respeto.
Luk 20:13 Este versículo se encuentra en la parábola de la viña, que Jesús contó a un grupo de líderes religiosos para enseñarles una lección. En la parábola, un propietario de una viña arrienda su propiedad a unos labradores, pero cuando envía a sus sirvientes a recoger la cosecha, son maltratados y maltratados. Finalmente, envía a su propio hijo, pensando que lo respetarán, pero los labradores lo matan. Este versículo se refiere a la parte de la parábola donde el propietario de la viña dice que enviará a su hijo amado, pensando que los labradores lo respetarán. Esta es una alusión al envío de Jesús por parte de Dios al mundo, con la esperanza de que sería respetado y honrado, pero en cambio fue rechazado y crucificado. La parábola de la viña es una advertencia para los líderes religiosos de la época (y para nosotros) acerca de las consecuencias de rechazar y maltratar a los servidores de Dios y su mensaje. Enviando a su hijo, el propietario de la viña estaba dando una última oportunidad para que los labradores se arrepintieran de su actitud desafiante; y en la misma forma, Dios envió a Jesús para ofrecer una oportunidad final de redención antes de que llegara el juicio.
Luk 20:14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra.
Luk 20:14 En este versículo del Evangelio de Lucas, Jesús está contando una parábola acerca de unos labradores malvados que no querían darle a su dueño el fruto que le pertenecía. En la parábola, el dueño envía a su propio hijo a los labradores para que recoja lo que le pertenece, pero ellos lo matan para quedarse con su herencia. La parábola es una alegoría de la historia de la relación de Dios con su pueblo elegido, en la que Dios envía a su Hijo, Jesucristo, para redimir a la humanidad y ofrecerles la salvación. Sin embargo, algunos rechazan a Jesús y su mensaje, y desean deshacerse de él para retener su poder y control. En resumen, este versículo habla de la maldad y desobediencia de algunos hacia Dios y su Hijo, y de cómo incluso la muerte de Jesús no pudo impedir la salvación y el don de la vida eterna para aquellos que creen en él.
Luk 20:15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?
Luk 20:15 Este versículo es parte de una parábola que Jesús contó para enseñar una lección a sus seguidores. La parábola habla de un señor que arrendó su viña a unos labradores, pero cuando envió a sus siervos a recoger su parte de la cosecha, los labradores los golpearon y los echaron fuera. Finalmente, decidió enviar a su propio hijo, pensando que los labradores lo respetarían. Sin embargo, los labradores pensaron que si mataban a su hijo, entonces la viña sería suya. Así que lo mataron. El versículo en cuestión se refiere a la pregunta que el señor de la viña hace a sus seguidores después de contar la parábola: "¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?". La respuesta es que el señor de la viña vendrá y destruirá a esos labradores malvados y entregará la viña a otros arrendatarios que le den su parte de la cosecha a tiempo. La lección que Jesús quería enseñar a través de esta parábola era que el pueblo judío había sido desobediente y no había dado a Dios lo que le correspondía. Por lo tanto, Dios iba a transferir su gracia y bendición a los gentiles, quienes seguirían sus mandamientos y lo honrarían. Esto fue cumplido más tarde en la iglesia cristiana, que principalmente estaba compuesta por gentiles y no judíos.
Luk 20:16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre!
Luk 20:16 Este versículo es una parábola contada por Jesús en la que se comparaba a sí mismo con un dueño de una viña que había arrendado su propiedad a unos labradores. Los labradores, en lugar de pagar el arrendamiento, mataron a los siervos enviados por el dueño a recoger su cosecha. Finalmente, el dueño decidió enviar a su propio hijo, creyendo que lo respetarían. Sin embargo, los labradores también mataron a su hijo. Por lo tanto, el dueño decidió destruir a los labradores y dar la viña a otros. Esto significa que Dios, como dueño del universo, dará su reino a aquellos que lo merezcan, y los que no lo acepten o lo rechacen serán juzgados y condenados. Los oyentes de la parábola entendieron la severidad de las palabras de Jesús y tuvieron miedo de enfrentar el juicio de Dios.
Luk 20:17 Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo?
Luk 20:17 Este versículo se refiere a una profecía del Salmo 118:22-23, que se cumplió en Jesús. La piedra que los constructores rechazaron se convirtió en la piedra angular, que es la piedra que sostiene y une todo el edificio. La piedra rechazada representa a Jesús, quien fue despreciado y crucificado por los líderes religiosos y el pueblo, pero que se convirtió en la base de la Iglesia y el fundamento de la fe cristiana. Por lo tanto, el versículo sugiere que quienes rechazan a Jesús y su mensaje están rechazando al mismo fundamento de la fe cristiana.
Luk 20:18 Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
Luk 20:18 Este versículo se refiere a Jesús y la piedra angular en la que se convirtió. Aquellos que se encuentran con Jesús y lo rechazan, serán quebrantados y sufrirán las consecuencias de su decisión. Sin embargo, aquellos que aceptan a Jesús como su Salvador y construyen su vida sobre su fundamento, no serán quebrantados sino que tendrán una vida abundante y eterna. En resumen, este versículo describe la importancia de aceptar a Jesús para evitar consecuencias dolorosas.
Luk 20:19 Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.
Luk 20:19 Este versículo habla sobre la reacción de los líderes religiosos de la época al escuchar una parábola contada por Jesús. La parábola probablemente contenía algún tipo de crítica o condena hacia ellos y su comportamiento. Los líderes religiosos, al darse cuenta de esto, querían arrestar a Jesús en ese mismo momento, pero temían la reacción del pueblo que lo admiraba y seguía. Jesús a menudo criticaba la hipocresía y la falta de compasión de los líderes religiosos, lo que hizo que lo vieran como una amenaza a su autoridad.
Luk 20:20 Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra, para entregarle al poder y autoridad del gobernador.
Luk 20:20 Este versículo nos habla de cómo los líderes religiosos de la época, que estaban en contra de Jesús, enviaron a algunos espías para que se hicieran pasar por personas justas y así poder atraparlo diciendo algo que pudiera ser utilizado en su contra. Su intención era entregárselo luego al gobernador romano, quien tenía el poder y la autoridad para llevar a cabo castigos y ejecuciones. Este fue un intento desesperado de detener la creciente popularidad y el mensaje de Jesús, pero no tuvo éxito ya que Jesús siempre sabía cómo manejar estas situaciones y salir victorioso.
Luk 20:21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.
Luk 20:21 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Lucas, capítulo 20, versículo 21. En el contexto del pasaje, los líderes religiosos están intentando atrapar a Jesús en sus palabras para poder acusarlo de traición contra el gobierno romano. En este versículo, algunos de estos líderes religiosos se acercan a Jesús y le hacen un cumplido antes de hacerle una pregunta. Le llaman "Maestro" (lo cual implica respeto y reconocimiento de su sabiduría), y le dicen que saben que él habla y enseña correctamente, sin hacer distinciones entre las personas. Además, le reconocen que Jesús enseña el camino de Dios con verdad. A pesar de que estos líderes religiosos estaban tratando de engañar a Jesús con sus palabras, el cumplido que le hicieron en este versículo es en realidad una declaración muy precisa y verdadera sobre la enseñanza y la misión de Jesús. Él vino a anunciar el camino de Dios, sin hacer acepción de personas, y enseñando con verdad y sabiduría divina. En resumen, este versículo es una muestra más de la sabiduría de Jesús y de su misión divina, que no se dejó engañar por las palabras halagadoras de sus enemigos, sino que siguió fiel a su propósito de enseñar el camino de Dios con verdad y rectitud.
Luk 20:22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
Luk 20:22 El versículo Lucas 20:22 del Nuevo Testamento se refiere a un momento en que los líderes religiosos judíos intentaron atrapar a Jesús en una trampa. Le preguntaron si era lícito pagar tributo a César, que era el gobernante romano en ese momento. Si Jesús hubiera dicho que era lícito pagar tributo a César, habría enojado a los judíos que estaban buscando la independencia política de los romanos. Si hubiera dicho que no era lícito pagar tributo a César, habría sido acusado de sedición y podría haber sido arrestado por las autoridades romanas. En cambio, Jesús respondió astutamente y les preguntó por una moneda, preguntándoles de quién era la imagen y la inscripción en la moneda. Cuando respondieron que era la imagen y la inscripción de César, Jesús dijo: "Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". En otras palabras, Jesús estaba diciendo que los judíos podían cumplir sus obligaciones civiles pagando tributo a César, pero también debían cumplir sus obligaciones religiosas y morales a Dios.
Luk 20:23 Mas él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?
Luk 20:23 Este versículo se encuentra en el contexto de una discusión entre Jesús y los líderes religiosos de la época. Estos líderes intentaban atrapar a Jesús en una trampa, haciéndole preguntas que ponían en tela de juicio su autoridad y su enseñanza. En este versículo en particular, los líderes religiosos están intentando hacerle una pregunta que parece inocente, pero que en realidad tiene la intención de obligar a Jesús a tomar una postura que podría ser utilizada en su contra. Jesús se da cuenta de la astucia de los líderes religiosos y les pregunta por qué están intentando tentarlo. La palabra "tentación" se refiere a un intento de poner a prueba a alguien, con la intención de detectar una falla o debilidad. Jesús entiende que los líderes religiosos están tratando de ponerlo en una situación difícil, y por eso se refiere a su astucia. Al preguntarles por qué lo están tentando, Jesús les dice directamente que sabe cuál es su intención y que está dispuesto a enfrentarlos y responderles con prudencia.
Luk 20:24 Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César.
Luk 20:24 Este versículo del Nuevo Testamento se encuentra en el Evangelio de Lucas y forma parte de un relato en el que los fariseos y maestros de la ley intentan atrapar a Jesús con una pregunta difícil. Le preguntan si es lícito pagar impuestos al César, el gobernante romano de la época. Si Jesús respondía que sí, los líderes religiosos lo acusarían de traidor a su pueblo y si respondía que no, podrían denunciarlo al gobierno romano. Para resolver la pregunta, Jesús les pide una moneda y pregunta de quién es la imagen y la inscripción en ella. Cuando responden que es de César, Jesús les dice "Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios" (Lucas 20:25). Con esta respuesta, Jesús está diciendo que aunque los creyentes tienen deberes hacia las autoridades humanas, también tienen responsabilidades ante Dios que deben ser prioritarias. En resumen, este versículo representa una enseñanza profunda sobre la convivencia entre el poder divino y el civil. Jesús no se opone a pagar impuestos al César, pero también indica que nuestra lealtad y devoción deben ser siempre para Dios.
Luk 20:25 Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Luk 20:25 Este versículo es parte de un diálogo entre algunos fariseos y Jesús. Los fariseos intentaban hacer que Jesús dijera algo que pudieran usar en su contra ante las autoridades romanas. Le preguntaron a Jesús si era lícito pagar impuestos al emperador romano, quien era visto como un opresor por muchos judíos en ese tiempo. Jesús respondió diciendo "Dad a César lo que es de César", lo que significa que es importante pagar los impuestos que corresponden al gobierno del momento. Pero también dijo "y a Dios lo que es de Dios", lo que significa que debemos ser fieles a Dios y seguir sus enseñanzas sin importar lo que digan las autoridades terrenales. En resumen, Jesús enseñó que debemos cumplir con nuestras obligaciones civiles, pero sin olvidar nuestras responsabilidades religiosas con Dios.
Luk 20:26 Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo, sino que maravillados de su respuesta, callaron.
Luk 20:26 Este versículo hace referencia a un momento en que los fariseos, los escribas y los sacerdotes intentaron atrapar a Jesús con una pregunta difícil, pero no pudieron hacerlo. En lugar de eso, Jesús respondió con tanta sabiduría y conocimiento que los líderes religiosos estaban maravillados e impresionados por su respuesta. Finalmente, se quedaron sin palabras y no respondieron, lo que muestra la sabiduría y el conocimiento sobrenatural de Jesús.
Luk 20:27 Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron,
Luk 20:27 En el Evangelio de Lucas, se cuenta que a Jesús se le acercaron algunos saduceos, quienes le hicieron una pregunta. Los saduceos eran un grupo religioso en la época de Jesús que negaban la resurrección de los muertos, a diferencia de los fariseos y otros judíos. La pregunta que le hicieron a Jesús tenía que ver con la ley mosaica del levirato (Deuteronomio 25:5-10), que establecía que si un hombre moría sin dejar descendencia, su hermano debía casarse con su viuda y tener hijos con ella para garantizar la continuidad de su linaje. La pregunta era la siguiente: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de alguno muere, dejando esposa pero no hijos, el hermano debe casarse con ella y dar descendencia a su hermano. Ahora bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda, y también él murió sin dejar hijos. Y lo mismo les sucedió a los demás. Al final murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer esposa, puesto que los siete la tuvieron por esposa?". Los saduceos utilizaban esta pregunta para ridiculizar la idea de la resurrección, ya que veían en ella una contradicción en términos. La pregunta de los saduceos refleja un entendimiento limitado de la resurrección y de la vida después de la muerte. Jesús les contestó que en la resurrección no se casarán ni se darán en matrimonio, sino que serán como los ángeles, es decir, seres espirituales. Además, les señaló que estaban equivocados en cuanto a su entendimiento de la Escritura, ya que la resurrección era una enseñanza clara en el Antiguo Testamento. En este versículo, por lo tanto, podemos ver cómo Jesús respondió a las preguntas de los saduceos y les enseñó acerca de la resurrección y la vida después de la muerte.
Luk 20:28 diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
Luk 20:28 Este pasaje se refiere a una ley en el antiguo Israel, conocida como la ley del levirato. Esta ley establecía que si un hombre casado moría sin dejar hijos, su hermano debía casarse con su viuda y tener hijos con ella para asegurar que el linaje familiar continuara. Esta ley tenía la intención de proteger la línea familiar y evitar la pérdida de la herencia y los derechos de propiedad. En este pasaje, los líderes religiosos cuestionan a Jesús sobre esta ley para tratar de ponerlo en aprietos, pero Jesús les responde de manera sabia y les muestra que su comprensión de la ley y la vida después de la muerte es limitada.
Luk 20:29 Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos.
Luk 20:29 Este versículo es parte de una historia que Jesús contó para responder a una pregunta que le hicieron sobre el matrimonio en la vida después de la muerte. En este versículo, Jesús cuenta la historia de siete hermanos. El primero de ellos se casó, pero murió sin tener hijos. Esto es importante en la historia, porque en la cultura judía antigua, se consideraba importante tener hijos para asegurar que la línea familiar continuara. Sin embargo, en esta historia, no se menciona que el hombre dejara una esposa viuda, lo que era otra preocupación importante en la cultura judía. La historia continúa con los otros seis hermanos casándose con la misma mujer sucesivamente, y todos ellos muriendo sin tener hijos. La historia termina con la mujer también muriendo. La historia en su conjunto ilustra la complejidad de la pregunta que Jesús estaba contestando, y sugiere que la vida después de la muerte puede ser muy diferente a la vida terrenal. En resumen, este versículo es solo una parte de una historia más amplia, que sirve para ilustrar un punto más grande acerca de la vida después de la muerte y las preocupaciones que la gente tenía en la antigua cultura judía.
Luk 20:30 Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos.
Luk 20:30 En este pasaje, Jesús está hablando con los saduceos, quienes no creían en la resurrección de los muertos. Los saduceos le plantearon una pregunta hipotética sobre una mujer que se había casado con siete hermanos, todos los cuales habían muerto sin dejar hijos. La pregunta era quién sería el esposo de la mujer en la resurrección. En Lucas 20:30, Jesús responde que el segundo hermano también murió sin dejar hijos. Esto indica que la pregunta de los saduceos era un problema imaginario, y que en realidad no tenían un caso concreto para presentar. En general, el pasaje muestra cómo Jesús desafió las creencias de los saduceos y les mostró que la resurrección es posible y real en el futuro.
Luk 20:31 La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
Luk 20:31 Este versículo se refiere a una situación hipotética que plantearon los saduceos a Jesús para tratar de confundirlo en su enseñanza sobre la resurrección de los muertos. Los saduceos no creían en la resurrección, por lo que le preguntaron a Jesús qué pasaría si una mujer se casaba con siete hombres que eran hermanos y todos ellos murieron sin dejar hijos. Jesús respondió que en la resurrección no habrá matrimonio ni se darán en matrimonio, sino que serán como ángeles en el cielo. En otras palabras, lo que ocurre en esta situación hipotética no es relevante para la vida eterna y la resurrección de los muertos.
Luk 20:32 Finalmente murió también la mujer.
Luk 20:32 Lamento informarte que no hay un versículo en la Biblia que dice exactamente eso. Puede haber habido un error de interpretación o transliteración. Podría proporcionar más detalles o contexto para que pueda brindarte una explicación adecuada.
Luk 20:33 En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Luk 20:33 Este versículo se encuentra en un pasaje en el que los saduceos (una secta religiosa judía) están tratando de poner a Jesús en una situación difícil al hacerle una pregunta sobre la resurrección y el matrimonio. Ellos citan una ley judía que dice que si un hombre muere sin tener hijos, su hermano debe casarse con su viuda para que ella pueda tener hijos y continuar la línea familiar. Sin embargo, los saduceos presentan un escenario en el que una mujer se casa con siete hermanos consecutivos, todos los cuales mueren sin dejar hijos. Luego le preguntan a Jesús, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? La respuesta de Jesús es que en la vida futura, las relaciones de matrimonio no existirán. Él dice que las personas serán como los ángeles y no se casarán. Por lo tanto, la pregunta de los saduceos no tiene sentido y Jesús los deja sin respuesta. En resumen, este versículo habla sobre la creencia en la resurrección y cómo las relaciones humanas, como el matrimonio, no se aplican en el mundo espiritual.
Luk 20:34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
Luk 20:34 Este versículo se encuentra en el contexto de una discusión que Jesús tiene con algunos saduceos, quienes no creían en la resurrección de los muertos. Los saduceos le presentan un escenario hipotético de una mujer que se casó siete veces, luego de la muerte de cada uno de sus esposos, y le preguntan a Jesús a cuál de ellos pertenecerá en la resurrección. En respuesta, Jesús les dice que en la resurrección no habrá casamiento. El versículo que mencionas es parte de su explicación, donde les dice que el matrimonio es una práctica exclusiva de este mundo terrenal, propio de aquellos que pertenecen a este siglo (o era). En el reino de Dios, no habrá necesidad ni lugar para el matrimonio, ya que la unión con Dios será la máxima expresión del amor y la felicidad. En suma, el versículo refleja una enseñanza de Jesús sobre la vida después de la muerte y la percepción que los hombres tienen sobre el matrimonio y la felicidad en este mundo, en contraste con lo que es verdaderamente importante en el reino de Dios.
Luk 20:35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
Luk 20:35 Este versículo se refiere a una discusión que Jesús tuvo con algunos saduceos que le preguntaron sobre el matrimonio y la resurrección de los muertos. Jesús les dijo que en aquel siglo (es decir, en el cielo) las personas que habían sido consideradas dignas no se casarían ni se darían en matrimonio, sino que serían como ángeles en el cielo. Esto no significa que el matrimonio sea malo o que las personas no se casarán en el cielo, sino que aquellos que alcanzan la vida eterna tendrán una transformación espiritual completa y diferente a lo que conocemos en la tierra.
Luk 20:36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Luk 20:36 Este versículo se encuentra en una sección en la que los líderes religiosos judíos cuestionan a Jesús acerca de la resurrección de los muertos. En su respuesta, Jesús afirma que aquellos que han sido resucitados y son considerados hijos de Dios ya no pueden morir de nuevo, sino que son como los ángeles. También indica que estos "hijos de la resurrección" han sido elevados a un estado de ser que refleja la perfección y la santidad de Dios. En resumen, este versículo destaca la creencia cristiana en la resurrección de los muertos y el estado glorioso que se alcanza al ser elevado a una vida eterna en la presencia de Dios.
Luk 20:37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Luk 20:37 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús estaba hablando con los saduceos, quienes no creían en la resurrección de los muertos. Jesús les dice que los muertos en realidad sí resucitarán, y cita el pasaje de la zarza ardiente en el que Dios le dice a Moisés que él es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Jesús explica que si Dios se llama a sí mismo el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, entonces eso significa que ellos todavía existen en algún sentido después de la muerte, y que eventualmente serán resucitados. En resumen, Jesús está usando esta cita para demostrar que la resurrección de los muertos es una enseñanza que viene desde la época de Moisés y que es una parte importante de la fe judía.
Luk 20:38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.
Luk 20:38 Este versículo se refiere a la resurrección de los muertos y la vida después de la muerte. Jesús está enseñando a los saduceos, quienes no creían en la vida después de la muerte, que Dios es el Dios de los vivos y no de los muertos. Es decir, para Dios, todos aquellos que han muerto seguían vivos en su presencia y en su plan. La resurrección de los muertos es una creencia fundamental en el cristianismo, y este versículo destaca la importancia de esta creencia. También nos recuerda que Dios es el creador y sostenedor de la vida, y que su poder y autoridad se extienden no solo a los vivos, sino también a aquellos que han fallecido.
Luk 20:39 Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
Luk 20:39 En este versículo, algunos de los escribas (expertos en la ley judía) le están respondiendo a Jesús después de que él les hace una pregunta sobre el Mesías y su relación con el rey David. Ellos le dicen que ha hablado bien y lo llaman "maestro", reconociendo su sabiduría y autoridad. Este verso muestra cómo algunos de los líderes religiosos de la época de Jesús reconocían y respetaban su conocimiento y enseñanzas, a pesar de las tensiones y conflictos que había entre ellos.
Luk 20:40 Y no osaron preguntarle nada más.
Luk 20:40 Este versículo se encuentra al final del capítulo 20 del Evangelio de Lucas, y narra un momento en que los fariseos y escribas intentaron poner a Jesús en una situación difícil haciéndole preguntas intrincadas e intentando atraparlo con sus palabras. Sin embargo, Jesús les respondió sabiamente y con autoridad, dejándolos sin palabras y sin saber qué más preguntarle. Es por eso que el versículo dice "Y no osaron preguntarle nada más", ya que se sentían incapaces de poner a prueba sus conocimientos o cuestionar sus enseñanzas.
Luk 20:41 Entonces él les dijo: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?
Luk 20:41 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Lucas, capítulo 20, verso 41. En este pasaje, Jesús está hablando con los escribas y les pregunta al respecto de su creencia de que el Mesías será un descendiente de David. Él les hace notar que David se refiere al Mesías como su Señor en el Salmo 110, lo que sugiere que el Mesías será más que simplemente un hijo humano de David. Jesús parece estar señalando que el Mesías es más grande de lo que ellos suponen.
Luk 20:42 Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Luk 20:42 Este versículo es una referencia al Salmo 110:1. En este Salmo, David está hablando acerca del Mesías, quien el Señor prometió que vendría a ser rey sobre Israel. En este versículo, David está hablando de cómo el Mesías será colocado en el lugar más alto de honor, a la diestra de Dios. Esto significa que el Mesías tendrá una posición de autoridad y poder en el reino de Dios. En el Nuevo Testamento, Jesús cita este versículo para probar que él es el Mesías prometido de Dios. Al afirmar que él es el Señor a quien se refiere David, Jesús está reclamando ser el Mesías y demostrando que Dios le ha dado una posición de autoridad y poder en su reino.
Luk 20:43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Luk 20:43 Este versículo es una cita del Salmo 110:1 y se refiere a una profecía sobre el Mesías, que sería Rey y tendría victoria sobre sus enemigos. Se dice que los enemigos del Mesías serían puestos bajo sus pies, lo que simboliza la derrota y la sumisión de los adversarios. En el contexto del Evangelio de Lucas, Jesús utiliza esta cita para demostrar su autoridad y su relación con Dios como Mesías. Jesús está hablando con los líderes religiosos en el templo y les pregunta cómo es posible que el Mesías sea llamado "hijo de David" si David mismo lo llama "Señor". Al citar el Salmo 110:1, Jesús muestra que el Mesías sería más que el hijo de David, sino también un Rey triunfante sobre sus enemigos.
Luk 20:44 David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?
Luk 20:44 Este versículo se refiere a una discusión entre Jesús y los líderes religiosos de su tiempo. Jesús les pregunta a los líderes religiosos cómo puede ser que el Mesías sea hijo de David si David mismo lo llama "Señor" en los Salmos. Esto se llama el Salmo mesiánico (Salmo 110) y describe al Mesías como un rey sacerdote. El punto que Jesús estaba haciendo es que el Mesías es más que un simple descendiente de David. Él es el Hijo de Dios y tiene una posición mucho más elevada que la de un simple rey humano. La relación entre Jesús y David no se limita a la descendencia física, sino que se extiende a la relación de Jesús como el Mesías, Rey y Salvador. En resumen, Jesús estaba tratando de enseñar que el Mesías (él mismo) no es solo un hombre, sino que es Dios y merece un respeto y una adoración mayores que cualquier rey terrenal.
Luk 20:45 Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:
Luk 20:45 Este versículo hace referencia a Jesús hablando a sus discípulos y al pueblo en general sobre los fariseos y escribas, quienes eran líderes religiosos en ese momento. Jesús les estaba dando una advertencia sobre seguir el ejemplo y enseñanzas de estos líderes, quienes eran hipócritas y guiaban al pueblo por un camino equivocado en su relación con Dios. El hecho de que todo el pueblo estaba escuchando indica la importancia de los temas que Jesús estaba tratando y lo impactante que fueron sus enseñanzas para el pueblo en ese momento.
Luk 20:46 Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Luk 20:46 En este versículo, Jesús advierte a sus seguidores sobre los escribas, que eran una clase de líderes religiosos de aquel tiempo. Jesús les dice que deben tener cuidado con ellos porque disfrutan de ser reconocidos y respetados públicamente. Los escribas gozan de vestir ropa larga y ostentosa, y de ser saludados en las plazas con reverencias y saludos especiales. También esperan ocupar los asientos principales en la sinagoga y en festines importantes. Jesús está criticando la actitud presuntuosa de estos líderes religiosos y les está recordando a sus seguidores que la humildad y el servicio deben ser las características principales de un buen líder en la comunidad. Jesus está destacando la importancia de ser sincero y humilde, en lugar de buscar el estatus y el reconocimiento público.
Luk 20:47 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.
Luk 20:47 Este versículo es parte de un pasaje en el que Jesús critica a los líderes religiosos de su tiempo por su hipocresía y falta de compasión hacia los más necesitados. En particular, Jesús acusa a los escribas de devorar las casas de las viudas en lugar de ayudarles, y de hacer largas oraciones como una forma de aparentar ser más piadosos de lo que realmente son. Jesús está señalando que estos líderes religiosos son dignos de mayor condena porque no sólo están fallando en su deber de ayudar a las viudas, sino que también están usando su religión como una excusa para enriquecerse y ganar favor en la comunidad. Su falta de compasión y su falta de integridad los hacen merecedores de juicio más severo. En resumen, este pasaje es una advertencia de que no se trata sólo de seguir rituales religiosos, sino de vivir de acuerdo a los principios de compasión y justicia que Jesús enseñó.