La redención perdurable: Un recorrido por el Evangelio de Lucas del Libro 23 del Nuevo Testamento
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El libro del Nuevo Testamento de Lucas se divide en tres partes: el evangelio de Lucas, los Hechos de los Apóstoles y el Evangelio según San Lucas. El Libro 23 se refiere específicamente al juicio y la crucifixión de Jesús.
El capítulo comienza con Jesús siendo llevado ante Pilatos, el gobernador romano, quien lo interroga sobre las acusaciones de los líderes judíos de que se hace pasar por el rey de los judíos. Pilatos no encuentra ninguna culpa en Jesús y decide enviarlo a Herodes, quien también lo interroga antes de enviarlo de regreso a Pilatos.
Pilatos intenta liberar a Jesús, pero la multitud enfurecida exige que se le conceda la liberación de Barrabás, un criminal convicto en lugar de Jesús. Pilatos cede a la multitud y Jesús es condenado a ser crucificado.
Jesús lleva su propia cruz al lugar de la crucifixión, donde dos criminales también son crucificados junto a él. A pesar de los insultos de la multitud y de uno de los criminales, Jesús perdona y ruega por ellos, hasta que finalmente muere en la cruz.
Uno de los criminales se arrepiente y reconoce la inocencia y la divinidad de Jesús justo antes de morir. El cuerpo de Jesús es puesto en un sepulcro, pero es descubierto que ha resucitado tres días después.
El capítulo concluye con la reunión de los discípulos después de la Resurrección de Jesús, donde Jesús les muestra sus manos y pies para demostrar que es él mismo y les dice que vayan a predicar su mensaje al mundo.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Luk 23:1 Levantándose entonces toda la muchedumbre de ellos, llevaron a Jesús a Pilato.
Luk 23:1 Este versículo se refiere al momento en que Jesús fue llevado ante Pilato, el gobernador romano de Judea. La multitud de personas que se había reunido para ver a Jesús fue con él para acusarlo de varios delitos ante las autoridades romanas. La importancia de este momento es que Pilato tenía el poder de decidir el destino de Jesús, ya que solo él tenía la autoridad legal para condenar a muerte a alguien en Judea en ese momento.
Luk 23:2 Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohibe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey.
Luk 23:2 Este versículo habla de cómo los líderes religiosos y políticos acusaron a Jesús de pervertir a la nación y prohibir dar tributo a César. En otras palabras, lo acusaron de estar en contra de los intereses del gobierno romano y de promover la rebelión contra él. También lo acusaron de afirmar ser el Cristo, un rey, lo que podría interpretarse como una amenaza para el poder de César. Estas acusaciones eventualmente llevaron a la crucifixión de Jesús.
Luk 23:3 Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.
Luk 23:3 Este versículo es parte de la narración de la crucifixión de Jesús. Pilato, el gobernador romano de Judea en ese momento, le pregunta a Jesús si es el rey de los judíos. Jesús responde con "Tú lo dices", lo que significa que Pilato está en lo correcto. Sin embargo, la intención de Jesús con su respuesta puede ser interpretada como ambigua, ya que la afirmación puede tener tanto un sentido político como espiritual. En resumen, este diálogo entre Pilato y Jesús es parte del proceso de juicio y condena que llevaría a Jesús a ser crucificado.
Luk 23:4 Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre.
Luk 23:4 Este verso del Evangelio de Lucas describe a Pilato, el gobernador romano de Judea, declarando que Jesús de Nazaret es inocente y que no ha cometido ningún delito. Pilato está hablando con los principales sacerdotes, quienes habían acusado a Jesús de blasfemia y otros crímenes religiosos. Pilato está tratando de mediar entre los líderes judíos y Jesús, quien había sido entregado a Pilato para ser juzgado. La afirmación de Pilato de que Jesús es inocente es importante porque muestra que incluso el gobernador encargado de aplicar la ley romana en Judea no encontró ninguna falta en Jesús. Sin embargo, a pesar de la inocencia de Jesús, Pilato finalmente lo condenó a muerte por presiones políticas y sociales.
Luk 23:5 Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
Luk 23:5 Este versículo es parte de la historia de la crucifixión de Jesús, cuando los líderes religiosos acusaron a Jesús de llevar a cabo una sedición contra el gobierno romano. En este versículo, los líderes religiosos se quejaban de que Jesús había estado enseñando por toda Judea, provocando al pueblo para que se alborotara. Decían que Jesús había empezado en Galilea y había llegado hasta allí, lo cual insinuaba que había estado difundiendo su mensaje y ganando seguidores en un amplio territorio. Los líderes religiosos estaban tratando de difamar a Jesús y hacerlo ver como un peligroso agitador, a fin de que se justificara su crucifixión.
Luk 23:6 Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo.
Luk 23:6 En este versículo del Nuevo Testamento, Pilato, el gobernador romano, escucha que Jesús es de Galilea y pregunta si realmente es de allí. Esto es importante porque según las leyes y costumbres de la época, Jesús debería haber sido juzgado por las autoridades religiosas judías en Judea, donde se encontraba Jerusalén, y no en Galilea. Al preguntar si Jesús era de Galilea, Pilato podría decidir si podía enviarlo allí para ser juzgado o no. Sin embargo, después de interrogar a Jesús, Pilato finalmente decidió que no había evidencia suficiente para condenarlo y lo entregó a la multitud para ser crucificado.
Luk 23:7 Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que en aquellos días también estaba en Jerusalén.
Luk 23:7 En este versículo del Evangelio según Lucas, se describe cómo Pilatos, gobernador romano de Judea, envía a Jesús a la jurisdicción de Herodes Antipas, quien también estaba en Jerusalén en ese momento. Esto se debe a que Jesús era galileo y Herodes Antipas era el tetrarca (gobernante) de Galilea. Pilatos probablemente pensó que Herodes tendría más autoridad sobre Jesús y sería capaz de resolver el problema que estaba enfrentando con las acusaciones en su contra. Sin embargo, Herodes simplemente se burló de Jesús y lo envió de vuelta a Pilatos sin hacer nada para resolver el problema.
Luk 23:8 Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal.
Luk 23:8 En este versículo, se menciona que Herodes, quien era el gobernador de Galilea en ese momento, se alegró al ver a Jesús. Esto se debe a que Herodes había oído hablar de Jesús y sus acciones milagrosas, y había estado esperando la oportunidad de verlo en persona y quizás verlo hacer algún tipo de milagro o señal. Sin embargo, este encuentro con Jesús no resultó en ninguna señal o milagro y terminó en la burla y el desprecio de Herodes hacia Él.
Luk 23:9 Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió.
Luk 23:9 En este versículo, se está hablando del momento en que Jesús estaba siendo juzgado y llevado ante las autoridades romanas, incluyendo al rey Herodes. Herodes tenía muchas preguntas para Jesús y esperaba que él respondiera, pero Jesús decidió guardar silencio y no responder a las preguntas. Esto puede interpretarse como un acto de determinación y resistencia frente a la injusticia de su arresto y juicio, o como una afirmación de la idea de que Jesús era un hombre de pocas palabras que prefería actuar en lugar de hablar. En cualquier caso, el versículo sugiere que Jesús estaba en control de la situación y que no estaba dispuesto a ceder ante la presión de los gobernantes romanos.
Luk 23:10 Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusándole con gran vehemencia.
Luk 23:10 Este versículo se encuentra en el contexto de la crucifixión de Jesús y se refiere a la acusación que los líderes religiosos judíos estaban haciendo en contra de Él. Los principales sacerdotes y los escribas eran los representantes más destacados del Sanedrín (el tribunal religioso judío) y estaban acusando a Jesús con gran vehemencia, es decir, con mucha fuerza y determinación, de haber cometido blasfemia y de haberse declarado el Mesías, el Hijo de Dios. Esta acusación fue la principal causa por la que Jesús fue condenado a muerte, aunque su verdadera culpa no era ninguna de las acusaciones hechas por los líderes religiosos, sino que murió como el sacrificio perfecto por nuestros pecados.
Luk 23:11 Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato.
Luk 23:11 Este versículo describe cómo Herodes, el gobernador de Judea en ese momento, trató a Jesús con desprecio y burla. Herodes le vistió con ropa espléndida como si estuviera participando en algún tipo de juego y luego lo envió de nuevo a Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea en ese momento, para que lo juzgara. Este evento fue parte de la larga y dolorosa crucifixión de Jesús, que culminó en su muerte en la cruz.
Luk 23:12 Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí.
Luk 23:12 Este verso se refiere al momento en que Jesús fue llevado ante Pilato y este lo envió a Herodes, el gobernador de Galilea. Antes de este encuentro, Pilato y Herodes tenían una relación tensa debido a diferencias políticas y territoriales. Sin embargo, debido a la situación de Jesús, que era un tema de interés común entre ambos gobernadores, se reconciliaron y se hicieron amigos. En resumen, la muerte de Jesús logró unir temporalmente a dos gobernantes que estaban enemistados entre sí.
Luk 23:13 Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo,
Luk 23:13 El versículo Luk 23:13 del Nuevo Testamento se refiere al momento en que el gobernador romano Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo para hablar sobre Jesús. Este evento ocurrió después de que Jesús fue arrestado y acusado de blasfemia por los líderes religiosos judíos. Pilato presidió el juicio de Jesús y quería saber qué debía hacer con él. Por lo tanto, convocó a los líderes y al pueblo para obtener sus opiniones sobre el asunto y tomar una decisión final.
Luk 23:14 les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis.
Luk 23:14 Este versículo es parte de la narrativa de la crucifixión de Jesús. Pilato, el gobernador romano de Judea, está enfrentándose a la presión de la multitud judía que pide la crucifixión de Jesús. Pilato interroga a Jesús delante de la multitud y les dice que no encuentra ninguna culpa en él de los delitos que le están acusando. Pilato parece estar tratando de liberar a Jesús, pero finalmente cede ante la presión y ordena su crucifixión. Este versículo es importante porque muestra que Jesús no era un criminal y que fue crucificado injustamente. También destaca la incapacidad de Pilato para hacer lo correcto debido a la presión política y social que enfrentaba.
Luk 23:15 Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre.
Luk 23:15 Este verso pertenece a la narración de la crucifixión de Jesús en los Evangelios. Aquí, Pilatos, el gobernador romano de Judea, está interrogando a Jesús después de que los líderes religiosos judíos lo hayan acusado de crímenes y lo hayan entregado a los romanos para su juicio. En este verso en particular, Pilatos se refiere al hecho de que anteriormente había enviado a Jesús a ser juzgado por el rey Herodes Antipas, pero que este último no había encontrado ninguna culpa en Jesús. Pilatos está tratando desesperadamente de encontrar una forma de liberar a Jesús, pero está bajo presión pública y política para condenarlo y ejecutarlo. Por lo tanto, en este verso, Pilatos está declarando que incluso el rey Herodes, que normalmente sería un aliado político y a quien Pilatos había enviado a juzgar a Jesús, no encontró ninguna razón para condenar a Jesús a muerte. Pilatos está básicamente argumentando que Jesús es inocente de los delitos de los que se le acusa y, por lo tanto, no debería ser condenado y crucificado. En resumen, este verso es una parte clave del relato de la crucifixión de Jesús y destaca la inocencia de Jesús ante el juicio de las autoridades políticas y religiosas de la época.
Luk 23:16 Le soltaré, pues, después de castigarle.
Luk 23:16 Este versículo forma parte del relato de la crucifixión de Jesús en el Nuevo Testamento. En este pasaje, el gobernador romano Poncio Pilatos estaba presidiendo el juicio de Jesús y le había preguntado si era el rey de los judíos. Cuando Jesús respondió afirmativamente, los líderes religiosos lo acusaron de sedición y de ser un peligro para el imperio romano. Pilatos, sin embargo, no encontró ninguna culpa en Jesús y trató de liberarlo, pero los líderes religiosos y la multitud desearon que Jesús fuera crucificado. Pilatos finalmente cedió y dio la orden de que fuera castigado y crucificado. En este versículo en particular, Pilatos está hablando a la multitud y diciendo que después de castigar a Jesús, lo liberará. Es importante tener en cuenta que Pilatos no estaba interesado en la justicia o en defender a Jesús de las falsas acusaciones. Él estaba más preocupado por mantener la paz y el control en la región, y cedió a las demandas de la multitud para evitar un levantamiento. Por lo tanto, el castigo que se infligió a Jesús y su posterior liberación no fue una cuestión de justicia, sino una concesión política para mantener el orden.
Luk 23:17 Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
Luk 23:17 Este versículo se encuentra en el relato de la crucifixión de Jesús y se refiere al hecho de que durante la fiesta de la Pascua, la costumbre era que el gobernador romano soltara a un preso como una muestra de buena voluntad hacia el pueblo. En este caso, Poncio Pilatos estaba buscando una forma de liberar a Jesús, quien había sido acusado por los líderes religiosos judíos de blasfemia y sedición. Sin embargo, la multitud exigió que se liberara a Barrabás, un ladrón condenado, en lugar de Jesús. El versículo sugiere que Pilatos tenía la intención de soltar a Jesús en esta fiesta, pero la presión de la multitud lo hizo cambiar de opinión.
Luk 23:18 Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!
Luk 23:18 Este versículo describe el momento en que Jesucristo fue presentado ante el pueblo por el gobernador romano Poncio Pilato. Pilato se dio cuenta de que Jesús era inocente de los cargos que le habían presentado los líderes religiosos judíos, pero para apaciguar a la multitud, intentó ofrecerles la opción de liberar a uno de los prisioneros que tenían en custodia: Barrabás, un hombre que había sido encarcelado por asesinato y rebelión contra el gobierno romano, o Jesús, quien había sido acusado de blasfemia y sedición religiosa. La multitud, instigada por los líderes religiosos que habían tramado el arresto de Jesús, clamó por la liberación de Barrabás y la crucifixión de Jesús. El versículo muestra cómo la multitud, que en días anteriores había recibido a Jesús con hosannas y adoración, fue manipulada para exigir su muerte. Esta escena es un ejemplo de cómo la opinión pública a menudo puede ser moldeada por intereses ocultos y cómo la justicia puede ser sacrificada en el altar de la política y las agendas personales.
Luk 23:19 Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio.
Luk 23:19 Este versículo se refiere a un hombre llamado Barrabás, quien había sido encarcelado por causar sedición (es decir, agitar a la gente contra el gobierno o las autoridades) y por cometer un homicidio. Este hombre se convirtió en el foco de atención durante el juicio de Jesús de Nazaret, ya que el gobernador romano Poncio Pilato ofreció a la multitud la posibilidad de liberar a uno de los prisioneros. La multitud pidió que se liberara a Barrabás en lugar de Jesús, lo que llevó a la crucifixión de Jesús. Este versículo es importante porque muestra cómo incluso en el momento en que Jesús enfrentó la muerte, otros estaban siendo liberados de la cárcel y recibiendo un nuevo comienzo.
Luk 23:20 Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús;
Luk 23:20 En este versículo, se describe a Pilato, quien era el gobernador romano, hablando de nuevo con la multitud que había capturado a Jesús. Pilato quería liberar a Jesús porque no encontraba culpa en Él. Sin embargo, la multitud instigada por los líderes religiosos, continuaba exigiendo que Jesús fuese crucificado. Pilato estaba indeciso y preocupado por lo que la multitud y los líderes religiosos podrían hacer si no seguía sus demandas.
Luk 23:21 pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!
Luk 23:21 Este versículo describe un momento en la historia de la crucifixión de Jesús. Pilato, el gobernador romano de Judea, había presentado a Jesús ante la multitud y les había dado la opción de liberarlo o crucificarlo. La multitud había clamado por la crucifixión, y Pilatos había intentado liberar a Jesús. Sin embargo, la multitud persistió en su clamor de crucificar a Jesús, y este verso representa su insistencia en que Jesús fuera crucificado. Es una muestra del rechazo y la oposición que encontró Jesús entre ciertas personas durante su vida terrenal.
Luk 23:22 El les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré.
Luk 23:22 Este verso es parte de la narración de la crucifixión de Jesús. El gobernador romano, Poncio Pilatos, había sido presionado por los líderes religiosos judíos para condenar a Jesús a muerte. Pilatos intentó evitar condenar a Jesús, pero finalmente cedió a la presión de la multitud y permitió que fuera crucificado. En este verso, Pilatos intenta liberar a Jesús al afirmar que no ha encontrado ningún delito digno de muerte en él. Sin embargo, los líderes religiosos y la multitud se niegan a aceptar esto y exigen que Jesús sea condenado y crucificado. Este verso muestra cómo la manipulación y la presión pública pueden llevar a la injusticia, y cómo incluso aquellos en posiciones de poder pueden ser incapaces de resistir esta presión. También destaca la inocencia de Jesús y su sufrimiento injusto en manos de aquellos que buscaban su muerte.
Luk 23:23 Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.
Luk 23:23 Este versículo se refiere al momento en que Jesús fue llevado ante el gobernador romano, Poncio Pilato, después de haber sido acusado de blasfemia por los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo judío. A pesar de que Pilato no encontró ninguna culpa en Jesús, la multitud congregada afuera del tribunal comenzó a instar a Pilato para que lo crucificara. La palabra "prevalecieron" en este versículo significa que las voces de la multitud y los principales sacerdotes fueron tan fuertes y persistentes que finalmente persuadieron a Pilato para que concediera su petición. A pesar de que Pilato no creía que Jesús era culpable de ningún delito, cedió a las presiones de la multitud y ordenó que Jesús fuera crucificado. Este versículo muestra cómo la multitud y la autoridad religiosa de la época tenían un gran poder para influir en las decisiones de las autoridades romanas, incluso en situaciones de justicia. También es un recordatorio de cómo el deseo de la multitud puede ser peligroso y cómo a veces las personas pueden ser llevadas a hacer cosas que no son justas.
Luk 23:24 Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían;
Luk 23:24 Este versículo es parte de la narración de la crucifixión de Jesús en el Nuevo Testamento. Después de haber interrogado a Jesús, Pilato reconoció que no había encontrado ninguna culpa en él, pero la multitud seguía exigiendo que lo crucificaran. Pilato, por temor a una revuelta, finalmente cedió y sentenció que se hiciese lo que la multitud pedía, lo cual fue la crucifixión de Jesús. El versículo nos muestra cómo Pilato se dejó llevar por las demandas de la multitud en lugar de seguir su propio juicio moral, lo que finalmente resultó en la condena injusta de Jesús.
Luk 23:25 y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Luk 23:25 Este versículo describe el momento en que Pilato, el gobernador romano de Judea, libera a un prisionero llamado Barrabás a petición del pueblo, mientras que Jesús es condenado a la crucifixión por las autoridades religiosas. Pilato cede a la presión del pueblo y libera a Barrabás, quien era un político rebelde y homicida, y entrega a Jesús a la multitud para que lo crucifiquen. Este acto simboliza la debilidad política de Pilato y su intención de apaciguar a las multitudes en lugar de hacer lo que era justo.
Luk 23:26 Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
Luk 23:26 Este versículo describe cómo los soldados romanos llevaron a Jesús por la ciudad para ser crucificado, pero debido a que ya estaba débil por la tortura y el sufrimiento que había soportado, no podía llevar la cruz. Entonces, tomaron a un hombre llamado Simón de Cirene y le ordenaron cargar la cruz detrás de Jesús. Esto se hizo como un castigo adicional para Jesús y también como una forma de humillar a Simón públicamente. El incidente también representa la carga que cada uno de nosotros debe llevar cuando seguimos a Jesús.
Luk 23:27 Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él.
Luk 23:27 Este versículo describe el momento en que Jesús fue llevado a su crucifixión en el monte Calvario. La multitud que lo seguía incluía a muchas mujeres que lloraban y se lamentaban por su sufrimiento. Estas mujeres eran probablemente discípulas de Jesús y estaban profundamente tristes por verlo sufrir dolor y ser condenado a muerte injustamente. El versículo nos muestra la profunda emoción que Jesús inspiró en las personas que lo conocían y amaban.
Luk 23:28 Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
Luk 23:28 Este versículo se encuentra dentro del relato de la crucifixión de Jesús. En este momento, algunas mujeres estaban llorando y lamentándose por la difícil situación que Jesús estaba experimentando. En respuesta, Jesús se volvió hacia ellas y les dijo que no lloraran por él, sino por sí mismas y por sus hijos. Jesús estaba señalando que el sufrimiento y la persecución que él estaba experimentando eran una señal de los tiempos difíciles que vendrían para la ciudad de Jerusalén y para la nación de Israel en general. Estaba llamando la atención de estas mujeres hacia el futuro y a la necesidad de estar preparadas para enfrentar tiempos de persecución y dificultades. Por lo tanto, este versículo se puede interpretar como una llamada a la reflexión, a la toma de conciencia y a la preparación para los tiempos difíciles que seguramente vendrían. En lugar de lamentarse por la situación actual, era importante estar preparados para lo que podrían ser tiempos mucho peores.
Luk 23:29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
Luk 23:29 Este verso es parte de las palabras de Jesús mientras lo llevaban a su crucifixión. Aquí, Jesús está profetizando sobre los tiempos futuros, diciendo que habrá un momento en el que las mujeres que no tienen hijos serán consideradas bienaventuradas. En aquellos tiempos de la sociedad judía, tener hijos era muy importante, y las mujeres que no podían tenerlos a menudo enfrentaban la discriminación y el oprobio. Pero Jesús está diciendo que hay un valor en sí mismo para estas mujeres, independientemente de si pueden tener hijos o no. La frase "y los pechos que no criaron" se refiere a las mujeres que pueden haber amamantado a un niño, pero no han tenido hijos propios. En resumen, Jesús está diciendo que todas las mujeres son valiosas a los ojos de Dios, independientemente de si pueden tener hijos o no.
Luk 23:30 Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.
Luk 23:30 Este versículo es parte del discurso de Jesús mientras estaba siendo crucificado en la cruz. Él está haciendo referencia a una profecía del Antiguo Testamento en Oseas 10:8, que habla de un momento de terror y calamidad cuando la gente deseará que los montes y los collados caigan sobre ellos para protegerlos de la ira de Dios. Jesús está señalando que este juicio está llegando y que la gente pronto será testigo de ello. Él está advirtiendo a las personas que se arrepientan de sus pecados y se vuelvan a Dios antes de que sea demasiado tarde.
Luk 23:31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
Luk 23:31 Este verso se refiere a la crucifixión de Jesús. Él está siendo llevado a la cruz con otros dos criminales. Jesús había sido descrito como el "árbol vivo" que da frutos buenos y ha hecho milagros, mientras que los otros dos hombres eran considerados como árboles muertos sin esperanza. Entonces, cuando Jesús les dice a las mujeres que lloran por él que no lloren por él sino por ellas mismas y por sus hijos, está hablando de la inevitable destrucción de Jerusalén que ocurriría en el futuro cercano. Jesús los está haciendo conscientes de que si los romanos están asesinando al "árbol vivo", alguien tan justo y bueno como él, entonces la destrucción que les espera a ellos será aún peor. En resumen, la frase "Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?" significa que si las personas malvadas son capaces de hacer cosas terribles como la crucifixión de Jesús en un ser tan bueno como él, ¿qué no serían capaces de hacer en seres tan malvados como ellos? Es una llamada a la reflexión y la concientización sobre la crueldad y la injusticia humanas.
Luk 23:32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
Luk 23:32 Este verso es parte de la narración de la crucifixión de Jesús. Indica que no solo Jesús fue llevado para ser crucificado, sino también otros dos malhechores. Esto se menciona para mostrar que Jesús estaba siendo ejecutado como cualquier otro criminal y para cumplir con las profecías del Antiguo Testamento que decían que sería contado entre los transgresores (Isaías 53:12). También se puede interpretar como una muestra de la gracia de Jesús al morir junto a otros criminales, incluso ofreciendo salvación a uno de ellos, como se describe a continuación en la narración.
Luk 23:33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Luk 23:33 Este versículo describe el momento en que Jesús es llevado al lugar donde será crucificado. Él es llevado junto con dos malhechores, quienes son también crucificados, uno a cada lado de él. La frase "de la Calavera" se refiere al nombre de la ubicación donde esta acción tuvo lugar, aunque la razón detrás del nombre no se explica en este versículo en particular. El acto de la crucifixión era una forma brutal de ejecución utilizada por los romanos en el siglo I, y es la forma en que Jesús murió. Este versículo es una descripción factual de lo que sucedió durante este evento.
Luk 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Luk 23:34 Este versículo se refiere al momento en que Jesús fue crucificado, mientras estaba colgando en la cruz, Él dijo estas palabras. Jesús estaba pidiendo a Dios que perdonara a aquellos que lo habían crucificado porque la mayoría de ellos no se daban cuenta de lo que estaban haciendo. Los soldados romanos que lo crucificaron repartieron sus ropas y echaron suertes para ver quién se quedaba con ellas, mostrando su indiferencia frente a la crucifixión de Jesús. A través de este acto de perdón, Jesús nos enseña que debemos perdonar incluso a aquellos que nos causan daño o nos hacen daño.
Luk 23:35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
Luk 23:35 Este versículo describe el momento en que Jesús estaba en la cruz, siendo crucificado en el Gólgota. Algunas personas, incluyendo a los gobernantes, se burlaban de él y lo desafiaban a salvarse a sí mismo si realmente era el Cristo, el escogido de Dios. Estas personas se regocijaban en la idea de que Jesús estaba siendo derrotado y avergonzado públicamente, pero no entendían que su sacrificio era en realidad una muestra de su amor por la humanidad y su obediencia al plan de Dios para la salvación de la humanidad.
Luk 23:36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,
Luk 23:36 Este versículo se refiere a la crucifixión de Jesucristo. Después de que Jesús fue clavado en la cruz, los soldados romanos que estaban a cargo de la ejecución comenzaron a burlarse y mofarse de él. Se acercaron a él y le ofrecieron vinagre, que en ese momento era una bebida ácida y amarga que se daba a los condenados en la crucifixión para ayudar a calmar su sed y dolor. Este acto de ofrecerle vinagre a Jesús se considera una forma más de burlarse de él y de su sufrimiento en la cruz. Este episodio es solo uno de los muchos ejemplos de la crueldad y la falta de empatía que Jesús experimentó durante su crucifixión.
Luk 23:37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Luk 23:37 Este versículo se encuentra en el contexto de la crucifixión de Jesús. Mientras estaba siendo crucificado, algunos de los que estaban presentes se burlaban de él y le pedían que demostrara que era el Rey de los judíos salvándose a sí mismo. Sin embargo, lo que ellos no entendían es que Jesús estaba allí para salvar a todos aquellos que creyeran en él, no para salvarse a sí mismo de la muerte en la cruz. Jesús murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día, mostrando así su gran amor por nosotros. Este versículo muestra la falta de fe y conocimiento de aquellos que se burlaban de Jesús en ese momento, y nos recuerda la importancia de confiar en Dios y en su plan para nuestras vidas, incluso en los momentos más difíciles.
Luk 23:38 Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
Luk 23:38 Este versículo se encuentra en el contexto de la crucifixión de Jesús. En este versículo se describe que sobre la cabeza de Jesús, en la cruz, se colocó un letrero con el título "Este es el Rey de los Judíos". Este título fue escrito en tres idiomas: griego, latín y hebreo. En cuanto a su significado, este letrero fue colocado por orden de Pilato, el gobernador romano que había condenado a Jesús a la crucifixión. Según algunos estudiosos, Pilato habría ordenado colocar este letrero con la intención de ridiculizar a Jesús y su afirmación de ser el Rey de los Judíos. Sin embargo, este letrero puede entenderse como una afirmación de la verdadera identidad de Jesús. Aunque los líderes religiosos judíos rechazaron a Jesús como el Mesías y Rey de Israel, la verdad es que él era el Rey prometido por Dios en el Antiguo Testamento. A través de su muerte y resurrección, Jesús demostró ser el Rey de los Judíos y también el Rey del universo entero. En resumen, este versículo nos muestra cómo Jesús fue reconocido y rechazado como Rey de los Judíos, pero también nos indica que la verdad sobre quién es Jesús trasciende cualquier título o letrero que los hombres puedan colocarle.
Luk 23:39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
Luk 23:39 Este versículo describe un momento en la crucifixión de Jesús, donde uno de los criminales que estaban siendo crucificados a su lado le insultó. El criminal le dijo que si era el Cristo, debería salvarse a sí mismo y a ellos. Este versículo revela la falta de fe del criminal y su falta de comprensión de quién era Jesús. El hombre estaba burlándose de Jesús, diciéndole que si era de hecho el Mesías, entonces debería ser capaz de salvarse a sí mismo y a ellos. Pero esto muestra una falta de entendimiento sobre el propósito de la crucifixión y la misión de Jesús. Él había venido a dar su vida para salvar a la humanidad, no para salvar solo a sí mismo. En general, este versículo sirve para mostrar cómo algunas personas se burlaron y rechazaron a Jesús incluso mientras estaba siendo crucificado por ellos. Pero también muestra cómo Jesús no se rindió a la crítica y el abuso, sino que siguió adelante en su misión de salvación.
Luk 23:40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
Luk 23:40 En Lucas 23:40 se describe una conversación que tuvo lugar en la crucifixión de Jesús entre dos ladrones que también estaban siendo crucificados. Uno de los ladrones se burlaba de Jesús y le pedía que los salvara a todos si era el Mesías, pero el otro ladrón lo reprendió y le preguntó si no temía a Dios estando en la misma condenación que Jesús. El versículo muestra la diferencia entre la actitud de dos personas que se encontraban en una situación similar. Mientras que uno de ellos se burlaba e insultaba a Jesús, el otro reconocía su propia culpa y expresaba su fe en Dios y en Jesús como el Mesías. La frase "¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?" señala que incluso en medio de la agonía y el dolor de la crucifixión, el ladrón tenía conciencia de su propia responsabilidad ante Dios y la necesidad de arrepentirse de sus pecados.
Luk 23:41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
Luk 23:41 Este versículo se encuentra dentro del relato de la crucifixión de Jesús en el Evangelio de Lucas. Aquí, uno de los dos criminales que fueron crucificados con Jesús se dirige a él y dice: "Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo". El criminal reconoce que él y su compañero de crucifixión están siendo castigados justamente por sus acciones y merecen estar allí, pero Jesús es inocente y no merece sufrir ese castigo. El criminal muestra arrepentimiento y reconocimiento de la culpa, mientras admite que Jesús es inocente y no merece sufrir el mismo destino que él y su compañero. Este versículo puede ser interpretado como una reflexión sobre el tema del sufrimiento injusto y la injusticia del sistema judicial en esa época. También puede verse como una muestra de la misericordia y el perdón de Jesús hacia aquellos que se arrepienten y reconocen sus errores.
Luk 23:42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Luk 23:42 En este versículo del evangelio de Lucas, un criminal arrepentido que estaba crucificado junto con Jesús se dirige a él y le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino. Esta es una demostración de fe por parte del criminal, quien ha llegado a la conclusión de que Jesús es el salvador y el rey prometido por Dios. Además, este versículo muestra la misericordia y el amor incondicional de Jesús hacia todos, incluso aquellos que son considerados pecadores por la sociedad. Jesús acepta la petición del criminal y promete que estará con él en el paraíso.
Luk 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Luk 23:43 Este versículo es parte de la historia de la crucifixión de Jesús. Jesús estaba colgado en la cruz junto a dos criminales. Uno de ellos se burlaba de Jesús mientras que el otro, reconociendo la inocencia de Jesús, le pidió que lo recordara cuando entrara en su reino. Jesús le respondió asegurándole que ese mismo día estaría con él en el paraíso. Este verso muestra la misericordia y la compasión de Jesús incluso en su sufrimiento y muerte. Además, es un recordatorio de que para Jesús no hay nadie que esté tan lejos de la gracia que no pueda ser salvado. También demuestra la importancia de la fe en Jesús para la salvación eterna.
Luk 23:44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Luk 23:44 Este versículo es una descripción del momento en que Jesús fue crucificado. La hora sexta se refiere al mediodía y la hora novena a las tres de la tarde. Durante estas tres horas, las tinieblas cubrieron la tierra, lo que sugiere que se produjo un eclipse o que el cielo se nubló de tal manera que se oscureció la luz del día. Este fenómeno también puede ser interpretado como un signo de la tristeza y angustia del universo en ese momento particular, cuando Jesús sufrió y murió en la cruz.
Luk 23:45 Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.
Luk 23:45 Este versículo hace referencia al momento en que Jesús fue crucificado. Se cuenta que cuando Jesús murió, el cielo se oscureció y el velo que separaba el lugar más sagrado del templo en Jerusalén se rasgó por la mitad. Este evento simboliza el fin de la antigua forma de adoración y la apertura de un nuevo camino hacia la salvación a través de la muerte y resurrección de Jesús. La oscuridad y el rasgado del velo también pueden ser interpretados como un signo de duelo y la conmoción en la tierra que acompañó a la muerte de Jesús.
Luk 23:46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
Luk 23:46 Este versículo se refiere a la muerte de Jesús en la cruz. Después de haber sido crucificado y soportar un gran sufrimiento, Jesús pronuncia estas palabras finales antes de morir. Él clama a Dios como Padre y entrega su espíritu en sus manos, demostrando su completa confianza y dependencia en Dios aún en medio de la más extrema de las pruebas. Con estas palabras, Jesús expira y muere en la cruz, completando el sacrificio por los pecados de la humanidad.
Luk 23:47 Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
Luk 23:47 Este versículo se encuentra en el capítulo 23 del libro de Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia y describe el momento en que Jesucristo es crucificado. Después de pasar varias horas en la cruz, Jesús muere y se dice que el centurión, un soldado romano a cargo de la crucifixión, ve todo lo que ha pasado y reconoce que Jesús era verdaderamente justo. La declaración del centurión es significativa porque es un reconocimiento de la identidad de Jesús como Hijo de Dios y una afirmación de su inocencia. Aunque Jesús fue acusado y sentenciado por el Sanedrín y por el gobernador romano Poncio Pilato, el soldado que lo vio morir en la cruz cree que Jesús era inocente y justo. La declaración también puede verse como una manifestación de fe por parte del centurión. Al reconocer la verdad sobre Jesús, el soldado glorifica a Dios y puede ser interpretado como un reconocimiento de la divinidad de Jesús. En resumen, este versículo muestra cómo la muerte de Jesús en la cruz llevó a alguien a reconocer su verdadera naturaleza y lo que significaba su sacrificio en la historia de la humanidad.
Luk 23:48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.
Luk 23:48 Este versículo describe la reacción de la multitud que estaba presente cuando Jesús fue crucificado en el Gólgota. Después de presenciar la crucifixión y la muerte de Jesús, la multitud estaba conmocionada y se lamentaba, golpeándose el pecho como una muestra de tristeza y arrepentimiento. Este versículo muestra cómo la crucifixión de Jesús impactó profundamente a aquellos que lo presenciaron y cómo su muerte fue un momento trascendental en la historia de la humanidad.
Luk 23:49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
Luk 23:49 Este versículo se refiere a la crucifixión de Jesús. Mientras Jesús estaba siendo crucificado, muchas personas que lo conocían y lo habían seguido desde Galilea estaban observando a distancia. Esto incluía a mujeres que habían sido discípulas de Jesús y que estuvieron presentes durante su ministerio. Estas personas estaban observando los eventos y sufrimientos de Jesús desde lejos, pero estaban presentes en espíritu y observando la situación de cerca. Este versículo muestra cuántas personas estaban afectadas por la crucifixión de Jesús y cuánta gente lo quería y lo seguía.
Luk 23:50 Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo.
Luk 23:50 Este versículo se encuentra en el capítulo 23 del libro de Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia y habla de un hombre llamado José de Arimatea. Él era un ciudadano judío de la ciudad de Arimatea y era miembro del concilio judío, un grupo de líderes religiosos que tomaban decisiones importantes en la comunidad. A pesar de ser parte de este grupo, José era reconocido como un hombre bueno y justo por su comportamiento moral y ético. Este versículo es importante porque introduce a José como un personaje clave en la historia de la crucifixión de Jesús, ya que él ofreció su tumba para que el cuerpo de Jesús pudiera ser colocado después de su muerte en la cruz.
Luk 23:51 Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,
Luk 23:51 Este versículo se refiere a un hombre llamado José de Arimatea, quien era miembro del Sanedrín (el consejo religioso y político de los judíos) y que había venido a creer en Jesús como el Mesías. A diferencia de la mayoría de los líderes judíos de su tiempo, él no estaba de acuerdo con la decisión de condenar y crucificar a Jesús. El versículo indica que José de Arimatea "también esperaba el reino de Dios", lo que significa que compartía la creencia de Jesús en un reino venidero de Dios en la tierra. Además, se destaca que "no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos", es decir, que no había participado en la conspiración para arrestar y condenar a Jesús. En lugar de eso, hizo una declaración audaz y valiente al pedir el cuerpo de Jesús para darle sepultura. Este versículo se utiliza a menudo para destacar la importancia de mantenerse fiel a los principios y creencias personales, incluso si eso significa ir en contra de la opinión popular o de aquellos en posiciones de poder. Se nos recuerda que, como cristianos, debemos estar dispuestos a tomar decisiones valientes y hacer lo correcto, incluso en situaciones difíciles y al enfrentar la oposición.
Luk 23:52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
Luk 23:52 El versículo de Lucas 23:52 se refiere a la solicitud de José de Arimatea para obtener el cuerpo de Jesús después de su crucifixión. José era un discípulo secreto de Jesús, pero nunca había hablado públicamente de su fe por miedo a ser perseguido. Después de la muerte de Jesús, José se acercó a Pilatos, el gobernador romano que había ordenado la ejecución de Jesús, y le pidió que le permitiera llevar el cuerpo de Jesús para ser enterrado. Pilatos le concedió el permiso y entonces José junto a Nicodemo, otro discípulo secreto de Jesús, prepararon el cuerpo y lo colocaron en un sepulcro nuevo. Este versículo destaca la devoción de José y Nicodemo hacia Jesús, quienes se arriesgaron a enfrentar la ira de las autoridades romanas para asegurarse de que el cuerpo de Jesús tuviera un entierro digno.
Luk 23:53 Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie.
Luk 23:53 En este verso se describe cómo el cuerpo de Jesús fue preparado para su sepultura. Después de morir en la cruz, su cuerpo fue quitado y envuelto en una sábana. Luego, fue colocado en un sepulcro que aún no había sido utilizado. Este sepulcro estaba ubicado en una peña, lo que significa que probablemente fue tallado en la roca. Este verso es importante porque marca el momento en que Jesús fue sepultado y comienza la historia de su resurrección.
Luk 23:54 Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.
Luk 23:54 Este versículo se refiere al momento en que Jesús fue crucificado en la cruz y murió. El día de la preparación se refiere al viernes, que era el día en que los judíos preparaban todo lo necesario para el día de reposo, que comenzaba al atardecer del viernes y terminaba al atardecer del sábado. Como el entierro de Jesús tenía que realizarse antes del comienzo del día de reposo, José de Arimatea y otros seguidores de Jesús rápidamente lo retiraron de la cruz y lo colocaron en una tumba antes de que se hiciera de noche y comenzara el día de reposo. Este versículo muestra cómo los seguidores de Jesús trabajaron diligentemente para asegurarse de que su cuerpo fuera enterrado adecuadamente antes del inicio del día de reposo, según las tradiciones religiosas judías.
Luk 23:55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo.
Luk 23:55 Este versículo del evangelio de Lucas nos relata cómo las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea, siguieron también después de su muerte y entierro. Ellas fueron testigos de cómo fue puesto el cuerpo de Jesús en el sepulcro, lo que indica su gran devoción y amor por él. Este evento también sirve para confirmar la autenticidad de la muerte y la tumba de Jesús, ya que hubo testigos presentes.
Luk 23:56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.
Luk 23:56 Este versículo describe lo que hicieron algunas mujeres después de presenciar la crucifixión de Jesús. Después de que Jesús fue crucificado, estas mujeres volvieron a casa para preparar especias y ungüentos aromáticos para ungir el cuerpo de Jesús. Sin embargo, debido a que era el día de reposo, no pudieron continuar su trabajo hasta que el día de reposo había pasado. Este versículo muestra cómo estas mujeres estaban comprometidas con honrar y cuidar el cuerpo de Jesús, incluso después de su muerte. También destaca la importancia que se daba al día de reposo en la cultura judía.