Caminando con Lucas: Descubriendo las enseñanzas del Nuevo Testamento en el Libro 9
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El Libro 9 del Nuevo Testamento, que es el Evangelio de Lucas, está compuesto por una serie de capítulos que presentan los hechos más significativos de la vida de Jesús. A lo largo de estos capítulos, se describen milagros que realiza Jesús, enseñanzas importantes que imparte y las reacciones que sus palabras y acciones provocan en la gente.
En el capítulo 18, por ejemplo, se presenta la parábola del fariseo y el publicano, en la que se muestra la importancia de la humildad y la oración sincera. También se narra la historia del joven rico que quiere seguir a Jesús, pero que no está dispuesto a renunciar a sus posesiones materiales.
En el capítulo 19, se describe el encuentro entre Jesús y Zaqueo, el publicano que sube a un árbol para ver a Jesús y con quien el Mesías comparte una comida y de quien declara que su casa ha alcanzado la salvación.
En el capítulo 20, vemos cómo los líderes religiosos de la época intentan atrapar a Jesús cuestionándolo sobre temas como el pago de impuestos o la resurrección de los muertos. Pero en todos los casos, Jesús responde con sabiduría y sin dejarse atrapar en trampas.
Finalmente, en el capítulo 24, se llega al clímax de la historia de Jesús, con su muerte y resurrección. Después de haber sido condenado a muerte, Jesús es crucificado junto a dos criminales. Pero al tercer día, su tumba se encuentra vacía, lo que confirma que había resucitado. Este hecho es considerado la mayor prueba de su divinidad y su poder para vencer a la muerte.
En general, el Evangelio de Lucas presenta la figura de Jesús como un líder que se preocupa por los más necesitados y que no se deja intimidar por los poderosos. Se destaca la importancia de la oración, la humildad y la fe. Además, se muestran las consecuencias que tiene seguir o rechazar a Jesús y se resalta su importancia como salvador de la humanidad.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Luk 9:1 Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Luk 9:1 Este versículo del libro de Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia se refiere a un momento en que Jesús reunió a sus 12 discípulos y les otorgó el poder y la autoridad para sanar enfermedades y expulsar demonios. Esto fue parte de su misión para propagar la palabra de Dios y ayudar a las personas a encontrar la curación física y espiritual. Los discípulos recibieron esta habilidad divina para que puedan continuar con la obra de Jesús después de su partida. Este versículo es un recordatorio de que podemos recibir habilidades sobrenaturales y poderosas de Dios para cumplir nuestro propósito en la vida.
Luk 9:2 Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.
Luk 9:2 Este versículo de Lucas 9:2 nos habla de cómo Jesús envió a sus discípulos a predicar el mensaje del Reino de Dios y a sanar a los enfermos. Jesús les estaba dando autoridad para realizar milagros y curaciones para demostrar el poder de Dios y confirmar su mensaje. Los discípulos recibieron la tarea de compartir el mensaje de Dios con otros y ofrecer sanidad a aquellos que estaban enfermos. Este versículo nos enseña la importancia de compartir la buena noticia de Jesús y de servir a los demás mostrando amor y compasión.
Luk 9:3 Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas.
Luk 9:3 Este verso es parte del discurso de Jesús a sus discípulos cuando los envía en una misión para predicar el evangelio por los pueblos. Les indica que deben ir sin nada más que su fe en Dios y sus habilidades. Es una forma de enseñarles la importancia de confiar en la provisión de Dios en lugar de depender de sus propios recursos. Jesús quería que sus discípulos confiaran en Dios para obtener lo que necesitaran durante su viaje misionero, y esta enseñanza sigue siendo relevante hoy en día para aquellos que siguen a Cristo.
Luk 9:4 Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid.
Luk 9:4 Este versículo de Lucas 9:4 pertenece al capítulo en el que Jesús envía a sus discípulos a predicar el evangelio en diferentes lugares. En este versículo, Jesús les instruye a quedarse en cualquier casa donde entren y a partir de allí continuar con su predicación y enseñanza. La idea detrás de este versículo es que los discípulos debían confiar en la hospitalidad de las personas a las que visitaban y aceptar su ayuda y acogida. Jesús les está enseñando que no deberían preocuparse por encontrar un lugar para quedarse o por los recursos que podrían necesitar mientras predicaban, ya que Dios proveería a través de la generosidad de las personas que los acogieran. Además, esta instrucción también implica que los discípulos deberían ser respetuosos y obedientes con sus anfitriones, cumpliendo con las costumbres y normas de la comunidad en la que se encontraban. En resumen, Jesús les está enseñando a confiar en la provisión de Dios y a ser humildes y respetuosos mientras cumplen con su misión de predicar y enseñar el evangelio.
Luk 9:5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Luk 9:5 Este versículo es parte de las instrucciones que Jesús dio a sus discípulos cuando los envió a predicar el evangelio a las ciudades y aldeas cercanas. El versículo en cuestión indica que si una ciudad no los recibe o no acepta su mensaje, deben sacudir el polvo de sus pies como un testimonio contra ellos. Esto es una señal de que han cumplido con su deber al predicar el mensaje, pero no pueden seguir tratando de convencer a las personas que no lo reciben. La sacudida del polvo de los pies era una práctica común entre los judíos en señal de desprecio y rechazo. En resumen, este versículo significa que debe haber respeto por la religión y la creencia de cada persona y si alguien no desea aprender, entonces no es necesario seguir intentando persuadirlo.
Luk 9:6 Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.
Luk 9:6 Este versículo habla de cómo los discípulos de Jesús salieron a las aldeas para predicar el evangelio y curar a las personas. Esto significa que iban por todas partes anunciando las buenas nuevas de Jesús, con el objetivo de traer esperanza y transformación a la vida de la gente. Además, también se enfocaron en sanar a las personas que estaban enfermas o heridas, demostrando así el poder y la bondad de Dios. En resumen, este versículo describa la misión de los discípulos de Jesús de llevar su mensaje de amor y redención a todas partes.
Luk 9:7 Herodes el tetrarca oyó de todas las cosas que hacía Jesús; y estaba perplejo, porque decían algunos: Juan ha resucitado de los muertos;
Luk 9:7 Este versículo se refiere a Herodes, que era un gobernante local, que había oído hablar de Jesús y de los milagros que hacía. Algunas personas habían comenzado a creer que Jesús era Juan el Bautista, quien había sido ejecutado por Herodes anteriormente, resucitado de entre los muertos. Esto había desconcertado a Herodes, quien ahora tenía curiosidad por conocer más sobre Jesús y sus enseñanzas.
Luk 9:8 otros: Elías ha aparecido; y otros: Algún profeta de los antiguos ha resucitado.
Luk 9:8 Este versículo se refiere a los rumores que circulaban en ese momento sobre quién era Jesús. Algunas personas creían que era Elías, un profeta del Antiguo Testamento que se había profetizado que volvería antes de la llegada del Mesías. Otros creían que era algún otro profeta que había resucitado de entre los muertos. Esto muestra que la gente estaba tratando de entender y explicar quién era Jesús y cómo encajaba en la tradición profética judía.
Luk 9:9 Y dijo Herodes: A Juan yo le hice decapitar; ¿quién, pues, es éste, de quien oigo tales cosas? Y procuraba verle.
Luk 9:9 Este versículo se refiere a la respuesta de Herodes Antipas cuando escuchó acerca de Jesús y las cosas que estaba haciendo. Herodes recordó cómo había ordenado la decapitación de Juan el Bautista y se preguntó quién era este nuevo predicador que parecía tener tanto poder y seguimiento. Herodes tuvo curiosidad por ver a Jesús en persona y conocía su fama como sanador y maestro, por lo que intentó conocerlo de cerca. En resumen, el versículo destaca la curiosidad y el interés que Jesús generaba en la gente, incluso entre aquellos que no estaban de acuerdo con él o le tenían miedo.
Luk 9:10 Vueltos los apóstoles, le contaron todo lo que habían hecho. Y tomándolos, se retiró aparte, a un lugar desierto de la ciudad llamada Betsaida.
Luk 9:10 Este versículo es parte de una narración en la que Jesús envía a sus discípulos a predicar y sanar en diferentes ciudades y pueblos. Después de haber cumplido esta tarea, los discípulos regresan a Jesús y le informan todo lo que habían hecho y enseñado en su nombre. Luego, Jesús toma a los discípulos y se retira a un lugar apartado y desierto cerca de Betsaida, que es una ciudad en la región de Galilea. Probablemente buscaban un lugar tranquilo para descansar y reflexionar sobre su misión. Este versículo muestra la importancia de la comunicación entre Jesús y sus discípulos, así como la necesidad de descanso y reflexión en la vida cristiana. También nos recuerda la importancia de estar en comunión y en intimidad con Dios en un ambiente de tranquilidad y paz.
Luk 9:11 Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
Luk 9:11 Este verso habla del momento en que Jesús estaba predicando a la gente sobre el reino de Dios y sanando a aquellos que necesitaban ser curados. La gente se enteró de que Jesús estaba allí y comenzaron a seguirlo. Jesús los recibió y comenzó a hablarles acerca del reino de Dios. También sanó a aquellos que necesitaban ser curados. Este verso es un recordatorio de que Jesús vino a traer sanidad y salvación a aquellos que lo siguen y creen en Él.
Luk 9:12 Pero el día comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto.
Luk 9:12 Este versículo se refiere a un momento en la vida de Jesús en el que se encontraba enseñando y sanando a una gran multitud de personas en un lugar remoto. Después de haber pasado todo el día con ellos, los discípulos se preocuparon por cómo la gente iba a encontrar alojamiento y comida en un lugar lejos de la ciudad. Es por eso que le piden a Jesús que despida a la multitud para que puedan encontrar refugio y alimentos en las aldeas y campos cercanos. Esta situación muestra la compasión y preocupación de los discípulos por las necesidades básicas de la gente, y la capacidad de Jesús para satisfacer esas necesidades con su poder y sabiduría divina.
Luk 9:13 El les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.
Luk 9:13 Este versículo ocurre durante el milagro de la alimentación de los cinco mil. La multitud había seguido a Jesús al desierto para escuchar sus enseñanzas, pero cuando empezó a anochecer, los discípulos le dijeron que debían despedir a la multitud para que pudieran ir a los pueblos cercanos a comer y alojarse. Jesús les dijo que deberían darles de comer ellos mismos, pero los discípulos señalaron que solo tenían cinco panes y dos pescados, y no podrían alimentar a tanta gente con eso. Sin embargo, Jesús les hizo sentar en grupos de cincuenta, tomó los panes y pescados, y los multiplicó para que toda la multitud pudiera comer hasta quedar satisfecha, sobrando incluso doce canastas llenas de sobras. Este versículo muestra la fe limitada de los discípulos y su incapacidad para comprender el poder de Jesús. Jesús les enseña que si se ponen en sus manos, Él puede hacer cosas sorprendentes a pesar de nuestras limitaciones humanas.
Luk 9:14 Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
Luk 9:14 Este versículo habla sobre el evento en el que Jesús alimentó a una gran multitud de personas con solo cinco panes y dos peces. Después de bendecir la comida, Jesús distribuyó los alimentos entre la multitud, y la gente se sació y quedó satisfecha. El versículo en cuestión habla de cómo Jesús organizó a la multitud en grupos de cincuenta para facilitar la distribución de la comida. Este pasaje muestra el poder y la generosidad de Jesús, así como su capacidad para proveer y cuidar de las necesidades de su pueblo.
Luk 9:15 Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos.
Luk 9:15 En este versículo, se describe cómo Jesús les pidió a sus discípulos que alimentaran a una multitud de cerca de cinco mil personas con solo cinco panes y dos pescados. Después de bendecir los alimentos, los discípulos los distribuyeron y todos pudieron comer hasta saciarse. El pasaje dice "Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos", lo que significa que los discípulos siguieron obedientemente las instrucciones de Jesús y distribuyeron la comida para todos, mientras que la multitud se sentaba y comía. Este milagro muestra el poder y la compasión de Jesús, quien pudo alimentar a una gran cantidad de personas con una cantidad limitada de comida.
Luk 9:16 Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.
Luk 9:16 Este versículo hace referencia a un momento en el que Jesús estaba enseñando y sanando a una multitud de personas que lo seguían en un lugar desolado. Los discípulos se preocupaban de que no había suficiente comida para todos ellos, pero Jesús les pidió que buscaran lo que tenían y lo trajeran a él. Los 5 panes y 2 pescados eran todo lo que tenían a su disposición, pero Jesús tomó estos alimentos, los levantó al cielo en agradecimiento y bendición, y luego los partió y distribuyó a la multitud, y aún sobró. Este acto es un ejemplo del poder y la generosidad de Jesús, que se preocupa por el bienestar de los demás y es capaz de proveer con abundancia incluso cuando parece haber escasez.
Luk 9:17 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.
Luk 9:17 Este versículo se refiere a un momento en la vida de Jesús en el que estaba alimentando a una gran multitud. Él había tomado cinco panes y dos pescados y los había partido en pedazos pequeños para que todos pudieran comer. La gente comió hasta saciarse y, al final, incluso sobraron doce cestas llenas de pan y pescado. Este evento es conocido como la multiplicación de los panes y los pescados y es considerado un milagro de Jesús. El versículo indica que Dios proveerá en abundancia, e incluso hay suficiente para compartir con otros.
Luk 9:18 Aconteció que mientras Jesús oraba aparte, estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Luk 9:18 Este versículo hace referencia a un momento en la vida de Jesús en el que se encontraba orando en privado con sus discípulos. Durante su momento de oración, Jesús les preguntó a sus discípulos qué era lo que la gente decía acerca de él. Él quería saber qué pensaba la gente común acerca de su identidad y su mensaje divino. La pregunta de Jesús muestra su interés en conocer la opinión de la gente y en comprender cómo se estaba difundiendo su mensaje. También demuestra su humildad al reconocer que la percepción que la gente tenía de él era importante. En el siguiente verso, Jesús hace una pregunta más específica a sus discípulos, preguntándoles directamente quién creían que él era. Este fue un momento crucial en la vida de Jesús, ya que fue una de las primeras veces que se reveló a sí mismo como el Mesías y el Hijo de Dios.
Luk 9:19 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
Luk 9:19 Este versículo se encuentra dentro de un pasaje en el que Jesús pregunta a sus discípulos quién creen que es Él. En el versículo 18, Él les pregunta "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?". En el versículo 19, los discípulos responden a la pregunta de Jesús con diversas opciones: algunos creen que Él es Juan el Bautista, otros piensan que es Elías, y otros creen que es un profeta antiguo que ha resucitado. Esta respuesta muestra la confusión que aún existe entre los discípulos sobre la verdadera identidad de Jesús. A través de todo el evangelio de Lucas, Jesús es presentado como el Mesías esperado, pero muchos aún dudan de su identidad. En este caso, los discípulos pueden estar pensando que es posible que Jesús sea un profeta importante, pero no están completamente seguros de quién es él en realidad.
Luk 9:20 El les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Luk 9:20 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia. En este pasaje, Jesús está hablando con sus seguidores y les pregunta quién creen que es Él. Pedro responde que Jesús es el Cristo de Dios, es decir, el Mesías que había sido prometido en la Biblia. El título de "Cristo" es una palabra griega que significa "ungido". Esta era una forma en que se designaba a los líderes religiosos y políticos en la antigua cultura judía. Por lo tanto, la respuesta de Pedro indica que él cree que Jesús es el ungido de Dios, el Mesías que había sido profetizado en las Escrituras judías. Este versículo es significativo porque muestra la creencia de los seguidores de Jesús de que Él es el Mesías. También es importante porque demuestra la importancia que se le daba al título de Cristo en la cultura judía, y cómo esa creencia se extendió al cristianismo como una designación de Jesús como el Hijo de Dios.
Luk 9:21 Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente,
Luk 9:21 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús pregunta a sus discípulos quién pensaban ellos que él era. Pedro responde diciendo que creen que él es el Mesías enviado por Dios. Jesús les manda que no le digan esto a nadie, porque aún no era el momento adecuado para que la gente supiera que él era el Mesías. Jesús quería evitar la confusión y el alboroto que podría haber provocado su identidad en ese momento. Por eso, les da una orden clara y rigurosa para que guarden esa información para sí mismos. Este versículo muestra que Jesús era muy cuidadoso en la forma en que compartía su mensaje y su identidad, siempre teniendo en cuenta su misión y el momento adecuado para hacerlo público.
Luk 9:22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
Luk 9:22 En este versículo Jesús está hablando de su destino final, que debe sufrir mucho, que será rechazado por los líderes religiosos y que finalmente será asesinado. Él está diciendo que es necesario que esto suceda para cumplir con la voluntad de Dios, pero también menciona que él resucitará al tercer día, lo que indica la promesa de su victoria sobre la muerte y el mal. Este versículo es un ejemplo de cómo Jesús predijo su propia muerte y resurrección, y cómo su vida y enseñanzas estaban en línea con la voluntad de Dios.
Luk 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Luk 9:23 Este versículo de Lucas 9:23 es una invitación de Jesús a sus seguidores para que lo sigan. Él está diciendo que si alguien quiere ser su discípulo, debe negarse a sí mismo y tomar su cruz cada día. Negarse a sí mismo significa poner las necesidades y deseos propios después de los de Dios y los demás. Tomar la cruz significa estar dispuesto a sufrir por la causa de Cristo, incluso si eso implica persecución o incluso la muerte. Seguir a Jesús requiere una entrega total a Él, renunciando a nuestra propia voluntad y confiando completamente en la suya. Es un compromiso diario que no siempre será fácil, pero que tiene un gran recompensa: la vida eterna en el cielo con él.
Luk 9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
Luk 9:24 Este versículo de Lucas 9:24 del Nuevo Testamento habla sobre el costo de seguir a Jesús. Jesús está diciendo que aquellos que están aferrados a sus propias vidas, que luchan por su propia seguridad y bienestar, eventualmente perderán sus vidas. Pero aquellos que pierden sus vidas por causa de Jesús, que se entregan a su voluntad y propósito, encontrarán la vida verdadera y eterna. En otras palabras, para seguir a Jesús, debemos estar dispuestos a sacrificar nuestra vida y hacer su voluntad. No se trata de buscar nuestro propio interés o comodidad, sino de vivir para Él y su Reino. Al hacerlo, encontramos verdadero sentido y propósito en la vida y la promesa de una vida eterna en su presencia.
Luk 9:25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
Luk 9:25 Este versículo habla de la importancia de valorar la vida y el alma por encima de las riquezas y los éxitos mundanos. Significa que no sirve de nada lograr grandes cosas en el mundo si se destruye o se pierde a uno mismo en el proceso. En cambio, debemos priorizar nuestra salud mental, emocional y espiritual para vivir una vida plena y significativa.
Luk 9:26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
Luk 9:26 Este versículo habla sobre la importancia de profesar abiertamente la fe en Jesús y en sus palabras, ya que aquellos que se avergüenzan de él y de su mensaje serán avergonzados cuando Jesús regrese en su gloria junto con el Padre y los santos ángeles. Es decir, si alguien no está dispuesto a reconocer a Jesús y a seguir sus enseñanzas, entonces no podrá ser reconocido por Jesús en su regreso triunfal. Es un llamado a ser valientes y fieles en nuestra confesión de fe en Jesucristo, incluso en medio de la oposición y la persecución.
Luk 9:27 Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
Luk 9:27 Este versículo significa que aunque Jesús iba a morir y resucitar para instaurar el Reino de Dios, algunos de los que lo escuchaban (probablemente sus discípulos) no morirían antes de ver la manifestación del Reino de Dios. En otras palabras, Jesús estaba diciendo que algunos de ellos tendrían la oportunidad de ver el cumplimiento de las promesas del Reino de Dios durante sus vidas.
Luk 9:28 Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Luk 9:28 Este verso describe un momento en el que Jesús llevó a tres de sus discípulos (Pedro, Juan y Jacobo) a un monte para orar. El período de 'ocho días después de estas palabras' se refiere a ocho días después de que Jesús había dicho a sus discípulos que él tendría que sufrir y ser crucificado. Este evento se conoce como la Transfiguración de Jesús, donde los discípulos vieron la gloria divina de Jesús y escucharon la voz de Dios hablando. La oración era una parte importante de la vida de Jesús y, como líder espiritual, a menudo llevaba a sus discípulos a lugares tranquilos para orar y reflexionar.
Luk 9:29 Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
Luk 9:29 Este verso describe un momento en el que Jesús estaba orando y algo sobrenatural sucedió. Su rostro cambió de apariencia y su ropa se iluminó y brilló intensamente. Este cambio en su apariencia sugiere que estaba en una conexión profunda con Dios y que experimentó una especie de transformación espiritual.
Luk 9:30 Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Luk 9:30 Este versículo se encuentra dentro del relato de la transfiguración de Jesús en el Monte Tabor. Según el relato, Jesús se separó de sus discípulos Pedro, Jacobo y Juan y subió a la montaña a orar. Allí, su apariencia cambió y su rostro comenzó a brillar como el sol, y sus ropas se volvieron blancas como la luz. En ese momento, aparecieron dos hombres, Moisés y Elías, y comenzaron a hablar con Jesús. Moisés es conocido en la biblia como el profeta que lideró a los hebreos fuera de Egipto y recibió los Diez Mandamientos, mientras que Elías es considerado uno de los más grandes profetas del Antiguo Testamento. La presencia de Moisés y Elías en la transfiguración de Jesús simboliza la continuidad entre la ley y los profetas del Antiguo Testamento y el mensaje de Jesús en el Nuevo Testamento. También sugiere la validez y el cumplimiento de la ley y los profetas en Jesús como Mesías. En resumen, este versículo es una parte importante del relato de la transfiguración de Jesús y nos muestra la continuación y conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Luk 9:31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.
Luk 9:31 El versículo se refiere al relato de la transfiguración de Jesús, en el que Pedro, Santiago y Juan presenciaron a Jesús transformado en un ser glorioso y hablando con Moisés y Elías acerca de su próxima muerte y resurrección en Jerusalén. La aparición de Moisés y Elías simboliza la ley y los profetas del Antiguo Testamento, y su presencia junto a Jesús indica que él es el cumplimiento de las Escrituras y el Mesías esperado.
Luk 9:32 Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.
Luk 9:32 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús llevó a Pedro y a dos hombres más a una montaña para orar. Mientras Jesús oraba, su rostro comenzó a brillar y su ropa se volvió blanca como la luz. Pedro y los otros dos hombres estaban tan cansados que se quedaron dormidos, pero de alguna manera lograron despertarse lo suficiente para ver la verdadera gloria de Jesús y la presencia de dos hombres más con él, quienes se supone que eran Moisés y Elías, dos personajes importantes del Antiguo Testamento. Este momento fue un momento de gran revelación y fortalecimiento de la fe para los discípulos, ya que pudieron experimentar a Jesús en su verdadera forma divina.
Luk 9:33 Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.
Luk 9:33 En este versículo, Pedro se refiere a un momento en el que él, junto con Santiago y Juan, subieron a una montaña con Jesús. Mientras estaban allí, Moisés y Elías aparecieron y hablaron con Jesús sobre su muerte y resurrección. Pedro, emocionado por la experiencia, sugirió que construyeran tres enramadas o tiendas, una para cada uno de ellos. Sin embargo, Pedro no entendía completamente lo que estaba sucediendo y su sugerencia no tenía sentido. Jesús no necesitaba una enramada, y Moisés y Elías no eran necesidades físicas que necesitaran ser alojadas. Pedro estaba tratando de prolongar la experiencia y no estaba totalmente consciente de lo que estaba sucediendo. Es por eso que el versículo termina diciendo que "no sabía lo que decía".
Luk 9:34 Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
Luk 9:34 Este versículo se refiere a un evento que ocurrió cuando Jesús estaba hablando con sus discípulos acerca de su misión y su resurrección. De repente, una nube apareció y cubrió a Jesús y a sus discípulos. Esta nube podría haber sido una señal divina de la presencia de Dios, y esto podría haber asustado a los discípulos. El miedo que sintieron al entrar en la nube puede ser un reflejo de su respeto por la divinidad y su desconocimiento de lo que estaba sucediendo en ese momento. Este versículo también podría ser una muestra de cómo la presencia de Dios puede ser aterradora y sagrada al mismo tiempo.
Luk 9:35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
Luk 9:35 Este versículo se refiere a un evento en el que Jesús llevó a tres de sus discípulos (Pedro, Santiago y Juan) a lo alto de una montaña. Allí, Jesús fue transfigurado delante de ellos y su rostro comenzó a brillar como el sol. Además, aparecieron Moisés y Elías y comenzaron a hablar con Jesús. Mientras esto ocurría, una nube los cubrió y se escuchó una voz que provenía de ella. Esta voz fue la de Dios, que proclamó que Jesús era su Hijo amado y que debían escucharlo. Este evento fue significativo porque confirmó la identidad divina de Jesús y su papel como el Mesías prometido por Dios. Los discípulos también recibieron confirmación directa de que Jesús era el Hijo de Dios y respondieron adorándolo. En general, este versículo se refiere a la importancia de escuchar y seguir a Jesús, como el enviado de Dios a la humanidad.
Luk 9:36 Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.
Luk 9:36 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús estaba con tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, en una montaña. Durante este momento, la presencia de Dios se hizo muy evidente y Moisés y Elías aparecieron para hablar con Jesús. Cuando la experiencia terminó y la voz de Dios se apagó, los discípulos se encontraron solos con Jesús. El versículo indica que los discípulos permanecieron en silencio y no le dijeron nada a nadie sobre lo que habían visto. Es posible que estuvieran asombrados y aún tratando de procesar la experiencia, o que simplemente entendieran que era una experiencia sagrada y personal que no debían compartir libremente. De cualquier manera, el versículo sugiere que los discípulos guardaron el recuerdo de este evento en sus corazones.
Luk 9:37 Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al encuentro.
Luk 9:37 Este versículo está hablando sobre el regreso de Jesús y sus discípulos del monte donde habían estado orando. Al descender, se encontraron con una gran multitud de personas que estaban esperando para ver a Jesús. Esta multitud estaba compuesta por personas que buscaban sanidad, consuelo y enseñanza de Jesús. La presencia de la multitud es un testimonio del impacto que Jesús había tenido en la gente y muestra su popularidad en esa época.
Luk 9:38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;
Luk 9:38 Este versículo se refiere a un hombre que está entre la multitud que sigue a Jesús. El hombre le pide a Jesús que vea a su hijo, diciendo que es el único hijo que tiene. Según las escrituras, el hijo del hombre estaba poseído por un espíritu maligno y sufría convulsiones. El padre estaba buscando la ayuda de Jesús para sanar a su hijo y poner fin a su sufrimiento. Este versículo muestra la devoción y la fe que el hombre tenía en Jesús y su capacidad para curar a su hijo. Es un ejemplo de cómo la gente veía a Jesús como un maestro y un sanador.
Luk 9:39 y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él.
Luk 9:39 Este versículo describe un evento en el que un espíritu maligno posee a una persona y lo atormenta físicamente. La persona afectada muestra signos de convulsiones, gritos y espuma en la boca. Es una muestra del poder de los espíritus malvados y la necesidad de la protección divina contra ellos. En este pasaje, Jesús ejerció su poder sobre el espíritu, lo que muestra su poder divino sobre todas las fuerzas del mal.
Luk 9:40 Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.
Luk 9:40 En el contexto de este versículo, Jesús había salido a predicar y a realizar milagros. En un encuentro con un hombre que traía a su hijo que estaba poseído por un demonio que le causaba convulsiones y problemas de salud, el hombre le pidió a Jesús que sanara a su hijo. Jesús, después de reprender al demonio y sanar al niño, se dirigió a sus discípulos y les dijo que la fe era esencial en la realización de milagros. Sin embargo, los discípulos no pudieron expulsar al demonio del niño. Este versículo muestra la importancia de la fe y la necesidad de confiar en Dios para realizar milagros y sanaciones. También muestra que incluso los discípulos de Jesús, quienes estaban cerca de él y lo seguían de cerca, tenían debilidades y limitaciones que solo podían ser superadas con la ayuda divina.
Luk 9:41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
Luk 9:41 En este versículo, Jesús está respondiendo a un hombre que le pidió ayuda para su hijo que estaba poseído por un espíritu que lo hacía mudo y convulsivo. Sin embargo, el padre del niño no tenía suficiente fe en la capacidad de Jesús para curarlo, y eso frustró a Jesús. El lenguaje que usa Jesús al referirse a la "generación incrédula y perversa" es un llamado a la reflexión sobre la incredulidad y la falta de confianza en la capacidad divina de Jesús para hacer milagros. El hecho de que Jesús tenga que soportar a las personas que dudan de él demuestra su paciencia y amor, pero también su frustración porque quiere ayudar a los necesitados. En última instancia, Jesús le pide al padre que traiga a su hijo para que pueda curarlo y demostrar su capacidad divina para sanar. Este versículo es un recordatorio de que tenemos que tener fe en Jesús y confiar en su poder para transformar nuestras vidas.
Luk 9:42 Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.
Luk 9:42 Este versículo relata un milagro realizado por Jesús. Un padre había llevado a su hijo a Jesús porque sufría de convulsiones debido a la posesión demoníaca. Cuando el hijo estaba llegando, el demonio lo derribó y lo sacudió violentamente. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y lo sanó, devolviendo al muchacho a su padre. Este milagro muestra el poder de Jesús sobre los demonios y su capacidad de sanar y restaurar a aquellos que sufren.
Luk 9:43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
Luk 9:43 Este versículo se encuentra en el capítulo 9 de Lucas, donde Jesús realiza varios milagros, incluido el de sanar a un niño con un espíritu impuro. La gente que presenció estos milagros se maravilló de la grandeza de Dios y se preguntó cómo Jesús podía hacer todas estas cosas. Jesús, al ver la reacción de la gente, usó este momento para enseñarles a sus discípulos y explicarles el poder y la grandeza de Dios. En resumen, el versículo enfatiza la admiración y la reverencia que la gente tenía por Dios y las obras de Jesús, lo que llevó a Jesús a enseñar a sus discípulos sobre la importancia de la fe y la confianza en Dios.
Luk 9:44 Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.
Luk 9:44 Este versículo habla de la importancia de prestar atención y comprensión a las palabras de Jesús, ya que anuncia que él será entregado en manos de hombres. Esta es una profecía sobre la muerte de Jesús en la cruz y su posterior resurrección. Al pedir a sus seguidores que presten atención a estas palabras, Jesús espera que estén preparados para lo que vendrá y puedan seguir difundiendo su mensaje incluso después de su muerte.
Luk 9:45 Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y temían preguntarle sobre esas palabras.
Luk 9:45 Este versículo se encuentra en el contexto en que Jesús estaba enseñando a sus discípulos acerca de su próxima muerte y resurrección. A pesar de que Jesús les había hablado claramente sobre lo que estaba por venir, los discípulos no parecían entenderlo completamente. El versículo dice que las palabras de Jesús estaban veladas para ellos, es decir, que no las podían ver con claridad, y por eso les resultaba difícil entender su significado completo. Además, los discípulos también tenían cierto temor de preguntarle a Jesús sobre las palabras que no entendían. Probablemente esto se debía a que no querían parecer ignorantes o mostrar que no habían entendido sus enseñanzas. En resumen, este versículo muestra que incluso aquellos que estaban más cerca de Jesús podían tener dificultades para entender completamente su mensaje.
Luk 9:46 Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor.
Luk 9:46 Este versículo se refiere a una discusión que tuvieron los discípulos de Jesús acerca de quién de ellos sería el mayor en el Reino de Dios. Esta discusión probablemente surgió porque los discípulos estaban buscando gloria y posición en el Reino que Jesús había venido a establecer. Sin embargo, Jesús les enseñó que la grandeza en el Reino de Dios es el resultado de servir y humillarse a sí mismos, en lugar de buscar el poder y la posición. Jesús les mostró que ser el mayor en el Reino de Dios significa ser el siervo de todos, tal y como él mismo enseñó y demostró durante su ministerio.
Luk 9:47 Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí,
Luk 9:47 Este versículo describe una situación en la que Jesús, al percibir los pensamientos de aquellos que lo rodeaban, tomó a un niño y lo puso a su lado. La intención de esta acción no es exactamente clara, pero se sugiere que podría ser para mostrar el valor y compromiso que Jesús tenía por los niños, y para enfatizar la importancia de la humildad y la inocencia en la vida cristiana. También puede haber sido un ejemplo práctico para sus seguidores de cómo tratar a aquellos que son pequeños y vulnerables. En general, esta historia muestra a Jesús como un líder sabio y compasivo que se preocupa por todos aquellos que lo rodean.
Luk 9:48 y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
Luk 9:48 Este versículo habla de la importancia de recibir a otros en el nombre de Jesús. Cuando recibimos y amamos a los más pequeños y humildes, como un niño, estamos también recibiendo a Jesús en nuestra vida. Y cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, también estamos recibiendo a Dios, quien lo envió. Es decir, la humildad y la bondad son valores importantes en el cristianismo y cuando practicamos estos valores estamos acercándonos más a Dios. Por lo tanto, aquellos que se consideran pequeños o humildes, en realidad pueden ser grandes en el reino de Dios.
Luk 9:49 Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.
Luk 9:49 Este versículo se encuentra en el capítulo 9 del Evangelio de Lucas y relata un momento en que Juan, uno de los discípulos de Jesús, informa al Maestro sobre un hombre que estaba expulsando demonios en el nombre de Jesús, pero que ellos le prohibieron hacerlo porque no era parte de su grupo de discípulos. Algunos interpretan que Juan estaba preocupado porque el hombre no pertenecía a su grupo exclusivo de seguidores y consideraba que solo ellos tenían el derecho de expulsar demonios en el nombre de Jesús. Sin embargo, Jesús les enseña que no deben detener a aquellos que hacen el bien en su nombre, incluso si no son parte de su grupo. Les dice que deben permitirlo, ya que quien no está contra ellos, está a favor de ellos. El mensaje principal de este versículo es la importancia de reconocer y aceptar a aquellos que trabajan por el bien de los demás, incluso si no son parte de nuestro círculo cercano. No debemos detenerlos o rechazarlos solo porque no encajan en nuestras expectativas o reglas. En cambio, debemos trabajar juntos por el bien común, independientemente de nuestras diferencias.
Luk 9:50 Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
Luk 9:50 Este versículo ocurre cuando Jesús estaba hablando con sus discípulos acerca de aquellos que estaban haciendo milagros en su nombre, pero no seguían a los discípulos directamente. Uno de los discípulos, Juan, había dicho que les prohibieran hacer esto, ya que no eran de los seguidores inmediatos de Jesús. Sin embargo, Jesús les dice que no se lo prohíban, ya que si alguien está haciendo el trabajo de Dios y no está en contra de ellos, entonces es por ellos. En lugar de enfocarse en quién está o no en su grupo, Jesús les recuerda que lo más importante es hacer la obra de Dios y trabajar juntos, independientemente de las diferencias.
Luk 9:51 Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
Luk 9:51 Este versículo habla sobre cómo Jesús sabía que había llegado el momento en que iba a ser recibido en el cielo, es decir, que su tarea en la Tierra estaba llegando a su fin. Él determinó que era hora de ir a Jerusalén, donde sería ejecutado y luego resucitaría al tercer día. Este versículo indica la determinación de Jesús y su firmeza en cuanto a su misión y propósito en la tierra.
Luk 9:52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.
Luk 9:52 Este versículo es parte de la narrativa en Lucas 9:51-56, donde Jesús y sus discípulos se dirigen a Jerusalén y pasan por Samaria, una región con la cual los judíos no tenían buenas relaciones. El versículo en cuestión describe que Jesús envió mensajeros delante de Él para preparar el camino antes de llegar a la aldea samaritana. Los mensajeros fueron a la aldea antes que Jesús y sus discípulos y prepararon todo lo necesario para que pudieran hospedarse y ser recibidos allí. Sin embargo, la gente de la aldea samaritana se negó a recibir a Jesús y a sus discípulos, lo cual enfureció a los discípulos quienes preguntaron si deberían llamar fuego del cielo para consumirlos. Este versículo muestra la preparación previa que se realizó antes de la llegada de Jesús a la aldea samaritana y cómo, a pesar de esto, las intenciones de recibir a Jesús y sus discípulos no fueron bien recibidas por los samaritanos.
Luk 9:53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.
Luk 9:53 Este versículo se encuentra en la historia de Jesús y sus discípulos mientras viajaban por Samaria. Querían detenerse en una aldea samaritana para descansar, pero los samaritanos no les permitieron quedarse allí porque sabían que Jesús tenía la intención de ir a Jerusalén, la ciudad sagrada de los judíos. Los samaritanos y los judíos no se llevaban bien en ese momento, y la gente en la aldea probablemente pensó que Jesús estaba de camino a Jerusalén para adorar en el Templo judío y no querían tener nada que ver con él. El versículo sugiere que los samaritanos juzgaron injustamente a Jesús por su apariencia y su destino, lo que demuestra la tensión entre las diferentes culturas en esa época.
Luk 9:54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
Luk 9:54 Este versículo se refiere a un episodio en el que los discípulos de Jesús, Jacobo y Juan, presenciaron cómo los habitantes de una aldea samaritana rechazaban a Jesús y no le daban alojamiento. Los discípulos, indignados por el rechazo y la falta de respeto hacia su maestro, preguntaron si debían pedir que descienda fuego del cielo para acabar con ellos, tal como había hecho el profeta Elías en el Antiguo Testamento. Sin embargo, Jesús les reprendió y les hizo entender que su misión no era la de condenar y destruir, sino la de enseñar y llevar la salvación a todos, incluso a aquellos que les rechazaban.
En resumen, este versículo muestra la actitud impulsiva y vengativa de los discípulos ante un rechazo, pero también la enseñanza de Jesús sobre la compasión y la misericordia hacia los demás, incluso aquellos que no siempre nos traten bien.
Luk 9:55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
Luk 9:55 En este versículo, Jesús se dirige a dos de sus discípulos, Santiago y Juan, quienes le habían preguntado si podían enviar fuego del cielo para destruir a los samaritanos que no les habían recibido con amabilidad. Al escuchar su petición, Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió por su falta de compasión y amor hacia sus hermanos samaritanos. Les recordó que no sabían de qué espíritu eran, es decir, que estaban actuando impulsados por su propia ira y no por el Espíritu Santo. Jesús les enseñó así la importancia de actuar con amor, paciencia y compasión hacia todos los seres humanos, sin importar su origen o condición social.
Luk 9:56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Luk 9:56 Este versículo significa que Jesús, que es referido como "el Hijo del Hombre", no vino a este mundo para destruir o condenar a las personas sino para salvarlas. Él desea que las personas puedan encontrar el camino hacia la vida eterna y la felicidad. En este pasaje en particular, Jesús y sus discípulos fueron rechazados por una aldea y en lugar de tomar represalias, decidió irse a otra aldea para continuar su ministerio de salvación. En resumen, el pasaje enfatiza la misión central de Jesús en la Tierra que era salvar y no perder a las almas de los hombres.
Luk 9:57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
Luk 9:57 Este versículo de Lucas 9:57 es parte del relato en el que Jesús le dice a algunos posibles seguidores lo difícil que puede ser seguir a Dios. En este caso, un hombre le dice a Jesús que lo seguirá a cualquier lugar que vaya. Jesús le responde que los hijos del hombre (él mismo) no tienen un lugar donde descansar su cabeza, lo cual puede ser interpretado como una referencia a la falta de un hogar fijo para él y sus seguidores. En otras palabras, seguir a Jesús puede implicar sacrificios y renuncias. Este versículo sugiere que el seguimiento de Jesús no es simplemente un acompañamiento temporal; es más bien un compromiso para seguirlo a través de los altibajos de la vida.
Luk 9:58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
Luk 9:58 Este versículo de Lucas 9:58 presenta a Jesús diciendo que mientras las zorras y los pájaros tienen lugares donde pueden establecerse y encontrar refugio, él mismo no tiene un lugar fijo para descansar. Esto puede interpretarse como una muestra de la humildad de Jesús, quien a pesar de ser el Hijo de Dios, no se preocupa por las comodidades terrenales y está dispuesto a vivir una vida austera mientras cumple su misión divina. También puede ser una advertencia para aquellos que lo siguen, que deben estar dispuestos a renunciar a las comodidades y conveniencias del mundo mientras trabajan por el reino de Dios. En resumen, este versículo hace hincapié en la importancia de centrarse en las cosas espirituales y no en las cosas materiales.
Luk 9:59 Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
Luk 9:59 Este versículo es parte de un pasaje en el que Jesús llama a la gente a seguirle. En este verso en particular, Jesús se dirige a un hombre y le pide que lo siga. Sin embargo, el hombre le dice que primero necesita ir y enterrar a su padre. Este versículo puede interpretarse de varias maneras. Una explicación posible es que el hombre estaba pidiendo permiso para cumplir con sus deberes familiares (enterrar a su padre), antes de seguir a Jesús. Otra interpretación es que el hombre estaba usando la muerte de su padre como excusa para no seguir a Jesús en ese momento. En cualquier caso, lo importante es notar que Jesús llama a la gente a seguirlo sin reservas y sin excusas. Él quiere que sus seguidores estén dispuestos a dejar atrás todo lo que les impide seguirlo plenamente. Esto puede ser difícil y exigir sacrificios, pero Jesús promete grandes recompensas a quienes lo siguen.
Luk 9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios.
Luk 9:60 Este versículo es parte del relato de Lucas sobre un hombre que quería seguir a Jesús pero le pidió permiso para enterrar a su padre primero. Jesús le respondió diciéndole que dejara que los muertos entierren a sus muertos, es decir, que se ocupen los que no están interesados en seguir a Jesús. En cambio, le dijo que fuera y anunciara el reino de Dios, invitándolo a poner su servicio a Dios por encima de las preocupaciones y deberes humanos, incluso uno tan importante como la muerte de un padre. Jesús está diciendo que la prioridad de uno debe ser el camino hacia la salvación y su lealtad a Dios, ya que esto es lo más importante en la vida.
Luk 9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
Luk 9:61 Este verso es una conversación entre Jesús y uno de sus seguidores potenciales. El hombre dice que quiere seguir a Jesús, pero quiere despedirse de su familia antes. Jesús le responde que nadie que pone la mano en el arado y mira atrás es apto para el Reino de Dios. En otras palabras, Jesús está diciendo que seguirlo debe ser la prioridad número uno en la vida del hombre, sin que nada más lo distraiga o lo desvíe del camino. Él está invitando a sus seguidores a hacer un compromiso total con él y su obra, sin dejar que las distracciones del mundo los detengan. Es una reflexión sobre la importancia de tener claridad en nuestras prioridades y reconocer que a veces, para seguir un camino, tenemos que dejar atrás ciertas cosas o personas en nuestra vida.
Luk 9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Luk 9:62 Este versículo significa que aquellos que deciden seguir a Jesús deben hacerlo sin mirar hacia atrás y sin vacilar. Al poner la mano en el arado y avanzar sin mirar atrás, se debe avanzar con propósito y determinación, sin dudar de la voluntad de Dios. Aquellos que dudan o se distraen, no son aptos para el reino de Dios. Se trata de una llamada a la acción y a la dedicación completa a seguir a Jesús.