Explorando las enseñanzas de Jesús en el Evangelio de Marcos Capítulo 12


El libro del Nuevo Testamento de Marcos, Capítulo 12, presenta una serie de enseñanzas y eventos importantes en la vida de Jesús y su relación con los líderes religiosos de su época. En el comienzo del capítulo, Jesús cuenta la parábola de los arrendatarios malvados, que ilustra la responsabilidad de los líderes religiosos de Israel de cuidar y proteger el pueblo de Dios. En la parábola, los arrendatarios matan a los mensajeros enviados por el dueño de la viña, y finalmente al hijo del dueño. Este relato es una advertencia para los líderes de Israel, que habían abusado de su posición de poder y no cumplían con su deber de cuidar y alimentar al pueblo de Dios. Después de esta parábola, los fariseos y los herodianos intentan atrapar a Jesús en un dilema preguntándole si es legal pagar impuestos al César romano. Jesús responde inteligentemente diciendo que deben dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Más tarde, Jesús es interrogado por los saduceos sobre la resurrección de los muertos. Jesús les enseña que en el reino de los cielos, la muerte ya no existe y que aquellos que son resucitados son como ángeles. También les recuerda que Dios es el Dios de los vivos, no de los muertos. Por último, Jesús tiene una conversación con un escriba, quien le pregunta cuál es el mandamiento más importante. Jesús responde diciendo que el más importante es amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerza, y amar al prójimo como a uno mismo. En general, el capítulo 12 de Marcos se enfoca en la importancia de la responsabilidad de los líderes religiosos, las enseñanzas sobre la resurrección y el mandamiento más importante de amar a Dios y al prójimo. Jesús deja claro que aquellos que abusan de su posición de poder y no cumplen con su deber de cuidar y proteger al pueblo de Dios no serán considerados justos ante Él.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Mar 12:1 Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.
Mar 12:2 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña.
Mar 12:3 Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.
Mar 12:4 Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado.
Mar 12:5 Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros.
Mar 12:6 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
Mar 12:7 Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra.
Mar 12:8 Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña.
Mar 12:9 ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros.
Mar 12:10 ¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;
Mar 12:11 El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
Mar 12:12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.
Mar 12:13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
Mar 12:14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
Mar 12:15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea.
Mar 12:16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César.
Mar 12:17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.
Mar 12:18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:
Mar 12:19 Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
Mar 12:20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia.
Mar 12:21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera.
Mar 12:22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer.
Mar 12:23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Mar 12:24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?
Mar 12:25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos.
Mar 12:26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
Mar 12:27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
Mar 12:28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Mar 12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Mar 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Mar 12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Mar 12:32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;
Mar 12:33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
Mar 12:34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
Mar 12:35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
Mar 12:36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.
Mar 12:37 David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana.
Mar 12:38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas,
Mar 12:39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Mar 12:40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
Mar 12:41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
Mar 12:42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
Mar 12:43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
Mar 12:44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

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