Marcos 3: El Evangelio de la Autoridad del Hijo de Dios
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El libro del Nuevo Testamento de Marcos capítulo 3 es un relato sobre la controversia que rodea a Jesús y su ministerio hasta el punto en que sus propios parientes piensan que está loco y los líderes religiosos deciden matarlo.
El capítulo comienza con la curación de un hombre con una mano seca en el día de reposo en la sinagoga, lo que provoca la ira de los fariseos que están observando. Luego, Jesús se retira a una montaña donde elige a sus doce discípulos, lo que establece la fundación de su iglesia.
Después, el capítulo narra cómo Jesús vuelve a casa y es recibido con una multitud tan grande que ni siquiera tiene tiempo para comer. Sin embargo, cuando su familia intenta intervenir para evitar que la gente lo abrume, Jesús los rechaza y les dice que su verdadera familia son aquellos que hacen la voluntad de Dios.
La controversia continúa cuando los escribas acusan a Jesús de estar poseído por Belcebú, el príncipe de los demonios, y Jesús les dice que están blasfemando contra el Espíritu Santo, lo que no será perdonado. En cambio, sólo aquellos que crean en la misión de Jesús y hagan la voluntad de Dios serán salvados.
El capítulo concluye con una advertencia sobre la hipocresía y la necesidad de vivir una vida coherente con la fe, y cómo incluso la propia familia de Jesús puede ser tentada a pensar que está loco. En resumen, el capítulo 3 es una narración de la controversia que rodea a Jesús y su mensaje, y cómo incluso aquellos más cercanos a él pueden ser tentados a dudar o rechazar su misión.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Mar 3:1 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
Mar 3:1 Este versículo narra cómo Jesús entró en una sinagoga de nuevo y notó a un hombre con una mano seca. La sinagoga era un lugar de adoración para los judíos, donde se reunían para orar y estudiar la Biblia. El hombre con la mano seca probablemente estaba allí en busca de ayuda o por curiosidad respecto a Jesús. Este evento es uno de los muchos en los evangelios que muestra cómo Jesús realizaba milagros y curaciones, y cómo su fama se propagaba.
Mar 3:2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.
Mar 3:2 Este versículo se refiere a Jesús, quien había hecho curaciones y milagros en público en el día de reposo, que era considerado un día sagrado de descanso para los judíos. Los fariseos y otros líderes religiosos lo estaban vigilando, esperando atraparlo infringiendo la ley del día de reposo para poder acusarlo de pecado o blasfemia. Esto muestra la hostilidad de algunos de los líderes religiosos hacia Jesús y su deseo de encontrar cualquier razón para condenarlo.
Mar 3:3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
Mar 3:3 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Marcos, capítulo 3, versículo 3. Aquí, Jesús se encuentra en una sinagoga en el día de reposo y se encuentra con un hombre que tiene una mano seca. Los fariseos estaban observando a Jesús, esperando que hiciera algo que consideraran una violación del día de reposo para poder acusarlo. Pero Jesús, que sabía lo que había en sus corazones, les preguntó: "¿Está permitido en el día de reposo hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o destruirla?". Entonces, sabiendo que los fariseos no responderían, Jesús se dirigió al hombre con la mano seca y le dijo: "Levántate y ponte en medio". Al hacer esto, Jesús estaba demostrando que el día de reposo, o cualquier otra ley, no debería ser un obstáculo para hacer el bien y ayudar a las personas en necesidad. También estaba desafiando a los fariseos, que estaban más preocupados por las reglas y las tradiciones que por el amor y la misericordia. Este versículo, por lo tanto, nos recuerda que debemos siempre tratar de ayudar a los demás, incluso si eso significa desafiar las reglas o las tradiciones establecidas. Debemos seguir el ejemplo de Jesús, que siempre buscaba hacer lo correcto y mostrar amor y compasión por los demás, sin importar las consecuencias.
Mar 3:4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
Mar 3:4 En este versículo, Jesús está cuestionando a los fariseos sobre su interpretación de las leyes religiosas del sábado. Está planteando la pregunta de si es correcto hacer el bien o el mal en el día de descanso, o incluso salvar una vida o quitarla. Los fariseos, que eran muy estrictos en su observancia de las leyes del sábado, no sabían cómo responder a la pregunta de Jesús y se quedaron en silencio. Jesús estaba desafiando sus enseñanzas y mostrando que la compasión y el amor deben ser la prioridad, incluso en el día de descanso sagrado.
Mar 3:5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
Mar 3:5 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús estaba en una sinagoga y vio a un hombre con una mano atrofiada. Los fariseos estaban esperando para ver si Jesús haría algo en el día de reposo, para acusarlo de violar la ley judía. Sin embargo, Jesús no se dejó intimidar y se molestó por la incredulidad de los fariseos y la dureza de sus corazones. Decidió curar al hombre, a pesar de que esto podría provocar su oposición. Jesús le pidió al hombre que extendiera su mano, y cuando lo hizo, su mano quedó completamente sana. Este milagro fue una muestra del gran poder de Jesús y su compasión hacia las necesidades de la gente, incluso cuando esto lo ponía en conflicto con los líderes religiosos.
Mar 3:6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.
Mar 3:6 El versículo de Marcos 3:6 describe cómo los fariseos, que eran un grupo religioso y de líderes en ese momento, se unieron con los herodianos, otro grupo político, para planear cómo destruir a Jesús. Esto muestra la oposición que Jesús enfrentó por su mensaje y enseñanzas, y cómo buscaban silenciarlo a toda costa. Este versículo es solo uno de los muchos ejemplos de la tensión entre Jesús y las autoridades religiosas y políticas en su tiempo.
Mar 3:7 Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea,
Mar 3:7 Este versículo describe cómo Jesús se retiró al mar, junto con sus discípulos, y una gran multitud de personas de Galilea y Judea lo siguieron. Es probable que Jesús se haya retirado al mar para obtener un momento de paz y tranquilidad, y tal vez para enseñar a sus discípulos y hablar con ellos en privado. Sin embargo, la multitud que lo seguía no lo dejaba solo y continuaba buscándolo y siguiéndolo, mostrando así su gran interés en Jesús y su mensaje.
Mar 3:8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, oyendo cuán grandes cosas hacía, grandes multitudes vinieron a él.
Mar 3:8 Este versículo hace referencia a la popularidad de Jesús durante su ministerio terrenal. El texto menciona a Jerusalén, Idumea (una región al sur de Judea), el otro lado del Jordán (donde se encontraban las ciudades de Decápolis) y los alrededores de Tiro y Sidón (ciudades costeras al norte de Israel). El hecho de que grandes multitudes vinieran a Jesús indica que su fama se había extendido por toda la región y que muchos querían oírlo y presenciar los milagros que hacía.
Mar 3:9 Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista la barca, a causa del gentío, para que no le oprimiesen.
Mar 3:9 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Marcos, Capítulo 3, Versículo 9. Jesús le pide a sus discípulos que siempre mantengan lista una barca, porque sabía que muchas personas seguían sus enseñanzas y lo rodeaban para escucharlo. La multitud podría haberlo oprimido y limitado su capacidad para predicar y enseñar a la gente. Por lo tanto, tener una barca preparada en caso de necesidad le permitiría a Jesús mantenerse a una distancia segura de la gente. En resumen, Jesús pide este favor para garantizar su libertad y su capacidad para continuar con su misión de enseñanza sin ser impedido por las multitudes.
Mar 3:10 Porque había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él.
Mar 3:10 Este versículo habla sobre Jesús y su reputación como sanador. La gente acudía a él en busca de curación, y muchos habían sido sanados por su poder divino. El versículo indica que la multitud estaba tan ansiosa por tocar a Jesús que aquellos que sufrían de enfermedades o dolencias intentaban tocarlo a toda costa, y cuando lo hacían, inmediatamente caían sobre él y eran sanados. Este versículo muestra cómo muchas personas confiaban en Jesús y veían en él un poder y una capacidad curativa sobrenatural.
Mar 3:11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
Mar 3:11 Este versículo describe un momento en el que Jesús estaba en presencia de espíritus malignos, también conocidos como demonios. Cuando estos demonios ven a Jesús, se postran delante de él y reconocen que él es el Hijo de Dios. Este hecho muestra que incluso los demonios saben y reconocen la autoridad y el poder de Jesús como el Hijo de Dios. Además, es una muestra de la divinidad de Jesús y su capacidad para vencer a los espíritus malignos y otras fuerzas infernales.
Mar 3:12 Mas él les reprendía mucho para que no le descubriesen.
Mar 3:12 En este pasaje, Jesús está curando a muchas personas que estaban enfermas o poseídas por espíritus malignos. Sin embargo, cuando los espíritus malignos lo reconocían como el Hijo de Dios, Jesús les reprendía y les pedía que no lo revelaran a nadie. Esto se debe a que Jesús no quería ser visto como un simple curandero o mago, sino como el Salvador enviado por Dios. Además, Jesús sabía que si la gente se enteraba de su verdadera identidad, la multitud se volvería fuera de control y no podría cumplir su misión pacíficamente. Por lo tanto, Jesús les dijo a aquellos a quienes sanaba que guardaran su secreto y no lo revelaran a nadie.
Mar 3:13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.
Mar 3:13 Este versículo se refiere al momento en que Jesús subió a una montaña y escogió a sus discípulos. Él llamó a aquellos que quiso que fueran parte de su grupo cercano, y ellos respondieron a su llamado y se acercaron a él. Esta es una muestra del poder y la autoridad de Jesús, así como de la importancia de seguirlo y obedecer su llamado.
Mar 3:14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,
Mar 3:14 Este versículo habla sobre cómo Jesús eligió a doce discípulos para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar su mensaje al mundo. Esos discípulos se convertirían en los apóstoles de Jesús, difundiendo su enseñanza y su amor por la humanidad después de que él ascendiera al cielo. La elección de los doce discípulos fue una parte importante de la misión de Jesús en la Tierra para llevar el mensaje del Evangelio a todas las personas y establecer su Iglesia en el mundo.
Mar 3:15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
Mar 3:15 Este versículo se encuentra en relación a la elección de los Doce Apóstoles por parte de Jesús. Él los eligió para que estuvieran con Él, para que los enviara a predicar y para que tuvieran autoridad para sanar enfermedades y echar fuera demonios. La autoridad para sanar y echar fuera demonios estaba estrechamente relacionada con la misión de los apóstoles de llevar el mensaje de salvación de Jesús a todas las naciones. En el tiempo de Jesús, las enfermedades y la posesión demoníaca eran comunes, y las personas necesitaban sanidad tanto en su cuerpo como en su alma. La autoridad para hacer esto era un signo evidente del poder de Dios presente en la vida de los apóstoles.
Mar 3:16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro;
Mar 3:16 Este versículo se encuentra en el capítulo 3 del Evangelio de Marcos, y se refiere a Simón, uno de los discípulos de Jesús, a quien Jesús le dio un nuevo nombre: Pedro. La palabra "Pedro" significa "piedra" o "roca" en griego, y Jesús le dio este nombre como símbolo de su fortaleza y estabilidad en la fe. Este versículo es importante porque muestra cómo Jesús eligió a sus discípulos y les dio nuevos nombres para simbolizar su papel y su relación con Dios. También es una señal de que Jesús tenía un plan para Pedro y lo estaba preparando para un papel importante en la difusión del mensaje de Dios. En resumen, este versículo nos ofrece una importante lección acerca de cómo Dios puede transformar y renovar nuestras vidas, y cómo podemos ser llamados a servirlo de maneras únicas y especiales.
Mar 3:17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno;
Mar 3:17 Este versículo se refiere a dos de los discípulos de Jesús, llamados Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Jacobo. Jesús les dio un apodo: Boanerges, que significa "Hijos del trueno". No se sabe exactamente por qué les dio este apodo, pero algunos creen que refleja su poder y fuerza en la predicación del evangelio, mientras que otros sugieren que se refiere a su temperamento fuerte. En cualquier caso, este apodo muestra la relación cercana que Jesús tenía con sus discípulos y cómo él los conocía profundamente.
Mar 3:18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista,
Mar 3:18 Este versículo de la Biblia es una lista de los nombres de los doce discípulos que Jesús escogió para ser sus seguidores más cercanos y aprender de él durante su ministerio terrenal. Estos doce fueron Andrés, Felipe, Bartolomé (también conocido como Natanael), Mateo (también conocido como Leví), Tomás, Jacobo hijo de Alfeo (también conocido como Santiago el Menor), Tadeo (también conocido como Judas hermano de Jacobo), y Simón el cananista (también conocido como Simón el Zelote). Jesús los eligió para que pudieran estar con él, aprender de él y predicar su mensaje a otros.
Mar 3:19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.
Mar 3:19 Este versículo hace referencia a la lista de los doce discípulos que Jesús eligió para acompañarlo en su ministerio terrenal. Judas Iscariote es mencionado como el discípulo que finalmente lo traicionó y entregó a las autoridades para su arresto y crucifixión. El versículo en sí mismo no proporciona información adicional sobre la traición, sino que simplemente significa que Judas Iscariote llegó a la casa con los demás discípulos.
Mar 3:20 Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan.
Mar 3:20 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús estaba rodeado de tanta gente que él y sus discípulos ni siquiera podían tomar un momento para comer pan. Este hecho muestra la gran popularidad y demanda que tenía Jesús como líder y maestro espiritual, y cómo la gente estaba dispuesta a renunciar a sus propias necesidades físicas para estar cerca de él y escuchar sus enseñanzas. También puede ser visto como una ilustración de la dedicación y el sacrificio que se requiere para seguir a Jesús y ser parte de su comunidad de seguidores.
Mar 3:21 Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.
Mar 3:21 El versículo se refiere a cuando la familia de Jesús (sus hermanos y posiblemente su madre) llegan a donde estaba él y la multitud que lo seguía. Al escuchar lo que estaba enseñando y cómo lo estaba haciendo, comenzaron a preocuparse por él y pensaron que había perdido la cordura. Así que intentaron llevárselo a casa para protegerlo de sí mismo. Este versículo muestra la incredulidad e incluso la oposición que Jesús enfrentó incluso de su propia familia a medida que avanzaba su ministerio.
Mar 3:22 Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
Mar 3:22 Este versículo se refiere a un incidente en el que Jesús estaba expulsando demonios de personas y algunos de los líderes religiosos de Jerusalén comenzaron a acusarlo de estar poseído por Beelzebú, que era un dios filisteo del mal. En efecto, los líderes afirmaban que Jesús estaba haciendo obras malvadas por medio de un poder demoníaco. Esta acusación era muy grave y tenía la intención de desacreditar a Jesús y su ministerio. Jesús refuta estas acusaciones más adelante en el pasaje, argumentando que un reino dividido no puede prevalecer y que los demonios no expulsan a otros demonios. En resumen, este versículo muestra la oposición al ministerio de Jesús por parte de algunos líderes religiosos y cómo intentaron desacreditarlo utilizando acusaciones falsas.
Mar 3:23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
Mar 3:23 En este versículo, Jesús está hablando con su multitud de seguidores y les está explicando cómo funciona el reino de Dios. Él les presenta una parábola en la que cuestiona cómo es posible que Satanás pueda expulsar a Satanás, es decir, cómo es posible que el mal pueda vencer al mal. La pregunta retórica de Jesús es una crítica indirecta a los fariseos y líderes religiosos que lo acusan de expulsar demonios por el poder de Satanás. Jesús les está diciendo que su lógica es absurda y que el hecho de que él esté expulsando demonios es una prueba de que está actuando en el nombre de Dios y no del diablo. En resumen, Jesús está desafiando a sus seguidores a reflexionar sobre lo que están viendo y a entender que su obra es divina, no satánica.
Mar 3:24 Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
Mar 3:24 Este versículo es parte de un pasaje en el cual Jesús está explicando que no se puede expulsar a los demonios si hay divisiones en su propio reino. Jesús estaba usando esta analogía para explicar cómo es importante mantener la unidad y la armonía en un grupo o comunidad. Si un grupo está constantemente luchando entre sí y dividido, no podrán funcionar de manera efectiva y eventualmente se desintegrarán. En este versículo en particular, Jesús está diciendo que si un reino está dividido contra sí mismo, no puede mantenerse unido o fuerte. Por lo tanto, es importante que las personas trabajen juntas y colaboren en lugar de estar en conflicto para alcanzar un objetivo común.
Mar 3:25 Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Mar 3:25 Este versículo del Nuevo Testamento se encuentra en el contexto de Jesús respondiendo a las acusaciones de los fariseos de que Él expulsaba demonios por el poder del príncipe de los demonios. Jesús señala que obviamente esto sería ilógico, ya que si Satanás está trabajando contra sí mismo, su reino no puede perdurar. Entonces, Jesús continúa diciendo que de la misma manera, si una casa (o una familia, comunidad, sociedad, etc.) está dividida en sí misma y en conflicto, no puede permanecer unida y prosperar. La unidad y la armonía son fundamentales para el éxito y la durabilidad de cualquier grupo de personas.
Mar 3:26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
Mar 3:26 Este versículo se refiere a un argumento que usó Jesús para contestar a los fariseos quienes estaban acusando a Él de expulsar a los demonios por medio de Satanás. Jesús explica que si Satanás está dividido en contra de sí mismo, su reino se debilita y caerá. En otras palabras, Satanás no puede luchar contra sí mismo y todavía mantener su poder y su reino. Jesús señala que si sus milagros eran hechos por medio del poder de Satanás, entonces ¿cómo podría Satanás estar trabajando en contra de sí mismo? Es una forma de mostrar que Él no está del lado de Satanás y que su poder viene de Dios.
Mar 3:27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.
Mar 3:27 Este versículo es una parábola que Jesús contó para ilustrar el poder del demonio y la necesidad de estar unidos a Él para vencer al enemigo. La casa que se menciona es el corazón de una persona y el hombre fuerte es el diablo, que tiene control sobre el corazón de aquellos que no están unidos a Jesús. Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte (el corazón) y sacar sus bienes (la persona) sin antes tener poder sobre él (atarlo). Jesús es el único que tiene el poder para atar al diablo y liberar a las personas de su control. Por lo tanto, para poder vencer al diablo y entrar en el corazón de una persona para transformarlo, primero debemos estar unidos a Jesús.
Mar 3:28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;
Mar 3:28 Este versículo significa que Jesús está diciendo que todos los pecados, sin importar cuáles sean, pueden ser perdonados por Dios a todos los seres humanos que se arrepienten y buscan su perdón. A pesar de que la blasfemia, que es hablar mal de Dios, es un pecado grave, incluso esto puede ser perdonado si uno se arrepiente sinceramente. En resumen, este versículo muestra la misericordia incondicional de Dios hacia sus hijos y su disposición a perdonar cualquier pecado si se busca el perdón de corazón.
Mar 3:29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.
Mar 3:29 Este versículo se refiere a una advertencia que Jesús hizo a los fariseos después de que lo acusaron de expulsar demonios por el poder de Satanás en lugar del poder del Espíritu Santo. Jesús les dijo que estaban cometiendo un pecado muy grave al atribuir las obras del Espíritu Santo a Satanás, y que este pecado no sería perdonado. La razón por la que este pecado no puede ser perdonado es porque implica una negación deliberada y persistente del Espíritu Santo, la fuente de la salvación y la gracia de Dios. El juicio eterno es el castigo que se espera para aquellos que rechazan la oferta de salvación de Dios y se alejan de Él de forma irrevocable. En resumen, este versículo enfatiza la importancia de reconocer la obra del Espíritu Santo y no atribuirla a otras fuerzas malignas, porque esto tiene graves consecuencias eternas.
Mar 3:30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.
Mar 3:30 Este versículo está hablando del momento en que Jesús estaba por hacer un milagro de sanidad en una persona que estaba en necesidad. Pero Su gente, los fariseos, decían que el milagro lo hacía con la ayuda del diablo, que tenía un espíritu inmundo. Jesús respondió diciendo que un reino dividido no puede permanecer, y que si Satanás expulsa a Satanás, su reino se dividiría y no podrían seguir haciendo el mal. Por lo tanto, Jesús les dijo que su acusación era absurda y que el milagro que estaba a punto de hacer era por el poder de Dios y no por ayuda de Satanás. En resumen, este versículo nos muestra la incredulidad y la actitud maliciosa de los fariseos hacia Jesús y cómo Él desafiaba su interpretación errónea de los eventos milagrosos que estaba realizando.
Mar 3:31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.
Mar 3:31 En este versículo, se hace referencia a un momento en el que Jesús estaba enseñando y predicando a una multitud. Mientras estaba ocupado, su familia llegó y trató de hablar con él, pero no pudieron entrar debido a la multitud. Entonces enviaron un mensaje a Jesús pidiéndole que saliera y hablara con ellos. El versículo muestra que aunque Jesús tenía un gran amor y respeto por su familia, también estaba comprometido con su misión divina de enseñar y sanar a la gente.
Mar 3:32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.
Mar 3:32 Este versículo es parte de un pasaje en el que Jesús está enseñando a la gente y realizando milagros. En este momento, la multitud se había reunido alrededor de él para escuchar sus enseñanzas y ver sus milagros. La frase "Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan" significa que alguien le informa a Jesús que su familia está buscándolo y está esperando fuera del lugar donde se encuentra enseñando y sanando a las personas. Es una referencia a su familia biológica que estaba preocupada por él y quería hablar con él en privado. Jesús responde a esta información de una manera que enfatiza su conexión no solo con su familia biológica, sino también con aquellos que siguen su enseñanza y creen en él.
Mar 3:33 El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?
Mar 3:33 En el versículo de Marcos 3:33, Jesús está en una casa rodeado de muchas personas. Alguien le informa que su madre y sus hermanos están afuera y lo buscan. Pero en lugar de ir a saludarlos, Jesús hace una pregunta retórica: "¿Quién es mi madre y mis hermanos?" Jesús está usando esta pregunta para hacer una declaración sobre la importancia de los lazos familiares versus los lazos espirituales. Él está diciendo que, aunque su familia biológica es importante para él, su verdadera familia son aquellos que hacen la voluntad de Dios. De esta manera, Jesús está ampliando el concepto de la familia a algo más allá de la sangre y la raza. Él está diciendo que cualquiera que siga a Dios puede ser considerado como parte de su familia espiritual.
Mar 3:34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Mar 3:34 Este versículo hace referencia a un momento en el que Jesús estaba enseñando a una multitud de personas y alguien le informa que su madre y sus hermanos están afuera esperando para hablar con él. Jesús aprovecha la oportunidad para transmitir un mensaje importante sobre la relación que tenemos con Dios: que el lazo más importante no es el de la sangre, sino el de la fe. Al decir que todos los que cumplen la voluntad de Dios son su familia, Jesús está sugiriendo que lazos más fuertes que los de la sangre se pueden forjar a través de una fe compartida. Este versículo también puede interpretarse como una forma en que Jesús honra a su madre y hermanos por estar dispuestos a esperar por él y por su sacrificio. Es una forma de decir que su amor y compromiso con ellos no disminuyen, sino que se extienden más allá de su familia biológica para incluir a todos aquellos que comparten su devoción por Dios.
Mar 3:35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
Mar 3:35 En este versículo, Jesús está enseñando a la multitud que la verdadera familia de un creyente no se basa en la sangre o en la relación familiar, sino en la obediencia a la voluntad de Dios. Él está diciendo que cualquier persona que obedece la voluntad de Dios, ya sean hombres o mujeres, amigos o extraños, son igual de importantes para Él como su propia familia. Es un llamado a centrarse en la obediencia a Dios en lugar de preocuparse por las relaciones familiares terrenales.