La sorprendente travesía de Jesús: El Evangelio de Marcos, Libro 7 del Nuevo Testamento
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El libro del Nuevo Testamento de Marcos, el séptimo de la Biblia, narra la vida y enseñanzas de Jesucristo desde su bautismo hasta su muerte y resurrección. Comienza con el ministerio de Juan el Bautista, quien prepara el camino para la llegada del Mesías.
Jesús es bautizado por Juan y comienza a predicar y realizar milagros en Galilea. Reúne a sus discípulos, quienes lo acompañarán en su misión de anunciar el Reino de Dios y de sanar a los enfermos y marginados de la sociedad.
Durante su ministerio, Jesús enfrenta la oposición de los líderes religiosos y romanos. Critican su enseñanza y acusan a su seguidores de violar la ley. Sin embargo, Él continúa enseñando y curando a la gente.
El libro de Marcos contiene algunos de los milagros más notables de Jesús, como la curación de un paralítico, la resurrección de una niña, la alimentación de cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces, y la curación de un ciego. También narra la transfiguración de Jesús en presencia de tres de sus discípulos.
La última parte del libro se centra en la muerte y resurrección de Jesús. Los líderes religiosos logran arrestarlo y lo llevan ante Pilatos, el gobernador romano, para que lo juzgue. Pilatos, a pesar de no encontrar culpa en Jesús, se siente presionado por la multitud y lo condena a muerte.
Jesús es crucificado y muere en la cruz, pero al tercer día resucita. El libro de Marcos termina con los discípulos descubriendo la tumba vacía y recibiendo el mandato de difundir el Evangelio por todo el mundo.
En resumen, el libro de Marcos cuenta la historia de la vida y enseñanzas de Jesucristo y su misión de traer el Reino de Dios a la Tierra. A través de sus milagros y su amor incondicional, Jesús muestra a la humanidad el camino a la salvación y la vida eterna en Dios.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Mar 7:1 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén;
Mar 7:1 Este verso se refiere al momento en que algunos líderes religiosos, fariseos y escribas, se reunieron con Jesús en una ciudad de Galilea. Los fariseos eran un grupo de judíos que seguían estrictamente la ley mosaica y las tradiciones orales, mientras que los escribas eran expertos en la ley y escrituras judías. Estos líderes religiosos probablemente querían discutir con Jesús y cuestionar su autoridad, ya que había ganado una gran cantidad de seguidores y estaba enseñando nuevas ideas que iban en contra de las interpretaciones tradicionales de la ley. Sin embargo, la respuesta de Jesús a sus preguntas y acusaciones los sorprendió y desafiaron su entendimiento de la ley y la justicia divina.
Mar 7:2 los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban.
Mar 7:2 Este versículo se refiere a una situación en la que algunos de los fariseos (líderes religiosos judíos) observaron a algunos de los discípulos de Jesús comiendo pan sin lavarse las manos primero. Los fariseos tenían una estricta observancia de las leyes ceremoniales de limpieza, y consideraban que las manos sin lavar eran impuras. Por lo tanto, los fariseos estaban condenando a los discípulos de Jesús por no seguir sus prácticas rituales. Sin embargo, Jesús enseñó que lo que realmente contamina a una persona no es lo que entra en su cuerpo, sino lo que viene de su corazón (Marcos 7:20-23). En otras palabras, Jesús enfatizó que es más importante tener una vida interior pura y una buena motivación que seguir reglas y prácticas externas de limpieza.
Mar 7:3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.
Mar 7:3 Este versículo nos presenta una crítica de Jesús hacia los fariseos y los judíos que se aferraban a las tradiciones antiguas, en lugar de seguir las enseñanzas verdaderas. En este caso, Jesús les señala que muchos de ellos no se lavan las manos antes de comer, lo cual era una costumbre común en aquella época para mantener la higiene y evitar enfermedades. Sin embargo, esta tradición se había convertido en una norma religiosa para ellos, y a menudo la seguían más por legalismo que por razones de salud. Jesús les muestra por medio de esta crítica que deben enfocarse en lo verdaderamente importante, que es obedecer los mandamientos de Dios y cuidar de su bienestar y del prójimo.
Mar 7:4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.
Mar 7:4 Este versículo se refiere a una práctica común en la cultura judía de la época de Jesús. Según las leyes judías, había ciertos rituales de purificación que debían llevarse a cabo antes de las comidas y después de tener contacto con objetos impuros. Una de estas prácticas era el lavado de las manos antes de comer, que se realizaba en un lavamanos especial llamado 'mikveh'. Además, se debía limpiar también otros utensilios de la casa para que no estuvieran impuros y poder comer con ellos. Este versículo muestra que los fariseos eran muy observantes de estas prácticas y creían que eran muy importantes para mantener la pureza ritual requerida por la ley judía. Jesús, por otro lado, criticó la práctica de los fariseos por enfocarse demasiado en las prácticas externas en lugar de la verdadera pureza del corazón y la ética.
Mar 7:5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
Mar 7:5 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Marcos y se refiere a un momento en que Jesús y sus discípulos estaban comiendo pan sin lavarse las manos según la tradición de los fariseos y los escribas. Los fariseos y los escribas criticaban a Jesús y a sus discípulos por no seguir la tradición que ellos consideraban esencial para la pureza religiosa. Jesús les responde que lo que contamina al hombre no es lo que entra en su cuerpo a través de la boca, sino lo que sale de su corazón. Con esto, Jesús quería enseñar a sus seguidores que lo más importante no es seguir ritos y tradiciones, sino tener un corazón puro y justo.
Mar 7:6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí.
Mar 7:6 Este versículo se refiere a un episodio en el que Jesús estaba siendo criticado por los líderes religiosos de ese tiempo porque sus discípulos no seguían ciertas tradiciones religiosas. En lugar de responder directamente a las críticas, Jesús los llama hipócritas y cita el profeta Isaías para expresar cómo el pueblo está honrando a Dios solo con palabras, pero sus corazones no están realmente enfocados y comprometidos con él. En las escrituras, el profeta Isaías hace referencia a cómo el pueblo de Israel se volvió ritualista y formalista, siguiendo las prácticas religiosas sin conectarse realmente con Dios en sus corazones. En resumen, Jesús está señalando que la verdadera adoración no se trata solo de hacer cosas externas, sino que se trata de un compromiso sincero y profundo con Dios en nuestros corazones.
Mar 7:7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
Mar 7:7 Este versículo es parte de una discusión que Jesús tiene con los líderes religiosos de su tiempo. Él les está criticando por seguir tradiciones y enseñanzas humanas en lugar de los mandamientos de Dios. El versículo en sí mismo está hablando de cómo estos líderes religiosos están tratando de honrar a Dios y seguir sus leyes, pero lo hacen en vano al enseñar creencias y prácticas que no provienen de los mandamientos de Dios sino de la tradición humana. Jesús está advirtiendo que seguir estas enseñanzas puede apartarnos del verdadero camino de Dios y de su voluntad.
Mar 7:8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
Mar 7:8 Este versículo de la Biblia habla sobre cómo los líderes religiosos en el tiempo de Jesús estaban más preocupados por seguir tradiciones humanas y rituales externos, en lugar de obedecer los mandamientos de Dios. El lavado de los utensilios de cocina y otros objetos era un ritual que se consideraba importante, pero era una tradición humana y no un mandamiento de Dios. Jesús criticó a los líderes por enfocarse en estas acciones externas y no prestar atención a las necesidades internas del corazón y la justicia. En resumen, este versículo destaca la importancia de seguir los mandamientos de Dios en lugar de enfocarse en tradiciones humanas.
Mar 7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
Mar 7:9 En este versículo, Jesús está criticando a los líderes religiosos de su época por poner sus tradiciones por encima de los mandamientos de Dios. En lugar de seguir las enseñanzas de la ley divina, estos líderes estaban más preocupados por mantener sus propias tradiciones y costumbres, incluso si esto significaba descuidar los mandamientos de Dios. Jesús señala que esto es un error y una falta de fe verdadera. Él está llamando a la gente a dejar de lado las tradiciones humanas y centrarse en la obediencia a los mandamientos de Dios.
Mar 7:10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
Mar 7:10 Este verso hace referencia a la ley de Moisés que establece la importancia de honrar a los padres. Honrar a los padres significa mostrar respeto y apoyo a sus decisiones y autoridad, y reconocer todo lo que han hecho por nosotros. El verso también muestra la gravedad del pecado de maldecir a los padres, lo cual se consideraba un delito muy serio en la cultura judía. La ley establece que aquel que maldiga a sus padres, deberá ser condenado a muerte. En resumen, este versículo nos enseña la importancia de honrar a nuestros padres y el respeto y la dignidad que se les debe mostrar, y también nos muestra la gravedad del pecado de desobedecer y maldecir a los padres.
Mar 7:11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,
Mar 7:11 Este versículo se encuentra en el libro de Marcos en el Nuevo Testamento de la Biblia y forma parte de una conversación de Jesús con los fariseos y los escribas. En este contexto, los fariseos estaban criticando a los discípulos de Jesús porque no seguían ciertas tradiciones religiosas, como lavarse las manos antes de comer. En el versículo en cuestión, Jesús está señalando la hipocresía de los fariseos al hacer alarde de su devoción religiosa mientras descuidan su verdadera responsabilidad de cuidar a sus padres en su vejez. Jesús está criticando la práctica de algunos judíos de dedicar sus bienes a Dios a través de un voto o una promesa, llamado Corbán. Una vez que alguien hace un voto de Corbán, ya no puede usar ese dinero o bienes para ayudar a su familia o a cualquier otra persona, porque se considera que ese dinero está dedicado exclusivamente a Dios. Así, el versículo está diciendo que algunos decían "mi ofrenda a Dios, Corbán", en un intento de justificar su negativa a ayudar a sus padres necesitados. Jesús está diciendo que esto no es aceptable, que los mandamientos de Dios de honrar a nuestros padres y cuidarlos en su vejez son más importantes que cualquier voto o promesa que hagamos a Dios. En resumen, Jesús está enseñando la importancia de la compasión y el amor a los demás, incluso por encima de las exigencias religiosas legalistas.
Mar 7:12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,
Mar 7:12 Este versículo se encuentra dentro de un pasaje donde los líderes religiosos estaban tratando de acusar a Jesús y a sus seguidores de transgredir las tradiciones religiosas. En este caso, estaban criticando a los discípulos de Jesús por no lavarse las manos antes de comer, algo que consideraban esencial para mantenerse puros. Jesús les responde diciendo que lo que realmente contamina a una persona es lo que sale de su corazón, no lo que entra por su boca. Y luego hace referencia a la práctica de Corban, por la cual algunas personas dedicaban sus posesiones a Dios en lugar de cuidar de sus padres ancianos. Jesús les dice que si bien esta práctica puede parecer piadosa, en realidad están transgrediendo el mandamiento de honrar a sus padres. El versículo en cuestión se refiere a esto, diciendo que están impidiendo que los hijos hagan más por sus padres al dedicar sus propiedades a Dios en lugar de usarlas para cuidar de sus padres necesitados. En general, este pasaje habla de la importancia de mantener las prioridades correctas y de honrar a Dios al mismo tiempo que se cuida y respeta a los demás, especialmente a los miembros de la propia familia.
Mar 7:13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.
Mar 7:13 Este versículo se refiere a la idea de que los líderes religiosos en la época de Jesús estaban más preocupados por seguir y enseñar sus propias tradiciones y normas en lugar de seguir fielmente la Palabra de Dios. A menudo, estas tradiciones eran tan arraigadas que se convirtieron en una parte integral de su práctica religiosa y de sus vidas diarias. Jesús les estaba diciendo que estaban invalidando la Palabra de Dios al poner su tradición por encima de ella, y que muchas de las cosas que estaban haciendo eran en realidad una distorsión de lo que Dios había ordenado. En resumen, el versículo es una crítica a los líderes religiosos por poner sus propias tradiciones por encima de la Palabra de Dios.
Mar 7:14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:
Mar 7:14 Este versículo se refiere a una ocasión en que Jesús convocó a una multitud para enseñarles un mensaje importante. Él quería que todos entendieran lo que estaba diciendo, por lo que les pidió que prestaran atención con atención a sus palabras. En ese momento, Jesús estaba tratando de comunicar una verdad esencial acerca de la naturaleza de Dios y su amor incondicional por todas las personas. Al reunir a la multitud y llamar la atención de todos, Jesús quería asegurarse de que su mensaje llegara a todos los que pudieran necesitarlo.
Mar 7:15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.
Mar 7:15 Este versículo habla sobre la importancia de la pureza interior. Jesús explica que no es lo que entra en el cuerpo del hombre lo que puede contaminarlo, sino lo que sale de su corazón, es decir, sus pensamientos, actitudes y acciones. Jesús está hablando sobre la necesidad de tener una vida interior pura y libre de malas intenciones, y sobre cómo nuestras palabras y acciones pueden influir en los demás. Esto es una llamada a la responsabilidad personal y a la necesidad de cuidar no solo de nuestro cuerpo físico, sino también de nuestra vida interior y el impacto que tenemos en el mundo.
Mar 7:16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
Mar 7:16 Este versículo es una invitación a prestar atención y comprender lo que se dice. Se dice que aquellos que tengan "oídos para oír" deben escuchar y entender lo que está siendo dicho. Es una forma de decir que la verdad es revelada a aquellos que están dispuestos a escuchar y aprender. Además, puede ser una manera de enfatizar la importancia de la atención y la concentración en el mensaje que se está compartiendo.
Mar 7:17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola.
Mar 7:17 Este versículo forma parte de un pasaje más amplio en el que Jesús está hablando a una multitud y les habla en parábolas, o historias simbólicas, para enseñar verdades espirituales. Después de hablar a la multitud, Jesús se aleja y entra en una casa. Sus discípulos, que lo siguieron, le preguntan sobre una de las parábolas que acababa de contar, buscando una explicación más detallada y comprensible. Este verso simplemente establece el contexto de la situación en la que se produce la pregunta de los discípulos.
Mar 7:18 El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar,
Mar 7:18 Este versículo se refiere a una discusión entre Jesús y los fariseos, quienes estaban preocupados por la falta de cumplimiento de las leyes ceremoniales de lavado de manos y utensilios antes de comer. Jesús les dice que lo que entra en el cuerpo no puede contaminar espiritualmente a una persona, como ellos creían, sino que lo que sale del corazón de un hombre es lo que lo contamina. En otras palabras, la impureza no viene del exterior sino del interior. Jesús estaba enseñando que la verdadera impureza se encuentra en las actitudes y motivos del corazón, no en la comida o en objetos externos.
Mar 7:19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
Mar 7:19 Este versículo es parte de una discusión entre Jesús y los fariseos acerca de la ley judía de purificación alimentaria. Jesús está argumentando que lo que contamina a una persona no es lo que come, sino lo que sale de su corazón, como la maldad, la envidia, la ira, etc. Los fariseos creían que ciertos alimentos eran impuros y que comerlos contaminaba a la persona. Jesús les está diciendo que el alimento que comemos no puede contaminar nuestro corazón (nuestra alma), lo que puede mancharlo es la maldad que surge de nuestro interior y eso es lo que realmente nos hace impuros. Por lo tanto, lo que una persona come no tiene un efecto espiritual sobre ella, los alimentos en sí mismos no pueden hacer a una persona pecadora o impura. Jesús hace esta declaración de que los alimentos no entran al corazón sino al vientre y se eliminan, para explicar que la ley de purificación alimentaria no es importante para la salvación espiritual.
Mar 7:20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.
Mar 7:20 Este versículo es parte de un pasaje donde Jesús está hablando sobre las tradiciones religiosas y la pureza ritual. Él está argumentando que lo que contamina al hombre no es lo que entra en su boca (como los alimentos prohibidos por la ley judía), sino lo que sale de su corazón y de su boca. Lo que sale del hombre, como sus malos pensamientos, acciones y palabras, es lo que realmente lo contamina. En otras palabras, lo que está dentro del corazón humano, como la maldad, el egoísmo, la envidia o el odio, es lo que realmente hace impura a una persona, no las cosas externas que pueda comer o tocar. Por lo tanto, Jesús enfatiza la importancia de la pureza interior y de no juzgar a los demás por su apariencia o sus prácticas religiosas.
Mar 7:21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
Mar 7:21 En este versículo, Jesús está explicando que la fuente del mal no proviene del exterior, sino del interior de las personas. Es decir, los pensamientos y acciones malvadas no surgen de las circunstancias o de factores externos, sino que son el resultado de la naturaleza humana caída. Jesús enumera algunos de los pecados más comunes que provienen del corazón humano: los malos pensamientos, el adulterio, la fornicación y el homicidio. Cada uno de estos pecados surge de una raíz común: la maldad del corazón humano. La implicación de este versículo es que necesitamos una transformación profunda en nuestro interior para poder superar nuestros instintos pecaminosos y vivir una vida justa y recta. Es solo a través de una obra de Dios en nuestras vidas que podemos cambiar de dentro hacia fuera.
Mar 7:22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
Mar 7:22 Este versículo se encuentra dentro de una lista de pecados y malas conductas que Jesús menciona durante su enseñanza, y está enfocado en la idea de que lo que verdaderamente contamina al hombre no es lo que entra en su cuerpo desde afuera, sino lo que sale desde su corazón hacia afuera. En esta lista encontramos diversos comportamientos negativos como los hurtos (robo), avaricias (codicia), maldades (malicia), engaño (mentira), lascivia (lujuria), envidia (celos), maledicencia (hablar mal de otros), soberbia (orgullo) e insensatez (falta de juicio). La idea principal aquí es que estas conductas no son adecuadas para una persona que desee ser buena y justa. Jesús está enseñando que lo que realmente importa es la intención del corazón, y que si dejamos que estos pecados contaminen nuestra mente y corazón, entonces eso se reflejará en nuestras acciones hacia los demás. Por lo tanto, es importante ser conscientes de nuestras intenciones y mantenernos alejados de estos comportamientos negativos.
Mar 7:23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
Mar 7:23 Este versículo es parte de un discurso de Jesús en el cual está hablando sobre la importancia de lo que viene de adentro de una persona. Él está diciendo que todas las cosas malas que salen de una persona (como la envidia, la ira, la lujuria, etc.) son las que realmente lo contaminan. Es decir, no es lo que entra en el cuerpo (como la comida o bebida) lo que realmente hace daño a una persona, sino lo que sale de su corazón. Jesús está llamando la atención a sus seguidores sobre la importancia de tener un corazón puro y limpio.
Mar 7:24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.
Mar 7:24 Este versículo describe un momento en el que Jesús se alejó de la multitud y se fue a otra región para descansar. Él entró en una casa, pero no quería que nadie supiera donde estaba, probablemente para tener algo de privacidad y tranquilidad. Sin embargo, su fama era tal en ese momento que no pudo evitar que la gente se diera cuenta de su presencia. Este versículo puede mostrar la necesidad de Jesús de tener momentos de soledad y tranquilidad, pero también muestra que la gente siempre lo buscaba y lo seguía en todas partes.
Mar 7:25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies.
Mar 7:25 Este verso en particular describe un evento en el que una mujer cuya hija estaba poseída por un demonio, escuchó sobre Jesús y decidió buscar su ayuda. La mujer se acercó a Jesús y se postró a sus pies para implorarle que sanara a su hija. Este verso muestra la fe que la mujer tenía en Jesús y su desesperación por salvar a su hija del espíritu inmundo. Es una muestra del poder de Jesús para sanar y liberar de las posesiones demoníacas.
Mar 7:26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.
Mar 7:26 Este versículo del Nuevo Testamento se encuentra en el libro de Marcos, capítulo 7, versículo 26. Habla de una mujer que era griega y sirofenicia, lo que significa que su ascendencia era de fenicia, un pequeño reino en el Mediterráneo oriental que se encuentra en lo que hoy es la costa libanesa y parte de la costa siria. El contexto de este versículo es que Jesús estaba cerca de Tiro y Sidón, ciudades que estaban fuera de Israel, y esta mujer acudió a él para pedir que expulsara a un demonio de su hija. Debemos tener en cuenta que, en la época en que se escribió este texto, los judíos y los gentiles no solían mezclarse y los gentiles eran considerados impuros por los judíos. Al pedir ayuda a Jesús, esta mujer probablemente estaba consciente de esta tensión entre judíos y gentiles, pero ella tenía una fe lo suficientemente fuerte como para pedir ayuda a Jesús, independientemente de su origen étnico. Aunque al principio Jesús pareció rechazarla debido a su identidad, la perseverancia de la mujer y su fe finalmente conmovieron a Jesús, y como resultado él expulsó al demonio de su hija. Este versículo es importante porque destaca la idea de que la fe no discrimina contra las personas en función de su origen étnico o cultural, y que la ayuda de Dios está disponible para todos los que creen, sin importar su identidad.
Mar 7:27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
Mar 7:27 En este versículo, Jesús está hablando con una mujer que le pide que sane a su hija. Los discípulos querían que Jesús la rechazara porque no era judía, pero Jesús le dice a la mujer que "deje primero que se sacien los hijos" refiriéndose a los judíos, quienes eran considerados los "hijos" de Dios en ese momento. Jesús estaba diciendo que la salvación pertenece primero a los judíos y debían recibir su mensaje antes de que él pudiera compartir su mensaje con los gentiles, quienes eran considerados como los "perros" en ese momento. Jesús estaba hablando simbólicamente y su respuesta se centró en la respetabilidad de la ley y la relación que tenía con la tradición judía.
Mar 7:28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
Mar 7:28 En este pasaje del Nuevo Testamento, una mujer cananea acude a Jesús en busca de ayuda para su hija que está poseída por un demonio. Jesús inicialmente le responde que su misión es para los judíos, pero la mujer le suplica que la ayude. En este versículo, la mujer le responde a Jesús diciendo que incluso los "perrillos" (o perros pequeños) son alimentados con las migajas que caen de la mesa de los hijos (una metáfora que representa a los judíos). Es una forma de expresar su fe y súplica por la ayuda de Jesús, incluso como una no judía y considerada socialmente inferior. Jesús finalmente admira su fe y sana a su hija. Este pasaje tiene un significado importante sobre la inclusión y la compasión hacia los demás, independientemente de su origen o estatus social.
Mar 7:29 Entonces le dijo: Por esta palabra, vé; el demonio ha salido de tu hija.
Mar 7:29 Este versículo se encuentra en el contexto de Jesús que se encuentra en la región de Tiro y Sidón y una mujer pagana le suplica que cure a su hija que está poseída por un demonio. Jesús hace una referencia a los hijos de Israel que tienen derecho a ser curados primero, pero la mujer se humilla ante él y le suplica que cure a su hija. Finalmente, Jesús le dice que por su fe, la hija ha sido sanada y que el demonio ha salido de ella. Este verso muestra la autoridad de Jesús sobre los demonios y la importancia de tener fe en él para obtener la curación.
Mar 7:30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.
Mar 7:30 Este versículo hace referencia a un evento en el cual una mujer -la cual no se menciona su nombre- acudió a Jesús para que este sanara a su hija, la cual estaba poseída por un demonio. Jesús le dijo que el demonio había salido de su hija y que podía regresar a su casa en paz. Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, lo que sugiere que había sido curada de su posesión demoníaca. El pasaje ilustra el poder de Jesús para curar a las personas que estaban poseídas por demonios y cómo su fe activa puede establecer la curación.
Mar 7:31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis.
Mar 7:31 Este versículo es parte de la narración de los viajes de Jesús por la región de Tiro y Sidón, y su regreso al Mar de Galilea. Decápolis era una región griega y romana que incluía diez ciudades en la zona este del río Jordán, y Jesús pasó por allí en su camino de vuelta al Mar de Galilea. Este versículo puede parecer simplemente un detalle geográfico, pero muestra el alcance de los viajes de Jesús y su disposición a llegar a diferentes lugares para compartir su mensaje con la gente.
Mar 7:32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
Mar 7:32 En este versículo, se habla de un hombre que era sordo y tartamudo, lo que significa que tenía problemas para hablar y oyentes desde hace mucho tiempo. La gente lo llevó ante Jesús y le suplicó que pusiera sus manos sobre él para sanarlo. Esto muestra cómo la gente creía en la capacidad de Jesús para realizar milagros y curaciones, y buscaban su ayuda para sanar a quienes sufrían de enfermedades y dolencias. El gesto de poner las manos sobre el hombre también simboliza la bendición y el poder que Jesús tiene para sanar y transformar las vidas de las personas.
Mar 7:33 Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;
Mar 7:33 Este versículo describe una escena en la que Jesús está curando a un hombre sordo y mudo. Él lo sacó de la multitud y lo llevó aparte para tratarlo en privado. Luego, metió los dedos en las orejas del hombre para abrir sus conductos auditivos y, finalmente, tocó su lengua con su propia saliva para sanarlo de su mutismo. Esta es solo una de las muchas curaciones milagrosas que se atribuyen a Jesús en el Nuevo Testamento.
Mar 7:34 y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto.
Mar 7:34 Este versículo es parte de un relato en el cual Jesús se encuentra con un hombre sordo y con dificultades para hablar. Jesús lo llevó aparte, le tocó los oídos y la lengua y, al mirar hacia el cielo, pronunció la palabra "Efata" que significa "sé abierto" (en arameo), lo cual provocó que el hombre fuera capaz de oír y hablar con normalidad. Este versículo muestra cómo Jesús utilizaba tanto las capacidades físicas como las espirituales para sanar a las personas, y también cómo su poder y autoridad venían de Dios.
Mar 7:35 Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
Mar 7:35 Este versículo se refiere a un milagro que Jesús realizó. Él curó a un hombre que era sordo y no podía hablar correctamente. Cuando Jesús lo curó, el hombre fue capaz de escuchar sonidos y hablar con claridad. La "ligadura" en su lengua se refiere a la dificultad que tenía para hablar debido a su sordera y probablemente alguna lesión. El versículo muestra el poder y la compasión de Jesús al sanar a aquellos que lo necesitan.
Mar 7:36 Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.
Mar 7:36 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús curó a un hombre sordo y con dificultades en el habla en una multitud. Después de la curación, Jesús les ordenó a las personas presentes que no contaran a nadie lo que habían visto y oído. Sin embargo, cuanto más Jesús les ordenaba que guardaran silencio, más las personas hablaban de lo sucedido y lo divulgaban entre sus conocidos. Este versículo muestra que Jesús ya sabía que su fama y popularidad se expandirían a medida que más personas escucharan de sus enseñanzas y milagros.
Mar 7:37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.
Mar 7:37 El versículo hace referencia a la capacidad de Jesús para realizar milagros y sanar a las personas. La gente que lo presenciaba se maravillaba y reconocía que todo lo que hacía era maravilloso. Específicamente, se menciona que Jesús pudo hacer escuchar a los sordos y hablar a los mudos, lo que demuestra su poder divino y su habilidad para sanar a las personas en su totalidad. El versículo es una muestra del impacto que Jesús tuvo en sus seguidores y cómo su presencia en la Tierra cambió la vida de muchas personas.