El Libro 8 del Nuevo Testamento del evangelio de Marcos continúa la narración del ministerio de Jesús, su enseñanza y sus milagros. El capítulo comienza con la alimentación de los cuatro mil, donde Jesús multiplica los panes y los peces para saciar a una multitud hambrienta.
Luego, Jesús discute con los fariseos que buscaban una señal milagrosa, y les dice que la única señal que recibirán es la de Jonás. Jesús se aleja de ellos y junto a sus discípulos, les advierte sobre el fermento de los fariseos y el fermento de Herodes.
Más tarde, en Cesarea de Filipo, Jesús les pregunta a sus discípulos quién piensan que es Él, y Pedro responde que es el Mesías. Jesús les dice que no deben divulgarlo a nadie.
A partir de ahí, Jesús predice su propia muerte y resurrección, y les enseña sobre el costo de seguirlo. Luego, Jesús transfigura en el monte y habla con Moisés y Elías.
Finalmente, este libro del Nuevo Testamento continúa con la historia de un niño endemoniado que es sanado por Jesús, mientras Él les enseña a sus discípulos sobre la importancia de la fe y la oración.
En resumen, el Libro 8 del evangelio de Marcos continúa con la narración de la vida de Jesús y su ministerio, y destaca la importancia de tener fe y estar preparados para el costo de seguirlo. También se resalta la importancia de reconocer a Jesús como el Mesías y cómo eso implica cambios en la vida de una persona.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Mar 8:1 En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:
Mar 8:1 Este versículo del Nuevo Testamento nos habla de cómo Jesús se hizo cargo de la necesidad de la multitud que había acudido a escucharle. La gente estaba hambrienta, pero no tenían comida para comer. Jesús llamó a sus discípulos y les pidió que encontraran alimentos para todos. La acción de Jesús en este momento muestra su preocupación y compasión por la gente que lo sigue, y su disposición para ayudarles en sus necesidades. También nos recuerda el mandato de Jesús de amar y servir a los demás como una forma de reflejar el amor de Dios.
Mar 8:2 Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;
Mar 8:2 Este versículo se refiere a cuando Jesús se encontraba en el desierto con un gran número de seguidores que habían estado con él durante tres días sin comida. Jesús sentía compasión por ellos, es decir, tuvo un gran sentimiento de tristeza y empatía por su situación de hambre y necesidad. Esto muestra la sensibilidad y el amor que Jesús tenía por la gente, y su deseo de ayudarlos en su necesidad. Finalmente, Jesús realizó el milagro de alimentar a todos los que estaban allí con solo unos pocos panes y peces, demostrando su poder y su amor por las personas.
Mar 8:3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.
Mar 8:3 Este versículo se refiere a una situación en la que Jesús estaba alimentando a una multitud de personas que lo seguían. Él se dio cuenta de que la gente había pasado mucho tiempo con él y estaba cansada y hambrienta. Entonces, les dijo a sus discípulos que si los enviaba a casa en ayunas, algunos de ellos podrían desmayarse en el camino, ya que habían venido de lejos. En resumen, Jesús se preocupaba por las necesidades físicas de las personas y no quería que sufrieran en su regreso a casa.
Mar 8:4 Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?
Mar 8:4 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús estaba en el desierto con sus discípulos y una gran multitud de personas que lo seguían. Los discípulos se dieron cuenta de que la multitud no tenía suficiente comida para comer y se preocuparon por cómo podrían satisfacer el hambre de todos en ese lugar desolado. En lugar de responder directamente a la pregunta, Jesús decidió hacer un milagro y alimentar a la multitud con solo unos pocos panes y peces. De esta manera, Jesús demostró su poder divino y su capacidad para satisfacer las necesidades de las personas incluso en situaciones difíciles. El versículo también puede interpretarse como la necesidad de confiar en la fe en Dios para satisfacer nuestras necesidades en lugar de preocuparnos por cómo resolver los problemas por nuestra cuenta.
Mar 8:5 El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete.
Mar 8:5 Este verso se encuentra en el evangelio de Marcos, capítulo 8, y es parte de la historia en la que Jesús alimenta a una multitud con solo siete panes y unos pocos peces. En este contexto, Jesús está hablando con sus discípulos sobre la necesidad de alimentar a la multitud que los ha seguido durante tres días y que ahora no tienen comida. Jesús les pregunta a sus discípulos cuántos panes tienen a su disposición para alimentar a la gente. Los discípulos responden que solo tienen siete panes. Parece ser una cantidad insuficiente para alimentar a una multitud tan grande, pero Jesús les pide que la traigan. Luego, Él toma los panes, los bendice, los parte y le da a sus discípulos para que les den a la gente. Milagrosamente, los panes multiplican y alimentan a las miles de personas que habían estado siguiendo a Jesús. Este verso muestra la importancia de confiar en Jesús en situaciones en las que podemos sentir que nuestras habilidades o recursos son insuficientes. En lugar de preocuparnos por lo que no tenemos o por lo que necesitamos, podemos confiar en que Jesús proveerá y multiplicará lo que tenemos para que sea suficiente.
Mar 8:6 Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.
Mar 8:6 Este versículo narra el milagro de la multiplicación de los panes y los peces por Jesús. La multitud estaba hambrienta y no había suficiente comida para alimentarlos, pero Jesús tomó siete panes, dio gracias y los partió para que sus discípulos los distribuyeran entre la multitud. A través del poder de su fe y su bendición, los siete panes se multiplicaron y satisfacieron a la multitud. Este milagro es un ejemplo del poder divino de Jesús y su capacidad para proveer incluso en situaciones aparentemente imposibles.
Mar 8:7 Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante.
Mar 8:7 Este versículo pertenece a un relato en el que Jesús alimenta a una multitud con unos pocos panes y peces. Antes de la multiplicación de los panes y peces, los discípulos de Jesús sólo habían traído unos pocos peces. Jesús los bendijo y los mandó a ponerlos delante junto con los panes. Este gesto de bendición y colocación frente a la gente muestra la confianza de Jesús en la provisión de Dios y su disposición a compartir incluso los recursos más pequeños. Al final, todos fueron alimentados y todavía sobraron cestas llenas de pan y peces.
Mar 8:8 Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas.
Mar 8:8 Este versículo hace referencia al milagro de la multiplicación de los panes y los peces realizado por Jesús. Él había enseñado y curado a muchas personas durante todo el día en el desierto, y cuando llegó la hora de cenar, los discípulos le dijeron que no había suficiente comida para alimentar a todos. Entonces, Jesús tomó cinco panes y dos pescados, los bendijo, los partió y los distribuyó entre la multitud. Todos comieron y se saciaron, y de hecho, incluso hubo sobras que se recogieron en siete canastas. Este pasaje es un ejemplo del poder milagroso y la generosidad de Jesús, y cómo Él puede satisfacer nuestras necesidades incluso cuando parece que no hay suficiente para todos.
Mar 8:9 Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió.
Mar 8:9 Este versículo se refiere a un acontecimiento en el que Jesús alimentó a una multitud de cuatro mil personas con solo siete panes y unos pocos peces. Después de que todos comieron, Jesús los despidió, lo que significa que los liberó de su presencia y los dejó ir. Este milagro alimenticio fue un testimonio de la abundancia y el poder divino de Jesús y muestra su preocupación por las necesidades físicas de las personas.
Mar 8:10 Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.
Mar 8:10 Este versículo describe un momento en la vida de Jesús en el que subió a un barco con sus discípulos y navegó hacia la región de Dalmanuta. No se proporciona ningún detalle adicional sobre el propósito de este viaje en particular. Sin embargo, en el contexto más amplio del capítulo, Jesús ha estado predicando, curando a enfermos y multiplicando panes y peces para alimentar a una multitud. Es posible que este viaje fuera simplemente parte de su misión de llevar su mensaje a más personas y hacer aún más obras milagrosas.
Mar 8:11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle.
Mar 8:11 Este versículo es parte de una historia en la que Jesús estaba hablando con una multitud de personas. Los fariseos eran un grupo religioso judío que se oponían a Jesús y a su enseñanza. En este momento, los fariseos querían poner en evidencia a Jesús, así que le pidieron que les mostrara una señal del cielo para demostrar que él era de Dios. Sin embargo, Jesús sabía que los fariseos no buscaban la verdad, sino que solo estaban tratando de atraparlo en una trampa. Por lo tanto, Jesús no les dio la señal que pedían. En cambio, les recordó la falta de fe que habían mostrado en el pasado. En resumen, este versículo muestra cómo los fariseos intentaron poner en evidencia a Jesús, pero Jesús no se dejó atrapar en su trampa, y en cambio, les recordó su falta de fe.
Mar 8:12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación.
Mar 8:12 En este versículo, Jesús está hablando con los fariseos y otros líderes religiosos que le estaban pidiendo una señal de que era realmente el Mesías. Jesús se sintió frustrado por esta petición ya que había realizado muchas señales y milagros ya y estos líderes religiosos ya deberían haber creído. Entonces, Jesús les dijo que no les daría ninguna otra señal y que su incredulidad era un obstáculo para su fe. Este versículo muestra la impaciencia y la frustración de Jesús con aquellos que se aferran a la incredulidad a pesar de la evidencia clara.
Mar 8:13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.
Mar 8:13 Este versículo es parte de la narrativa en el Evangelio de Marcos acerca de Jesús alimentando a una gran multitud con unos pocos panes y peces. Después de que todos comieron y se saciaron, Jesús mandó a sus discípulos a recoger los restos para que no se desperdiciara nada. En el versículo anterior, vemos que los discípulos recogieron siete canastas llenas de sobras. Entonces, en el versículo que mencionas, vemos que después de realizar este milagro y de haber completado su enseñanza a la multitud, Jesús dejó a sus discípulos y se fue a la otra ribera del mar en una barca. Este evento es importante porque muestra la autoridad y el poder de Jesús sobre la naturaleza, ya que puede calmar las tormentas y caminar sobre el agua. También nos recuerda que Jesús tiene una misión y un propósito más grande que solo alimentar a la multitud, y que su enfoque principal era compartir el mensaje del Reino de Dios.
Mar 8:14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.
Mar 8:14 Este versículo se encuentra en el libro de Marcos, capítulo 8, versículo 14. En este relato, Jesús y sus discípulos habían estado enseñando a una multitud durante tres días y no habían comido mucho durante ese tiempo. Después de eso, Jesús alimentó a una multitud de unos 4.000 hombres con sólo siete panes y unos pocos peces. El versículo que mencionas es parte de la historia después de este evento. Cuando Jesús y sus discípulos se fueron en una barca después de la multitud haber sido alimentada, se dieron cuenta de que no tenían suficiente pan para ellos. Sólo tenían un pan entre ellos y estaban preocupados por cómo iban a conseguir más. Este versículo muestra cómo incluso los discípulos pueden olvidarse de la obra poderosa de Jesús y preocuparse por cosas mundanas como el pan. Pero Jesús les recordó que no necesitaban preocuparse por tener suficiente pan, porque Él estaba con ellos y los proveería. Este versículo es un recordatorio para todos nosotros de confiar en el poder y la provisión de Jesús en nuestra vida diaria.
Mar 8:15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
Mar 8:15 Este versículo se encuentra en el Evangelio según Marcos, capítulo 8, verso 15. En este pasaje, Jesús está advirtiendo a sus discípulos sobre los peligros de las enseñanzas de los fariseos y de Herodes. La levadura es una sustancia que se utiliza para fermentar la masa del pan, y en la Biblia a menudo se utiliza como un símbolo de la corrupción y la influencia negativa. En este contexto, la levadura de los fariseos se refiere a su hipocresía y legalismo, mientras que la levadura de Herodes se refiere a su mundanalidad y falta de valores éticos y morales. Jesús está diciendo a sus discípulos que tengan cuidado de ser influenciados por estas ideas y comportamientos negativos, y que se mantengan firmes en su propia fe y en las enseñanzas verdaderas que les ha dado. Este pasaje es una llamada a la vigilancia y a la pureza, y una advertencia contra los peligros de apartarse del camino correcto.
Mar 8:16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.
Mar 8:16 Este versículo es parte de un pasaje más amplio en el que Jesús había multiplicado los panes y los peces para alimentar a una gran multitud. Después de que los discípulos recogieron los sobrantes de la comida, se subieron a un barco y comenzaron a navegar hacia otra ciudad. Durante el viaje, los discípulos comenzaron a discutir entre ellos acerca de por qué no habían traído suficiente pan para el viaje. En otras palabras, estaban preocupados por la comida y no habían entendido el significado del milagro de la multiplicación de los panes. Jesús más tarde les reprendería por su falta de fe y su preocupación por cosas materiales en lugar de confiar en la provisión de Dios.
Mar 8:17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?
Mar 8:17 Este versículo del Nuevo Testamento, específicamente del Evangelio de Marcos, nos habla sobre una conversación que Jesús tuvo con sus discípulos después de que él los alimentara a todos con unos pocos panes y peces. Jesús se da cuenta de que sus discípulos están discutiendo entre ellos y les pregunta cuál es el motivo de su discusión. Él se da cuenta de que en realidad están preocupados por no tener suficiente comida, lo que indica que aún no comprenden del todo su poder y su capacidad para multiplicar los panes. Es por eso que Jesús les pregunta si aún no han entendido y si tienen el corazón endurecido, lo que indica una falta de fe y confianza en él. En otras palabras, Jesús quiere decir que sus discípulos deberían estar confiando en la provisión de Dios en lugar de preocuparse por sus necesidades físicas y materiales.
Mar 8:18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?
Mar 8:18 Este versículo es una crítica de Jesús a sus discípulos y a aquellos que lo rodeaban en ese momento. Les está diciendo que aunque tienen la capacidad física de ver y oír, no están realmente prestando atención ni entendiendo lo que él está tratando de transmitirles. Jesús también les está diciendo que no están recordando las enseñanzas que ya les ha dado, lo que implica que no están prestando suficiente atención y no están comprometidos con su aprendizaje y seguimiento de sus enseñanzas. En resumen, Jesús está llamando a la atención de aquellos que se dicen seguidores pero que no están realmente conectados con su mensaje y su camino.
Mar 8:19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.
Mar 8:19 Este versículo es parte de un relato en el que Jesús alimenta a una multitud de 5,000 personas con solo cinco panes y dos peces. Después de que la multitud había sido alimentada, Jesús les pregunta a sus discípulos cuántas cestas de sobras recogieron después de que la comida había sido distribuida. Los discípulos responden que recogieron 12 cestas llenas. El significado de este relato es que Jesús tiene el poder de proveer para todas las necesidades de su pueblo, incluso cuando los recursos son limitados. También muestra la importancia de no desperdiciar los recursos y de confiar en la provisión divina que siempre es suficiente. Además, el hecho de que se recogieron más sobras de las que se necesitaban muestra la generosidad de Dios y la importancia de compartir con los demás.
Mar 8:20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.
Mar 8:20 Este versículo se refiere a un pasaje en el que Jesús alimentó a una multitud de cuatro mil personas con tan solo siete panes. Después de que todos comieran, Jesús preguntó a sus discípulos cuántas canastas llenas de pedazos recogieron. Los discípulos respondieron que recogieron siete canastas llenas. Este milagro es un ejemplo del poder sobrenatural de Jesús y su capacidad para proveer a las multitudes necesitadas. También puede simbolizar la provisión abundante de Dios para nuestras necesidades tanto físicas como espirituales.
Mar 8:21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?
Mar 8:21 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Marcos, capítulo 8, versículo 21. Jesús acababa de alimentar a una multitud con unos pocos panes y peces, y luego se fue con sus discípulos en un bote a la otra orilla del lago. Durante el viaje, Jesús les advirtió que se cuidaran del fermento de los fariseos y de Herodes. Pero los discípulos no entendieron lo que quería decirles y comenzaron a discutir entre ellos sobre la falta de pan. Esto enfureció a Jesús y les preguntó: "¿Cómo es que aún no entienden?" Jesús estaba frustrado porque sus discípulos habían estado con él durante un tiempo y todavía no comprendían lo que él estaba tratando de enseñarles. Él quería que sus discípulos entendieran sus enseñanzas y fueran capaces de compartirlas con otros. Pero su falta de comprensión fue un recordatorio de que la fe y el entendimiento son un regalo de Dios, y que a veces, por más que alguien trate de entender, solo Dios puede abrir los ojos de nuestros corazones para que podamos ver y comprender la verdad.
Mar 8:22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.
Mar 8:22 Este versículo del Evangelio de Marcos hace referencia a un momento en el que Jesús visitó la ciudad de Betsaida y fue llevado a un hombre ciego por algunas personas que le solicitaron que lo tocara. La creencia popular en ese momento era que el toque de Jesús podía sanar enfermedades y dolencias, por lo que los allegados del ciego esperaban que pudiera recuperar la vista. El acto de tocar al enfermo también muestra la empatía de Jesús hacia las personas que sufren y su compasión por aquellos que buscan su ayuda. El episodio finalmente resulta en la curación del ciego, lo que demuestra el poder divino de Jesús y la fe que sus seguidores depositan en él.
Mar 8:23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo.
Mar 8:23 Este versículo describe la curación de un hombre ciego por parte de Jesús. Después de llevar al hombre fuera de la aldea, Jesús escupió en sus ojos y puso sus manos sobre ellos antes de preguntarle si podía ver algo. Muchas personas interpretan este acto como un símbolo de la importancia del contacto personal y la conexión física en la curación de Jesús, pero también hay quienes creen que puede haber sido un método literal de sanación utilizado en la época. En cualquier caso, el versículo es un recordatorio de la habilidad de Jesús para realizar milagros y ofrecer esperanza a aquellos que sufren.
Mar 8:24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.
Mar 8:24 En este verso, Jesús acababa de sanar a un ciego, pero cuando el ciego primero recobró la vista, vio hombres como árboles que caminaban. La curación de su ceguera no fue completa de inmediato. Jesús entonces puso de nuevo las manos sobre sus ojos, y cuando el hombre abrió sus ojos, ya podía ver claramente. Este verso muestra la compasión de Jesús por un hombre que había sido ciego toda su vida y su habilidad para realizar milagros. Además, este versículo también demuestra que a veces el proceso de sanación no sucede de una sola vez, sino que requiere tiempo y paciencia.
Mar 8:25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
Mar 8:25 Este versículo se refiere a un milagro que realizó Jesús. En este caso, Jesús puso sus manos sobre los ojos de un hombre que estaba ciego y lo curó. Después de hacerlo una vez, el hombre sólo podía ver vagamente. Entonces, Jesús le puso de nuevo sus manos sobre los ojos y esta vez el hombre fue completamente sanado y pudo ver con claridad a todos desde una distancia. Este milagro demuestra el poder y la compasión de Jesús hacia aquellos que sufren y necesitan ser curados.
Mar 8:26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Mar 8:26 Este versículo se refiere a un milagro que Jesús realizó al sanar a un hombre ciego. Después de realizar el milagro, Jesús le pidió al hombre que no regresara a la aldea ni le dijera a nadie lo que había sucedido. Es posible que Jesús haya querido evitar que la gente se confundiera acerca de su verdadera naturaleza y propósito en la tierra, o tal vez quería evitar una reacción exagerada de las personas que buscarían explotar el milagro para su propio beneficio. En cualquier caso, esta orden de Jesús demuestra su humildad y humildad, y su preocupación por evitar cualquier forma de alboroto o sensacionalismo.
Mar 8:27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
Mar 8:27 En este versículo, Jesús y sus discípulos estaban en camino por las aldeas de Cesarea de Filipo cuando Jesús les preguntó a sus discípulos quién pensaban que era Él. Él quería saber cómo la gente percibía su identidad y misión en la tierra. Esta pregunta era importante para que los discípulos se dieran cuenta de que la opinión de la gente sobre Jesús no era tan importante como su comprensión personal del Salvador y su relación con Él.
Mar 8:28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.
Mar 8:28 En este versículo del Nuevo Testamento, Jesús está preguntando a sus discípulos quién creen que él es. Algunos de ellos responden diciendo que creen que es Juan el Bautista, otros creen que es Elías, y otros creen que es alguno de los profetas. Estas respuestas sugieren que la gente en esa época tenía distintas interpretaciones de quién podría ser el Mesías, y estaban buscando pistas en las personas que habían venido antes que Jesús. Jesús luego les pregunta directamente a sus discípulos quién creen que es él, a lo que Pedro responde que él cree que Jesús es el Mesías.
Mar 8:29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.
Mar 8:29 Este versículo se refiere a un pasaje de la Biblia en el que Jesús está hablando con sus discípulos acerca de su identidad. Él les pregunta: "¿Quién dice la gente que soy?" Y ellos responden diciendo que algunos piensan que es Juan el Bautista, otros que es Elías, y otros que es uno de los profetas antiguos. Luego, Jesús les hace una pregunta más personal y directa: "¿Y vosotros, quién decís que soy?" Es en este momento que Pedro, uno de los discípulos de Jesús, responde: "Tú eres el Cristo", lo que significa que Pedro cree que Jesús es el Mesías prometido en la antigua profecía de la Biblia. Este versículo es significativo porque marca un punto clave en la vida de Jesús y en su relación con sus seguidores. A partir de aquí, Jesús comienza a hablar más abiertamente de su misión y propósito en la Tierra, y se hace aún más evidente que hay una multitud de personas que creen en él como el verdadero Hijo de Dios.
Mar 8:30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.
Mar 8:30 Este versículo se encuentra dentro del pasaje donde Jesús pregunta a sus discípulos quién piensan que es Él. Pedro responde diciendo que Él es el Cristo. Sin embargo, Jesús ordena a sus discípulos que no revelen esto a nadie todavía. Es posible que Jesús quisiera evitar que la gente lo viera como un líder político o militar, en lugar de como el Salvador espiritual que vino a salvar a la humanidad del pecado. También podría haber querido evitar la persecución y la oposición prematura de los líderes religiosos y políticos de su tiempo. En general, este versículo muestra cómo Jesús tenía un plan y una estrategia cuidadosa para su ministerio y cómo sus discípulos debían obedecer sus órdenes.
Mar 8:31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.
Mar 8:31 En este versículo, Jesús está hablando con sus discípulos y les está diciendo que es necesario que él sufra mucho, sea rechazado por las autoridades religiosas y políticas (ancianos, principales sacerdotes y escribas), sea asesinado y resucite después de tres días. Esto es una profecía de su propia muerte y resurrección, y Jesús está enseñando a sus seguidores sobre el propósito y significado de su ministerio en la tierra. Jesús sabía que su muerte y resurrección eran esenciales para traer la salvación a la humanidad y establecer su reino eterno.
Mar 8:32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle.
Mar 8:32 Este versículo hace referencia a un momento en que Jesús les estaba hablando a sus discípulos y les predijo que tendría que sufrir y ser crucificado. Pedro, uno de sus discípulos, no estaba de acuerdo y lo llevó aparte para reprenderlo por decir algo así. A pesar de la reprimenda de Pedro, Jesús siguió adelante con su enseñanza y predicción de su muerte y resurrección. Este verso muestra la firmeza de Jesús en su mensaje y la resistencia de algunos de sus seguidores para aceptar y entender sus enseñanzas.
Mar 8:33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Mar 8:33 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Marcos, capítulo 8, versículo 33. En este pasaje, Pedro intenta disuadir a Jesús de su futuro sufrimiento y muerte, a lo que Jesús responde reprendiéndolo y llamándolo "Satanás", porque su preocupación por los deseos humanos y la evasión del dolor contradice la voluntad de Dios. La enseñanza que se puede extraer de este versículo es la necesidad de poner a Dios en primer lugar y seguir su voluntad, incluso si esto significa enfrentar dificultades y sufrimientos en nuestras vidas. También nos recuerda que no debemos dejar que nuestros deseos y metas egoístas se interpongan en nuestro camino en nuestro camino hacia Dios.
Mar 8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Mar 8:34 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dio una instrucción muy importante acerca de seguirle. Él les dijo que si alguien quiera seguirle, primero debe negarse a sí mismo, lo cual significa dejar de lado sus propios deseos y voluntades egoístas, y en cambio, buscar hacer la voluntad de Dios. Además, Jesús les dijo que debían tomar su cruz si querían seguirle. Tomar la cruz se refiere a estar dispuesto a sufrir por causa de Jesús, incluso si eso significa la muerte. En resumen, este versículo enseña que seguir a Jesús requiere una completa dedicación a él, y que su camino puede implicar dificultades y sacrificios.
Mar 8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
Mar 8:35 Este verso se refiere a la importancia de renunciar a nuestra propia vida terrenal si queremos ganar la vida eterna en el reino de Dios. Nos dice que si tratamos de proteger y guardar nuestra vida a toda costa, incluyendo negar nuestra fe en Jesús y su evangelio, finalmente la perderemos. Sin embargo, si estamos dispuestos a renunciar a nuestra vida terrenal y seguir a Jesús, incluso enfrentando dificultades y persecuciones a causa del evangelio, entonces ganaremos la vida eterna. En resumen, el verso nos enseña que nuestra prioridad debe ser buscar y seguir a Jesús y su palabra, incluso si eso significa perder nuestra vida terrenal.
Mar 8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Mar 8:36 Este versículo habla sobre la importancia de valorar nuestra alma por encima de cualquier otra cosa en este mundo, incluso si eso significa renunciar a las cosas materiales que consideramos valiosas. Ganar el mundo y tener todo lo que deseamos puede parecer un gran logro, pero si perdemos nuestra alma en el proceso, ¿qué utilidad tendrá realmente todo lo que obtuvimos? Este versículo es una llamada a la reflexión sobre nuestras prioridades y la importancia de cuidar nuestra alma.
Mar 8:37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Mar 8:37 El versículo de Marcos 8:37 es parte del diálogo entre Jesús y sus discípulos en el que Jesús les pregunta quién piensan ellos que es él. Después de que Pedro responde que es el Mesías, Jesús les habla sobre su próximo sufrimiento y muerte. Luego, en el versículo 37, Jesús pregunta retóricamente qué recompensa dará un hombre por su alma. Esto significa que ninguna cantidad de riquezas o logros terrenales pueden igualar el valor eterno del alma humana. Jesús está instando a sus seguidores a enfocarse en el cuidado de sus almas y en vivir de acuerdo con los valores divinos, en lugar de buscar solo el éxito y la prosperidad en este mundo.
Mar 8:38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Mar 8:38 Este verso de Marcos 8:38 nos habla acerca de la importancia de ser fieles y no avergonzarnos de Jesús y su enseñanza en este mundo actual, que se caracteriza por la corrupción y el pecado. Si nos avergonzamos de Jesús y sus enseñanzas, él también se avergonzará de nosotros cuando venga en su gloria con los santos ángeles. Por lo tanto, nos hace un llamado a ser valientes y compartir la enseñanza de Jesús con los demás, sin avergonzarnos de ella.