Desentrañando los Enigmas de la Parábolas: El Evangelio de Mateo, Capítulo 13


El capítulo 13 del Evangelio de Mateo en el Nuevo Testamento presenta una serie de parábolas que Jesús cuenta a sus discípulos y multitudes que lo siguen. Cada una de estas parábolas presenta una enseñanza espiritual sobre el reino de Dios. La primera parábola es la del sembrador, donde Jesús relata cómo una semilla puede caer en diferentes tipos de suelo y que solo la semilla que cae en buena tierra puede producir fruto. Esta parábola enseña que el corazón humano es como el suelo y que solo aquellos que reciben la palabra de Dios en un corazón dispuesto pueden crecer en fe y producir frutos. La segunda es la del trigo y la cizaña, donde Jesús habla de la coexistencia del bien y del mal en el mundo. Él explica que Satanás siembra cizaña entre el trigo, y que solo en el juicio final, separará a cada uno según su obra. La tercera es la de la semilla de mostaza, donde Jesús describe cómo una pequeña semilla de mostaza puede crecer y convertirse en un árbol grande y fuerte. Esta parábola enseña que el Reino de Dios comienza modestamente, pero crece y se fortalece con el tiempo. La cuarta es la de la levadura, donde Jesús compara el Reino de los Cielos con una pequeña cantidad de levadura que se mezcla en la masa de pan para hacerla crecer. Esta parábola ilustra cómo la presencia de Dios puede transformar y crecer en la vida de una persona o en el mundo. La quinta es la del tesoro escondido, donde Jesús describe cómo alguien descubre un tesoro escondido en un campo y, al comprobar su gran valor, vende todo lo que tiene para comprar ese campo. Esta parábola enseña que el Reino de Dios es lo más valioso que se puede poseer y que vale la pena renunciar a todo por él. La sexta es la de la perla de gran valor, donde Jesús relata cómo un comerciante busca y encuentra una perla de gran valor, por la que vende todo lo que tiene para comprarla. Esta parábola también enseña la misma idea que la anterior, que el Reino de Dios es lo más valioso que se puede obtener en la vida. Por último, la séptima es la del pescador, donde Jesús habla de la separación que se producirá al final de los tiempos entre los buenos y los malos. Esta parábola ilustra que todos serán juzgados, y los buenos serán llevados al cielo, mientras que los malos serán arrojados al fuego eterno. En resumen, el capítulo 13 del Evangelio de Mateo presenta una serie de parábolas que enseñan sobre el Reino de Dios y la forma en que debe ser recibido y valorado por aquellos que quieren seguir a Jesús. Cada parábola presenta una enseñanza única y valiosa sobre la fe y la vida espiritual.

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Mat 13:1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
Mat 13:2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
Mat 13:3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Mat 13:4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
Mat 13:5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
Mat 13:6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Mat 13:7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
Mat 13:8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
Mat 13:9 El que tiene oídos para oír, oiga.
Mat 13:10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Mat 13:11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
Mat 13:12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Mat 13:13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
Mat 13:14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.
Mat 13:15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.
Mat 13:16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Mat 13:17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mat 13:18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
Mat 13:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
Mat 13:20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
Mat 13:21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
Mat 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Mat 13:23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Mat 13:24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
Mat 13:25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Mat 13:26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Mat 13:27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
Mat 13:28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?
Mat 13:29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
Mat 13:30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Mat 13:31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
Mat 13:32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Mat 13:33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Mat 13:34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
Mat 13:35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Mat 13:36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Mat 13:37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
Mat 13:38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.
Mat 13:39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
Mat 13:40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.
Mat 13:41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
Mat 13:42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mat 13:43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Mat 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Mat 13:45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
Mat 13:46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Mat 13:47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
Mat 13:48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
Mat 13:49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
Mat 13:50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mat 13:51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
Mat 13:52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Mat 13:53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.
Mat 13:54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?
Mat 13:55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?
Mat 13:56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
Mat 13:57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.
Mat 13:58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

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