Explorando las enseñanzas y milagros de Jesús en el Evangelio de Mateo: El Libro 17 del Nuevo Testamento
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El capítulo 17 del Evangelio de Mateo comienza con la transfiguración de Jesús. Él llevó a Pedro, Jacobo y Juan a una montaña alta donde se transformó ante ellos, sus ropas se tornaron blancas y resplandecientes y aparecieron Moisés y Elías con él. Esto fue presenciado por los discípulos y escucharon una voz desde los cielos diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo".
Después de esta revelación, Jesús curó a un niño endemoniado que sus discípulos no pudieron curar. Luego, Jesús les dijo que su muerte estaba cerca y que iba a ser entregado a los hombres.
Más tarde, Pedro, en presencia de Jesús, pagó el impuesto del templo y Jesús, para demostrar su divinidad, hizo que un pez tragara una moneda de plata y le dio a Pedro la moneda para que pagara el impuesto.
En este capítulo, Jesús también les dice a sus discípulos que si tuvieran fe como un grano de mostaza, podrían mover montañas. Él les habla sobre el poder de la oración y les dice que si oran con fe y creen, podrán hacer cualquier cosa.
Por último, Jesús les dice a sus discípulos que sufrirá y será crucificado, pero que resucitará al tercer día. Este capítulo contiene importantes enseñanzas sobre la fe, la oración, la divinidad de Jesús y su muerte y resurrección.
Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.
Mat 17:1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
Mat 17:1 Este versículo describe un evento en el que Jesús llevó a tres de sus discípulos, Pedro, Jacobo y Juan, a un monte alto. Este suceso es mejor conocido como la Transfiguración de Jesús. En la cima del monte, Jesús fue transformado ante los ojos de sus discípulos, su rostro resplandecía como el sol y sus ropas se volvieron blancas como la luz. También aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús. Este evento fue una prueba de la divinidad de Jesús y recordó a los discípulos el propósito de su misión.
Mat 17:2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Mat 17:2 Este versículo describe un evento llamado la Transfiguración. Fue cuando Jesús llevó a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan a una montaña alta. Mientras estaban allí, Jesús comenzó a cambiar de forma ante sus ojos. Su rostro se iluminó como el sol y sus ropas se volvieron blancas como la luz. También aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. La Transfiguración fue un evento importante porque mostró la divinidad de Jesús y preparó a sus discípulos para su muerte y resurrección.
Mat 17:3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
Mat 17:3 Este versículo describe un momento en el que Jesús se transfigura y se vuelve radiante en presencia de tres de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan. Mientras estaban allí, Moisés y Elías aparecieron y hablaron con Jesús. Moisés es conocido por haber liderado a los israelitas fuera de la esclavitud en Egipto y por haber recibido los diez mandamientos de Dios en el monte Sinaí. Elías es un profeta importante en la historia bíblica, siendo el profeta que desafió a los profetas de Baal y demostró el poder de Dios. La aparición de estos dos personajes en la transfiguración de Jesús, es simbólica de la conexión de Jesús con los textos y figuras importantes del Antiguo Testamento, y confirma a los discípulos que Jesús es el Mesías prometido.
Mat 17:4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
Mat 17:4 Este verso se encuentra en una parte del Nuevo Testamento en la que Jesús lleva a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a una montaña para orar. Mientras estaban allí, Jesús se transfiguró y su rostro brilló como el sol, y sus ropas se volvieron blancas como la luz. En ese momento, los dos grandes líderes del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, aparecieron y comenzaron a hablar con Jesús. Pedro, que estaba atónito ante lo que estaba viendo, dijo estas palabras a Jesús. Al decir: "Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí", Pedro reconoció la importancia y trascendencia de lo que estaba sucediendo. Pedro, como muchos otros testigos de los asombrosos milagros y enseñanzas de Jesús, se dio cuenta de que estaba presenciando algo divino. Pedro también sugiere que construyan tres enramadas, una para Jesús, otra para Moisés, y otra para Elías. Las enramadas eran estructuras temporales construidas para proteger a las personas del sol y la lluvia, y Pedro está sugiriendo que construyan estas estructuras para que los tres profetas puedan permanecer allí por un tiempo. Sin embargo, su sugerencia no es aceptada por Jesús, quien pronto lleva a los discípulos de regreso abajo de la montaña. En resumen, este versículo muestra a Pedro reconociendo la importancia de la situación y sugiriendo una solución práctica para hacer que Jesús, Moisés y Elías permanezcan allí por más tiempo.
Mat 17:5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Mat 17:5 Este verso se refiere a un evento en el que Jesús llevó a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a una montaña alta. Mientras estaban allí, Jesús fue transfigurado delante de ellos, y su rostro brilló como el sol y su ropa se volvió brillante como la luz. Entonces, Moisés y Elías aparecieron y hablaron con Jesús. Mientras esto sucedía, una nube brillante apareció sobre ellos y una voz resonó desde la nube diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd". Esta voz era la de Dios Padre, quien estaba declarando públicamente que Jesús era su Hijo y que Él tenía el poder y la autoridad para enseñar y guiar a la gente. Este evento fue importante porque confirmó la identidad divina de Jesús. También fue un recordatorio para los discípulos, y para nosotros hoy en día, de la importancia de escuchar y seguir las enseñanzas de Jesús, quien es el camino, la verdad y la vida.
Mat 17:6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
Mat 17:6 Este versículo se encuentra en el Evangelio de Mateo y describe un momento en que Jesús se transfiguró delante de sus discípulos Pedro, Santiago y Juan. Durante esta experiencia, los discípulos vieron a Jesús en una luz divina y escucharon la voz de Dios que decía "Este es mi Hijo amado, en quien he puesto mi agrado. Escuchadlo." Este evento asustó y maravilló a los discípulos, lo que llevó a su reacción de postrarse sobre sus rostros y tener temor. La transfiguración de Jesús es una manifestación visible y poderosa de su divinidad y autoridad, y para los discípulos fue una experiencia humilde y aterradora.
Mat 17:7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
Mat 17:7 Este versículo de Mateo 17:7 narra un momento en el que Jesús se apareció junto a tres de sus discípulos (Pedro, Santiago y Juan) en lo que se conoce como la Transfiguración. Durante este evento, Jesús fue transfigurado ante ellos, y su rostro resplandeció y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. Los discípulos se sintieron muy asustados y caían al suelo, pero Jesús les tocó y les dijo que se levantaran y no temieran, indicando que no había razón para tener miedo y que él estaba allí para protegerlos. En general, este versículo muestra a Jesús como una figura poderosa y consoladora, capaz de disipar el miedo y dar fuerza a sus seguidores. También es un recordatorio de que, incluso en momentos de incertidumbre o temor, los creyentes pueden confiar en la presencia de Jesús y su protección.
Mat 17:8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Mat 17:8 Este versículo se refiere a un momento en que Jesús llevó a algunos de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a una montaña alta. Mientras estaban allí, Jesús se transfiguró, lo que significa que su apariencia se transformó y se volvió deslumbrante y radiante como nunca la habían visto antes. Junto a él aparecieron Moisés y Elías (dos figuras importantes del Antiguo Testamento), lo que dejó a los discípulos asombrados. Sin embargo, cuando escucharon una voz provenir del cielo que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd", quedaron asustados y cayeron en la tierra. Cuando se recuperaron, levantaron los ojos y vieron que solo estaban Jesús y ellos mismos en la montaña. Este versículo indica que solo Jesús estaba allí y que Moisés y Elías habían desaparecido.
Mat 17:9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
Mat 17:9 Este versículo se encuentra en el contexto de la Transfiguración de Jesús. Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a una montaña alta, donde su apariencia fue transfigurada, y sus ropas se volvieron resplandecientes. También aparecieron Moisés y Elías y hablaron con Jesús. Después de la experiencia de la transfiguración, Jesús les dijo a sus discípulos que no contaran a nadie lo que habían visto y escuchado hasta después de que resucitara de los muertos. Esta orden se dio porque Dios no quería que el mensaje de Jesús fuera mal interpretado y tergiversado antes de que se estableciera el fundamento de su ministerio y se completara su obra salvadora en la cruz. Jesús estaba protegiendo a sus discípulos de la posible confusión, el rechazo o la violencia que podrían haber enfrentado si divulgaran la transfiguración antes de tiempo. En resumen, este versículo ilustra la sabiduría y la planificación soberana de Dios en el establecimiento de su reino, en el que la resurrección de Jesús sería el evento central y la proclamación del evangelio su instrumento principal.
Mat 17:10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Mat 17:10 Este versículo se refiere a cuando Jesús llevó a tres de sus discípulos (Pedro, Santiago y Juan) a un monte alto y allí transfiguró delante de ellos, comunicándoles una revelación divina de su resurrección y la venida del reino de Dios. Después de esta experiencia, los discípulos, confundidos y desconcertados, le preguntan a Jesús por qué los escribas, los líderes religiosos judíos, afirmaban que debía llegar Elías primero antes de que viniera el Mesías. La creencia de que Elías debía regresar antes del Mesías se basa en profecías del Antiguo Testamento, como la de Malaquías 4:5 que dice: "He aquí, yo os envío al profeta Elías antes del día grande y terrible del SEÑOR." Jesús responde a sus discípulos explicando que, de hecho, Elías ya había venido en forma de Juan el Bautista, quien preparó el camino para su ministerio. De esta manera, Jesús cumplió estas profecías y demostró que él era el Mesías prometido. En resumen, este versículo muestra la confusión y las dudas que tenían los discípulos acerca de las profecías del Antiguo Testamento y cómo Jesús los iluminó sobre cómo él había cumplido estas profecías en su ministerio.
Mat 17:11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.
Mat 17:11 En este versículo, Jesús está respondiendo a una pregunta de sus discípulos acerca de la profecía de Malaquías 4:5-6, que dice que Elías vendría antes del día del Señor para restaurar los corazones de los padres a los hijos y de los hijos a los padres. Jesús les está diciendo que esa profecía se cumplirá con el regreso de Elías antes de su segunda venida, y que Él restaurará todas las cosas, es decir, traerá la salvación y la redención a través de Su muerte y resurrección. Este versículo es una confirmación de la verdad de las Escrituras y de la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas.
Mat 17:12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Mat 17:12 En este versículo, Jesús está hablando con sus discípulos y comparando la llegada de Elías (un profeta del Antiguo Testamento) con su propia muerte. Él está diciendo que, al igual que Elías vino y fue maltratado y rechazado, él también sufrirá el mismo destino a manos de las mismas personas. Jesús está prediciendo su propia crucifixión y muerte a manos de los líderes religiosos y políticos de su tiempo. La frase "Elías ya vino, y no le conocieron" significa que los líderes religiosos en ese momento no reconocieron a Elías como un profeta enviado por Dios y no le dieron el respeto y la reverencia que merecía. De manera similar, Jesús también sería rechazado y malentendido por la gente de su época.
Mat 17:13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Mat 17:13 En este versículo del Evangelio de Mateo, Jesús está hablando con sus discípulos acerca de Juan el Bautista. Antes de esto, Jesús había dicho que Juan el Bautista había venido en espíritu y poder de Elías para preparar el camino para el Mesías. Sin embargo, los discípulos no parecían entender completamente lo que Jesús estaba tratando de transmitirles. Después de escuchar a Jesús hablar sobre Juan el Bautista, los discípulos finalmente comprendieron que Jesús se refería a él y a su papel en preparar el camino para el Mesías. Este versículo muestra cómo los discípulos comenzaron a entender la importancia de Juan el Bautista en la historia de la salvación y cómo preparó el camino para Jesús.
Mat 17:14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
Mat 17:14 Este versículo se encuentra en el capítulo 17 del Evangelio según Mateo en el Nuevo Testamento de la Biblia y narra un encuentro de Jesús con un hombre que se arrodilla ante Él. En este pasaje, Jesús se encuentra con una multitud de personas y entre ellas viene un hombre que se arrodilla delante de Él en señal de respeto y adoración. Este hombre le habla a Jesús y le pide ayuda para su hijo, que se encuentra poseído por un demonio y sufre terribles convulsiones. El versículo nos muestra la humildad y la fe de este hombre, que reconoce la autoridad y el poder de Jesús. También nos muestra el poder de Jesús para sanar y liberar a aquellos que sufren, como en este caso con el hijo del hombre poseído por el demonio. En resumen, el versículo 14 del capítulo 17 de Mateo nos ilustra la importancia de tener fe y humildad ante Jesús y su capacidad para sanar y liberar a aquellos que sufren.
Mat 17:15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
Mat 17:15 En este versículo de Mateo 17:15, un padre angustiado se acerca a Jesús y le pide que tenga misericordia de su hijo, que es un lunático y padece mucho. El término "lunático" se utiliza aquí para describir a alguien que sufre de epilepsia o convulsiones. El padre describe el peligro al que su hijo se enfrenta, ya que a menudo cae en el fuego o en el agua durante los ataques. El padecimiento del hijo del padre es un ejemplo de la necesidad de la ayuda divina para superar las dificultades y la importancia de la fe en Dios para encontrar consuelo y curación. En resumen, este versículo muestra la angustia y el sufrimiento de un padre que busca la ayuda de Jesús para su hijo enfermo.
Mat 17:16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
Mat 17:16 En este versículo de Mateo 17:16, se hace referencia a un hombre que le llevó a sus discípulos a su hijo para que lo sanaran, porque el niño estaba poseído por un demonio y sufría convulsiones y tormentos. Sin embargo, a pesar de que los discípulos intentaron sanar al niño, no pudieron hacerlo. Este versículo destaca la falta de poder y habilidades sobrenaturales de los discípulos para sanar al niño y muestra la necesidad de la intervención divina en tales situaciones. En los versículos siguientes, Jesús sana al niño y luego regaña a sus discípulos por su falta de fe.
Mat 17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
Mat 17:17 Este versículo es parte de un episodio en el que Jesús se encuentra con un padre que ha llevado a su hijo a los discípulos de Jesús para que lo curen de una enfermedad. Los discípulos no son capaces de sanar al niño, y luego de que el padre se lo explica a Jesús, este reprende a la multitud por su falta de fe y luego se dirige a los discípulos. En este versículo, Jesús se muestra frustrado por la incredulidad de las personas en su entorno, y por la resistencia que encuentra mientras trata de enseñar y sanar. Su pregunta "¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar?" expresa su impaciencia con aquellos que se niegan a creer que él es el Mesías y a confiar en la obra que está haciendo en la tierra.
Mat 17:18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.
Mat 17:18 Este versículo se refiere a un momento en el que Jesús estaba rodeado por una multitud cuando un padre se acercó a Él pidiendo ayuda para su hijo, que estaba poseído por un demonio. El padre le explicó a Jesús que este demonio había estado causando muchos problemas y sufrimiento a su hijo, incluso hacía que se arrojara al fuego o al agua. Jesús, lleno de compasión, reprendió al demonio y lo expulsó del muchacho. Desde ese momento, el joven quedó completamente sano y libre de la posesión demoníaca. Este milagro muestra el gran poder de Jesús sobre los demonios y cómo Él vino a traer libertad y sanidad a aquellos que lo necesitan.
Mat 17:19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Mat 17:19 En este versículo, los discípulos de Jesús están haciéndole una pregunta sobre su propia incapacidad para expulsar a un demonio de una persona. Jesús había dado a sus discípulos el poder de sanar y expulsar demonios, pero todavía había situaciones en las que tenían dificultades para hacerlo. En el contexto más amplio, este pasaje muestra la continua enseñanza que Jesús da a sus discípulos sobre la importancia de tener fe y confiar plenamente en Dios. Jesús responde a la pregunta de los discípulos diciéndoles que fue debido a su falta de fe que no pudieron expulsar al demonio. Él les muestra que incluso una fe tan pequeña como un grano de mostaza puede mover montañas si se confía en Dios. En este pasaje, Jesús está enseñando a sus discípulos y a todos los que lo escuchan que la fe en Dios es esencial para vivir una vida significativa y plena. Sin fe, no podemos esperar ver la obra de Dios en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.
Mat 17:20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mat 17:20 En este versículo, Jesús está hablando con sus discípulos acerca de la importancia de tener fe en Dios. Él les dice que si tienen la fe del tamaño de un pequeño grano de mostaza, pueden mover montañas y hacer cualquier cosa posible, nada será imposible para ellos. La idea es que la fe en Dios, aunque sea pequeña, es más poderosa que cualquier obstáculo que puedan enfrentar. Jesús está enseñando a sus discípulos la importancia de tener fe en Dios y su capacidad para guiarlos y fortalecerlos en todas las situaciones de la vida.
Mat 17:21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
Mat 17:21 Este versículo hace referencia a una situación en la que los discípulos de Jesús intentaron expulsar a un demonio de un niño, pero no pudieron hacerlo. Jesús les explicó que algunos demonios solo pueden ser expulsados a través de la oración y el ayuno, lo que significa que necesita haber una conexión sólida con Dios para poder enfrentar y vencer ciertos obstáculos espirituales. En resumen, este versículo nos enseña sobre la importancia de la fe, la oración y el ayuno en nuestro camino espiritual.
Mat 17:22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,
Mat 17:22 Este versículo de Mateo 17:22 es una profecía de Jesús sobre su propia muerte. Jesús se encontraba en Galilea con sus discípulos cuando les anunció que sería entregado en manos de hombres. Él sabía que su destino era ser traicionado y entregado a las autoridades romanas para ser crucificado. El "Hijo del Hombre" es otra forma en que Jesús se refería a sí mismo, indicando que él era el Mesías esperado. La entrega de Jesús en manos de los hombres sería un acto de sacrificio para expiar los pecados de la humanidad y permitir que los seres humanos obtuvieran la salvación. Este versículo es una advertencia de Jesús a sus discípulos de lo que estaba por venir y de la importancia de su sacrificio para la salvación del mundo.
Mat 17:23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
Mat 17:23 Este versículo se refiere a un momento en el cual Jesús estaba hablando con sus discípulos y les estaba diciendo que él iba a ser entregado a los líderes religiosos y políticos de su tiempo, quienes lo matarían. Pero también les dijo que, después de tres días, resucitaría. Los discípulos se entristecieron profundamente al escuchar esto porque no entendían por qué Jesús tendría que morir y luego volver a la vida. Este versículo es un ejemplo de la profecía de Jesús sobre su muerte y resurrección, que es uno de los conceptos más importantes del cristianismo.
Mat 17:24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
Mat 17:24 Este verso se encuentra en el Evangelio de Mateo en el Nuevo Testamento de la Biblia. En este pasaje, Jesús y sus discípulos llegan a Capernaum, donde Pedro es abordado por recaudadores que cobraban una tasa tributaria de dos dracmas. Le preguntan si Jesús pagaba esta tasa. Esta tasa de dos dracmas era una contribución que se requería de cada judío mayor de 20 años para apoyar el mantenimiento del Templo de Jerusalén. Aunque no era una cantidad significativa, se consideraba importante para los lideres religiosos. La pregunta de los recaudadores a Pedro sobre si Jesús pagaba la tasa se entiende que era un intento de atrapar a Jesús en una trampa y así tener una razón para arrestarlo. Sin embargo, Jesús había enseñado en otros lugares que los discípulos eran libres de pagar la tasa o no, ya que ellos eran parte de una comunidad que era el templo de Dios. Entonces, Jesús le dice a Pedro que vaya al mar y que tome el primer pez que encuentre en el agua. Y que en la boca del pez encontrará una moneda de plata, con lo cual podrían pagar la tasa de ambos. Este evento se considera un milagro y un ejemplo de la capacidad de Jesús de cumplir las necesidades materiales de sus seguidores, incluso de manera milagrosa.
Mat 17:25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
Mat 17:25 En este versículo, Jesús está hablando con Pedro, uno de sus discípulos, y le está haciendo una pregunta relacionada con el pago de impuestos. Jesús quiere saber si los reyes de la tierra cobran impuestos a sus propios hijos o solo a los extraños y forasteros. La pregunta de Jesús es una especie de alegoría para poner en relieve la importancia de ser solidario y compasivo con los demás, incluso con aquellos que no están directamente relacionados con nosotros. Jesús siempre enseñó sobre la necesidad de ayudar a los que sufren, independientemente de cualquier relación de parentesco o nacionalidad. Por lo tanto, el versículo nos recuerda que debemos tratar a todos los demás como hermanos y hermanas que necesitan nuestra ayuda y apoyo.
Mat 17:26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.
Mat 17:26 Este versículo es parte de una conversación entre Jesús y Pedro sobre el pago de impuestos. Los funcionarios de impuestos le preguntaron a Pedro si Jesús pagaría el impuesto del templo, y Pedro respondió que sí, aunque Jesús no había hecho ningún compromiso al respecto. Cuando Pedro le preguntó a Jesús sobre los impuestos, Jesús le dijo que los reyes de la tierra cobran impuestos de sus propios súbditos, pero que los hijos de Dios (Jesús y sus seguidores) están exentos de pagar esos impuestos. En este versículo, Jesús está explicando que como hijo de Dios, él y sus seguidores no están obligados a pagar el impuesto del templo, que era un impuesto religioso que se pagaba anualmente para apoyar el mantenimiento del templo. Por lo tanto, Jesús está afirmando su identidad y su relación con Dios como su Padre celestial, y está diciendo que él y sus seguidores no tienen que cumplir con las leyes y regulaciones impuestas por las autoridades terrenales.
Mat 17:27 Sin embargo, para no ofenderles, vé al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.
Mat 17:27 Este versículo es una respuesta de Jesús a Pedro, quien le preguntó si tenían que pagar el impuesto del templo. Jesús le dijo que sí, pero quería evitar ofender a las personas que pedían el impuesto. Entonces le dio una instrucción específica: ir al mar y echar el anzuelo. El primer pez que capturara tendría un estatero, una moneda que era suficiente para pagar el impuesto por él y por Pedro. Este milagro muestra la trascendencia de Jesús y su capacidad de proveer milagrosamente lo que se necesita. También enseña una lección sobre la obediencia y la confianza en Dios para proveer lo que necesitamos.