El Gran Cambio: La Transformación de Saulo en Hechos del Libro 9


El libro de los Hechos del Nuevo Testamento nos relata la expansión del cristianismo en sus primeros años, a través de la obra del Espíritu Santo y del ministerio de los apóstoles. El capítulo 9 se centra en el encuentro transformador entre Saulo, un perseguidor de la Iglesia, y Jesucristo. Saulo, quien más tarde sería llamado Pablo, estaba en su camino hacia Damasco para perseguir a los cristianos cuando una luz brillante del cielo lo hizo caer al suelo. Una voz le interrogó: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Saulo preguntó quién estaba hablando y la voz le respondió: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues". Este encuentro cambió para siempre la vida de Saulo, quien se quedó ciego y fue llevado a Damasco por sus compañeros de viaje. Allí, Ananías, un discípulo de Jesús, fue enviado por el Señor para restaurar la vista de Saulo y bautizarlo como cristiano. Después de su conversión, Saulo comenzó a predicar en Damasco y sorprendió a la gente con su conocimiento y poder. Pero pronto se encontró en peligro debido a su conversión, por lo que huyó a Jerusalén. Los creyentes allí no confiaban en él al principio, pero Bernabé lo apoyó y lo presentó a los apóstoles. Saulo comenzó a predicar en Jerusalén, lo que generó oposición y persecución de los judíos. Los apóstoles decidieron que era necesario que Saulo se fuera a Tarso, su ciudad natal en Anatolia, para salvarlo de la muerte. El capítulo 9 termina con la Iglesia gozando de paz y creciendo en número. Saulo, quien más tarde se convertiría en uno de los principales líderes cristianos, descansaba en paz en Tarso, preparándose para el trabajo misionero que Dios lo tenía reservado en el futuro. En resumen, el capítulo 9 de los Hechos del Nuevo Testamento nos muestra la transformación de Saulo, quien pasó de ser un perseguidor de la Iglesia a un ferviente discípulo de Jesús. Vemos cómo fue llamado por el Señor, cómo su conversión generó oposición y cómo se salvó de la muerte gracias a la ayuda de otros creyentes. Este capítulo nos enseña la importancia de la conversión y la fe en Jesucristo como la verdadera fuente de salvación y vida eterna.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Act 9:1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,
Act 9:2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.
Act 9:3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;
Act 9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Act 9:5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Act 9:6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
Act 9:7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
Act 9:8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
Act 9:9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
Act 9:10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
Act 9:11 Y el Señor le dijo: Levántate, y vé a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora,
Act 9:12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
Act 9:13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
Act 9:14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
Act 9:15 El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
Act 9:16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
Act 9:17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Act 9:18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
Act 9:19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
Act 9:20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
Act 9:21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?
Act 9:22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
Act 9:23 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle;
Act 9:24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
Act 9:25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Act 9:26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
Act 9:27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús.
Act 9:28 Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía,
Act 9:29 y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle.
Act 9:30 Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
Act 9:31 Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Act 9:32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.
Act 9:33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.
Act 9:34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó.
Act 9:35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
Act 9:36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.
Act 9:37 Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala.
Act 9:38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros.
Act 9:39 Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.
Act 9:40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.
Act 9:41 Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Act 9:42 Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.
Act 9:43 Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor.

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