El Apocalipsis desentrañado: Descubre los misterios del Libro 14 del Nuevo Testamento


El libro del Apocalipsis, también conocido como el libro de la Revelación, es el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia. Fue escrito por el apóstol Juan y se cree que fue escrito alrededor del 95 d.C. El Apocalipsis es un libro lleno de simbolismo y profecía, que describe visiones del fin del mundo y el regreso de Jesucristo. El capítulo 14 del Apocalipsis se divide en tres secciones. La primera sección describe la visión que Juan tiene de los 144,000 elegidos de Dios, que son redimidos de la Tierra y destinados para el cielo. Luego, en la segunda sección, se describe a un ángel que proclama el juicio de Dios sobre la humanidad y advierte a los habitantes de la Tierra para que se arrepientan y adoren al Creador. Finalmente, en la tercera sección del capítulo, Juan describe una visión del Juicio Final de Dios. Un ángel aparece con una hoz y empieza a segar todas las cosechas de la Tierra, simbolizando el final de los tiempos y un llamado a la humanidad para arrepentirse antes del juicio final. El capítulo 14 del Apocalipsis es una lectura fascinante, llena de simbolismo e imágenes poderosas. Es una llamada a la humanidad para que se arrepienta y siga el camino recto, antes de que sea demasiado tarde. Con su enfoque en el juicio final de Dios y la redención de los elegidos, el Apocalipsis del Libro 14 es un recordatorio de la importancia del arrepentimiento y la fe constante en Cristo Jesús.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rev 14:1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.
Rev 14:2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.
Rev 14:3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
Rev 14:4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
Rev 14:5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.
Rev 14:6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
Rev 14:7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Rev 14:8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
Rev 14:9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
Rev 14:10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
Rev 14:11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Rev 14:12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Rev 14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Rev 14:14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Rev 14:15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Rev 14:16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
Rev 14:17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Rev 14:18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.
Rev 14:19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
Rev 14:20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.

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