Adentrándonos en las profecías del Apocalipsis: Explorando el Libro 2 del Nuevo Testamento


El libro del Apocalipsis del Nuevo Testamento es el último libro de la Biblia cristiana y es considerado como una visión profética del futuro final del mundo y el regreso de Jesucristo. El Libro 2 de este texto, llamado "Las cartas a las siete iglesias", contiene una serie de siete cartas escritas por el Apóstol Juan a las iglesias ubicadas en las ciudades de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. En estas cartas, Juan expresa su preocupación por el estado espiritual de cada una de estas iglesias. Él describe lo que ve y lo que se le dice sobre cada iglesia, tanto las cosas positivas como las negativas. También ofrece un mensaje de esperanza y un llamado a la acción para cada congregación. El mensaje principal de estas cartas es que, a pesar de los problemas y las dificultades que enfrentan las iglesias, Dios está presente y dispuesto a ayudar. Juan exhorta a las congregaciones a perseverar en su fe, a arrepentirse de sus pecados y a mantener su compromiso con el evangelio. También les advierte sobre los peligros de la complacencia y la falta de vigilancia. En resumen, el Libro 2 del Apocalipsis del Nuevo Testamento es una colección de cartas que ofrecen consejos y exhortaciones a siete iglesias de la Paulina. Estas cartas reflejan la preocupación de Juan por el estado espiritual de las comunidades cristianas y ofrecen un mensaje de esperanza y un llamado a la acción para las congregaciones. Además, esta sección del Apocalipsis es una recordación de la tradición apostólica de la iglesia cristiana.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rev 2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
Rev 2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
Rev 2:3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Rev 2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Rev 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Rev 2:6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
Rev 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Rev 2:8 Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:
Rev 2:9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
Rev 2:10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Rev 2:11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
Rev 2:12 Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
Rev 2:13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Rev 2:14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
Rev 2:15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
Rev 2:16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
Rev 2:17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
Rev 2:18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
Rev 2:19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
Rev 2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Rev 2:21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
Rev 2:22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
Rev 2:23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.
Rev 2:24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;
Rev 2:25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
Rev 2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
Rev 2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
Rev 2:28 y le daré la estrella de la mañana.
Rev 2:29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

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