Desvelando el Apocalipsis: Explorando el Nuevo Testamento del Libro 21


El Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento y fue escrito por Juan, uno de los discípulos de Jesús. Es un relato profético lleno de simbolismos que describe la eventual venida de Cristo y la lucha entre el bien y el mal. El libro está dividido en tres partes principales: la introducción, la visión de las iglesias y las visiones del juicio final. La introducción presenta a Juan y su experiencia en la isla de Patmos, donde recibió la revelación de Dios. A continuación, se presenta la visión de las iglesias, donde se critica la inmoralidad y la apostasía en algunas de ellas y se anima a otras a permanecer fieles. La tercera parte del libro es la visión del juicio final, que describe la reaparición de Jesús, la resurrección de los muertos y el juicio final. Los justos serán recompensados con una vida eterna en el cielo, mientras que los pecadores serán castigados en el infierno. El simbolismo utilizado en el Apocalipsis puede ser difícil de entender para algunos lectores, pero se cree que el libro fue escrito para ser una fuente de consuelo y esperanza para los cristianos perseguidos en ese momento. El Apocalipsis es a menudo utilizado como referente para las creencias apocalípticas en la cultura popular, pero su significado teológico es muy profundo.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rev 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Rev 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Rev 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Rev 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Rev 21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Rev 21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Rev 21:7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Rev 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Rev 21:9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
Rev 21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
Rev 21:11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
Rev 21:12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
Rev 21:13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
Rev 21:14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Rev 21:15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
Rev 21:16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
Rev 21:17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.
Rev 21:18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
Rev 21:19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
Rev 21:20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
Rev 21:21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
Rev 21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
Rev 21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Rev 21:24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Rev 21:25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
Rev 21:26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
Rev 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

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