El Apocalipsis Revelado: Una Exploración del Noveno Libro del Nuevo Testamento


El libro del Apocalipsis, también conocido como el libro de la Revelación, es el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia y está lleno de simbolismo, visiones y profecías. El capítulo 9 es uno de los capítulos más intrigantes del libro, ya que describe la apertura del quinto y sexto sello y la liberación de las plagas de langostas y caballos. El capítulo 9 comienza con la apertura del quinto sello por el cordero, que es adorado por los ancianos y los ángeles presentes en el trono celestial. El quinto sello revela la visión de las almas de los mártires que habían sido asesinados por su fe en Jesús durante la persecución en la tierra. Estas almas claman que se les haga justicia y se les dé descanso, y se les entrega ropa blanca para cubrir su desnudez. Luego, en la visión de Juan, aparecen langostas que salen del pozo del abismo, y se les da poder para herir a los hombres durante cinco meses. Estas langostas no pueden dañar a los que tienen el sello de Dios en su frente, pero a los demás les causan un gran dolor y sufrimiento. También se describe su apariencia, con rostros de hombres y cabello de mujeres y colas de escorpiones. Después de la liberación de las langostas, Juan ve otra visión de caballos, que representan guerras y conflictos. Los jinetes de los caballos tienen pecheras de fuego y de jacinto y sus caballos tienen la cabeza de leones y lanzas agudas en sus bocas. Estos jinetes matan a la tercera parte de los hombres en la tierra con la espada, el hambre, la peste y las bestias salvajes. En resumen, el capítulo 9 del Apocalipsis muestra las consecuencias terribles de la desobediencia humana y la importancia de tener el sello de Dios para estar protegido de las plagas y los peligros. También muestra cómo la guerra y la violencia pueden causar una gran destrucción y pérdida de vidas en la tierra. En general, el libro del Apocalipsis es un recordatorio de que debemos vivir nuestras vidas con integridad y fe para evitar las consecuencias negativas del pecado y la desobediencia en la tierra y en el futuro eterno.

Pincha en cada uno de los versículos para obterner una explicación más detallada de él.

Rev 9:1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
Rev 9:2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.
Rev 9:3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.
Rev 9:4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.
Rev 9:5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.
Rev 9:6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Rev 9:7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;
Rev 9:8 tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;
Rev 9:9 tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;
Rev 9:10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.
Rev 9:11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
Rev 9:12 El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
Rev 9:13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,
Rev 9:14 diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates.
Rev 9:15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
Rev 9:16 Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.
Rev 9:17 Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.
Rev 9:18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.
Rev 9:19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.
Rev 9:20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar;
Rev 9:21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

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